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Ernesto Bisceglia

¿Para qué sirve el Güemes de la pos pandemia?

La sociedad ingresa en un tiempo de consecuencias desconocidas donde será necesario afirmar la conciencia social en paradigmas imperecederos para preservar la identidad y proyectar un futuro. ¿Qué nos espera en el tiempo de la pos pandemia? En un mundo que parece licuarse en valores, principios y conceptos, para unificarse bajo nuevos mandatos que ya están cambiando nuestra forma de hacer y de sentir a nuestras propias sociedades, es cuando la figura de los Próceres asume un papel pedagógico en materia de valores.

La historia contemporánea ha sido alterada de manera violenta, porque todo lo que entendíamos como normal hasta hace un tiempo atrás, ha cambiado y lo que sobrevenga está más allá de nuestra previsión.

Éste es el nudo de la cuestión, saber encontrar un punto medio que nos permita abordar el Nuevo Tiempo pero sin dejar de ser lo que somos: salteños y argentinos.

Y lo decimos en este orden porque la Región ha sido siempre anterior a la Nación. Salta ha sido la gran contribuyente de la historia desde los tiempos de la Independencia, un carácter que se renueva en esta época porque frente a la crisis, está la oportunidad del cambio y del liderazgo.

Hoy el General Güemes representa nuestra pertenencia y permanencia

Así es que en el Bicentenario de la Muerte del General Martín Miguel de Güemes, su figura adquiere una dimensión particular, siendo esta vez algo más que un bronce que guarda una memoria ilustre, es incluso más que un Prócer nacional. Hoy la figura de Güemes y su Gesta constituyen el anclaje de valores, conducta y visión que necesitamos sellar en la idiosincrasia popular para fortalecernos e ingresar al Nuevo Tiempo con una referencia identitaria concreta.

El de hoy es el Güemes que resume el concepto de Patria, de ciudadano militante, de compromiso público, de justicia social y distributiva, de regionalismo (su campo de influencia llegaba al sur de la actual Bolivia y norte de Chile); es el Güemes que revaloriza a las mujeres y las suma a la lucha de construir una nación libre y soberana. Es por fin, el Güemes ejemplo de esposo y padre, cuyos últimos pensamientos se agotan en la pena por dejar en soledad a su mujer.

Ella misma, Carmen Puch, también entroniza valores que deben modelar a la mujer de este tiempo de tránsito, como ejemplo del amor que consolida a la familia y fortalece al hombre que lucha, porque habrá que luchar y bastante. Es la madre generosa con la vida a pesar de las circunstancias vela por sus hijos huyendo a caballo embarazada para protegerlos del enemigo que acecha. Es la que acompaña a su marido hasta en la muerte. Un paradigma de la fidelidad.

¿Para qué nos sirve el Güemes del pos COVID-19?

Este General Güemes del Bicentenario y por imperio de los tiempos de la pospandemia, sirve para construir el modelo del nuevo ciudadano y del nuevo gobernante. Sirve para generar una pedagogía güemesiana que enseñe además de los hechos históricos, los valores cívicos, patrióticos y morales que elevaron a ese salteño del siglo XVIII a la cumbre del pedestal que hoy sustenta su bronce, desde donde mira no ya al enemigo, porque éste que nos ataca es invisible, sino que otea el futuro señalando que el camino por venir no será fácil, advirtiéndonos de que habremos de transitar territorios agrestes y momentos de zozobra.

Pero también es el Güemes que señala la victoria, que es prenda de unión porque ante el poncho rojo se unifica la salteñidad. Es el Güemes del tiempo por venir, porque si la historia es necesaria para los pueblos, los ejemplos de sus grandes hombres son imprescindibles.

Güemes y la postergación bicentenaria del primer líder social y político La transformación de la chusma en ciudadanos es lo que la historia liberal jamás le perdonó a Güemes a quien tildó de caudillo, fundiéndolo en el universo de la anarquía que se empoderaba del país mientras el Prócer Gaucho fenecía bajo las balas enemigas.

