100 COPLAS POPULARES

 

de Rosario de la Frontera

 

 

 

 

 

 

 

(Recopiladas por Carlos Jesús Maita,

 1985 – 2000)

 

 

 

 

INCLUYE

 

“Coplas por mi abuelo Eleuterio Ovallo”

de Carlos Jesús Maita

 

 

Este es el primer libro

de recopilación de coplas populares

publicado en Rosario de la Frontera,

tierra natal

de Juana Manuela Gorriti

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuidado de la edición: Grupo Cultural TAKKU, revista La Frontera.

Dibujo de tapa: tinta del Prof. Santos Vergara (Orán)

Hecho el depósito legal. Prohibida su reproducción total o parcial

 

Colección LETRAS ROSARINAS – TOMO I

Copyright Carlos Jesús Maita. Avda 9 de julio Nº 28 (4190)

Rosario de la Frontera, Salta, Argentina

 

 

Introducción

 

 

     La copla, herencia hispánica, es el vínculo primitivo de la expresión literaria regional con vigencia plena. Se trata de una estrofa de cuatro versos, casi siempre octosilábicos, de carácter popular, con rima asonante o consonante en los versos pares. Puede ser recitada o cantada. Hay coplas de amor, humorísticas, tristes, picarescas, patrióticas, de costumbres, religiosas, etc.

     Todo pueblo tiene su cancionero, sus coplas. Todo cancionero popular es anónimo. Yo salí a recoger unas coplas por Rosario de la Frontera, mi tierra natal, para dejar testimonio escrito de su cancionero. Mi búsqueda se extendió por más de 15 años.

     Golpee varias puertas. Con el tiempo comprobé que en la ciudad –sobre todo en las nuevas generaciones– la copla fue cayendo en el olvido. Por suerte perdura en algunos mayores de las zonas campesinas, tal vez porque allí, la TV y otros chiches de la urbanidad no avasallan la memoria, aunque sí causan estragos la miseria y la marginación.

     Las coplas que logré recopilar me fueron referidas con respeto y cariño. Unos las extrajeron de un cuaderno amarillo de algún familiar difunto. Otros hicieron fuerza por recordar las que entonaron en remotas carpas de Carnaval o yerras y pifiaron una y otra vez hasta pulir el recuerdo. Otros las soltaron del corazón como quien da una cuchillada a un odre lleno de vino.

     Reuní muchas coplas. Para armar el presente trabajo las seleccione, clasifiqué y agrué siguiendo un criterio personal de afinidad temática. Habrá algunas que nos suenen de otro lado. Ocurre que la adopción y la adaptación de coplas es una característica del cancionero popular. Juan Alfonso Carrizo lo pone de relieve en su singular recopilación del cancionero de las provincias del Norte Argentino donde, en sendos casos, se observan coplas ya cantadas en otras regiones del mundo.

     Repaso emocionado las páginas en la computadora. Me parecen un milagro, una rosa encendida en medio de los hierros retorcidos de la globalización. Tengan los lectores estas coplas como un documento básico de la literatura de Rosario de la Frontera. Es mi humilde aporte al rico Cancionero Popular de Salta.

 

Carlos Jesús Maita

Rosario de la Frontera, Salta

Carnaval de 2001

 

 

 

 

 

 

Mi canto tiene raíces

del presente y del ayer,

sin pasado ni presente

futuro no ha de tener.

 

Carlos Jesús Maita

(de “Coplas de la Comparsa”,

Ed. Tunparenda, Salta, 1992)

 

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PRIMERA PARTE

 

 

100 Coplas

Populares

de Rosario de la Frontera                                                                                                    

 

 

 

 

(Recopiladas por Carlos Jesús Maita, 1985 – 2001)

 

 

 

Agradecimiento

 

 

Refiero a modo de AGRADECIMIENTO los nombres de quienes me transmitieron las coplas de este libro:

 

 


