Tobías Rosenberg, es sin duda uno de los más destacados investigadores del folklore argentino. Andariego del mundo tuvo la sabiduría y la intuición para acercarse a los otros y descubrir sin prejuicios ni dogmatismos previos, otras verdades y realidades plenas de sentido que hunden sus raíces en el inconsciente colectivo, en los remotos antepasados, en el pueblo que sigue alimentando los legados recibidos por la tradición y que han llegado hasta nosotros en forma de mitos, supersticiones, leyendas, ceremonias, cultos y ritos. Supo adentrarse en el alma del pueblo y dejar que las vivencias fluyan con espontaneidad, consustanciarse con ellas, comprender y desentrañar la riqueza y el significado de cada una de las manifestaciones que nutren la cultura popular.
Este trabajo que forma parte de una investigación mayor, pretende bosquejar la temática y los principales aspectos a los que dedicara gran parte de su vida. Su obra es fruto de largos años de continuada y paciente labor de campo, es decir de una documentación viva, de hechos palpados y sentidos, de hundirse en los cerros y en los campos para comprobar cada manifestación y participar en ellas. Su pasión por adentrarse en las tradiciones más ancestrales de nuestro pueblo, lo llevó a recorrer todos los caminos posibles del noroeste argentino, que le permitieron la vivencia de cada una de estas tradiciones y volcarlas luego en sus escritos.
Nacido en Palacios, Provincia de Santa Fe, en una colonia de inmigrantes judíos, pronto sintió la atracción de las cosas de esta tierra y dejando de lado todo prejuicio se volcó a una investigación que ha trascendido los límites de su lugar. Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires y su pasión por la lectura fue una constante que le permitió poseer, una "enciclopedia" que asombra por su magnitud y profundidad. Llegado a Tucumán se casó con Dolores Encarnación Dupuy , mujer de gran personalidad y activa vida social, en cuya casa de puertas siempre abiertas se recibía a los más destacados artistas y personalidades que llegaban a Tucumán. Sus actividades comerciales se realizaban en forma paralela a sus investigaciones, sirviéndole aquellas como un medio para poder concretar su verdadera vocación de investigador en los temas siempre relacionados con el folklore. Fue propietario de la librería Cervantes y To Be, que posteriormente pasaron a manos de Guido Parpagnoli y Ornar Estrella respectivamente.
En 1936 Tobías Rosenberg obtiene el Primer Premio por su libro Palo'i Chalchal, supersticiones, leyendas y costumbres del Tucumán, otorgado por la Sociedad Sarmiento que consistió en la publicación de la obra mencionada.
Posteriormente escribió Relatos de la montaña que obtuvo el Premio La Gaceta, en el Primer Concurso de Literatura, realizado por la Comisión de Bellas Artes de Tucumán.
Tobías Rosenberg va adentrándose cada vez más en el alma de los pueblos calchaquíes y permanece en esos lugares tiempos prolongados, que le permiten acceder a ciertos conocimientos de la medicina aborigen, tema que lo apasionará y que dará sus frutos en uno de sus libros más importantes denominado Curiosos aspectos de la terapéutica calchaquí, donde hace referencia a los tratamiento utilizados por los primitivos habitantes del norte argentino que habían heredado sus conocimientos del Imperio Tahuantisuyo. Este libro publicado en el año 1939, cobra gran relevancia y constituye una fuente de información valiosa para el conocimiento del tema, en relación a la eficacia de ciertas curaciones y de hierbas medicinales y otras de origen animal usadas por los habitantes de esos lugares. Pronto su obra comenzó a conocerse en otros países y fue objeto de distinciones especiales en Brasil y México.
El tema de la medicina popular siguió apasionando a Rosenberg y lo condujo sin duda, a profundizar en lecturas relacionadas y que quedan demostradas en las citas a importantes autores que se ocuparon del mismo. Así presentó un trabajo en la Primeras Jornadas Argentinas de Historia de la Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires en 1943.
