Quién no lo conoció en Salta. Fue un gran solidario, como todos los pescadores. En su columna de El Cierre, de El Tribuno, ayudó a cuantos pudo. Por décadas Tombolito ha logrado un merecido reconocimiento por su columna, una creación original y muy exitosa que supo mixturar humor con periodismo social y solidario.
Su juventud estuvo plagada de aventuras extraordinarias, se cuenta de Mena que cuando cae Juan Domingo Perón estaba en Buenos Aires apoyando al gobierno acosado por los golpistas y debe cruzar en una lancha hacia el Uruguay para no caer en las garras de la represión.
Luego es apresado y sentenciado a 8 años de prisión. En una impresionante aventura de película se fuga del penal y marcha a España con nombre falso y más tarde se reúne con Perón en su residencia de Puerta de Hierro, donde incluso residió un tiempo.
Sirvió al General Perón de muchas formas, viajó por muchos lugares incluso en Africa le sirvió a Perón como emisario.
Más tarde, de regreso al país y a Salta, retoma su labor periodística y su activismo político. El golpe de marzo del 76 lo encuentra al frente del Servicio oficial de Prensa de la gobernación al tiempo que seguía publicando en el diario su columna. Entonces tiene que marchar de nuevo al exilio, esta vez al Paraguay.
Estando en el exilio se hizo amigo del Director de la revista cordobesa Hortensia y luego al regresar pudo trabajar allí para recomenzar su vida.
Cuando en la década del 80 don Roberto Romero -propietario de El Tribuno- gobernó la Provincia, lo puso en una lista de candidatos y fue diputado. Luego de jubilado siguió con su columna del cierre en el Diario El Tribuno hasta su retiro.
Para terminar hay una zamba que lo inmortaliza:
El que pasa es Tombolito,
salteño por la tonada;
con manos de arbolito
va dando todo por nada.
Con tono de periodista a todos
y uno por uno temprano nos
pasa lista a diario por
El Tribuno.
Tomás Mena, Tombolito, por
Salta tus sueños velan y en los
pueblos, despacito, tu puñadi
to de arena cerrará el agujerito
del alma de los que penan.
Letra Puma Vasconcelos y música Gilberto Vaca