Néstor “Chiquito” Chávez

Zenón Casasola

Ricardo López

Juana ramos

Mónica Lobo

Nimio Núñez

Adrián Guerrero

Pedro Pinto

Carlos Alfonso Rivas

Oscar “Negro” Romano

Mario “Gareca” González

Demetrio Maita

José Moya

Pedro Montenegro

Sixto Masías

Santos F. Medina

“Lalo” Delgado

Ginés “Flaco” Palazón

Sonia Condorí

“Pancho” Rivero

Justina Aparicio

Felipa Aparicio

Cristina Burgos de Méndez

Candelario Rojas

Carlos Gómez

Antonio Velata

Juan “Zorro” Colque

Marcelo Condorí

Mercedes Luna

Don Uvence, de Pozo Verde

Don Cañete, de Las Lechuzas

Reymundo Zapana

“Machaquita” Machaca

Ramona E. Lombardi

Comparsa “Los Indios Chamorros” de Villa Vivero, fundada en 1902

Eleuterio Ovallo

Escuelas del Departamento de Rosario de la Frontera


 

 

 

 

 

 

 

Del pago

 

 

1

 

Yo soy de este pago hermoso,

Rosario de la Frontera,

donde se enlutan los vasos

cuando muere un calavera.

 

 

2

 

A mi vino lo derramo

en la tierra en carnaval

pa’ que beban mis abuelos

enterraos en  El Ceibal.

 

 

3

 

Salta tiene por el Sur

a Rosario de portal,

verde valle, cielo azul,

buena gente, agua termal.

 

 

4

 

Soy del pago de Rosario,

de La  Hoyada pa’ más dato,

a veces no paro la olla

porque soy un  pelagato.

 

 

 

5

 

A Rosario yo lo llevo

desde el día que nací,

apenas digo mi nombre

mi tierra salta de mí.

 

 

6

 

Para mí todito es lindo,

para mí todo es igual,

soy un gaucho aquerenciado

n’ el pago El Algarrobal.

 

 

7

 

Yo no sé qué tiene el vino

que a mí me da por chupar,

cuando estoy alegre chupo

y cuando estoy por llorar.

 

 

8

 

El vino tiene esas cosas

que al hombre lo hacen cantar,

llora y ríe, ríe y llora,

puede morir o matar.

 

 

9

 

Yo ‘i nacido en El Naranjo,

donde el Cristo Articulado,

y como el Cristo me paso

sentadito o acostado.

 

 

10

 

De allá abajo mi venido

cruzando zanja y zanjones,

nada me han hecho los tigres,

qué me han de hacer los leones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De amor

 

 

11

 

En la punta de aquel cerro

yo hi clavado mi facón,

así clavaste tus ojos

adentro mi corazón.

 

 

12

 

Lloviendo está sobre el río

y ya saltan los pescaos,

así salta el corazón mío

cuando te veo en algún lao.

 

 

13

 

Tu corazón es más dulce

que la misma chirimoya

pero a mí me hace llorar

cual si fuera de cebolla.

 

 

14

 

Tata Dios me ha dao los ojos

pero pa’ hacerme sufrir,

te veo pasar tan hermosa

pero no sos para mí.

 

 

 

15

 

Ayer te canté en Los Churquis,

hoy te canto en Tinajeras,

en el cielo o el infierno

te cantaré cuando muera.

 

 

16

 

No mezquinés tu hermosura

china linda, mostraméla,

que nadie hai querer mirarte

cuando ya seas abuela.

 

 

17

 

Mañana por la mañana

va a correr un viento frío,

no le echés la culpa al viento

que son los suspiros míos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Picantes y picaronas

 

 

18

 

La pucha qué lindas son

las mujeres de La Hoyada,

¡si vestidas son tan lindas

qué serán así sin nada!

 

 

19

 

Qué grandes tenís los pechos,

redondos como la luna,

las puntas han de ser dulces

como el arrope de tuna!

 

 

20

 

Gustito a pan son tus manos

y tus pechos gusto a rosa

y tendrás gustito a charqui

bajo tu vientre otra cosa.

 

 

21

 

Como lambe el río la arena,

como la vaca la sal,

así yo te lambería

noche y día sin parar.

 

 

 

22

 

Yo soy como el caschi yuto

cuando quiero un amor nuevo,

como no tengo la cola

siquiera el tronco lo muevo.

