100 COPLAS POPULARES
de Rosario de la Frontera
(Recopiladas
por Carlos Jesús Maita,
1985 – 2000)
INCLUYE
“Coplas
por mi abuelo Eleuterio Ovallo”
de
Carlos Jesús Maita
Este es el primer libro
de recopilación de coplas populares
publicado en Rosario de la Frontera,
tierra natal
de Juana Manuela Gorriti
Cuidado de la
edición: Grupo Cultural TAKKU, revista La Frontera.
Dibujo de tapa:
tinta del Prof. Santos Vergara (Orán)
Hecho el
depósito legal. Prohibida su reproducción total o parcial
Colección
LETRAS ROSARINAS – TOMO I
Copyright
Carlos Jesús Maita. Avda 9 de julio Nº 28 (4190)
Rosario de la
Frontera, Salta, Argentina
Introducción
La copla, herencia hispánica, es el
vínculo primitivo de la expresión literaria regional con vigencia plena. Se
trata de una estrofa de cuatro versos, casi siempre octosilábicos, de carácter
popular, con rima asonante o consonante en los versos pares. Puede ser recitada
o cantada. Hay coplas de amor, humorísticas, tristes, picarescas, patrióticas,
de costumbres, religiosas, etc.
Todo pueblo tiene su cancionero, sus
coplas. Todo cancionero popular es anónimo. Yo salí a recoger unas coplas por
Rosario de
Golpee varias puertas. Con el tiempo
comprobé que en la ciudad –sobre todo en las nuevas generaciones– la copla fue
cayendo en el olvido. Por suerte perdura en algunos mayores de las zonas
campesinas, tal vez porque allí,
Las coplas que logré recopilar me fueron
referidas con respeto y cariño. Unos las extrajeron de un cuaderno amarillo de
algún familiar difunto. Otros hicieron fuerza por recordar las que entonaron en
remotas carpas de Carnaval o yerras y pifiaron una y otra vez hasta pulir el
recuerdo. Otros las soltaron del corazón como quien da una cuchillada a un odre
lleno de vino.
Reuní muchas coplas. Para armar el presente trabajo las seleccione,
clasifiqué y agrué siguiendo un criterio personal de afinidad temática. Habrá
algunas que nos suenen de otro lado. Ocurre que la adopción y la adaptación de
coplas es una característica del cancionero popular. Juan Alfonso Carrizo lo
pone de relieve en su singular recopilación del cancionero de las provincias
del Norte Argentino donde, en sendos casos, se observan coplas ya cantadas en
otras regiones del mundo.
Repaso emocionado las páginas en la
computadora. Me parecen un milagro, una rosa encendida en medio de los hierros
retorcidos de la globalización. Tengan los lectores estas coplas como un
documento básico de la literatura de Rosario de
Carlos Jesús Maita
Rosario de
Carnaval de 2001
Mi canto tiene raíces
del presente y del ayer,
sin pasado ni presente
futuro no ha de tener.
Carlos Jesús Maita
(de “Coplas de
Ed. Tunparenda, Salta, 1992)
PRIMERA PARTE
100 Coplas
Populares
de
Rosario de
(Recopiladas por Carlos Jesús Maita,
1985 – 2001)
Agradecimiento
Refiero a modo
de AGRADECIMIENTO los nombres de quienes me transmitieron las coplas de este
libro:
Néstor
“Chiquito” Chávez
Zenón
Casasola
Ricardo
López
Juana
ramos
Mónica
Lobo
Nimio
Núñez
Adrián
Guerrero
Pedro
Pinto
Carlos
Alfonso Rivas
Oscar
“Negro” Romano
Mario
“Gareca” González
Demetrio
Maita
José
Moya
Pedro
Montenegro
Sixto
Masías
Santos
F. Medina
“Lalo”
Delgado
Ginés
“Flaco” Palazón
Sonia
Condorí
“Pancho”
Rivero
Justina
Aparicio
Felipa
Aparicio
Cristina
Burgos de Méndez
Candelario
Rojas
Carlos
Gómez
Antonio
Velata
Juan
“Zorro” Colque
Marcelo
Condorí
Mercedes
Luna
Don
Uvence, de Pozo Verde
Don
Cañete, de Las Lechuzas
Reymundo
Zapana
“Machaquita”
Machaca
Ramona
E. Lombardi
Comparsa
“Los Indios Chamorros” de Villa Vivero, fundada en 1902
Eleuterio
Ovallo
Escuelas
del Departamento de Rosario de
Del pago
1
Yo soy de este
pago hermoso,
Rosario de
donde se
enlutan los vasos
cuando muere un
calavera.