En ese mismo año (1943) publica El alma de la montaña . En esta obra pone de manifiesto sus dotes literarias, de gran fuerza dramática y donde la montaña se levanta en toda su inmensidad mostrando la belleza de los Valles Calchaquíes y donde las leyendas intentan desentrañar los misterios que guardan.
En el año 1946 editará unos de los libros más importantes titulado La serpiente en la medicina y el folklore, aporte significativo donde se pone de manifiesto sus profundos conocimientos sobre el simbolismo de la serpiente en distintas culturas, que trasciende el ámbito de Latinoamérica.
Indudablemente el tema de la medicina es una constante en sus investigaciones, que lo lleva a continuar sus trabajos de campo para obtener información acerca del folklore médico americano y sus relaciones con la medicina popular de otros pueblos; escribe así El transplante en 1947, en donde aparecerá el tema del culto a los muertos en el capítulo titulado Los velorios de Tipiro y Villa Giménez (Santiago del Estero).
Su intensa actividad relacionada con el folklore, queda concretada en Marzo de 1950 con la creación de la Asociación Tucumana de Folklore y la aparición del Boletín de la mencionada entidad que aparece en Mayo-Junio de 1950, del cual se editan 24 números. En el primer número podemos acceder a los nombres que integraban la comisión fundadora de esta entidad, con personalidades relevantes del medio y con una serie de artículos presentados en el Primer Congreso de Folklore, efectuado en Buenos Aires entre los días 10 al 16 de Noviembre de 1950, en coincidencia con la celebración del Día de la Tradición y en homenaje al poeta José Hernández, autor del Martín Fierro.
Tanto el temario del Congreso como los autores especialistas en el tema tuvieron una relevancia inusitada en el medio. “Sin duda, el Primer Congreso Nacional de Folklore, ha constituido uno de los esfuerzos más valiosos en ese laudable afán de cincelar la conciencia de nuestra nación, ya que los mitos, leyendas, cuentos, usos, prácticas y artes populares arraigan las fibras más íntimas de nuestra alma, de nuestra sensibilidad v de nuestra particular visión del mundo”1.
Entre los miembros oficiales e invitados podemos citar a Bernardo Canal Feijoo, Juan B. Cáceres Freiré, Inés Aretz, Rafael Gigena Sánchez, Lizondo Borda, Orestes Di Lullo, Juan Carlos Dávalos, José Vicente Sola, Gutiérrez Colombres, Juan Alfonso Carrizo, Tobías Rosenberg, Ana María Avila de Estrella, Julio S. Storni,etc.
La presencia de este Boletín en el medio tucumano constituyó sin duda uno de los acontecimientos más importantes para el conocimiento del folklore de la región y constituye un referente imprescindible para el estudio de la temática en cuestión.
Uno de los libros de mayor difusión fue sin dudas El sapo en el folklore y la medicina, editado en Buenos Aires en Septiembre de 1951, que va mostrando la coherencia de sus investigaciones sobre el tema de la medicina popular que indudablemente atraía su interés y que lo llevó a ser considerado como uno de los investigadores más destacado sobre este tema en no sólo el Noroeste sino que trascendió los límites de la región y del país, haciéndose acreedor a numerosas distinciones y reconocimientos en el exterior.
Tobías Rosenberg falleció el 4 de julio de 1960 sin poder haber publicado su último libro Upamarca el país del silencio, El folklore de la muerte en Tucumán, que viera luz recién en 1994 a través una publicación del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Esta obra póstuma trata otro de los temas caros a sus intereses y nos revelan al verdadero e innato investigador, conocedor del campo donde debe moverse y actuar para obtener excelentes resultados, que están presentes en este trabajo y en toda su obra.
Uno de los principales anhelos de Tobías Rosenberg fue realizar lo que él denominó “un mapa folklórico”, es decir una sistematización de todo el folklore argentino, pero fundamentalmente del noroeste, en la medida que considera que hay una dispersión y una pérdida de tradiciones, debido justamente a la falta de una metodología que permita formar una unidad. En ese sentido considera que solo poseemos algo sistemático en lo referido al Cancionero Popular de Juan Antonio Carrizo.
