El Lic. Don Hernando de Lerma fundó la ciudad de Salta, el 16 de abril de 1582. Desde entonces muchos años pasaron, pero Salta permaneció fiel al estilo de sus primeras casas. Es la más española de las ciudades argentinas, lo es no solamente por el aspecto edilicio, sino también por la hidalguía, la hospitalidad y el innato señorío de sus habitantes.

Desde el Cerro San Bernardo, a cuya cima se llega por un moderno teleférico o ascendiendo 270 m. por un camino de cornisa de 4 km., se puede contemplar la ciudad toda en una inolvidable visión de techos rojos, limpias calles, casas de bella estructura y valiosos monumentos históricos.

Alguno de ellos son: el viejo Cabildo, hoy Museo Histórico del Norte, la Catedral, con su riqueza de tallas y pinturas; el Convento San Bernardo, con su maravilloso portal tallado; la Iglesia La Merced, la antigua Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de la Viña y el Convento de San Francisco.

El gran monumento “20 de Febrero” del escultor Torcuato Tasso, que conmemora el triunfo argentino en la Batalla de Salta.

Güemes es el héroe máximo de Salta y tiene su monumento al pie del Cerro San Bernardo. Representa el acontecimiento histórico más glorioso de los salteños: la “guerra gaucha”, la cual se realizó mientras el General San Martín cruzaba la cordillera de los Andes para sorprender a los españoles por la retaguardia mientras el General Martín Miguel de Güemes al frente de sus feroces guerrillas detenía a los poderosos ejércitos del Rey de España.

Pero Salta no es solamente una ciudad de rico pasado. Su vasto centro comercial ofrece al turista todos los artículos y servicios imaginables, incluyendo la alegría de su activa vida nocturna, parte de la cual se desarrolla en la calle Balcarce.

Ciento de hoteles, moteles y residenciales aseguran al turista un alojamiento confortable. Los lujos del paladar están garantizados en sus restaurantes y casas de comida que ofrecen desde la más depurada cocina internacional hasta los deliciosos platos regionales salteños.