Aún más bonito que Cachi es Cachi Adentro, unos kilómetros más allá, donde los arroyos que bajan de los nevados crean pequeñas cascadas y piletones de aguas transparentes.
A partir de aquí el camino asciende y el paisaje cambia radicalmente: un cordón de montañas imponentes se alza al oeste y a medida que avanzamos nuevos picos nevados comienzan a dejarse ver.
La ruta cruza el río Calchaquí y lo deja bien abajo, lamiendo los pies de los cerros.
Sobre el camino desierto, el ripio a veces rojo, a veces negro, sólo algún rancho de piedra o un corral de pircas interrumpe la soledad del paisaje.