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Departamento Rosario de Lerma

Por CLAUDIO OMAR ARNAUDO

  1. Antecedentes Geográficos:

Ubicación:

El Departamento de Rosario de Lerma se encuentra al Noroeste de la parte central de la Provincia de Salta, limitando:

La superficie del Departamento es de 5.110 km2, representando el 2,9% del total del territorio provincial. Se componen de dos Municipios: el del mismo nombre y Campo Quijano

El Municipio de Rosario de Lerma, jurisdicción sobre el que está referido el presente trabajo de investigación, tiene una superficie de 402 km2.

Se encuentra ubicado a 250 de latitud sur y 650 de latitud oeste, a 1.334 metros sobre el nivel del mar y, a 29 km al sudoeste de la capital provincial, vinculada por la ruta provincial 23, que empalma en la localidad de Cerrillos con la ruta nacional 68. Otra alternativa vinculante de 39 km, es la ruta provincial 36, a través de la localidad de Campo Quijano.

Clima:

Rosario de Lerma posee un clima templado, con estación seca y gran amplitud térmica, tanto diurna como nocturna, como también entre invierno / verano.

La región está afectada por los vientos alisios del NE cuya intensidad es proporcional a la diferencia de temperatura del aire del ciclón y anticiclón, por lo que en la temporada estival se manifiesta una intensificación de la corriente húmeda y cálida del anticiclón subtropical, siendo más intensos los vientos del norte.

Las precipitaciones se producen, en su gran mayoría, en el periodo estival, alcanzando un promedio medio que oscila entre los 600 mm/700 mm anuales, aumentando su régimen en más de 100 mm en los faldeos montañosos en razón que esas elevaciones proporcionan una barrera a los vientos portadores de humedad.

Este factor también es influyente en la temperatura tanto en las estaciones como en horas diurnas / nocturnas. A raíz de las precipitaciones el clima cambia bruscamente de “muy seco” entre abril / noviembre a “húmedo” entre diciembre / marzo.

La temperatura media anual es de 16,90 C, la máxima promedio es de 21,30C y la mínima promedio de 10,60 C, siendo estos valores representativos de un clima netamente más suave en relación al de otras localidades de los valles de la provincia, ya que el rigor del clima tropical se ve atenuado por la altitud.

Topografía:

El  municipio de Rosario de Lerma ocupa el extremo oeste del Valle de Lerma, en una zona de cono de deyección, cuya apreciación de gravitación es determinada por la angulosidad del material detrítico.

Las serranías envolventes al Valle, por el lado oeste, pertenecen al sistema de la cordillera oriental o precordillerana salto/jujeña, sistema que penetra desde Bolivia y que en esta zona está representada por las serranías más meridionales del sistema.

La zona de influencia se caracteriza por dos relieves bien definidos: el fisiográfico, en su parte noreste, cabecera de los ríos, de carácter montañoso y muy accidentados, con abundantes cerros, lomadas, quebradas, huaicos y cañadas que dan un carácter discontinuo al relieve y, el del sudoeste, de cono y valle fluvial, área plana con declive uniforme y de pendiente concordante con la hidrografía, que ha cortado el valle formando terrazas fluviales fértiles que son utilizadas para la agricultura. Estas últimas características topográficas son las dominantes en la jurisdicción municipal.

La orografía determina la pendiente hidrográfica, encontrándose entre las principales elevaciones que obligan a las aguas a volcarse al valle, las siguientes:

Entre estas elevaciones quedan una serie de depresiones longitudinales y subparalelas, intercaladas por depresiones trasversales que dan salida a numerosas quebradas y cañadas colectoras que drenan esta región.

El paisaje en la zona montañosa es el resultado de un importante régimen de precipitaciones  determinando una vasta red de drenaje que concurren a los dos colectores principales, los ríos Rosario y Arenales.