2
A mi vino lo
derramo
en la tierra en
carnaval
pa’ que beban
mis abuelos
enterraos en El Ceibal.
3
Salta tiene por
el Sur
a Rosario de
portal,
verde valle,
cielo azul,
buena gente,
agua termal.
4
Soy del pago de
Rosario,
de
a veces no paro
la olla
porque soy un pelagato.
5
A Rosario yo lo
llevo
desde el día
que nací,
apenas digo mi
nombre
mi tierra salta
de mí.
6
Para mí todito
es lindo,
para mí todo es
igual,
soy un gaucho
aquerenciado
n’ el pago El
Algarrobal.
7
Yo no sé qué
tiene el vino
que a mí me da
por chupar,
cuando estoy
alegre chupo
y cuando estoy
por llorar.
8
El vino tiene
esas cosas
que al hombre
lo hacen cantar,
llora y ríe,
ríe y llora,
puede morir o
matar.
9
Yo ‘i nacido en
El Naranjo,
donde el Cristo
Articulado,
y como el
Cristo me paso
sentadito o
acostado.
10
De allá abajo
mi venido
cruzando zanja
y zanjones,
nada me han
hecho los tigres,
qué me han de
hacer los leones.
De amor
11
En la punta de
aquel cerro
yo hi clavado
mi facón,
así clavaste
tus ojos
adentro mi
corazón.
12
Lloviendo está
sobre el río
y ya saltan los
pescaos,
así salta el
corazón mío
cuando te veo
en algún lao.
13
Tu corazón es
más dulce
que la misma
chirimoya
pero a mí me
hace llorar
cual si fuera
de cebolla.
14
Tata Dios me ha
dao los ojos
pero pa’
hacerme sufrir,
te veo pasar
tan hermosa
pero no sos
para mí.
15
Ayer te canté
en Los Churquis,
hoy te canto en
Tinajeras,
en el cielo o
el infierno
te cantaré
cuando muera.
16
No mezquinés tu
hermosura
china linda,
mostraméla,
que nadie hai
querer mirarte
cuando ya seas
abuela.
17
Mañana por la
mañana
va a correr un
viento frío,
no le echés la
culpa al viento
que son los
suspiros míos.
Picantes y picaronas
18
La pucha qué
lindas son
las mujeres de
¡si vestidas
son tan lindas
qué serán así
sin nada!
19
Qué grandes
tenís los pechos,
redondos como
la luna,
las puntas han
de ser dulces
como el arrope
de tuna!
20
Gustito a pan
son tus manos
y tus pechos
gusto a rosa
y tendrás
gustito a charqui
bajo tu vientre
otra cosa.
21
Como lambe el
río la arena,
como la vaca la
sal,
así yo te
lambería
noche y día sin
parar.
22
Yo soy como el
caschi yuto
cuando quiero
un amor nuevo,
como no tengo
la cola
siquiera el
tronco lo muevo.
23
Si querís tener
chinitas
atendelas con
ternura
porque son como
las moscas:
las atrae la
dulzura.
24
Dicen que a los
casados
se les corta la
alegría,
yo soy casado
hace mucho
y ando alegre
todavía.
De amor, dolidas y tristonas
25
En Los Sauces
fuiste mía,
te perdí en El
Arenal,
volví a tenerte
en Horcones
y te perdí en
El Ceibal.
26
Los sauces cómo
reían
el día que te
conocí,
ahora que te he
perdido
los sauces
lloran por mí.
27
Bajo los sauces
llorones
me senté a
llorar tu adiós,
llorando
estaban los sauces
pero más
lloraba yo.
28
El anillo que
me diste
fue de vidrio y
se quebró,
el amor que yo
te tuve
fue de agua y
se derramó.
29
No hay cosa más
dolorida
que el corazón
del humano
cuando la amada
lo deja
y él sigue
amándola en vano.
De amor, casamenteras y sabiondas
30
Ya quisiera
verte yo
en la finca El
Duraznito
donde hasta el
gaucho más vivo
puede pisar el
palito.
31
Ya quisiera
verte yo
en la finca de
Ojo de Agua
donde hasta el
gaucho más duro
se ablanda por
una enagua.
32
Ya quisiera
verte yo
campo adentro,
allá en Mogotes,
donde el más
arisco sale
con el lazo en
el cogote.
33
Ya quisiera
verte yo
en la finca
donde casarse
no es nada,
parar la olla
es la desgracia.