 

 

23

 

Si querís tener chinitas

atendelas con ternura

porque son como las moscas:

las atrae la dulzura.

 

 

24

 

Dicen que a los casados

se les corta la alegría,

yo soy casado hace mucho

y ando alegre todavía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De amor, dolidas y tristonas

 

 

25

 

En Los Sauces fuiste mía,

te perdí en El Arenal,

volví a tenerte en Horcones

y te perdí en El Ceibal.

 

 

26

 

Los sauces cómo reían

el día que te conocí,

ahora que te he perdido

los sauces lloran por mí.

 

 

27

 

Bajo los sauces llorones

me senté a llorar tu adiós,

llorando estaban los sauces

pero más lloraba yo.

 

 

28

 

El anillo que me diste

fue de vidrio y se quebró,

el amor que yo te tuve

fue de agua y se derramó.

 

 

 

29

 

No hay cosa más dolorida

que el corazón del humano

cuando la amada lo deja

y él sigue amándola en vano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De amor, casamenteras y sabiondas

 

 

30

 

Ya quisiera verte yo

en la finca El Duraznito

donde hasta el gaucho más vivo

puede pisar el palito.

 

 

31

 

Ya quisiera verte yo

en la finca de Ojo de Agua

donde hasta el gaucho más duro

se ablanda por una enagua.

 

 

32

 

Ya quisiera verte yo

campo adentro, allá en Mogotes,

donde el más arisco sale

con el lazo en el cogote.

 

 

33

 

Ya quisiera verte yo

en la finca La Australasia

donde casarse no es nada,

parar la olla es la desgracia.

 

 

 

34

 

Ya quisiera verte yo

casándote en el altar,

tenís gana i decir no

y el sale por azar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De carnaval

 

 

35

 

Yo tenía en vez de cabras

penitas en mi corral,

ayer me ha dentrao el lión

que se llama Carnaval.

 

 

36

 

Ya se viene el Carnaval

por los cerros de Ojo de Agua

haciendo chispear las coplas

como el acero en la fragua.

 

 

37

 

En las carpas bailan todos

borrachos y coloraos,

Mandinga les tiró encima

la sangre de un puñaliao.

 

 

38

 

Me gusta andar por las carpas

de Cámara y San Martín,

bagualeando con mi caja

mi alegría no tiene fin.

 

 

 

39

 

En Carnaval una tarde

bagualié mientras llovía

y la copla agua de lluvia

de sólo estar se volvía.

 

 

40

 

Tapalo con hojas secas

cuando caiga el Carnaval,

cuando le pase la macha

se hai volver a levantar.

 

 

41

 

Por andar carnavaleando

a mi mujer descuidé,

cuando volví pa’ mi rancho

ni el rastrito le encontré.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De desdicha

 

 

42

 

No quieren cantar conmigo

reparando en mi pobreza,

pero nunca canto solo,

me acompaña la tristeza.

 

 

43

 

Copo Quile, así se llama

la tierra donde he nacido,

de verme sufrir mi madre

maldice haberme parido.

 

 

44

 

Yo nací para ser pobre,

el rico me mira mal,

se olvida que puse el lomo

pa’ que él tenga su caudal.

 

 

45

 

El negro que tiene plata

en cualquier parte entra y sale,

como yo soy negro pobre

ninguna puerta se me abre.

 

 

 

46

 

De mi pago me fui un día

porque allí no era querido,

en el pago de Rosario

soy un bicho aborrecido.

 

 

47

 

Nací el primero de agosto

y la Virgen ha lloraro

diciendo: –Este pobre diablo

seguro hai ser desgraciao.

 

 

48

 

Cuando yo era una guagüita

me alzaban todos a mí,

ahora que ya soy grande

ando tirao por ahí.

 

 

49

 

Por la vida andoy rodando

sin quién me quiera querer,

pobrecito cuando muera

ni una vela me han prender.

 

 

50

 

Diez hijos tuvo mi madre

y a los diez los ha criado,

nueve fueron muy dichosos

y sólo yo el desgraciado.

