
Este año se cumplen doscientos años del paso a la inmortalidad del héroe máximo de la salteñidad. El pueblo de Salta lo siguió y respeto en vida y lo siguió honrando y venerando después de muerto. La oligarquía salteña lo veía como un traidor de su clase social y los gauchos más humildes y desposeídos lo veían como un verdadero padre.
Por fuera de los límites de su territorio, Güemes era hostigado desde Tucumán y defenestrado por el centralismo porteño, el que rechazaba el perfil de caudillo popular que ostentaba Güemes imaginando intenciones oscuras detrás de su figura libertaria. Sin lugar a dudas no querían otro Artigas que impulsara la separación de Salta del resto del Virreinato del Rio de la Plata como republica libre e independiente. A pesar de todas estas intrigas, Güemes, contaba con la amistad y reconocimiento de San Martin y Belgrano, los tres estaban imbuidos de un destino común que era la Libertad y la gloria para todo el continente americano.
No es casual que ahora al cumplirse el bicentenario de su desaparición física, recién se le haya reconocido su justa dimensión de Héroe Nacional y un feriado en todo el país, demasiado tarde para nuestro gusto, pero no por eso menos importante. Hoy queda reivindicar su poderosa historia, la que fue protagonista de innumerables películas y documentales, mas cercana a la leyenda de un semi dios griego que de un gaucho sencillo y común .Su limitada existencia, apenas treinta y seis años de vida, solo es comparable con un gladiador romano por su porte y su bravura.
Esa historia, debería estudiarse en todos los colegios de nuestro país, además de preservar las casas y sitios claves de la gesta güemesiana. Su recuerdo de indómito guerrero, hoy lo mantiene más vivo que nunca, a vencido por si mismo, a los realistas, a los detractores, al tiempo y a la muerte. Entrego su vida y sus bienes para que seamos libres y ese hecho se inyecto en el alma de nuestro pueblo y le dio su identidad e idiosincrasia hasta nuestros días.
Nos dejó físicamente, eso es cierto, pero su presencia protectora nos sigue marcando el camino año tras año, su homicidio nos dejó huérfanos de padre pero nos enseñó a amar la libertad. Y cada 17 de junio una poderosa y entrañable fuerza nos lleva a rendirle nuestro más sentido homenaje, aquel reconocimiento que tantos años se le negó a nivel nacional , pero que de manera perpetua se le brinda en su tierra, allí muy dentro del corazón de su pueblo, donde seguirá viviendo y reeditando su glorioso recuerdo, para siempre.