CUALQUIER LUGAR ES BUENO
Cualquier lugar es bueno para escribir poesía:
el baño, el tren la orilla de los ríos,
adentro de la panza de los caballos sudados.
Hasta sobre la mesa del estafador uno escribe
y se quedan los poemas
doliendo
como un fuego que consume el acero y la madera.
Mi padre escribe su elegía de albañil con ladrillos de carne
Y su casa se vuelve corazón y su corazón se vuelve casa
y todos los pobres de mi pueblo escriben en el cielo
y un peso como de tigres golpeados
les llena el pecho y la garganta.
Una tarde me fui con mis primos
déle escribir por callejones,
ahora estoy volviendo solo por el tiempo
y leo entre borrones lo que habíamos escrito.
¡Cuántos dejan pasar las nubes y las aves
y nunca descifran el mensaje de sus alas…!
Algunos dicen que llorar no es de hombres,
lo que pasa es que aún
no aprendieron a leer el amor en una lágrima.
BARRILETE
Todos los días elevaba mi barrilete al cielo
y arriba temblaba junto al sol
como mi corazón suelto en el viento,
sólo lo sujetaba un fino hilo de agua.
Cada vez subía más arriba, más arriba,
pero nunca me conformó su altura,
así que una tarde yapé al hilo
una a una las barbas de mi padre
y el barrilete traspasó las nubes,
se hundía en el infinito como una blanda puñalada.
Luego le aumenté (uno a uno) los sedosos cabellos de mi madre,
después los huesos de mi perro muerto
y más tarde los huesos y la piel
de toda mi familia.
Y mi barrilete subió tanto
que ya nadie lo podía ver desde la tierra
(cuando la gente me veía en el baldío
me preguntaba qué hacía con un hilo hacia arriba
y yo le decía que estaba sosteniendo
mi viejo barrilete).
Pasaron los años y un día vino un viejo
y me dijo
que yo estaba sosteniendo la historia de mi sangre.
PARÁGRAFOS
Es más largo el camino
cuando uno va solo.
Es más larga la pena
si no es pan compartido.
Es más frío el invierno
si abrazamos cenizas.
Es amargo el recuerdo
si el presente no es dulce.
Es marchita la rosa
si el alma es marchita.
Es un pozo el día claro
si hay noche en la sangre.
Es más grande el vacío
cuando pesa la ausencia.
POEMA DE DIOS
Quise hacer un agujero en el cielo de un solo puñetazo
y mi puño golpeó sobre la tierra como un combo,
rompió su carne oscura hasta llegar al mineral,
a los ojos que lloran las vertientes,
hasta el barro que tiembla en el corazón del hombre.
(Se dice que mi vida es toda la muerte, el aire, el silencio,
un remolino pariendo los ecos de la sangre,
enloqueciendo volcanes y caballos,
ciudades que acudiendo al fuego se cambian
la piel blanca de oveja por una de león).
Yo me quise embriagar con los hombres y me embriagué con los hombres,
dormí con las mujeres de selvas mojadas en el pelo.
Yo pregunté de puerta en puerta
por una puerta que pudiera develarme mi origen.
Fui un colibrí, un ángel,
la flor viva del bejuco trepada a la agonía de un árbol en otoño.
He creado casi todo perfecto, hasta la imperfección,
hasta la vasta nada que pendula de mi barba… Sin embargo,
no puedo eliminar la eternidad que me aprisiona.
(Del libro ESCRITURA DE LOS CALLEJONES)
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