Nació en Salta el 18 de enero de 1897 y falleció el 23 de noviembre de 1961. Estudió en la Universidad Nacional de Buenos Aires, simultáneamente Odontología y Filosofía y Letras.
Contrajo matrimonio con doña María Elena López Sanabria y tuvieron ocho hijos, todos profesionales, quienes heredaron de su padre el amor por la docencia.
Desde muy joven colaboró con los padres salesianos de la Obra de Don Bosco, fundando varios oratorios en los barrios más pobres de la ciudad. Fue un entusiasta colaborador en la cración del Colegio Salesiano Don Angel Zerda; en aquél entonces un Instituto de Artes y Oficios.
En reconocimiento a su tarea, los padres salesianos lo designaron durante veinte años –sin haber sido alumno de ese Instituto- presidente honorario del centro de ex alumnos.
Creó distintas instituciones de gran importancia, tales como la Asociación Odontológica de Salta, la Liga Salteña de Fútbol, el Club de Fútbol Central Norte y los Institutos de Enseñanza Técnica en el Colegio de la Congregación de los padres salesianos de la Obra de Don Bosco.
Fue su pasión la enseñanza de la lengua española. Al respecto publicó cuatro libros para dictar la materia Catellano, siendo los mismos aprobados por el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, como texto para todos los institutos de enseñanzas del País. Escribió un trabajo muy original titulado “Curiosidades Gramaticales”. También investigó el idioma árabe, y luego publicó un nuevo libro titulado “Contribución del Arabe a la formación de la lengua española o castellana”.
Publicó en la Cartilla de la Real Academia Española; esta institución rectora, consideró la designación del doctor José Vicente Solá, como miembro correspondiente, cuando una lamentable enfermedad cerebro vascular, aceleró su muerte.
Su mayor obra literaria es, sin lugar a dudas, el Diccionario de Regionalismo de Salta, que obtuvo el primer premio de la Comisión Nacional de Cultura, y cuya séptima edición ha sido publicada en el año 2004.
José Vicente Solá fue sobre todo un maestro y formador de la juventud salteña, se desempeñó durante numerosos años como vicerrector del Colegio Nacional de Salta. Escribió el himno al Colegio Nacional y su recordada Oración a la bandera.
Sus ex alumnos, no quisieron que su nombre y su trayectoria desapareciera. Con el correr de los años, como testimonio vivo, uno de los barrios más importantes de Salta, lleva su nombre. Allí se ha erigido una importante escuela pública también con su nombre.
En la ciudad de Salta una calle lleva su nombre, como también otra en la Villa de San Lorenzo.
Al frente de su querido Colegio Nacional, se erigió un busto de tamaño natural de su persona, en cuya base las sucesivas promociones tomaron como hábito colocar placas recordatorias, al cumplir sus bodas de oro del egreso como bachilleres del colegio.
Su bonhomía, se acrecienta en la nostalgia de los gratos recuerdos que dejó en los años claves de la formación de los jóvenes salteños, de las generaciones de aquellos años, hasta mediados del siglo pasado.
Su acción política:
José Vicente Solá, a poco de egresar como odontólogo a los 24 años de edad, se afilió al partido Demócrata Nacional. En tres períodos consecutivos ocupó un escaño en la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta. En el segundo mandato se desempeñó como Presidente de la Cámara de Diputados.
Luego fue elegido por un período, senador por el distrito de la capital de Salta.
Fue autor de leyes muy importantes como la del Patronato del Menor, la creación de la escuela para ciegos, la ley de en banderamiento obligatorio en el frente de cada casa particular en los días patrios, varias leyes destinadas a estimular la educación pública, etc.
Se adhirió a la candidatura presidencial del Dr. Robustiano Patrón Costas, efectuándose la proclamación del mencionado candidato en su domicilio particular en calle Juan Martín Leguizamón 457. Como es de conocimiento público el Dr. Patrón Costas no pudo participar en las ellecciones debido al golpe de estado del 4 de junio de 1943.
Porqué a Salta le dicen "La linda"
Reconocimiento al Dr. José Vicente Solá.
Por Juan Oscar Wayar
Hace muchos años atrás en la Salta de Antaño un grupo de escritores y periodistas tuvieron la idea de que ha nuestra provincia se la reconozca de una formas más especifica en todo el País. Ya Tucumán era el jardín de la República y Córdoba era la Docta, Mar del Plata la ciudad feliz y hasta otras ciudades del mundo tenían su apelativo, París la Ciudad de la Luz, Roma la ciudad Eterna, Río de Janeiro la ciudad Maravillosa. Por ello un periódico local decidió lanzar una propuesta para que los lectores pudieran elegir como se le tendría que llamara a Salta. Este diario comenzó todos los días a publicar las inquietudes y sugerencias de los ciudadanos, las frases salían como a borbotones, estaban los que proponían, Tierra Gaucha, Valle Hermoso, Ciudad Heroica, Cuna de Valientes y un largo etc. más.
Los colegios también empezaron a aportar lo suyo y los alumnos comenzaron a despuntar ideas y frases ocurrentes. Entre ellos se destacaba el Colegio Nacional y su destacado profesor Dr. José Vicente Solá que propuso algo bien simple y eficaz" SALTA LA LINDA". Fue así que el veredicto final tuvo como ganadora a esta simple frase y en lo sucesivo todos en la provincia y en el país comenzarían a llamarla de esta manera.
Al pasar los años este apelativo de Linda se impuso y es aceptado por todos los salteños y en todos los órdenes, hasta llegó a ser el logo oficial de la provincia utilizado por algunos gobiernos.
El legado de este ilustre salteño Dr. José V. Solá no sólo fue el bautizar a nuestra ciudad sino enriquecer nuestra literatura con varios libros (8 en total ) dedicados a la lengua castellana y manuales para la materia Castellano autorizados por la Nación para que sean utilizados en las escuelas de todo el país. También publicó en la Real Academia Española; fué Diputado de la Provincia de Salta y en su segundo mandato se desempeñó como Presidente de la Cámara de Diputados, ocupando también el cargo de Senador.
Su obra máxima fue el Diccionario de Regionalismos de Salta que fue galardonado con el 1º premio de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina.
Creó distintas instituciones de gran importancia, tales como la Asociación Odontológica de Salta, la Liga Salteña de Fútbol, el Club de Fútbol Central Norte y los Institutos de Enseñanza Técnica en el Colegio de la Congregación de los padres salesianos de la Obra de Don Bosco.
Hoy un Barrio, una Escuela y algunas calles llevan su nombre en homenaje perpetuo a su gran obra. Fuente: libros de Historia de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Provincia de Salta.
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