eidad diaguita, leyenda conocida en las provincias de La Rioja, Tucumán, Santiago del Estero y Salta. Según se cuenta, es esquivo y poco sociable; se lo reconoce por su grito ululante, casi como un lamento en la noche. Deja una pisada desconocida, que se parece a la de un gallo; algunos lugareños lo describen como un animal demoníaco, que tiene la mitad del cuerpo de humano, y la otra mitad de perro, patas de gallo, manos enormes y una larga cola emplumada. No siempre ataca a los hombres, comúnmente los espía.
Su pagana, naturista y pintoresca imagen, refugiada en los bosques y montañas, en cuya penumbra vive, lo ha librado del exorcismo de la colonia y de la profanación de la cultura europea.
Pertenece a la familia de los dioses salvajes y demóticos sin templo ni
ofrendas de oro que despertaran la codicia y el fanatismo de la Conquista...Y tal vez es esa la razón de su supervivencia en la memoria y en el culto de la gente...Es un dios de múltiples formas variantes con la inconstancia de los juegos de luz en las arboledas y en la peñas, por lo que resulta difícil reconocerlo.
En algunas partes de La Rioja, Mikilo es el Duende: hombrecillo de poncho y sombrero negro llevar, este pequeño ser fue denunciado a la policía riojana por los habitantes de la apacible Chilecito por andar posándose en las entradas de las casas de los lugareños y asustar a los paseantes