Por Leonardo Strejilevich
a fallecido en esta Ciudad de Salta (07/08/2007) el inigualable maestro de la neurología
argentina Profesor Doctor Diego Luis Outes, el último sabio argentino en el conocimiento del
cerebro humano. Ha muerto en silencio y con la humildad de los grandes. La desaparición física
de este gran maestro es tan enorme como en su momento fueron la de Christofredo Jakob,
Braulio Aurelio Moyano y Ramón Carrillo. El que esto escribe, por ese entonces estudiante de
medicina bisoño entusiasmado por conocer y aprender acerca de la estructura cerebral concurrió
junto a un compañero (hoy Profesor Emérito de la UBA) al Laboratorio de Anatomía Patológica
del hoy Hospital Neuropsiquiátrico Braulio A. Moyano (antiguo Hospital de las Mercedes) en la
zona sur de la Capital Federal en conocimiento de que allí trabajaba el Dr. Outes de gran
prestigio ya en la década del ’50 y que en ese lugar aislado y rodeados por internos locos
encontraríamos enseñanzas, respuestas y conocimientos que no nos brindaba la enseñanza
adocenada y rutinaria de la Facultad de Medicina. Un día de verano nos animamos a ir al
Laboratorio de Outes con el temor reverencial que se sentía por aquellos tiempos por profesores
y maestros. El Laboratorio de Outes, tal como lo conocí, merecería una descripción detallada
muy cercana al realismo mágico: mesas y mesas revestidas con azulejos blancos atiborradas de
frascos con especímenes estudiados; centenares de portaobjetos de diversos tamaños en parvas
anárquicas con preparaciones del sistema nervioso para ser observadas con el microscopio; al
fondo una habitación absolutamente desordenada y repleta de libros, papeles y una butaca con
respaldo vieja y destartalada en que Outes estaba sentado y desde allí nos escuchó y observó
detenidamente sin decir nada durante largo rato. Si quieren aprender, nos dijo lacónicamente
incorporándose de su asiento y dirigiéndose a una de las mesas colmadas de vidrios con
preparaciones, en que prácticamente enterró su brazo extrayendo una lámina de vidrio (es
evidente que tenía un racional desorden funcional en su laboratorio pero pese a ello encontraba
al momento todo lo que necesitaba) con un corte transversal de la última porción de la médula
espinal humana teñida con el método de Weigert. Señores, dijo señalando una mesa con un
microscopio monocular; para mañana traen papel canzon y un lápiz negro N°. 2; se aplica al microscopio el ojo izquierdo teniendo los dos ojos bien abiertos, con el izquierdo se observa la
preparación y con el derecho se dibuja; cuando lleguen al cerebro de abajo hacia arriba,
segmento por segmento, me avisan...Casi un año de trabajo constante nos llevó el
emprendimiento sugerido por Outes que mantuvo su silencio todo ese tiempo (nos había
sometido a la primera prueba rigurosa?). De ahí en más, en Buenos Aires y durante todo su
jubileo en Salta viví la entrañable aventura de escucharle, de discutir, de leer y comentar sus
innumerables trabajos científicos, sus traducciones neuropsiquiátricas de destacados alemanes
incluyendo su versión castellana de los poemas de Rilke. El maestro Outes consagró su vida al
estudio y a la enseñanza de la estructura, las funciones y las enfermedades del cerebro humano;
fue un trabajador incansable de la ciencia , casi solitario y ensimismado, sin espectacularidades
ni devaneos, de natural modestia y profunda cultura y sabiduría, de generosidad excepcional.
El
Profesor Outes, entre tantas cosas, fue Profesor Titular de la Cátedra de Anatomía y Fisiología
del Sistema Nervioso en la Facultad de Psicología de la UBA; Profesor de la Facultad de
Medicina de Buenos Aires, Jefe del Laboratorio de Anatomía Patológica del Hospital de Salud
Mental “José T.Borda” de Buenos Aires; Maestro de la Neurología Argentina por la Academia
Nacional de Medicina. Para los que amamos la neuropsiquiatría, el nombre y los trabajos del
maestro Outes nos señalará siempre el camino y el recuerdo de su persona nos hará menos
orgullosos y vanidosos.
Deseo repetir una dedicatoria que hiciera el Dr. José V. Tabasso,
médico psiquiatra y coautor con el maestro Outes de la primera traducción directa del alemán al
español del Tratado de Psiquiatría de Carl Wernicke que es uno de los tantos libros que me
obsequiara: “Al Querido Maestro Outes. A uno de los pocos hombres con grandeza y
generosidad que deambulan por el Reino del Señor. Vivirá siempre en mi mente, no se borrará
de mi corazón jamás. Gracias Maestro” (28/10/96). Gracias por todo Maestro Outes, descansa
en paz!
Publicado en el Diario El Tribuno; página 2; Salta; 11 de agosto; 2007