Dar la vuelta
a los Valles es gozar de una inolvidable experiencia: por su
historia colonial, la peculiar arquitectura de adobe y madera
de sus pueblos, sus antiguas iglesias, su apacible ritmo de
vida y el imponente marco del paisaje que sorprende en cada
vuelta. Formas, colores, cultura y emoción son los elementos
más fuertes de esta región