En el primer artículo del Boletín de la Asociación Tucumana del Folklore, Rosenberg considera que "en torno al contenido del folklore, existe, aún en los medios cultos una confusión terrible", que atenta con la posibilidad de tener un conocimiento claro acerca de lo que es el folklore y de su campo de acción, que va mucho más allá que el concepto sobre el que se tiene comúnmente.
Para Rosenberg el folklore es una ciencia y como tal tiene un objeto y métodos que le son propios y exige el mismo rigor científico como cualquier otra manifestación cultural destinada al estudio del hombre y sus producciones. Hacer del folklore una ciencia y dotarla de métodos propios para llevar a cabo una investigación rigurosa fue uno de los anhelos de este investigador, que lamentablemente quedó truncada por su muerte y que posteriormente no fue continuada.
Su interés por estos temas lo llevó a proyectar la formación de un equipo tendiente a la recopilación del folklore en Tucumán y a la inserción del mismo como una materia en las escuelas primarias y secundarías y aún más en la universidad, diseñando un proyecto donde exponía la manera de concretar tal iniciativa.
Para realizar una verdadera investigación, el investigador debe convivir con el “pueblo”, con los grupos y comunidades que le aportarán los datos más importantes, sobre lo que luego se realizará la compleja tarea de su selección, fundamentada por el aspecto teórico necesario para concretar el trabajo anhelado. De allí que Tobías Rosenberg, consciente de esta necesidad realizó verdaderas investigaciones de campo conviviendo en los ranchos, con las familias y adaptándose a los medios de vida de los mismos, de esta manera logró adentrarse en el espíritu y en el corazón de la gente, logrando revertir esa primera impresión tal vez un poco hosca, de cierta desconfianza instintiva replegada sobre sí mismo con la que el natural del lugar trata de protegerse de la “invasión”, que intuye en este viajero que se aproxima a su casa. De allí, que el investigador deba, poco a poco en el curso de conversaciones sobre los temas comunes, vayan surgiendo las temas buscados por él. Sin duda todas estas condiciones las tenía Tobías Rosenberg ayudado por su trabajo de vendedor ambulante (coentenic), trabajo que realizaban los inmigrantes o hijos de inmigrantes judíos y que le permitieron penetrar en la rica experiencia en esa sabiduría propia y rescatar las valiosas tradiciones escondidas en el alma de los pueblos. La llaneza y la cordialidad, la generosidad y su sencillez fueron las condiciones que permitieron acceder a los testimonios que han constituido luego los trabajos más importantes que nos ha entregado este autor.
Como lo expresa Augusto Raúl Cortázar: “Varios días de convivencia permite advertir cómo dentro de la economía familiar todos cumplen una función y poco a poco en el curso de conversaciones espaciosas y a pesar de las respuestas vagas y precavidas, van surgiendo los eternos, comunes problemas humanos: amor y recelo, dicha y desgracia, ambición y abulia, virtudes y vicios. Sobre este fondo como la urdimbre de un tapiz, se tejen los hilos brillantes de las costumbres típicas, de los géneros de vida peculiares, de los cantos nostálgicos, de localismos arcaicos, modulados con tonadas exóticas. De pronto se convierten en colaboradores oficiosos y suelen resultar informantes extraordinarios.”3
Intentaremos mostrar tres aspectos fundamentales en los que se mueven sus investigaciones:
1) mitos, leyendas, ritos, cuentos y supersticiones del noroeste.
2) la medicina popular y
3) mitos, ritos, supersticiones sobre el tema de la muerte.
1) En esta área podemos consignar la siguientes obras: Palo'i Chacal, Relatos de la montaña y El alma de la montaña, donde podemos señalar fundamentalmente los temas relacionados a leyendas, mitos, fiestas religiosas populares del noroeste argentino, pero con especial referencia a Tucumán, tales como el que le da el título a su primer libro, leyenda relacionada a una canción de carnaval, que se canta en el sud de nuestra provincia con la llegada de la mencionada fiesta.
