Por Silvia Díaz
Nació en Salta el 20 de junio de 1932 con el nombre de Haroldo Florentino Arce. El apellido Nieva lo heredó de la línea materna, y desde hace mucho tiempo lo acompaña en el camino artístico. Detrás de una personalidad particular y de una tenacidad muy parecida al viento (que suave o tempestuoso casi siempre está), Lito Nieva supo crecer y encarnarse en la gente a través de su música, que tarde o temprano termina siendo la música de la gente.
Su tarjeta de presentación dice, "Lito Nieva: capacitación y perfeccionamiento de intérpretes. Armonizaciones vocales e instrumentales. Montajes musicales a nivel discográfico".
Los conceptos indicados son amplios, pero no alcanzan a cubrir el enorme aporte y trabajo que Lito Nieva hace en beneficio de los artistas locales y nacionales. El se reconoce como formador de artistas, no de académicos, pues su tarea es lograr que el artista solista o grupal logre la tan preciada armonía entre música, voz e instrumentos. Su aporte consiste en armonizar a quienes quieren desempeñarse como artistas, y su mayor logro es conseguir que éstos suenen correctamente.
Toda una trayectoria de trabajo y aprendizaje han convertido a Lito Nieva en un referente ineludible para todos aquellos que quieren pulir sus inquietudes y aptitudes musicales. Hasta él han llegado innumerables artistas para que el maestro los aconseje y los oriente en el duro trabajo de pulir al artista y de transformarlo en un producto digno y respetable.
Lito Nieva es mucho más que un músico académico. Dentro de él hay además un enorme creativo que desde hace años pone su talento y creatividad musicales al servicio de aquellos que lo requieran y necesiten. La amplitud y apertura musical de Lito Nieva le permiten escuchar, aprender y disfrutar de la música universal, razón por la que años atrás también lo sedujo la "música de los músicos" e incursionó con su propio grupo en el especial mundo del jazz.
Acepta las fusiones, la incorporación en el folclore de instrumentos no solamente autóctonos, pero aclara que esto es válido siempre y cuando sea hecho con criterio y profesionalismo. Opina que cuando la fusión se hace bien, la interpretación queda bien y por lo tanto los instrumentos electrificados sirven de apoyo y no de mera herramienta para disimular lo mal hecho.
Es, entre otras cosas, un músico, compositor, armonizador, de reconocida trayectoria a nivel mundial, que aún hoy sigue ofreciendo en Salta su invalorable experiencia y conocimiento. Lo hace en los Talleres Artísticos Jaime Dávalos, amplio proyecto cultural que actualmente lo tiene como uno de sus docentes más prestigiosos. Además de docente, es uno de los responsables de que en 1985 el Ministerio de Educación autorizara la creación de los talleres mencionados, donde también se desempeña como coordinador interino, cumpliendo así un importantísimo rol social en beneficio de la divulgación y fomento de la cultura popular.
Lito Nieva entiende que lo mejor que le puede pasar a ser humano es hacer lo que sabe, por eso desempeña su trabajo con dedicación y esmero. Sabe que para los artistas vivir del arte es una tarea ardua y difícil, sin embargo sostiene que se puede vivir dignamente de ésto. Él lo hace y lo disfruta, al mismo tiempo que dice no imaginarse haciendo otra cosa, pues la música y la docencia son, más que su profesión, un modo de vida.
Trayectoria
Lito Nieva, además de maestro de artistas es él mismo un gran artista. Así lo demuestra su amplia trayectoria que comenzó más o menos en el año 1948 cuando, con el salteño René Farías, se inicia como músico conformando la dupla "Las guitarras de Salta" que recorre el país y zonas limítrofes.
En el año 1950 se instala en la ciudad de San Salvador de Jujuy para experimentar, junto al quenista jujeño Rolando Burgos, el trabajo con la música andina e instrumentos de viento. La inquietud y las ansias de aprender y perfeccionarse lo llevaron en 1955 a radicarse en La Plata para estudiar Música y Armonía en el Conservatorio Provincial de Música y Arte Escénico.
En el año 1960, época de plenitud para el folclore salteño a nivel nacional, crea el grupo "Los nombradores" y con ellos crea también una marca de originalidad inconfundibles en lo que respecta a trabajo de voces y armonía. Lo integra junto a Daniel Toro, Julio César Ulivarri, Antonio Bordones y Augusto Torres. Con este grupo hace escuela y alcanza un importantísimo reconocimiento popular y de la crítica especializada. Triunfan en el festival de Cosquín y se radican en la Capital Federal, participando en los medios más importantes como Canal 7, 9 y 13, Radio Nacional, El Mundo e importantes diarios como Clarín y La Nación. Con el mismo grupo graba en los sellos Phillips, C.B.S., Columbia y R.C. Víctor. En ese contexto estrenan la bella zamba de su autoría, junto a Ariel Petrocelli y Daniel Toro, llamada "El Antigal".