Geología e Hidrogeología:

El Valle de Lerma es una extensa cuenca tectónica de sedimentación moderna que sufrió dos movimientos:

Las líneas de falla siguen rumbo este/oeste. La intensidad del plegamiento fue menor hacia el oriente, razón por la cual algunos anticlinales se superponen hacia el occidente. Las rocas de basamento afloran en las elevaciones de:

Sobre el primitivo basamento proterozoico fracturado se encuentran rocas sedimentarias de edad cámbrica y en algunas zonas de ordoviciano y devociano inferior, formadas por un ambiente marino.

La zona oeste del Valle de Lerma está cubierta por la formación pirgua, constituida por areniscas rosadas y grises, con tonos violáceos, de grano grueso con predominio de rodados de cuarzo y pegmatitas.

Rosario de Lerma está situado dentro del cuaternario, donde se puede distinguir una línea de separación N / S (Cerrillos – Rosario de Lerma) que divide el valle en dos partes:

Este valle se debe al rellenamiento de la cubeta geológica, y está orientado de norte a sur, delimitado por una serie de serranías bajas, redondeadas por la dinámica externa, cubiertas por monte de tipología serrana.

Este material presenta la característica de impermeable, semi impermeable y de muy permeable, lo que permite filtraciones en profundidad. El material arcillo/arenoso opera de retención, lo que permite la formación de mantos acuíferos a diferentes profundidades Mientras no se encuentra con material impermeable el agua se encuentra en percolación.

Este cuaternario está representado por material fluvio/glacial arrastrado por los torrentes y ríos que han formado los aluviones producto de la denudación de las serranías, consistiendo en cantos rodados, gravilla, arena gruesa y fina alternada con lentes de arcillas.

La circulación superior se efectúa desde la parte más alta del cono, o sea desde el Rio Blanco y El Encon desparramándose en abanico. En cambio la circulación subyacente lo hace desde más lejos debido al resquebrajamiento tectónico, alimentando las partes profundas del valle.

Los aluviones cuartarios ofrecen grandes variaciones de permeabilidad, pero en general son permeables y el agua circula en ellos de una manera irregular ya que va siguiendo el curso de torrentes antiguos que habían depositado rodados o arena. Por ello ocurre con frecuencia que perforaciones cercanas ofrecen caudales muy distintos.

La zona de alimentación está constituida por los ríos, principalmente desde sus nacientes, debido a que estos tienen un largo recorrido y atraviesan zonas fracturadas y en escamas, donde sus aguas se insumen, cumpliendo el principio de los vasos comunicantes.

En segundo orden son las precipitaciones las que contribuyen a la irrigación superior, permitiendo una buena percolación. La topografía contribuye también al rápido escurrimiento de las aguas.

El Valle de Lerma es una gran cuenca que permite buena acumulación.  Está rodeada  por  serranías, como se ha indicado, presentando su salida en el extremo sur del valle, después de la localidad de El Carril. Esta morfología permite, a diferentes profundidades, encontrar capas acuíferas de buen rendimiento.

Hidrografía:

Los cursos fluviales del Valle de Lerma forman parte de la cuenca del Atlántico, al que llegan a través del Rio Juramento, afluente del Paraná.

Los Ríos más importantes de la región son: el Toro / Rosario, que bordea la ciudad por el sudoeste, el Arenales, que atraviesa la capital provincial. Estos a su vez reciben colectores menores que drenan las serranías, como los Ríos Manzano, Pulares, Tipal, Peñaflor, etc.

El Toro / Rosario tiene su nacientes en los nevados de Chañi y Acay, con los afluentes Tres Cruces y Potrero, para el primero e Incahuasi y Capillas del segundo, recolectando una serie de arroyos en su extenso recorrido que drenan las serranías de Malcante, Sunchal y Redondo.

El Rio Arenales que viene desde Cuesta Grande hace un aporte directo a la cabecera del valle. La disposición de la red de drenaje pone en evidencia un notable control estructural. La variada característica petrográfica ha facilitado la formación de quebradas profundas y estrechas, con taludes casi paralelos y verticales cuya anchura es concordante con los volúmenes de agua, caudales que son aprovechados en el desarrollo agrícola del valle.

