ueblo histórico de San Carlos, en los Valles Calchaquíes, cabecera del Departamento. Con una población de 3.236 h. (2001). Con una altitud aproximada de 1.600 msnm. Sobre ruta nacional 40,
a 24 km. de Cafayate.
Es una de las más antiguas ciudades de la provincia. Conserva a través del paso del tiempo intacto el aspecto arquitectónico colonial de sus casas
en su mayor parte de adobe y ladrillo cocido y de sus angostas calles.
Su fiesta patronal por San Carlos Borromeo es el 4 de noviembre.
Algunos aspectos Históricos:
Se lo denomina terco, porque en ese mismo lugar sucumbieron, por la belicosidad de los calchaquíes cuatro ciudades fundadas por los españoles entre los siglos XVI y XVII. En 1551, con el nombre de El Barco II por Juan Núñez del Prado; en 1.559, Juan Pérez de Zurita, funda la ciudad de Córdoba del Calchaquí; en 1.577, Gonzalo de Abreu y Figueroa la llama San Clemente de la Nueva Sevilla y en 1630 Nuestra Señora de Guadalupe por Felipe de Albornoz . Todas ellas fueron despareciendo sucesivamente destruidas por los nativos. Después de 1630 los jesuitas establecieron en ese paraje una Misión bajo la advocación de San Carlos de Borromeo la que dio origen al pintoresco pueblo actual.
San Carlos pudo ser capital de la Provincia de Salta, gracias a la importancia política y económica que adquirió en un determinado momento de su historia. Finalmente una elección sello su destino al perder por un voto de diferencia frente a la ciudad de Salta.
En la época de la independencia, San Carlos era la más importante población vallista, de marcada tendencia peninsular y se constituye en el centro de la reacción española dirigida por el Coronel Aramburú. En 1.813, los oficiales de Tristán saquearon el pueblo y destruyeron todo, para que no cayera en poder de las fuerzas patriotas que después de la Batalla de Tucumán avanzaban hacia Salta.
Allí mismo en 1817 fue auxiliado el General Gregorio Aráoz de Lamadrid con mulas y caballos que con una división a su mando se ririgía hacia el Alto Perú.
Hay excelentes artesanos teleros, cuero, cerámica, simbol y vinos regionales.
Posee hostería y camping municipal.
Localidades: San Carlos, Los Sauces, San Felipe y Payogastilla.
¿Qué se puede hacer?
Estar atentos a los festivales y ferias para participar de ellas, algunas son movibles como Fiesta del barro Calchaquí, Festival artesanal de los Valles. Ir al balneario y disfrutar de las caminatas. Por la proximidad de Cafayate, muchos jóvenes optan por las "discos" de allí.
En febrero, participar del auténtico carnaval vallisto entre copleros, enharinados y mucha albahaca.
Municipalidad de San Carlos
Su Fiesta Patronal es el 4 de noviembre, fecha en que sus pobladores llevan en andas por las calles a su santo patrono, San Carlos de Borromeo.
Lugares para visitar
Museo del lugar: exhibe colecciones arqueológicas de los periodos incaicos, hispano indígena, precerámico y agro alfarero.
Cascada de Celia: Situada a 3 Km. al norte, es una caída de agua artificial en el Canal de los Sauces rodeada de álamos.
San Lucas: a 12 Km. al oeste, es un caserío donde abundan higos y nueces.
Peñas Blancas: a 5 Km. donde existía un cementerio indígena.
Río Calchaquí: lugar donde los aficionados a la pesca pueden capturar abundantes ejemplares. La RN 40 acompaña su curso.
Dique Las Tijeras: pequeño espejo de agua ideal para la pesca, canotaje y recreación de la vista por el espectacular paisaje. No se recomienda nadar en el mismo.
IGLESIA DE SAN CARLOS BORROMEO - SAN CARLOS 1801/1854
En 1719, el Maestre de Campo Fernando de Lisperguer y Aguirre hizo levantar una capilla en su Hacienda de San Carlos. La construcción de la iglesia actual comenzó en 1801, y fue consagrada en 1854. Esta iglesia, la de mayor tamaño en los Valles Calchaquíes y la única allí con crucero y cúpula, muestra la importancia que tuvo en su momento la región: San Carlos llegó a disputar a la ciudad de Salta el honor de ser capital de la provincia.
La aparición de elementos estilísticos europeizantes evidencia la voluntad de diferenciar y exaltar el edificio de la iglesia. Temblores producidos en 1930 resintieron el techo original, abovedado, lo que obligó a reemplazarlo por cabriadas y chapas de zinc; quedó así alterada la calidad espacial de la nave única, de gruesos muros portantes de adobe. Los brazos del crucero y la cabecera conservan las bóvedas armadas sobre vigas de madera, apoyadas en arcos de medio punto. El fondo del ábside está cubierto por un retablo de albañilería, según lo acostumbrado en todo el Valle.
Sus pesadas puertas fueron talladas por los misioneros. En sus altares interiores se veneran imágenes muy antiguas como la Virgen de la Dolorosa , San Juan, un Cristo penitencial, etc., también es de sumo interés la decoración indígena y la impresión de la escuela del arte cuzqueño.
En la fachada, los luminosos planos de las torres contrastan con las sombras del gran arco cobijo superior y el pórtico de acceso, caracterizado por las columnas que, rotadas respecto al plano general, sostienen tres arcos de medio punto