Por Andrés Mendieta
i se trata de inquirir quien fue el primer músico de Salta podemos identificarlo, como tal, al sacerdote Juan Vizcaíno de Agüero nacido en Nuestra Señora de Talavera (después Esteco), una de las más antiguas de las ciudades fundada por los españoles, asentamiento que se debe al gobernador Diego Pacheco, en 1567.
En los primeros tiempos, luego de la fundación fueron llevados a dicha región los pueblos indígenas de Vechi, Peyajostine, Olmagüalamaba y Tamalaligüala.
Al sostener la salteñidad de Vizcaíno de Agüero tras la historia del nacimiento de Nuestra Señora de Talavera, el 15 de agosto de 1567 - llamada inicialmente Cáceres, a unos tres kilómetros al este de la localidad de El Vencido, enclavada unos 30 kilómetros al norte de la localidad de El Quebrachal (Departamento de Anta - Salta).
Sobre esas mismas tierras arqueólogos del CONICET, conjuntamente con estudiantes de las Universidades de La Plata y de Salta, encon-traron en territorio de la provincia de Salta restos de una ciudad de más de 400 años, en la actualidad subsiste una pequeña localidad del chaco salteño llamada Talavera, (jurisdicción ubicada en las inmediaciones de los límites con las provincias de Santiago del Estero y Chaco).
Prosiguiendo con la historia del primer ejecutante salteño nacidó alrededor del año 1606 en el hogar conformado por el Capitán Francisco de Agüero y de Juana de Valdenegro, descendientes directos de conquistadores.
Esta ciudad, de acuerdo a estudios realizados, tenía composición similar a las de la época: una plaza central y alrededor de ella una iglesia matriz, un cabildo y un convento de los franciscanos.
Nuestro protagonista cursó sus estudios de filosofía y eclesiásticos en la ciudad de Córdoba. Habiendo concluido su formación en el Seminario y, como laico, se consagró para desempeñar determinados servicios para la Iglesia (Orden Sagrado), en 1628.
Después de tomar los hábitos menores se dirigió a Buenos Aires para estudiar, entre otras cosas, las materias necesarias para conseguir el título de bachiller, licenciatura y maestría de arte, y música.
El Vaticano tenía previsto dividir las sedes eclesiásticas de Paraguay y Buenos Aires designando para esta última a fray Pedro de Carranza, carmelita descalzo, convirtiéndose en el primer obispo de la diócesis de la Santísima Trinidad del puerto de Buenos Aires, elegido por el Papa Pablo V. El dignatario era natural de Sevilla, nacido en 1557. A los quince años vistió los hábitos de la Orden Carmelita en la que profesó el 25 de noviembre de 1583.
Monseñor Carranza llegó a Buenos Aires el 9 de enero de 1621, en momentos que la población sufría el castigo de una epidemia. La Catedral estaba a punto de derrumbarse y se carecía de ornamentos. Una pobreza total y un conflicto de la Iglesia con las autoridades civiles por la falta de apoyo. A ello debía agregarse la falta de clérigos en los diferentes curatos de la diócesis.
Por su parte Juan Vizcaíno de Agüero con acentuada vocación religiosa lo llevó a consagrarse mas tarde como sacerdote y se puso de inmediato a disposición del primer obispo de Buenos Aires, fray Pedro Carranza.
El prelado convocó a un concurso por oposición para cubrir la Vicaría de la Catedral de Buenos Aires ganando Vizcaíno de Agüero el certamen por sus sobresalientes referencias culturales y musicales.
A este músico criollo se le adjudicó entre otras cosas la interpretación de música sacra en órgano, la formación de un coro, la enseñanza de canto en establecimientos educacionales.
Dedicado a la enseñanza, dejó buenos discípulos, entre ellos Juan Cáceres y Ulloa - nacido en Buenos Aires -, un muy buen músico que sucedió a su maestro en los destinos musicales de la catedral.
Fray Cristóbal de Aresti, benedictino, porteño, fue elegido por Su Santidad Urbano VIII, como segundo obispo de Buenos Aires asumiendo el gobierno de la diócesis el 26 de abril de 1636. Tomó conocimiento de la labor apostólica de Vizcaíno de Agüero designándolo al año siguiente de su obispado como Chantre de la Iglesia Matriz pero a los tres años resolvió renunciar todas las funciones que tenía asignadas para trasladarse a Asunción del Paraguay donde se lo designó canónigo.
A partir de su estancia en Paraguay nada se supo de las actividades del primer músico salteño.