  1. Antecedentes  Históricos:

Orígenes:

El Valle de Lerma posee los más diversos paisajes  y como tal tuvo en el pasado precolombino distintas tradiciones culturales, que gran parte se ubica en el centro del valle, donde confluyeron pueblos de distintos orígenes:

Los que  el correr del tiempo se fusionaron dando lugar a culturas con características propias, que llegan a formar parte de la identidad rosarina actual. Por las características del relieve, los cursos de los ríos fueron las vías naturales de comunicación y  recursos prioritarios para la subsistencia.

Desde hace unos 10.000 años AP,  el territorio estuvo poblado por nómades recolectores de frutos y raíces, que tallaron rudimentarios artefactos líticos: raspadores, buriles, hachas, etc. Muchos de estos objetos fueron hallados en la Quebrada del Toro y Las Cuevas.

Hay registros de cazadores de guanacos y venados que datan de 6.000 años AP, en los cuales figura el hallazgo de puntas de flechas líticas denominadas “Puntas Ayampitin”, de formas similares a las que fueron halladas a lo largo de la Quebrada del Toro.

Posteriormente combinan la cacería con la recolección de semillas, para entonces las puntas se acortan, adquiriendo una forma triangular, fabricándose también molinos de mano.

Próximos a la Era Cristiana, se propaga en la región el conocimiento agrícola, con cultivos de maíz, papa, poroto, etc. Domestican la llama, aprovechando su lana y carne. Desarrollando además varias técnicas, elaborando textiles, cerámica, objetos de metal, construyendo sus viviendas con material lítico denominado “pircas”. Su organización social evolucionó desde las formas aldeana y familiar a la señorial.

Es en este periodo en donde se observan con mayor claridad la confluencia de pueblos y “el efecto embudo” del Valle.

Desde los Andes ingresaron los conocimientos de la agricultura intensiva y el pastoreo, los cultos propiciatorios a la fertilidad  y la posterior organización señorial.

De la selva llegaron los horticultores, recolectores de frutos silvestres y cazadores, juntamente con los cultos a la naturaleza, los sacrificios humanos, el “cráneo trofeo”(1) y el empleo de las urnas de cerámica.

Periodo Prehispano:

Sin dudas, este sector del Noroeste de la provincia de Salta fue ocupada al igual que el resto de la región, por aborígenes con un alto desarrollo cultural y con organizaciones políticas más fuertes que el resto del país.

Es aquí donde vivieron seguramente parcialidades estrechamente vinculadas a sus pares de los Valles Calchaquíes, aunque con notorias diferencias en lo referido a lo ocupacional de territorios, lo que generaban continuos enfrentamientos locales.

Sin embargo ello no obstaculizo los préstamos culturales, por lo que resulta notoria la unidad cultural que se observa en los estilos cerámicos y tejidos, que es donde generalmente se infieren las vinculaciones interétnicas existentes entre los pueblos ágrafos.

Si bien existen abundantes evidencias de la existencia de sociedades con importante desarrollo en esta región y puntualmente en la jurisdicción del presente trabajo, las investigaciones hasta el presente, sobre las mismas son exiguas o dispersas.

Aun la etnohistoria no aporta información certera sobre la filiación de los pueblos ancestrales que habitaron el Municipio. 

Esto se debe a la particular historia de esta región durante el periodo hispánico, fundamentalmente en los 150 años posteriores a la caída del Tawantinsuyo, en 1533, hasta la desnaturalización diaguita del Valle Calchaquí en 1664.

A ello siguió el desmantelamiento de la sociedad originaria, lo que imposibilito los contactos directos, prolongados y estables con los europeos, restringiéndose de esta manera la calidad y cantidad de información.

En el periodo multiétnico tardío se incluye el incaico, que generó una serie de modificaciones en la organización social y política en la región.