 

 

51

 

Los diablos son muchos, doña,

y el agua bendita es poca.

viudita con tantos críos

diande han comer tantas bocas.

 

 

52

 

Niño rico, niño pobre,

cada cual con su destino.

Niño blanco, niño negro,

Diosito partió el camino.

 

 

53

 

La gente si no hay trabajo

pa’ Güenosaire se va,

qué triste que andan los pobres

penando por la ciudá.

 

 

54

 

Cuando me fui de El Potrero

de nadie me despedí,

tan sólo mi madrecita

quedó llorando por mí.

 

 

 

 

De costumbres

 

 

55

 

Pa’ los primeros de agosto

sahumamélo al rancho mío

ma ver si se va la yeta

que tanto tiempo i tenío.

 

 

56

 

Chinita, ya va a llover,

segurito que graniza,

pal viento hacéte en el patio

una crucita i ceniza.

 

 

57

 

Mi abuelita me ha enseñao

cómo debo comer tunas,

se debe comer impar

pa’ que vaya guiando una.

 

 

58

 

Mi agüelo sin saber ler

tenía su sabiduría,

panza arriba ponía un sapo

y en plena seca llovía.

 

 

 

59

 

Mi  mama sabía decirme

los días de mucho calor:

–Changuito, tené cuidado

porque puede haber temblor.

 

 

60

 

Li traido, doña Venancia,

a m’hija con ojeadura,

tiene abierta la mollera

como calzón sin costura.

 

 

61

 

Pa’ que el cielo no se aburra

Diosito inventó a las aves

y ha inventado la inorancia

pa’ entretener al que sabe.

 

 

62

 

Pal locro ollita de fierro,

batea de palo pal pan,

pa’ cocinar fuego i leña

de quebracho y guayacán.

 

 

63

 

Para hacer buena empanada

echale papa y huevito,

cebolla, carne picada,

pasa de uva y ajicito.

 

 

64

 

Hi llegao a esta cantina

guiado por dos instintos;

sírvame un locro pulsado

y una jarra i’ vio tinto.

 

 

64

 

Por los campos de Balboa

cuatreriando mos andao.

Mos enlazao a escondidas,

escondidos mos carniao.

 

 

65

 

Siento una cosa bien fiera

cuando degüello un novillo

igual que si me corriera

por el cogote un cuchillo.

 

 

66

 

De noche por Barba Yaco

se aparece el Ucumar,

hay que ser bien corajudo

pa’ bandear ese lugar.

 

 

 

 

67

 

Si te silban las almitas

no te de por contestar,

te aporrean sin que las veas

y hasta te pueden matar.

 

 

68

 

Los espantos andan sueltos

por el Paso La Angostura,

ai pasa la Viuda Negra

montada en el Alma Mula.

 

 

69

 

Una lechuza que chita

es una bruja encarnada,

mostrale un trapito blanco

pa’ que se venga en picada.

 

 

70

 

Virgencita de los Valles,

ti traído mi puñal,

vendecilo que esta noche

vua peliarle al Familiar.

 

 

 

 

 

 

 

 

De humor

 

 

71

 

El marido está en la cama

y ella está en la cabecera

con el rosario en la mano

rezando pa’ que se muera.

 

 

72

 

Mis hijos cuando me enfermo

corren a darme asistencia

y a la vuelta de mi cama

discuten sobre la herencia.

 

 

73

 

Cuando murió su mujer

ese viudito celoso

cuidaba que la finada

no se le cruce de pozo.

 

 

74

 

L’otro día pal día las almas

a tu tumba fui a alumbrar,

al recordar tus engaños

me puse encima a bailar.

 

 

75

 

¡Qué lindos los cementerios

el día de los difuntos,

tan floridos y alumbrados,

dan ganas de ser pie–juntos!

 

 

76

 

Con los pulgares mi suedra

las empanadas repulga,

pensar que con esos dedos

también revienta las pulgas.

 

 

77

 

Mi suedra aparenta mansa

pero no es tan oveja,

pasemén el ensillao

para domarla a esa vieja.

 

 

78

 

Parece que se enrollara

la luna cuando se mengua,

qué lindo si te enrollaras

vieja chismosa la lengua.