Palo'i chalchal,
Palo' i nogal,
pa' que m 'has traído
pa' verme yorar?...
que todos cantan sin conocer el sentido del mismo. Las indagaciones de Tobías Rosenberg lo llevan a buscar el origen de esta canción que la encuentra en un hecho sucedido durante el carnaval en La Reducción.
Entre otros podemos señalar la leyenda de El aparecido de La Aguadita que también tiene lugar en carnaval, La Mul'anima una de las expresiones más difundidas del folklore del Noroeste pero de origen hispánico y que es conocido en casi todas la provincias argentinas y que alude a las relaciones sexuales de los sacerdotes. También podemos citar el Velorio del Angelito, que será reiterado juntamente con la carreta del Tucumán en otras de sus investigaciones. No podemos dejar de mencionar el mito de El Familiar, vigente en nuestra provincia y cuya distintas versiones enriquecen el mismo, como lo expresa Levi Straus, cuando se refiere a las distintas versiones del mito. Para este tema no podemos dejar de señalar el meduloso estudio realizado por María Eugenia Valentié y publicado en su libro De Mitos y Ritos4; otro tanto podemos decir acerca de El Duende , que a partir de este relato se han sucedido investigaciones que han ahondado en el tema y en su interpretación, tal es el caso de la publicación del ensayo El Duende de Silvia Gutiérrez de Prado5, o el del mito del Kakuy cuyo estudio por Bernardo Canal Feijoo6 está considerada como una de las interpretaciones más profundas sobre el tema.
Esto se debe a la naturaleza del mito y a lo propio de la expresión popular, que es la recreación o reelaboración permanente de lo ya dado, “nadie sabe cuándo ni cómo”.
En la segunda etapa mencionaremos Curiosos aspectos de la terapéutica calchaquí (1939); La serpiente en la terapéutica aborigen y americana (1943); La serpiente en la medicina y el folklore (1946), El Transplante (1947), El sapo (1951). Todas estas investigaciones están relacionadas con el tema de la medicina popular y constituyen una de las contribuciones más importantes al estudio del folklore médico americano. Al margen del trabajo de campo realizado por Tobías Rosenberg, no podemos dejar de señalar el fundamento teórico que acompaña al mismo y muestra la formación que en este aspecto poseía el autor y que le permite un manejo riguroso de la temática, a tal punto que su obra está considerada como una fuente imprescindible dentro de la bibliografía sobre el tema.
Tanto la serpiente como el sapo son animales de fuerza magnética y de una pluralidad simbólica, que se da a lo largo de todas las culturas. La medicina no pudo sustraerse a la influencia que la serpiente ejerció en cada una de las manifestaciones del espíritu humano. “Por el contrario en su cuerpo y en su vida buscó una fuente inspiradora y, por espacio de más de 20 siglos la víbora ha sido considerada como uno de los principales agentes opoterápicos de los que se valió la humanidad”8. Símbolo de la juventud y de la eternidad se cree que la serpiente al desprenderse de su piel, se desprende también de la vejez y que su veneno era el antídoto de sí misma. Un principio de la medicina primitiva sostenía que toda enfermedad procedía de un veneno, de una ponzoña y en consecuencia la víbora podía combatirla. Así la medicina primitiva muestra la extraordinaria influencia de este reptil en las curaciones. Los “médicos”9 guaraníes aplicaban la cabeza del reptil en el lugar de la herida y hacían ingerir al enfermo el resto del animal, pero, para evitar todo inconveniente, preferían la acción preventiva y para ello tomaban a las víctimas y las hacían morder por otra serpiente de ponzoña menos activa”9.
La carne de este animal fue considerado como la base de lo que se llamó el "medicamento sublime” que formaba la famosa Triaca creada por Andrómaco y cuya preparación se efectuaba dentro de un marco de gran solemnidad donde no faltaban las ceremonias mágicas.
En América, tanto en México como en el Perú, la serpiente ocupó un lugar privilegiado por sus poderes y no sólo se las cuidaba sino que se le ofrecían sacrificios humanos. El Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales nos muestra un panorama en las creencias y supersticiones, que en torno a las serpientes reinaba en el Imperio Inca. En nuestra región la serpiente fue un símbolo de gran significación expresado en la alfarería, urnas funerarias y demás expresiones culturales.