Los Curacas, como representantes del Imperio Inca ejercieron un control, fundamentalmente económico, los que al producirse la caída del imperio resistieron el avance español, debido a las diferencias étnicas locales, que desmembró el área y posibilitó la libertad señorial local, unidades tribales estables que ejercían lo que se denomina “control vertical de un área geográfica”, espacios que abarca diferentes estamentos ecológicos.

Esta característica resultaba sumamente importante ya que garantizaba una producción variada y suficiente, distribuida a lo largo de su extensión, mediante el sistema de trueque afianzando lazos de parentesco no necesariamente consanguíneos.

Los señoríos locales, por otra parte, eran importantes en el momento de establecer alianzas políticas en tiempos de amenazas externas, protección de intereses geopolíticos e intercambios económicos regulares y estables.

Con posterioridad a la fundación de la Ciudad de Lerma en 1582, siguieron 150 años de lucha entre europeos por un lado y Calchaquíes / Diaguitas por el otro, resistiendo estos últimos a la servidumbre.

Finalmente fueron reducidos, desnaturalizados y trasladados a diferentes puntos geográficos para evitar futuros alzamientos.

Por este motivo y en virtud al desarraigo la descendencia originaria de Rosario de Lerma, es posible que no se correspondan a los primeros habitantes, aun perteneciendo al mismo tipo racial/cultural de la región.

Es por ello que es posible realizar una descripción general de sus habitantes, ya que el patrón cultural es el mismo para toda la región.

Se trataban de grupos sedentarios agrupados en comunidades de 50 a 120 familias, cuyo patrón de asentamiento era el aglutinamiento alrededor de una pequeña plaza comunitaria, La economía estaba basada en el cultivo rotativo e intensivo de pequeñas parcelas de maíz, porotos y algunas especies de altura, completándose la actividad con cría de llamas, en pequeños corrales fortificados en pirca.

Un intenso tráfico de trueque aseguraba lazos de amistad, solidaridad y autoabastecimiento, especialmente entre poblaciones de los distintos pisos ecológicos de la zona, dentro de cada “señoríos”.

Rosario de Lerma integraba, como “pie de base” un señorío de control vertical, asegurado mediante un sistema de alianzas políticas y económicas, cuyo centro estaba constituido en Santa Rosa de Tastil, llegando hasta la Puna, de este modo esta unidad se autoabastecía y desarrollaba consecuentemente.

La población de Rosario de Lerma se asentaba en lo que hoy son las ruinas arqueológicas de Tinti (2), allí se encuentran los antepasados prehispánicos del municipio.

Periodo Hispánico:

En 1536 arriba en forma transitoria por la región la expedición de Diego de Almagro, español que proviene del Perú dando comienzo al periodo de contacto entre dos civilizaciones diferentes: la aborigen nativa y la cristiana hispana.

Pero recién hacia 1580, fundaron la Ciudad de Lerma (Actual Salta Capital), logrando de este modo afianzar el dominio español en la región, luego de fuertes hostigamiento de los aborígenes de la zona.

La fundación de Salta y de otras ciudades norteñas de la Argentina surge como una necesidad para mantener un nexo regular entre el Tucumán y el Alto Perú, consolidar los dominios españoles en la zona y así proveer hombres, mercancías y animales de carga para la explotación minera de Potosí.

La Corona Española necesitaba preservar el corazón económico en América situado en las minas argentíferas del Potosí descubiertas y explotadas desde 1545 y sometidas a las incursiones de sus pobladores originarios y a personeros de potencias europeas no españolas en plena expansión marítima.

Salta y su Valle de Lerma fue considerado de gran importancia estratégica y comercial por las autoridades del Virreinato del Perú y de la Real Audiencia de Charcas.

En 1577, el rey Felipe II, ordena al Virrey don Francisco de Toledo el nombramiento del Licenciado Hernando de Lerma, un español de origen judío,  licenciado en derecho, como Gobernador de la Provincia del Tucumán; recién en 1580 llega Lerma a la sede de su gobierno con la obligación de fundar una ciudad en el valle de Salta.

Las comunicaciones a través del Pacífico eran frecuentes pero reiteradamente interrumpidas por los aborígenes.

