Recibido, pasó a desempeñarse como médico director del Hospital Ledesma del Ingenio Ledesma y como médico de la Lucha Antipalúdica en la zona dependiente del Departamento Nacional de Higiene. Desde allí, colaboró con notable éxito con el Prof. Salvador Mazza a quien llamaba maestro; de esa época son sus estudios sobre: PALUDISMO, LEISHMANIOSIS, ENFERMEDAD DE CHAGAS y de la DERMATOSIS "PICADURA DE URUNDEL". Proveyó de animales a la M.E.P.R.A.
También cooperó con el Dr. Carlos Alberto Alvarado y aplicó con entusiasmo su plan de lucha contra el mosquito vector del PALUDISMO el "anopheles psudopunctipennis", en sus dos faces: Policía de focos y Profilaxis Invernal. Inició, asimismo, el estudio del subterráneo biológico que tanta importancia adquiriera en Ledesma para la profilaxis de la MALARIA.
En 1938, renunció al cargo del hospital y pasó a la ciudad de Córdoba para actualizarse en Pediatría, en el Hospital de Niños de la Santísima Trinidad, donde fue médico interno durante un año.
De regreso a Salta, se desempeñó como médico pediatra, epidemiólogo e higienista. En 1941 actuó como agregado a la Sala Cuna y Gota de Leche del Hospital del Milagro. También cumplió funciones de médico en el Servicio de Campaña de la Dirección Provincial de Sanidad de Salta.
Al año siguiente, en la Frontera Norte de Salta, efectuó medidas de control contra una epidemia de Fiebre Amarilla que se desarrollaba en Bolivia, además, cumplió tareas de Profilaxis de la Viruela que padecían habitantes deIruya y Tartagal.
Escritor de fluida prosa, se refirió a temas de Medicina Epidemiológica y de Historia de la Medicina del Noroeste. Algunos de sus trabajos como " Ensayo histórico sobre la M.E.P.R.A. y Notas biográficas del Dr. Guillermo Paterson aparecieron en la Revista del Círculo Médico de Salta, en el cual integraba el Comité de Redacción.
El Dr. Villagrán tuvo un gran desempeño en la Cultura, en el Arte y en el Deporte (futbolista y paracaidista).
Estaba escribiendo un libro "Todavía Viruela" cuando lo sorprendió la muerte. Falleció en la ciudad de Salta, el 20 de Junio de 1959. Llevan su nombre, el Salón Auditorio del Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Salta y el Hospital del pueblo de Chicoana.
La vida cultural del Dr. Villagrán
César Perdiguero refiere que era cultor del arte de la conversación, con su charla siempre se aprendía algo nuevo. Sitúa al médico en un movimiento generacional que influyó en dos décadas en la vida de Salta. "Tuvo tiempo para vivir en plenitud una constructiva bohemia", alentó las inquietudes del deporte, del turismo y ejerció una suerte de mecenazgo estimulando cálidamente el fervor de poetas, de escritores, de músicos, de pintores que se agruparon bajo el ala de su amistad" y que partieron de allí para realizar la obra que gestaron. “su nombre andaba en todas las crónicas".
En su casa - dice Perdiguero- entraron: todo estaba rodeado de libros, de cartas, de proyectos, de borradores nerviosos, de versos, de pruebas de imprenta, junto a su numerosa colección de obras plásticas.
Rafael Villagrán, en 1946 estaba empeñado en una redacción de la historia del Club Gimnasia y Tiro. Otra de sus pasiones.
En su archivo hay testimonios sobre la actividad de 1940. Están los ejemplares de la Revista Ángulo que se publica bajo la dirección de Manuel J. Castilla, Carlos García Bes y Raúl Bríe.
El 28 de junio presenta al dibujante Carybé quien en los cinco años que estuvo en Salta, mantuvo amistad con Villagrán. Un libro Universal, el de Robinson Crusoe, fue ilustrado en Chicoana. Villagrán trabajó mucho para esta muestra.
El Dr. Carlos Alberto Alvarado en 1946 le habla sobre las jugosas editoriales que escribió en El Norte, diario local.
Fue un anfitrión permanente del paisaje y el alma de Salta. Max Dickman, el escritor, en abril de 1943 le encomienda a Heyward Keniston, jefe de la Sección Cultural de la Embajada de los EE.UU., para que lo haga conocer lo mejor de Salta, tarea que fue cumplida eficazmente por Rafael.
Max Dickman, desde Nueva York, le pedía a su vez, toda anécdota y dichos salteños, cuestiones que remitía el médico para colaborar con la novela de su amigo. Le interesaba mucho al escritor, Chicoana como pueblo.
Otras de las inquietudes de Villagrán fue la aviación. Pero la cocina criolla también fue de su agrado. Ante el pedido de Carybé, se suma al libro de Cocina Criolla, y realiza toda pesquisa gastronómica criolla. Las recetas eran de la chanfaina, tulpo, mote, chicha, quesillo, locro, aloja, dulces, sorbetes, empanadas, etc., acompañadas con fotos de cocineras.
Era amigo de Leónidas Barletta, fundador del Teatro del pueblo, con quien mantenía también correspondencia, y le dice, en una de ellas el poeta: “creo que los poetas y los médicos son los que más poesías hacen en el mundo”.
Por Romina Chávez Díaz