34
Ya quisiera verte
yo
casándote en el
altar,
tenís gana i
decir no
y el sí sale por azar.
De carnaval
35
Yo tenía en vez
de cabras
penitas en mi
corral,
ayer me ha
dentrao el lión
que se llama
Carnaval.
36
Ya se viene el
Carnaval
por los cerros
de Ojo de Agua
haciendo
chispear las coplas
como el acero
en la fragua.
37
En las carpas
bailan todos
borrachos y
coloraos,
Mandinga les
tiró encima
la sangre de un
puñaliao.
38
Me gusta andar
por las carpas
de Cámara y San
Martín,
bagualeando con
mi caja
mi alegría no
tiene fin.
39
En Carnaval una
tarde
bagualié
mientras llovía
y la copla agua
de lluvia
de sólo estar
se volvía.
40
Tapalo con
hojas secas
cuando caiga el
Carnaval,
cuando le pase
la macha
se hai volver a
levantar.
41
Por andar
carnavaleando
a mi mujer
descuidé,
cuando volví
pa’ mi rancho
ni el rastrito
le encontré.
De desdicha
42
No quieren
cantar conmigo
reparando en mi
pobreza,
pero nunca
canto solo,
me acompaña la
tristeza.
43
Copo Quile, así
se llama
la tierra donde
he nacido,
de verme sufrir
mi madre
maldice haberme
parido.
44
Yo nací para
ser pobre,
el rico me mira
mal,
se olvida que
puse el lomo
pa’ que él
tenga su caudal.
45
El negro que
tiene plata
en cualquier
parte entra y sale,
como yo soy negro
pobre
ninguna puerta
se me abre.
46
De mi pago me
fui un día
porque allí no
era querido,
en el pago de
Rosario
soy un bicho
aborrecido.
47
Nací el primero
de agosto
y
diciendo: –Este
pobre diablo
seguro hai ser
desgraciao.
48
Cuando yo era
una guagüita
me alzaban
todos a mí,
ahora que ya
soy grande
ando tirao por
ahí.
49
Por la vida
andoy rodando
sin quién me
quiera querer,
pobrecito
cuando muera
ni una vela me
han prender.
50
Diez hijos tuvo
mi madre
y a los diez los
ha criado,
nueve fueron
muy dichosos
y sólo yo el
desgraciado.
51
Los diablos son
muchos, doña,
y el agua
bendita es poca.
viudita con
tantos críos
diande han
comer tantas bocas.
52
Niño rico, niño
pobre,
cada cual con
su destino.
Niño blanco, niño
negro,
Diosito partió
el camino.
53
La gente si no
hay trabajo
pa’ Güenosaire
se va,
qué triste que
andan los pobres
penando por la
ciudá.
54
Cuando me fui
de El Potrero
de nadie me
despedí,
tan sólo mi
madrecita
quedó llorando
por mí.
De costumbres
55
Pa’ los
primeros de agosto
sahumamélo al
rancho mío
ma ver si se va
la yeta
que tanto
tiempo i tenío.
56
Chinita, ya va
a llover,
segurito que
graniza,
pal viento
hacéte en el patio
una crucita i
ceniza.
57
Mi abuelita me
ha enseñao
cómo debo comer
tunas,
se debe comer
impar
pa’ que vaya
guiando una.
58
Mi agüelo sin
saber ler
tenía su
sabiduría,
panza arriba
ponía un sapo
y en plena seca
llovía.
59
Mi mama sabía decirme
los días de
mucho calor:
–Changuito,
tené cuidado
porque
puede haber temblor.
60
Li traido, doña
Venancia,
a m’hija con
ojeadura,
tiene abierta
la mollera
como calzón sin
costura.
61
Pa’ que el
cielo no se aburra
Diosito inventó
a las aves
y ha inventado
la inorancia
pa’ entretener
al que sabe.
62
Pal locro
ollita de fierro,
batea de palo
pal pan,
pa’ cocinar
fuego i leña
de quebracho y
guayacán.
63
Para
hacer buena empanada
echale
papa y huevito,
cebolla,
carne picada,
pasa
de uva y ajicito.
64
Hi
llegao a esta cantina
guiado
por dos instintos;
sírvame
un locro pulsado
y
una jarra i’ vio tinto.
64
Por
los campos de Balboa
cuatreriando
mos andao.
Mos
enlazao a escondidas,
escondidos
mos carniao.
65
Siento
una cosa bien fiera
cuando
degüello un novillo
igual
que si me corriera
por
el cogote un cuchillo.