Diversas tribus aborígenes ocupaban el territorio provincial cuando llegaron los españoles. Le corresponde a Hernando de Lerma la fundación de Salta, la Ciudad de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta (San Felipe en honor al Rey de España; Lerma por el apellido de su fundador y Salta palabra indígena que denominaba el territorio antes de la llegada de los españoles), el 16 de abril de 1582.

Con el tiempo, la ciudad pasó a ser simplemente Salta. En 1792 fue declarada capital de la Intendencia de Salta del Tucumán y después de la Revolución de Mayo se convirtió en la capital de la provincia de Salta. En la época colonial fue un importante centro comercial, un verdadero puerto seco.

Fue capital de la Gobernación – Intendencia del Tucumán. Durante la lucha por la independencia aportó sus hombres y sus bienes a la causa emancipadora y junto a los jujeños cumplieron la misión de contener y rechazar a las fuerzas españolas que atacaban desde el Alto Perú

Los cambios políticos que se sucedieron cambiaron el mapa de las jurisdicciones y Salta que ocupaba el centro del Virreinato del Alto Perú, pasó a ser el extremo norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata perdiendo, además, la salida al Pacífico al separarse el Alto Perú.

Para reemplazar estas rutas comerciales, utilizó el puerto boliviano de Cobija hasta que la guerra entre Bolivia y Chile interrumpió esta vía y por las condiciones del mercado mundial Salta debió canalizar todo su comercio exterior a través del puerto de Buenos Aires produciéndose, desde esta época (1880) el retroceso económico del noroeste argentino.

A mediados del siglo XX se habilitó el ferrocarril trasandino que une la ciudad de Salta con la ciudad chilena de Socompa con salida al Pacífico y hace varios años se está trabajando para desarrollar una integración geopolítica, productiva y comercial llamada del norte grande y un corredor bioceánico con esos fines.

  1. Antecedentes Socio / Cultural

Al realizar un análisis de la población del Municipio de Rosario de Lerma, surgen dos grupos o ámbitos de asentamiento poblacional, ya que el hábitat donde se ubica un individuo pone de manifiesto su cosmovisión y cultura:

Habitantes del Área Rural:

Desde el punto de vista antropológico, una cuestión no resuelta y en discusión aun la constituye el interrogante respecto de que si deben ser considerados como pobladores originarios a los habitantes de aéreas rurales de la región del Valle de Lerma, donde se encuentran los habitantes rurales de este municipio.

El Organismo oficial que representa y se ocupa de los asuntos del aborigen de la provincia, Instituto Provincial del Aborigen (IPA), no ha incorporado la representatividad de aquellas comunidades rurales que se auto reconocen como “pueblos collas”. A partir de ello, este segmento sociocultural es identificado dentro de los grupos rurales campesinos, fundamentando está identificado en los siguientes puntos:

En función de lo expresado, se ha considerado a los habitantes del área rural de la jurisdicción de Rosario de Lerma como campesinos, con una economía basada en las labores del campo en calidad de peones rurales, tipo de producción económica resultado de un acomodamiento a las modalidades productivas de la región que desplazo el modo tradicional de unidades económicas de autoabastecimiento completadas con el trueque.

La cuestión racial es un tema fuera de discusión, pues desde esa óptica un alto porcentaje de la población de los valles salteños seria aborigen. La raza no determina, en este caso, la identificación, si no  que esta se fundamenta por auto reconocimiento primero, y luego por el patrón cultural vigente.

Perfil:

Se tratan de seres humanos con un fuerte contenido cultural subyacente, de tradición andina. Mantienen vigentes, aunque bastante desdibujada por tradiciones absorbidas y sincretizadas, antiguas costumbres y creencias, entre las que se encuentran leyendas y tabúes generalmente restrictivos relativas al culto de los muertos, plegarias y rogativas con referencias al agro y la naturaleza.