La trayectoria de todo músico se hace en base al estudio y la construcción personal, pero también a raíz de las múltiples influencias que recibe a lo largo de su proceso de aprendizaje. Al parecer así como los poetas se hacen de otros poetas, en un músico podemos ver también la presencia de aquellos otros que realizaron su aporte al perfil de ese nuevo creador que, en su momento escuchó, vivió y disfrutó su música como propia.
Seguramente Lito Nieva no es la excepción y entre los músicos que valora, por considerarlos representativos en el quehacer musical, se encuentran Gustavo Leguizamón, Eduardo Falú, Waldo de los Ríos, Mariano Mores; y entre los clásicos lo deleitan Chopin, Rimski, Corsokov, Ravel, entre otros.
Su espectro musical se abrió a otras culturas y por ello en 1975, por requerimiento de importantes empresarios extranjeros, crea el conjunto de música indoamericana Los Haravicus. Con ellos viaja a Japón donde actúa junto a la orquesta típica de Leopoldo Federico. Allí se queda un año, ofreciendo conciertos en distintas ciudades.
En 1982 el sentido de pertenencia y el apego a la tierra lo hacen regresar a Salta. Vuelve para quedarse y junto al músico Domingo Ríos forma la dupla "Lito y Domingo". Nuevamente recorre el país ofreciendo conciertos con su guitarra, quena, zampoñas y quenachos.
Viajero incansable en 1991, junto a D. Ríos, parte hacia España, más precisamente al país Vasco de Bilbao, donde permanece por espacio de dos años. Conforma el trío "Purmamarca" actuando también en diversas ciudades de España, Francia, Portugal, Italia e Inglaterra.
Producciones y trabajos
La producción musical de Lito Nieva es vastísima. Así lo indican las reconocidas piezas musicales que realizó con el aporte en las letras de poetas de la talla de Ariel Petrocelli, Daniel Toro, Armando Tejada Gómez, José Vasconcellos, Jaime Dávalos, Hugo Ovalle, entre otros. Representó a Salta, Argentina y Latinoamérica por todos los continentes con obras tales como "Zamba del antigal", "Coplas para mi vuelta", "En qué estrella estará", "Bagualera de albahaca", "Soy el inca", "El diablo de Humahuaca", "Septiembre de amor", "Carpa de luna", "El minero", "Cerrillos para cantar", "Caminante soy", "Luna de manicomio", "América infinita", "El musicario del milagro", entre otros.
Es inmensa la nómina de los artistas que contaron con su apoyo creativo y profesional. Entre ellos están Los Nocheros, Horacio Guarany, Los Cantores del Alba, Condorkanki, Los hermanos Saluzi, Marcos Thames, Daniel Toro, César Isella, Guillermo Romero Ismael, Guillermo Guido, Melania Pérez, Los Tucu Tucu, Los Fronterizos, Antonio Tarragó Ros, Ariel Ramírez, por nombrar algunos. La lista sigue, pero no alcanza para explicar y mostrar el incansable y largo trabajo que Lito Nieva hizo en beneficio de la música y la cultura latinoamericana.
Reconocimientos
La Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) lo tiene desde hace más de cuatro décadas como uno de sus socios más activos, con 49 obras registradas. De allí vino en agosto del 2000 el merecido Reconocimiento a la Trayectoria por su aporte a la cultura popular. Además del reconocimiento de las instituciones, Lito Nieva recibe a diario el reconocimiento de sus pares, de los artistas que llegaron a él buscando armonizarse y pulir su arte. Así lo indica la sincera misiva que en febrero de este año le hizo llegar el grupo salteño Los Nocheros. Mediante una carta formal le hacen llegar su agradecimiento por el invalorable aporte hacia los músicos e intérpretes con los que ha trabajado; y agradecen asimismo haber tenido la fortuna de contar con su talento a la hora de sentar las bases para el perfil musical que hoy los caracteriza. De todas maneras el reconocimiento que artistas como Lito Nieva merecen es el que corresponde al día a día, y que no tiene tanto que ver con la estridencia del éxito, como con la riqueza y perseverancia del trabajo cotidiano.
Vivir haciendo música, ésa es la cuestión. Y esa es la forma que esta raza de artistas eligió hace mucho para caminar la vida. Una vida que separada de la música no se entiende, ni mucho menos se entiende fuera de los códigos internos que el artista tiene para mirarse a sí mismo y mirar a los demás.
Lito Nieva siempre está haciendo música, y cuando la hace no piensa que para que su producción se valide debe ser grabada, lanzada a la fama o inscripta en las instituciones de la Música, pues antes que para la comercialización él produce con un fin cultural y estrictamente musical. Escribe para sí mismo, para la gente, para contribuir al engrandecimiento de ese gran texto musical donde los músicos de todos los tiempos pusieron y seguirán aportando su granito de arena.
En estos momentos Lito está trabajando en la posibilidad de reponer la Obra Integral de su autoría musical -con letras de Jorge D. Bavio- llamada el Musicario del Milagro, al mismo tiempo que musicaliza "El ruiseñor de la loma" y la zamba de José Gallardo titulada "Orfeo vallisto".
Falleció el 02/10/09 a los 77 años.
Edición: Agenda Cultural del Tribuno del 15 de abril de 2001