Dentro
de un marco de inigualable belleza, a 75 Km. de Campo Quijano,
en la Quebrada de las Cuevas
se ubica este pueblito casi en la desembocadura con la Quebrada
del Toro a una altura de 3200 mts. sobre el nivel del mar.
El
lugar cuenta con escuela, puesto sanitario, correo, un puesto
policial y una iglesia.
En
la fiesta de su patrona Santa Rosa de Lima, el 30 de agosto,
se congrega gran cantidad de personas, que llegan a participar
en las numerosas ceremonias: misas, procesiones, responsos,
casamientos, bautismos, etc que sirven como pretexto a los
festejos que le siguen. En estos lugares todas las ceremonias
se presentan como un refuerzo del ritual autóctono
como la novena, o la señalada, donde las oraciones
cristianas se intercalan en el ritual indígena propiciatorio
de un mejor ventura para sus animales. Asimismo la comida,
el trueque, los artesanos del tejido que subsisten, son
una prolongación del pasado manteniendo los mismos
métodos, recorriendo los mismos caminos y manteniendo
las mismas esperanzas.
A
escasos metros, en la cima de una montaña, que suponía
un mayor dominio del área, se encuentra una antigua
ciudad preihispánica
de 12 hectáreas que asombra al viajero y constituye
sin lugar a dudas uno de los monumentos más importantes
de la arqueología argentina, data de los siglos XIV
y XV surcado por el camino del Inka
que comunica la Puna con los Valles Calchaquíes,
presentando 1.160 recintos de piedra, calzadas sobreelevadas,
plazas y arquitectura funeraria y depósitos arqueológicos
a bajo nivel.
El
conjunto está recorrido por calles sobreelevadas
que conducen a espacios en los que tenían lugar las
actividades comunales y públicas, como sitios de
molienda de granos, corrales de llamas y plazas. En la plaza
principal se encuentra la piedra sagrada (wanka) donde se
realizaban las prácticas rituales. Se estima que
en su momento de apogeo, a fines del siglo XV, la población
de Tastil superaba los dos mil habitantes.
En
diciembre de 1997 este
poblado pre-hispánico fue Declarado Monumento
Histórico Nacional por el Decreto 114/97.