Pero si bien la serpiente fue utilizada en forma positiva para curar y devolver la salud a los enfermos, también desempeñó un papel en los ritos mágicos practicados para dañar o causar el mal. Es visto como un símbolo fálico, de la fecundidad y se le atribuyen relaciones sexuales con todos los seres de la escala zoológica. Es interesante el capítulo 4° del mencionado libro destinado a las creencias y supersticiones relacionados con la serpiente.
En cuanto a El sapo en el folklore y la medicina, Tobías Rosenberg nos ofrece un importante estudio sobre este animal, sus poderes y los mitos que sobre él ha creado el imaginario popular y recreado permanentemente. Desde el mito que cuenta sobre su fealdad hasta las prácticas y creencias mágicas sus vinculaciones con el diablo, su presencia en salamancas y en la medicina supersticiosa muestran como este batracio siguen cumpliendo hoy “una función trascendente, la misma que le tocó desempeñar a través de toda la historia de su vida y, si en la hechicería su cuerpo sirve para transplante de órganos negativo y perverso, en la medicina positiva es también un elemento fundamental. Hablar del sapo para situarlo en el terreno de la medicina popular o supersticiosa, equivale poco menos que a recorrer la historia misma de la medicina”7.
Este libro, uno de los más conocidos del autor fue y es motivo de consulta permanente por quienes se interesan en los temas relacionados tanto del folklore como de los mitos e historia de la medicina.
Tanto la serpiente como el sapo revelan un aspecto numinoso, es decir de atracción y repulsión al mismo tiempo y la pluralidad de su simbolismo se ha mantenido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Es difícil encontrar una cultura que no haya recurrido a estos dos animales para expresar sus temores o su admiración, asignándole una serie de poderes de carácter mágico, tanto para el bien como para el mal, conservan actualmente estas características en la cultura popular. Todos los pueblos precolombinos han recurrido a ellos como fuente de poder, capaces de contrarrestar las enfermedades, pero también puestos al servicio de la hechicería.
Por otro lado no podemos dejar de mencionar dentro de la temática de la medicina popular su libro El Transplante, publicado en 1947. “Transplantar o transferir una enfermedad , ya sea humana o de animal, una planta, a una piedra, a un objeto inanimado cualquiera a otro ser humano o animal, pese a su difusión en nuestro ambiente cerril y campesino, no es un procedimiento terapéutico exclusivo de nuestra hechicería, o, por mejor decir, de nuestra medicina mágica popular” 10.
A partir de esta definición Rosenberg va mostrando como esta forma de “cura” fue conocida desde las épocas más remotas, por los pueblos más antiguos de la humanidad y como autores de la talla de Plutarco y Plinio se ocuparon de esta técnica, a la que Frazer en su obra La Rama Dorada le dedica importantes páginas donde considera que el transplante pertenece a esa clase de magia que denomina “contagiosa”. Dice Frazer “si analizamos los principios sobre los que se funda la magia, sin dudas encontraremos que se resuelven en dos: primero que lo semejante produce lo semejante, o que los efectos semejan a sus causas y segundo, que las cosas que una vez estuvieron en contacto se actúan recíprocamente a distancia, aún después de haber sido cortado todo contacto físico. El primer principio puede llamarse Ley de Semejanza, magia homeopática, y el segundo Ley de Contacto o Contagio, magia contaminante”"11.
De esta manera el transplante, tiene dos finalidades, como procedimiento médico busca curar y en los otros casos se busca matar o causar el mayor daño posible. Como expresa Rosenberg el primero pertenece a la medicina pura; el segundo se interna en la hechicería, para convertirse en lo que se conoce como “magia negra o demoníaca”.
El libro nos da ejemplos de estos transplantes en la región noroeste a través de sus experiencias recogidas en sus viajes y en trabajo de campo.