66
De
noche por Barba Yaco
se
aparece el Ucumar,
hay
que ser bien corajudo
pa’
bandear ese lugar.
67
Si
te silban las almitas
no
te de por contestar,
te
aporrean sin que las veas
y
hasta te pueden matar.
68
Los
espantos andan sueltos
por
el Paso
ai
pasa
montada
en el Alma Mula.
69
Una
lechuza que chita
es
una bruja encarnada,
mostrale
un trapito blanco
pa’
que se venga en picada.
70
Virgencita
de los Valles,
ti
traído mi puñal,
vendecilo
que esta noche
vua
peliarle al Familiar.
De humor
71
El
marido está en la cama
y
ella está en la cabecera
con
el rosario en la mano
rezando
pa’ que se muera.
72
Mis
hijos cuando me enfermo
corren
a darme asistencia
y a
la vuelta de mi cama
discuten
sobre la herencia.
73
Cuando
murió su mujer
ese
viudito celoso
cuidaba
que la finada
no
se le cruce de pozo.
74
L’otro
día pal día las almas
a tu
tumba fui a alumbrar,
al
recordar tus engaños
me
puse encima a bailar.
75
¡Qué
lindos los cementerios
el
día de los difuntos,
tan
floridos y alumbrados,
dan
ganas de ser pie–juntos!
76
Con
los pulgares mi suedra
las
empanadas repulga,
pensar
que con esos dedos
también
revienta las pulgas.
77
Mi
suedra aparenta mansa
pero
no es tan oveja,
pasemén
el ensillao
para
domarla a esa vieja.
78
Parece
que se enrollara
la
luna cuando se mengua,
qué
lindo si te enrollaras
vieja
chismosa la lengua.
79
De
delante de las suedras
espantaos
corren los yernos
como
juyen los santitios
de
las puertas del infierno.
80
Mi
suedrita es bondadosa,
siempre
quiere verme bien,
bien
aplastao en las vías
bajo
las ruedas de un tren.
81
Una
chica de quince años
se
empachó comiendo tunas
y al
cabo de nueve meses
tiró
el empacho en la cuna.
82
Estas
chicas de mi pago
son
como jardín florido,
no
saben pegar remiendos
y
quieren tener marido.
83
–Adiós,
arrope de tuna,
por
tu amor vivo quisquido.
–Aguantá que ahorita viene
a destrancarte mi marido.
84
El
coi anda en los caminos,
la
perdiz en los maizales,
vos
aquí y tu mujercita
con
otro en los pajonales.
85
Si
tu mujer anda rara,
santulona
y religiosa,
seguila
que con el cura
debe
andar haciendo cosas.
86
Sombreros
tienen los gauchos,
los
reyes tienen corona,
pero
vos tenís los cuernos
que
te pone la patrona.
87
Mis
vecinos me critican
porque
me paso de vicio,
no
saben que es el descanso
el
mejor de los oficios.
88
Si
un policía te dice:
–Venga, maula, marche preso…,
meté
la mano al bolsillo
que
lo arreglás con un peso.
89
Cuando
me pongo a cantar
no
tengo sueño ni duermo,
mandemén
a trabajar,
ai
ya no puedo de enfermo.
90
Quedé
inútil pal trabajo,
la
yeta hizo que me quiebre.
Debe
ser chistoso ver
a un
rengo correr la liebre.
91
Canten
como yo canto,
como
yo canto así canten,
no
de adelante pa’ tras
sino
de atrás pa’ delante.
92
Quién
dice que el toro es bravo,
yo
soy más bravo que el toro,
el
toro pela y mete,
yo
meto cuero y todo.
93
Como
las ollas de fierro
tenís
de negras las patas,
los
güevos hai ser más negros,
ni
qué pensar la batata.
94
Yo
soy bravo como el tigre
y
metedor como el potro,
me
gusta robar ganao
y a
la mujer de los otros.
95
Quisiera
ser buscapié
pa’
brincar entre tus patas
y
mirarte de abajito
aunque
se enoje tu tata.
96
Dicen
que la garza mora
lo
cruza al mar de un volido,
yo
también lo cruzaría
si
nos juna tu marido.
97
Cuando
hai venir pa’ Rosario,
lo
invito con gran placer;
a
usté le daré el asao
y el
chorizo a su mujer.
98
Ropa
de chala la humita,
ropa
de chala el tamal;
sin
ropa vení, chinita,
te
espero dentro el maizal.
