La literatura como sosiego
Carlos Robles nació en Salta, más precisamente en Chicoana, hace 63 años. Su amor por la Literatura lo ha llevado a apostar a ella en todo sentido: leyendo incansablemente, editando los trabajos de otros autores a través de la editorial que creó hace tres años y escribiendo sus propias obras. Como Borges, antes que un gran escritor, Robles se considera un buen lector. Y es que sabe -porque lo ha comprobado- que beber de buena fuente aclara la mirada, afianza un estilo y fortalece los pasos.
Entre sus producciones más importantes se encuentran "Vagón de cola", "Río Chicoana", "Cuentos del caminante", entre otras. Recientemente, con su cuento "Cantata de los ciegos" ganó el 3º Premio Nacional del Concurso Salón Nacional del Cuento Breve del CFI y el Primer Premio a nivel regional del mismo certamen. Sin embargo, la tarea cultural de Carlos Robles no se agota en la producción literaria, sino que abarca también la publicación: desde 1998 dirige Ediciones del Robledal, que lleva editados alrededor de 27 trabajos.
Aráoz Anzoátegui dice acerca de su producción: "¿Quién no ha visto moverse a su alrededor las sombras de su infancia; y luego otras que fueron sumándose a través de diversos hechos cotidianos: como un cristal que a veces se desempañara para mostrarnos figuras, y también fragmentos, que habían quedado borrosos en la memoria?. Estamos ante un escritor en busca de sus personajes, y no- revirtiendo la situación pirandelliana- ante un grupo de personajes en busca del autor. Pues Robles maneja los hilos de sus criaturas que salen a escena, y que largo tiempo estuvieron latentes bajo su piel".
Apasionado por la vida y la literatura, ha trabajado para conseguir un estilo que lo defina como escritor. Hay en sus narrativa una suerte de oralidad que contribuye a dar vida a sus descripciones, sin cercar a su obra en limitaciones regionalistas.
Reconocido como editor de numerosos libros con Ediciones del Robledal, Carlos Robles también escribe y reconoce: "más me gusta mi faceta de escritor porque la producción es lo que ayuda al individuo a manifestarse como creador. Mi acercamiento a la literatura se remonta a la más tierna infancia. A los cinco años ya leía a Constancio Vigil, por ejemplo. A los quince años tenía una biblioteca armada y cuando me casé, a los 22 años, tenía casi 500 libros en mis estantes. Devoraba los libros y ya desde entonces me gustaba más leer que escribir. Me decidí a publicar tal vez por esa sensación que González Suárez -escritor español y guionista de Hollywood- supo explicar así: `Tal es el caso de este hombre al que hemos oído asegurar en alguna ocasión que guarda en la recámara de su pistola la bala de la literatura como un recurso último. No es cierto, no la guarda, de hecho lleva disparándose con ella en la boca desde que escribiera el primero de los relatos que componen este necesario volumen'.
Yo siempre pensé que primero tenía que editar libros de terceros y recién los míos. Cuando se dió la posibilidad de crear la editorial, en el 1998, después de más de 20 años de espera, comenzamos con la publicaciones. El primer libro que editamos fue uno de Roberto Albeza, con corrección y prólogo de Jacobo Regen".