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Pablo Francisco Kosiner

os argentinos de este año 2010 somos testigos privilegiados de un momento histórico de profunda significación patriótica. Nos toca a este generación vivir y resignificar el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Y este tiempo de Bicentenario que se encamina hacia los doscientos años de la Independencia de nuestra Patria es el momento oportuno para volver la mirada a ese pasado histórico pletórico de glorias y de ejemplos de heroísmo y entrega. Oportunidad que nos tiene a todos como protagonistas en una tarea que indudablemente exige que contemplemos esos ejemplos de nuestro heroico pasado, pero que también nos obliga a re pensar estos dos siglos de historia con sus, alegrías y tristezas, con sus logros y frustraciones. Esta mirada del Bicentenario nos ayudará a los argentinos a hacernos cargo de nuestra propia historia y darnos cuenta que lo que somos, y la historia que hacemos son frutos de nuestros aciertos y nuestros errores, de nuestras virtudes y defectos. Solo con esta resignificación de este especial momento histórico, podremos construir una Patria como la que soñaron nuestros Padres de Mayo.

Este Bicentenario nos debe ayudar a marcar nuevos rumbos para nuestra Argentina, el desafío es repensar como sostener los ideales de Mayo en un mundo más cambiante y complejo, eludiendo con lucidez la tentación de caer en fórmulas regresivas o pragmáticas plasmando concretamente un proyecto de Nación que represente la felicidad y la grandeza de todos los argentinos.
Este Bicentenario no puede quedarse en solo un símbolo. Debe ser la oportunidad que nos da la historia de consolidar la vigencia de una Argentina políticamente soberana, económicamente independiente y socialmente justa.

En este orden de cosas, no puede dejarse pasar por alto que en estos doscientos años, los últimos veinticinco están marcados por el ciclo ininterrumpido de gobiernos democráticamente elegidos por el pueblo, y este hecho democrático ha instaurado en nuestro pueblo la conciencia de que la democracia como forma de vida es el único sistema capaz de brindar a los argentinos los espacios de consenso y diálogo necesario para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez mas complejizado. Esta democracia conquistada por todo el pueblo es, sin lugar a dudas uno de los logros más importantes de estos últimos años.

Este Bicentenario nos pone en la encrucijada de tener que proyectar un país mejor para nosotros y nuestra posteridad, un país dinámico para crecer y para brindar oportunidades a todos sus habitantes, un país en donde no exista una marginalidad sistémica y donde las diferencias socio económicas y culturales se reduzcan sustancialmente, un país con una mejor distribución de la riqueza no solo entre sectores sociales, sino también entre Regiones, un país en donde el respeto irrestricto a la Constitución y a las leyes generen confianza y coexistencia creadora, en donde se viva un federalismo real y no solo ficticio. Un país que se integre decididamente al mundo en virtud de su calidad institucional, al empuje y dinamismo de su sector privado, y al respeto que generan sus dirigentes y representantes.

Tenemos la obligación histórica que de este Bicentenario pueda surgir un país nuevo, que no nos quedemos en una simple retórica o en una superficialidad. Las circunstancias históricas así nos lo exigen y seremos deudores ante las generaciones futuras si dejamos pasar esta oportunidad. Debemos lanzarnos con intrepidez y valor a conquistar un futuro que está a la mano. Este Bicentenario debe ser la construcción de todos y para todos los argentinos.

Salta, abril de 2010

Dr. Pablo Francisco Kosiner
Ministro de Gobierno, Seguridad y DD HH
Gobierno de la Provincia de Salta

 

EDI-Salta 2014 en el Bicentenario de la Patria
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