Como hemos señalado las investigaciones de Tobías Rosenberg en el campo de la medicina popular y el folklore han abierto el camino de las investigaciones posteriores y es bibliografía de consulta fundamental para el estudio y el conocimiento de estos temas.
El libro contiene un capítulo relacionado sobre el culto a los muertos en Santiago del Estero, titulado Los Velorios de Tipiro y Villa Jiménez, donde pone de manifiesto su interés por esta temática que desarrollará ampliamente en su libro Upamarca el país del silencio, el folklore de la muerte en el Tucumán , que fuera editado póstumamente y que hemos considerado como la tercera etapa en nuestro intento de clasificación.
El título alude a un lugar de las sierras del Perú que significa la tierra muda. En este libro, fruto de un largo trabajo de investigación, el autor va señalando el método, los procedimientos empleados, las referencias tomadas de otros autores que trabajaron sobre el tema y su posición personal. Conocedor del campo en que debe moverse y actuar, lo que sin dudas lo ha llevado a obtener los excelentes resultados que se exponen en este trabajo y que viene a enriquecer toda un área sobre la cual, siempre queda algo por ser develado.
Todos lo pueblos rindieron culto a los muertos, construyeron importantes monumentos y realizaron diversas ceremonias que quedaron en las tradiciones y que fueron pasando de generación a generación. Al margen de los ceremoniales ortodoxos propios de la religión dominante, el pueblo crea sus propios cultos, sus propias expresiones, sus ceremonias y sus canonizaciones, así nacen las personificaciones de la muerte, los símbolos con los que se alude a la misma, los anuncios, presagios o señales que manifiesta su cercanía o su presencia, las expresiones populares que definen el acto de morir, que responden por lo general a expresiones burlonas y grotescas, que no tienen que ver con el respeto que infunde el difunto, sino como una forma de ironizar este hecho irreversible.
Tobías Rosenberg recoge con agudeza los testimonios sobre el tema de la muerte en el noroeste argentino, no pretende darnos ninguna respuesta a las preguntas que la muerte nos plantea, solo los pone a nuestra consideración.
No podemos dejar de mencionar la importancia de la publicación del Boletín de la Asociación Tucumana de Folklore, verdadero testimonio de las actividades relacionadas con el folklore y cuyos artículos de importantes autores, serán motivo de un estudio aparte.
Creemos que la obra de Tobías Rosenberg merece un reconocimiento y un profundo estudio que lo sitúe en el lugar que le corresponde por su titánica labor, desarrollada para dejarnos el legado de sus rigurosas investigaciones.
No puedo dejar de agradecer a sus hijos Lucrecia y especialmente a Hugo, que tan gentil y generosamente colaboraron para ser factible este trabajo.
Dra. Celia Aiziczon de Franco
NOTAS
1 Boletín de la Asociación Tucumana de Folklore, Tucumán, Mayo-Junio 1950, Año I Volumen I, número 1-2
2 Boletín de la Asociación Tucumana del Folklore, N° 1-2 mayo-junio 1950, p. 1
3 Cortázar Augusto Raúl, Andanzas de un folklorista, Libros del Caminante, EUDEBA, 1964, Buenos Aires, p. 20 a 24.
4 Valentié María Eugenia. De Mitos y ritos. Facultad de Filosofía y Letras. UNT. 1998. Tucumán.
5 Gutiérrez de Prado Silvia, El Duende, Ediciones del Rectorado, UNT, 2000.
6 Canal Feijoo Bernardo, La leyenda anónima argentina, Ed. Paidos, Buenos Aires, 1969.
7 Rosenberg Tobías, La Serpiente en la medicina y en el folklore, Ediciones El Tridente, Buenos Aires, 1956, p. 22.
8 Rosenberg Tobías, ob. cit p.23.
9 Rosenberg Tobías, ob. cit. p. 67-68.
10 Rosenberg Tobías, El Transplante, Librería Cervantes, Tucumán, 1947, p. 9.
11 Frazer, James George, La Rama Dorada, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1995, p. 34.
Fuente: http://www.folkloredelnorte.com.ar/