Ritos como la Pachamama, tienen vigencia aunque con distorsiones respecto al vigente en la Puna que se acerca más al primario. El sentido original de este ha sido direccionado actualmente hacia la productividad  y no hacia  el objeto mismo que es la madre tierra. Se prioriza así el efecto y no la causa, cambio que se denota un asentó / pragmático, propio del acercamiento a la cosmovisión de la sociedad global.

La fiesta de Santiago: sincretismo del Dueño de los Animales, mantiene cierta vigencia entre los habitantes  de aéreas más alejadas.

Estos dos ejemplos, si no los únicos, son los más característicos y sirven para describir el dualismo cultural subyacente, que se acerca más hacia el patrón cultural, actualmente los habitantes con mayor contacto con el área urbana.

De ello resulta un personaje cuyo perfil antropológico se corresponde con el campesino andino, y cuyo patrón cultural se caracteriza por un fuerte apego a la tierra de la que vive, sea como dueño de  ella o como peón  de la misma, por lo que  las tareas que realiza en ella resultan siempre acordes a sus costumbres y se les presenta como una actividad natural y cotidiana.

Sus lazos de parentesco familiar son fuertes. Son seres humanos firmemente apegados  a la tradición, resistentes y desconfiados con todo lo que signifique cambio de lo acostumbrado, de carácter reservado y taciturno, con una tranquilidad y mansedumbre justificada en la ancestral costumbre de vivir en lejanías y soledad.

La cohesión social existe, aunque solo se manifiesta en situaciones externas, o en reuniones de festividad popular, donde los lazos de parentesco familiar y el tradicional lazo del “compadrazgo” ponen de manifiesto la característica de poblador campesino de “Cultura Folk”.

La familia, unidad social primaria, se presenta como grupo de carácter extenso y no siempre responde  a lazos de consanguinidad, aunque esta se característica se pierda al entrar el individuo a vivir en el pueblo, donde las características urbanas limitan las posibilidades de mantener varios individuos dentro del círculo familiar.

Se trata de un grupo humano de características apacible, donde los lazos de solidaridad son fuertes aunque no visibles tangencialmente, sino en situaciones de amenaza económica o supervivencia.

Habitantes del Área Urbana:

La presente clasificación no debe entenderse como una identificación de clases sociales, pues su objetivo se orienta hacia el aspecto sociocultural, independientemente del aspecto económico o posición socioeconómica. De hecho, puede este factor coincidir con la misma, mas no constituye el objeto de ella.

Proponemos para el área urbana del Municipio una configuración compuesta por tres segmentos socioculturales distintos:

Segmento A: Habitantes del Casco Céntrico:

Agrupa al residente en el casco céntrico de la ciudad, en las residencias de las Fincas aledañas. Se caracteriza por compartir el patrón cultural ciudadano, el que habiendo accedido a niveles apreciables dentro del escalafón de la educación sistematizada, se desenvuelve como el más progresista de la ciudad.

Si bien el aspecto socioeconómico los ubique como la clase más elevada, este no cubre a todo el segmento, ya que amplios sectores de este, viven por debajo de la línea de pobreza, debido a circunstancias laborales actuales, “nuevos pobres”. Es el grupo humano que participa  de las actividades sociales y culturales del pueblo, aunque no masivamente, sino ante convocatorias especiales o fechas importantes en el calendario local.

En cuanto a la identidad étnica, conocen su ascendencia y cada cual tiene conciencia de ella, aunque valoran la importancia del pasado, desde el punto de vista turístico, pues tienen en claro que este hecho presenta buenas  perspectivas económicas para la zona.

Otra de sus características es que de este fragmento surgen líderes sociales, ya sea por instrucción adquirida que les permite mayor posibilidades de un auto diagnostico y visualización de posibilidades, por mayor acceso a la información, y/o militancia en sindicatos o partidos políticos. Aquí las adherencias a estos movimientos sociales no se dan como resultado de la masificación detrás de un líder con características de caudillo, sino como fruto de convencimiento y por deseos de progreso o de modificación de la propia realidad.