SEGUNDA PARTE
Coplas
por
mi abuelo Eleuterio Ovallo A su memoria
Carlos Jesús Maita, 1980–1985
Por
mi abuelo Eleuterio
1
Mi
abuelo fue analfabeto
pero
leía de corrido:
en
las miradas el alma,
en
la luna los destinos.
2
Siempre
tenía un refrán
dispuesto
como un cuchillo
y
sabía leer los rastros
escritos
en los caminos.
3
Mi
abuelo, peón de arreo,
medio
coya y medio indio,
se
instruyó leyendo el campo
siempre
abierto como un libro.
4
Hablaba
de Martín Fierro
como
de alguien conocido
y
punteando una guitarra
lo
recitaba seguido.
5
Cantaba
sin apurarse
bajo
el parral, con su vino,
cerrando
fuerte los ojos
para
mirar dentro mismo.
6
Mi
abuelo salteño ha sido,
nació
en el cerro El Cajón,
era
bravo trabajando,
fue
copla su corazón.
Milonga
del Eleuterio
7
En
Los Churquis nací yo
como
un indio, bajo un árbol,
de a
poquito me hice duro,
curtido
como el quebracho.
8
Medio
el monte me crié
hambreando
y trenzando lazos,
con
el arreo y el hacha
se
encallecieron mis manos.
9
No
soy cría de patrones,
apenitas
soy un gaucho,
a la
muerte la respeto
y a
la vida me la aguanto.
10
Madrugo
en los callejones
sombra
y perro, senda y zaino,
como
el viento en los tierrales
suelto
mis penas silbando.
11
El
viento silba sus penas,
yo
silbo por no llorar,
y
así silbando en el monte
los
dos vamos a la par.
12
Sé
del vino y de la sed,
sé de
la nada en el vaso
cuando
beben tierra seca
los
vasos de mi caballo.
Coplas
de agua y montañas
14
El
cielo por las lagunas
se
mete siempre a beber,
unos
caballos lo encuentran
y se
lo beben a él.
15
La
montaña es la mujer
que
se desnuda en invierno
y
cuando llega el verano
se
viste de pasto tierno.
16
La
montaña tiene pechos
como
tiene la mujer;
maman
la luna grande
y el
sol del amanecer…
17
Espejo
de agua es el río
donde
los cielos se bañan;
yo
me baño con las nubes,
los
potros y las montañas.
18
Tempranito
en la montaña
veo
la tierra florecer,
así
florece en los hombres
el
amor por la mujer.
19
El
río lleva en su canto
la
música del amor,
es
decir lleva alegrías,
es
decir lleva dolor.
Coplas
querendonas
20
Para
cantarte de noche
ser
como el grillo quisiera
y
que tú, como la noche,
enamorada
me oyeras.
21
El
amor en ocasiones
es
igual que el carnaval,
dura
poco, sin embargo
no
se lo puede olvidar.
22
Sangre
dulce de otros días
saben
guardar las granadas,
ay,
la miel entristecida
de
tu boquita pintada.
23
El
vino de tu mirada
me
duele cuando lo trago,
por
esos clavos azules
yo
vivo crucificado.
24
Tengo
una pila de leña
juntito
del alambrado
pa’
quemar mi corazón
cuando
te estoy recordando.
25
Frente
a mí todo es oscuro,
hasta
el sol más encendido;
se
enlutan con tu recuerdo
las
cosas que yo he querido.
Coplas
del errante
26
Cuando
nos vamos del pago
nos
damos cuenta, ya lejos,
que
el pago viene con uno
llorando
adentro del pecho.
27
Cuando
uno se va alejando
de
los lugares queridos
la
sangre entera es recuerdo
y
hasta es recuerdo el olvido.
28
Ir
llorando en los caminos
sin
olvido ni consuelo,
mojando
con sal la tierra
debajo
del dulce cielo.
29
Aunque
se sequen los ojos
ir
llorando por adentro,
el
corazón contraído
como
una flor en el fuego.
30
Cuando
andamos otros pagos
no
somos nosotros solos,
hablamos
y ya se sabe
que
el pago va con nosotros.
31
Andar
andando caminos
sin
poder volver atrás,
como
el río peregrino
que
no regresa jamás.
32
Siempre
soñando volver
andamos
en otros pueblos.
¿No
es el sueño recordar,
recordar
no es sólo un sueño?
33
Los
sueños son traicioneros,
lo
agarran a uno dormido;
los
recuerdos como perros
nos
siguen por el camino.