El General Güemes no fue un caudillo como tampoco un revolucionario al estilo jacobino de un Mariano Moreno, sino el caso paradigmático del primer liderazgo popular en la historia del país.

La acción social de Güemes se adelantó en mucho a la evolución de los principios sociales que llegarían a los más desposeídos recién más de un siglo después. Revalorizó a la familia rural tres décadas antes de que Domingo Faustino Sarmiento lanzara su peyorativa definición de gaucho reduciéndolo a “Un bípedo implume cuya sangre sólo sirve para regar la tierra”.

¿Cómo pensar que Güemes podría ser valorado si representaba la antítesis de la porteñidad?

El General Güemes fue primero un militar formado en la disciplina castrense, un político designado gobernador por aclamación popular, un hecho inédito en aquellos años (1815), un líder social que buscó mejorar la calidad de vida de sus gauchos generando una legislación revolucionaria para entonces –el Fuero Gaucho- y el gobernante de un territorio definido ya que su zona de influencia alcanzaba a las provincias altoperuanas y al Protectorado de Atacama, en el norte de Chile.

No obstante hemos hallado en títulos universitarios y que en algunas cátedras al estudiar el proceso de la anarquía desde 1820 entre los caudillos se incluye a Güemes, un grueso error ya la visión del salteño en el marco de la Guerra de la Independencia fue continental y nunca localista, además, siendo el único General caído en una acción de combate, muere al año siguiente, 1821.

La historiografía aún no le otorga el lugar estratégico que tuvo en el marco del Plan Continental Sanmartiniano, como tampoco se estudia su pensamiento político y las transformaciones sociales que logró.

Las razones de una postergación bicentenaria

En aquel año de 1820 los diarios porteños hablaban del “abominable Güemes” y al año siguiente -1821- celebraron su muerte publicando “un caudillo menos”.

Es que Güemes desbordó el marco referencial político, social y económico en que las clases dominantes concibieron a la “Revolución de Mayo” que al fin de cuentas no fue tal. En cambio Güemes sí le otorgó contenido revolucionario y popular al Movimiento de Mayo.

Mientras en Buenos Aires son los comerciantes, los que tenían “la sangre limpia”, los militares y algún sector de la Iglesia Católica quienes deciden el golpe de estado que derroca al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, en el norte, Güemes torna en protagonista al pueblo, a los marginados y los convierte en los actores principales de la revolución.

Bajo este concepto hasta no sería arriesgado opinar que en Salta y con Güemes fue donde realmente Mayo fue una Revolución.

Güemes, el hombre, el líder, el Prócer

Tuvieron que transcurrir 185 años desde su muerte para que fuera reconocido Héroe Nacional por imperio de la Ley 26.125, promulgada el 22 agosto de 2006 y se declarara feriado nacional el 17 de Junio para rendirle homenaje en la misma dimensión que a los Generales Manuel Belgrano y Don. José de San Martín.

En el año del Bicentenario del paso a la Inmortalidad del General Güemes, resta sin embargo que ahora sea el pueblo de Salta el que acceda a un conocimiento profundo de lo que significó la Gesta Güemesiana, qué representaron conceptos como “Guerra de Recursos”, “Plan Tenazas” o “Fuero Gaucho”, ya que a pesar de una década hablando de Güemes el gobierno saliente no pudo generar una verdadera pedagogía sobre la Gesta Güemesiana y su importancia en el marco de la Guerra de la Independencia, que no haya sido otra cosa que sembrar bustos de Güemes y realizar entregas de diplomas aquí y allá.

Faltó que ese conocimiento baje hasta los docentes y los alumnos, a todo el pueblo salteño en general porque, como diría el historiador Félix Luna “Los héroes no nacen por decreto ni por actos sino que son consagrados por el amor que le tienen los pueblos”. Y nadie ama lo que no conoce.-

POR ERNESTO BISCEGLIA.-

 

 

EDI-Salta 2021 en el Bicentenario de la Muerte del Gral. Güemes
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