Nació
el 30 de junio de 1946, en la ciudad de Orán, Salta,
República Argentina.
Sus primeros pasos en el aprendizaje
sistemático para la construcción de instrumentos
musicales, comienza a los ocho años.
La técnica utilizada
en la construcción de la guitarra, es el antiguo método
español. Salta alberga una artesanía muy especial
que es la de producir música. La familia Coro, a través
de cuatro generaciones fabrica instrumentos musicales en su
taller ubicado en Jujuy 845.
Allí Félix Justiniano
Coro ejerce su oficio heredado de su bisabuelo que fue el
primero en trabajar maderas para convertirlas en guitarras,
charangos, violines, bombos y cajas. A él le siguió
su abuelo y luego don Lorenzo Coro, su padre, que también
fue maestro de la mayor parte de los artesanos de instrumentos
musicales que hoy trabajan en Salta.
El prestigio de Félix
Justiniano Coro no sólo ha ganado Salta sino que ha
trascendido sus fronteras. Ganador de diversos premios en
instrumentos musicales en diversas ferias y festivales locales
y nacionales, recibió el gran Premio Adquisición
por una Guitarra de artesanías y arte popular argentinos,
como así también el primer premio por un conjunto
de instrumentos musicales integrado por guitarra, charango
y violín, mandolim, bombo y caja.
Coro fabrica sus instrumentos
con madera de jacarandá o tarco, nogal o algarrobo,
abeto alemán, ébano europeo, maderas nobles
que aseguran una buena sonoridad.
En lo que hace a las guitarras,
para la buena calidad se utiliza abeto alemán o jacarandá
de la India y ébano europeo, para la diapasón
que es, indiscutiblemente, lo mejor.
Con maderas de la zona se
pueden hacer guitarras de buena sonoridad, en las que, además
de ébano es sustituido por el guayacán de nuestro
norte con muy buenos resultados y la tapa preferentemente
de abeto. Construir una guitarra de concierto le demanda unos
tres meses entre el trabajo propiamente dicho y los tiempos
de espera para el encolado y lo necesario para que las distintas
maderas se vayan amigando.
También construye violines
en cajas de jacarandá y tapas de pino.
Los tradicionales bombos se
hacen con troncos cavados de ceibo, aros de quebracho blanco
y parches de oveja o cabra, como los más corrientes.
Las cajas por su parte se construye con una lámina
de cedro de 3 mm de espesor y 12 cm de ancho, lo que se va
doblando con un hierro caliente hasta obtener un aro de 36
cm de diámetro.
El mismo procedimiento del
hierro caliente se utiliza para obtener la femenina forma
de una guitarra.
La larga tradición
de estos “luthier” salteños ya se prolongó
con un nuevo Coro en la herencia familiar. Federico de 24
años está aprendiendo el oficiio y prepara junto
a su padre decoraciones para los charangos. En el futuro habrá
guitarras y violines, charangos, bombos, cajas, que saldrán
de manos de quienes desde su más tierna infancia vivió
esta escuela de crear música.