34
Si
hay pena más dolorosa
que
la de ser forastero
cuando
en el pago de uno
lo
tratan como a extranjero.
Coplitas
tristonas
35
Oscurito
se levanta
silbando
mi corazón
como
bandada i charatas
cantando
en la ramazón.
36
La
agüita besa las flores
en
el verde pastizal
pero
a mi alma ha besado
la
boca del arenal.
37
Mis
amigos fueron muchos
mientras
tuve unas monedas,
las
monedas se acabaron,
ningún
amigo me queda.
38
Soy
del monte y tomo vino,
mi
tata fue alambrador,
los
postes le florecían
mojados
por su sudor.
39
Pongo
el lomo para el rico
puntualmente,
sol a sol;
él
compra tractor y finca,
yo
compro frascos de alcohol.
40
No
lo quisiera ofender
pero
tengo una gran duda,
si
su amistad es sincera
o si
es como la de Judas.
41
El
agua de lluvia borra
las
manchas de soledad,
pero
yo he nacido justo
donde
hay sólo sequedad.
42
Por
esos cerros, silbando,
de
tarde me gusta andar,
que
oiga el viento silbador
que
yo también sé silbar.
43
Como
va la almita en pena
yo
voy de noche silbando,
más
despacio que el silencio,
como
el alma, más despacio.
44
Por
las noches me conformo
con
matear junto al fogón,
la
nostalgia que no es nada
de
golpe se hace un montón.
45
A
bagualear me invitaron
y yo
no sé bagualear,
la
copla se vuelve herida
y mi
canto empieza a sangrar.
A su
hermano Emilio Froilán Ovallo
46
Relincha
en la noche triste
sin
su jinete un caballo,
sabe
que partió sin vuelta
mi
hermano, el Emilio Ovallo.
47
De
la muerte hablar no quiero
pero
tengo un dolor fuerte
y a
fuerza de desahogarme
empiezo
a hablar de la muerte.
48
La
vida es un pollo blanco,
la
muerte es un gallo negro,
siempre
bebe sangre tierna
la
arena del reñidero.
49
La
vida como una rosa
con
los pétalos de arena
en
el viento se deshoja
cuando
la sopla la pena.
50
Cuando
alguien muere, qué cosa,
en
los velorios se advierte
que
no lloramos al muerto
sino
nuestra propia suerte...
51
Esta
noche tengo el alma
como
las ruedas de un carro,
dos
bueyes color de sombra
callados
la van tirando.
Coplas de caja y muerte
52
La
muerte tiene una caja
que
sabe de contrapuntos,
por
payador que uno sea
lo
mismo queda difunto.
53
“Ya
murió Eleuterio Ovallo,
ya
lo llevan a enterrar…”,
así
cantará mi sombra,
conmigo
la enterrarán.
54
Si
se muere este critiano
no
tiene por qué haber pena,
cantemén
coplas alegres,
no
me recen la novena.
55
Cuando
yo muera no digan:
“el
viejo Ovallo se ha muerto”,
porque
si alguien me recuerda
será
como estar despierto.
56
Para
pelearle a la muerte
el
hombre es igual que el grillo,
de
aliada tiene en la sombra
la
copla como un cuchillo.
57
Con
aloja empapemén
cuando
muera mi mortaja
y
por flores pongamén
entre
mis manos mi caja[1].
Coplas
de amor y de olvido
58
Vidita,
si me enamoro
crecen
flores en la arena
y en
el viento lloran pájaros
los
ojos de mi pena.
59
Como
un caballo con alas
una
copla suelto al viento,
yo
voy cabalgando en ella
machadito
de contento.
60
Todo
se hace musical
cuando
el agua da en la roca
y
todo se vuelve miel
cuando
yo beso tu boca.
61
Me
besa loca la tierra
en
cada trago de vino,
cuando
me acueste con ella
será
el final del camino.
62
Qué
hermoso será morirse,
morirse
siendo querido,
pero
qué amarga la muerte
cuando
el amor es olvido.
63
Qué
pena la de la rosa,
nacer
para morir pronto,
si
no en la mano del hombre
se
muere sola en su tronco.
Se terminó de imprimir
en los talleres gráficos de Imprenta
FAMA GRAF
Avda. 9de julio 655 (4190),
Rosario de la Frontera, Salta,
en el año 2001
[1] Copla de Carlos Jesús Maita galardonada como Mejor Copla de Carnaval
en el Concurso realizado por la Municipalidad de la ciudad de Salta 1997. Luego
empezó a cantarla el “Bagualero” Vázquez.