El dirigente sociopolítico surgido en este segmento no es necesariamente un caudillo carismático, sino un individuo comprometido y bien informado.

Segmento B: Habitantes de los Barrios Periféricos:

Está compuesto por los residentes de los barrios periféricos de la ciudad. Esta franja agrupa al mayor número de habitantes del municipio, y se puede decir que la constituye el individuo prototipo de Rosario de Lerma, con una fuerte  identidad, aunque subyacente.

Aquí se ubica el “obrero sufrido”, que asume su cotidiana lucha del vivir la adversidad contemporánea, en un medio que no le ofrece mayores alternativas de cambio. Vive en el pueblo y se identifica con él, accediendo y disfrutando de los adelantos técnicos que incorpora su ciudad, apostando a la educación de sus hijos como única alternativa segura de progreso y mejoras socioeconómicas. El campo y las labores que ello implica no le atraen, por el contrario, se le presenta como un atraso evolutivo, a excepción del laboreo como jornalero, pues este es concebido como empleo.

Segmento C: Habitantes de Barrios Periféricos Inmigrantes del interior del Departamento Rosario de Lerma o la Provincia de Salta, de origen rural, y/o otros:

La integración entre ellos les resulta natural debido a las similitudes raciales, al paralelismo cultural en función de sus lugares de origen, ya que pertenecen a una misma unidad cultural que desborda los límites políticos.

Este es el segmento social donde se presenta como el grupo vulnerable por excelencia.

A modo de síntesis, sobre el somero análisis de la composición de los segmentos poblacionales, para cada uno de ellos se ha tomado en cuenta solo la variable sociocultural quedando sujeto a los resultados de la encuesta el análisis de otras variables, las que permitirán conformar un perfil más acabado.

A Modo de Conclusión:

Rosario de Lerma cuenta con un pasado histórico / cultural, que tiene su origen en los albores de la prehistoria

 

 

Citas:

(1) “Cabeza Trofeo o Culto a la cabeza”. El término hace referencia a la decapitación ritual de enemigos de alto rango apresados en combate. Se suponía que la posesión de estas cabezas sería beneficiosa para su poseedor  la comunidad a la que perteneciera. 

(2) Tinti, palabra quichua, quiere decir langosta, y es probable que el nombre de nuestro pueblo prehispánico se derive de esta palabra. Hay una aldea Tinti en el departamento de Cochiuoca, provincia de Jujuy, y también existe Tintigasta, lugar poblado en el departamento de Santa Rosa (Catamarca). La misma palabra figura en el nombre de un arbusto del género de los algarrobos, el tintitaco (Frosopis adesmioides Griseb.), común en toda la región andina argentina, y cuyo nombre  vulgar se compone de tinti = langosta y tacú = algarrobo: “ algarrobo de las  langostas”. Pero existe igualmente otra palabra quichua, tintin = granadilla, la  fruta de varias enredaderas del género Passiflora. Esta palabra figura en los  nombres Cerro Tintin, en Cachi (Salta), Tintincillo, lugar poblado en el departamento de San Carlos, de la misma provincia, y Tintina, estación del Ferrocarril Central Norte, en el norte de Santiago del Estero. Con la actual corrupción del quichua, idioma que ya ha desaparecido en Salta, Catamarca y  Tucumán, no sería difícil que hubiera confusión entre las dos palabras citadas, cuando constituyen nombres geográficos. En el Peni hay numerosos nombres derivados tanto de tinti como de tintin. Así Tinti, hacienda en la provincia de Huamanga (departamento de Ayaeucho), Tintililla (Lucana, Ayacucho), Tintiragra ( Pomebamba, Aucachs), Tintin en Asangaro (Puuo), e igualmente en Unión (Arequipa) y en Carunias (Moquegua). Conforme a recientes investigaciones realizadas por el suscripto junto con otros investigadores, es posible que Tinti tenga su origen en la lengua Kakan, la que literalmente se puede traducir como “lugar donde rompe el viento”, “lugar donde quiebra el viento” o bien, “donde se interrumpe el viento

 

 

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