 

 

79

 

De delante de las suedras

espantaos corren los yernos

como juyen los santitios

de las puertas del infierno.

 

 

80

 

Mi suedrita es bondadosa,

siempre quiere verme bien,

bien aplastao en las vías

bajo las ruedas de un tren.

 

 

81

 

Una chica de quince años

se empachó comiendo tunas

y al cabo de nueve meses

tiró el empacho en la cuna.

 

 

82

 

Estas chicas de mi pago

son como jardín florido,

no saben pegar remiendos

y quieren tener marido.

 

 

83

 

–Adiós, arrope de tuna,

por tu amor vivo quisquido.

–Aguantá que ahorita viene

a destrancarte mi marido.

 

 

 

 

84

 

El coi anda en los caminos,

la perdiz en los maizales,

vos aquí y tu mujercita

con otro en los pajonales.

 

 

85

 

Si tu mujer anda rara,

santulona y religiosa,

seguila que con el cura

debe andar haciendo cosas.

 

 

86

 

Sombreros tienen los gauchos,

los reyes tienen corona,

pero vos tenís los cuernos

que te pone la patrona.

 

 

87

 

Mis vecinos me critican

porque me paso de vicio,

no saben que es el descanso

el mejor de los oficios.

 

 

88

 

Si un policía te dice:

–Venga, maula, marche preso…,

meté la mano al bolsillo

que lo arreglás con un peso.

 

 

89

 

Cuando me pongo a cantar

no tengo sueño ni duermo,

mandemén a trabajar,

ai ya no puedo de enfermo.

 

 

90

 

Quedé inútil pal trabajo,

la yeta hizo que me quiebre.

Debe ser chistoso ver

a un rengo correr la liebre.

 

 

91

 

Canten como yo canto,

como yo canto así canten,

no de adelante pa’ tras

sino de atrás pa’ delante.

 

 

92

 

Quién dice que el toro es bravo,

yo soy más bravo que el toro,

el toro pela y mete,

yo meto cuero y todo.

 

 

 

 

93

 

Como las ollas de fierro

tenís de negras las patas,

los güevos hai ser más negros,

ni qué pensar la batata.

 

 

94

 

Yo soy bravo como el tigre

y metedor como el potro,

me gusta robar ganao

y a la mujer de los otros.

 

 

95

 

Quisiera ser buscapié

pa’ brincar entre tus patas

y mirarte de abajito

aunque se enoje tu tata.

 

 

96

 

Dicen que la garza mora

lo cruza al mar de un volido,

yo también lo cruzaría

si nos juna tu marido.

 

 

97

 

Cuando hai venir pa’ Rosario,

lo invito con gran placer;

a usté le daré el asao

y el chorizo a su mujer.

 

 

98

 

Ropa de chala la humita,

ropa de chala el tamal;

sin ropa vení, chinita,

te espero dentro el maizal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SEGUNDA PARTE

 

Coplas

por mi abuelo Eleuterio Ovallo                                                                                                           A su memoria

 

 

 

 

 

 

 

Carlos Jesús Maita, 1980–1985

 


 

Por mi abuelo Eleuterio

 

 

1

 

Mi abuelo fue analfabeto

pero leía de corrido:

en las miradas el alma,

en la luna los destinos.

 

 

2

 

Siempre tenía un refrán

dispuesto como un cuchillo

y sabía leer los rastros

escritos en los caminos.

 

 

3

 

Mi abuelo, peón de arreo,

medio coya y medio indio,

se instruyó leyendo el campo

siempre abierto como un libro.

 

 

4

Hablaba de Martín Fierro

como de alguien conocido

y punteando una guitarra

lo recitaba seguido.

 

 

 

 

5

 

Cantaba sin apurarse

bajo el parral, con su vino,

cerrando fuerte los ojos

para mirar dentro mismo.

 

 

6

 

Mi abuelo salteño ha sido,

nació en el cerro El Cajón,

era bravo trabajando,

fue copla su corazón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Milonga del Eleuterio

 

 

7

 

En Los Churquis nací yo

como un indio, bajo un árbol,

de a poquito me hice duro,

curtido como el quebracho.

 

 

8

 

Medio el monte me crié

hambreando y trenzando lazos,

con el arreo y el hacha

se encallecieron mis manos.

 

 

9

 

No soy cría de patrones,

apenitas soy un gaucho,

a la muerte la respeto

y a la vida me la aguanto.

 

 

10

 

Madrugo en los callejones

sombra y perro, senda y zaino,

como el viento en los tierrales

suelto mis penas silbando.

 

 

 

11

 

El viento silba sus penas,

yo silbo por no llorar,

y así silbando en el monte

los dos vamos a la par.

 

 

12

 

Sé del vino y de la sed,

sé de la nada en el vaso

cuando beben tierra seca

los vasos de mi caballo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Coplas de agua y montañas

 

 

14

 

El cielo por las lagunas

se mete siempre a beber,

unos caballos lo encuentran

y se lo beben a él.

 

 

15

 

La montaña es la mujer

que se desnuda en invierno

y cuando llega el verano

se viste de pasto tierno.

 

 

16

 

La montaña tiene pechos

como tiene la mujer;

maman la luna grande

y el sol del amanecer…

 

 

17

 

Espejo de agua es el río

donde los cielos se bañan;

yo me baño con las nubes,

los potros y las montañas.

 

 

 

18

 

Tempranito en la montaña

veo la tierra florecer,

así florece en los hombres

el amor por la mujer.

 

 

19

 

El río lleva en su canto

la música del amor,

es decir lleva alegrías,

es decir lleva dolor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Coplas querendonas

 

 

20

 

Para cantarte de noche

ser como el grillo quisiera

y que tú, como la noche,

enamorada me oyeras.

 

 

21

 

El amor en ocasiones

es igual que el carnaval,

dura poco, sin embargo

no se lo puede olvidar.

 

 

22

 

Sangre dulce de otros días

saben guardar las granadas,

ay, la miel entristecida

de tu boquita pintada.

 

 

23

 

El vino de tu mirada

me duele cuando lo trago,

por esos clavos azules

yo vivo crucificado.

 

 

 

24

 

Tengo una pila de leña

juntito del alambrado

pa’ quemar mi corazón

cuando te estoy recordando.

 

 

25

 

Frente a mí todo es oscuro,

hasta el sol más encendido;

se enlutan con tu recuerdo

las cosas que yo he querido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Coplas del errante

 

 

26

 

Cuando nos vamos del pago

nos damos cuenta, ya lejos,

que el pago viene con uno

llorando adentro del pecho.

 

 

27

 

Cuando uno se va alejando

de los lugares queridos

la sangre entera es recuerdo

y hasta es recuerdo el olvido.

 

 

28

 

Ir llorando en los caminos

sin olvido ni consuelo,

mojando con sal la tierra

debajo del dulce cielo.

 

 

29

 

Aunque se sequen los ojos

ir llorando por adentro,

el corazón contraído

como una flor en el fuego.

 

 

 

30

 

Cuando andamos otros pagos

no somos nosotros solos,

hablamos y ya se sabe

que el pago va con nosotros.

 

 

31

 

Andar andando caminos

sin poder volver atrás,

como el río peregrino

que no regresa jamás.

 

 

32

 

Siempre soñando volver

andamos en otros pueblos.

¿No es el sueño recordar,

recordar no es sólo un sueño?

 

 

33

 

Los sueños son traicioneros,

lo agarran a uno dormido;

los recuerdos como perros

nos siguen por el camino.

 

 

34

 

Si hay pena más dolorosa

que la de ser forastero

cuando en el pago de uno

lo tratan como a extranjero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Coplitas tristonas

 

 

35

 

Oscurito se levanta

silbando mi corazón

como bandada i charatas

cantando en la ramazón.

 

 

36

 

La agüita besa las flores

en el verde pastizal

pero a mi alma ha besado

la boca del arenal.

 

 

37

 

Mis amigos fueron muchos

mientras tuve unas monedas,

las monedas se acabaron,

ningún amigo me queda.

 

 

38

 

Soy del monte y tomo vino,

mi tata fue alambrador,

los postes le florecían

mojados por su sudor.

 

 

 

39

 

Pongo el lomo para el rico

puntualmente, sol a sol;

él compra tractor y finca,

yo compro frascos de alcohol.

 

 

40

 

No lo quisiera ofender

pero tengo una gran duda,

si su amistad es sincera

o si es como la de Judas.

 

 

41

 

El agua de lluvia borra

las manchas de soledad,

pero yo he nacido justo

donde hay sólo sequedad.

 

 

42

 

Por esos cerros, silbando,

de tarde me gusta andar,

que oiga el viento silbador

que yo también sé silbar.

 

 

43

 

Como va la almita en pena

yo voy de noche silbando,

más despacio que el silencio,

como el alma, más despacio.

 

 

44

 

Por las noches me conformo

con matear junto al fogón,

la nostalgia que no es nada

de golpe se hace un montón.

 

 

45

 

A bagualear me invitaron

y yo no sé bagualear,

la copla se vuelve herida

y mi canto empieza a sangrar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A su hermano Emilio Froilán Ovallo

 

 

46

 

Relincha en la noche triste

sin su jinete un caballo,

sabe que partió sin vuelta

mi hermano, el Emilio Ovallo.

 

 

47

 

De la muerte hablar no quiero

pero tengo un dolor fuerte

y a fuerza de desahogarme

empiezo a hablar de la muerte.

 

 

48

 

La vida es un pollo blanco,

la muerte es un gallo negro,

siempre bebe sangre tierna

la arena del reñidero.

 

 

49

 

La vida como una rosa

con los pétalos de arena

en el viento se deshoja

cuando la sopla la pena.

 

 

 

50

 

Cuando alguien muere, qué cosa,

en los velorios se advierte

que no lloramos al muerto

sino nuestra propia suerte...

 

 

51

 

Esta noche tengo el alma

como las ruedas de un carro,

dos bueyes color de sombra

callados la van tirando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Coplas de caja y muerte

 

 

52

 

La muerte tiene una caja

que sabe de contrapuntos,

por payador que uno sea

lo mismo queda difunto.

 

 

53

 

“Ya murió Eleuterio Ovallo,

ya lo llevan a enterrar…”,

así cantará mi sombra,

conmigo la enterrarán.

 

 

54

 

Si se muere este critiano

no tiene por qué haber pena,

cantemén coplas alegres,

no me recen la novena.

 

 

55

 

Cuando yo muera no digan:

“el viejo Ovallo se ha muerto”,

porque si alguien me recuerda

será como estar despierto.

 

 

 

56

 

Para pelearle a la muerte

el hombre es igual que el grillo,

de aliada tiene en la sombra

la copla como un cuchillo.

 

 

57

 

Con aloja empapemén

cuando muera mi mortaja

y por flores pongamén

entre mis manos mi caja[1].

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Coplas de amor y de olvido

 

 

58

 

Vidita, si me enamoro

crecen flores en la arena

y en el viento lloran pájaros

los ojos de mi pena.

 

 

59

 

Como un caballo con alas

una copla suelto al viento,

yo voy cabalgando en ella

machadito de contento.

 

 

60

 

Todo se hace musical

cuando el agua da en la roca

y todo se vuelve miel

cuando yo beso tu boca.

 

 

61

 

Me besa loca la tierra

en cada trago de vino,

cuando me acueste con ella

será el final del camino.

 

 

 

62

 

Qué hermoso será morirse,

morirse siendo querido,

pero qué amarga la muerte

cuando el amor es olvido.

 

 

63

 

Qué pena la de la rosa,

nacer para morir pronto,

si no en la mano del hombre

se muere sola en su tronco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se terminó de imprimir

en los talleres gráficos de Imprenta

FAMA GRAF

Avda. 9de julio 655 (4190),

Rosario de la Frontera, Salta,

en el año 2001

 

 

 



[1] Copla de Carlos Jesús Maita galardonada como Mejor Copla de Carnaval en el Concurso realizado por la Municipalidad de la ciudad de Salta 1997. Luego empezó a cantarla el “Bagualero” Vázquez.