Por Ricardo Federico Mena
ació en la ciudad de Salta el 14 de noviembre de 1833 y falleció en la ciudad de Buenos Aires, el día 30 de julio de 1881. Sus restos fueron luego repatriados a su ciudad natal y descansan en el mausoleo familiar construido por D. Noé Macchi. Realizó sus estudios en la ciudad de Córdoba, siendo alojado en casa de su abuela materna Da. Tadea Grimau y Escribano. Fue hijo del primer matrimonio de don Juan Galo de Leguizamón y Salinas y de doña Mercedes de Goycoechea y Grimau. En la ciudad de Buenos Aires, efectuó estudios superiores en el colegio Republicano Federal, dirigidos por el padre Francisco Magisté; luego lo hizo en el Colegio del Plata donde se destacara por su superior inteligencia y contracción al estudio. Tales atributos fueron remarcados en un informe presentado en el año 1850 por el educacionista D. Alberto Laroque.
Siguiendo a su tataranieto en el libro “Los Leguizamón”, diremos que, como político desempeñó el cargo de Presidente de la Legislatura de Salta en el año 1864 y Ministro de Gobierno en las administraciones del Dr. José Benjamín Dávalos y de D. Sixto Ovejero. Durante esta última administración tuvo el honor de asumir la defensa de la ciudad cuando la invasión de Felipe Varela. Fue Ministro de Gobierno durante el gobierno de D. Miguel Aráoz en el año 1875, y en 1878 ejerció transitoriamente el gobierno de la ciudad por ausencia de su titular el Coronel D. Juan Solá.
Fue un polígrafo destacado, y como historiador publicó “Apuntes para mi hija Mercedes Bernarda” relacionados con la historia y la geografía. Fue considerado como el sabio salteño, publicando numerosos trabajos en diarios y revistas de la época. Recibió distinciones importantes entre la que mencionaremos la Medalla de Plata por su trabajo “El Hombre Blanco”, otorgado por la Sociedad Científica Francesa.
Entre sus muchos merecimientos y actividades destacaremos su paso como encargado, del Departamento de Escuelas, siendo además factor principal del luego llamado Consejo de Educación. Donó además el inmueble donde funcionara el mencionado Consejo. Dicho inmueble se encuentra situado frente a la plaza Nueve de Julio, sobre calle Mitre. Este Consejo, tuvo vigencia hasta el año 1996. Debemos mencionar como desinteresado gesto en pro de la cultura, el hecho de que D. Juan Martín Leguizamón no poseyera casa propia, debiendo adquirir su viuda, un inmueble con los dineros que el Senado Nacional le otorgara en mérito a los servicios prestados a la patria.
Junto a su hermano D. Juan Delfín Leguizamón Cobo, emprendió la navegación del Bermejo, río que atraviesa nuestra provincia por el norte, y cuyas nacientes se encuentran el Bolivia. Ambos hermanos enviaron una chata en el año 1875, denominada Río Piedras, para conducir las máquinas con las que instalarían su ingenio azucarero. Este se asentaría en las tierras pertenecientes a doña Mercedes Cornejo Castellanos de Leguizamón. Fueron los precursores del ingenio San Martín del Tabacal. Contrajo matrimonio al decir de su descendiente Arquitecto Carlos Ferrari Esquiú Storni el día 8 de noviembre de 1864.
Dice de él la escritora Alicia Poderti, que a los veinte años, comienza sus estudios arqueológicos que luego serían citados por don Florentino Ameghino. En 1852, luego de la caída de Rosas sería elegido Diputado Provincial, en dos períodos. Luego sería ungido con el cargo de Senador. Como decíamos anteriormente también fue ministro de los gobernadores José Benjamín Dávalos Molina y de don Sixto Ovejero. Dirigió el censo escolar en el año 1869, presidió el Consejo de Instrucción Pública, ocupando luego el cargo de Inspector General de Escuelas. Fundó la Biblioteca Provincial de Salta y en el año 1872 publicó el libro “Estadística de la Instrucción Primaria”· Intervino como Convencional en la Reforma de la Constitución Provincial de 1875.
Decíamos anteriormente que en 1876 publico en francés “El Hombre Blanco” que mereciera el segundo premio mundial de la Sociedad de Antropología de París en el año 1877. Como miembro de la Sociedad Científica Argentina publicó “Descripciones del Campo del Pucará” y “Cartas de Antigüedades Americanas. También publicó trabajos de vital importancia geopolítica como “Límites entre las Provincia de Salta y la República de Bolivia, “Derechos de Salta al Chaco Gualamba, y “Límites Argentinos con Bolivia”.
Entre sus estudios sobre temas histórico-arqueológicos figuran: “Discos de los Calchaquíes”, “Flechas de los Calchaquíes”, “Ruinas de Fortalezas Indígenas en Catamarca, Salta y Jujuy”, “Ligeros Apuntes sobre el Reino del Arauco”, “El Imperio de los Incas”, “El Porqué de la Religión”, “La Bula de la Erección del Obispado de Salta” y “Apuntes Históricos de Salta”. Este ilustre salteño, tuvo una personalidad multifacética, y dentro de su actuación militar, diremos que comenzó como teniente del primer batallón de Guardias Nacionales, para terminar como Coronel, designado en febrero de 1872.
En su libro “Ligeros Apuntes para la Historia de Salta” Leguizamón realiza un estudio desde la fundación de las más antiguas ciudades del Tucumán, como así también de su obispado y su constitución, además de la emancipación política del pueblo argentino. En su última parte combina la gesta güemesiana con las luchas de San Martín y Belgrano. Este manual al decir de Poderti constituye el primer escrito hasta ahora, donde se formula una visión regional que luego ampliarán otros historiadores.
Dice de él el geólogo Ricardo Alonso, que tuvo una actuación descollante en la Salta del siglo XIX, debatiendo temas profundos con los sabios europeos de su época, como por ejemplo la teoría de Darwin. A pesar de todo esto, su actuación es casi desconocida para los salteños de este milenio.
Dentro de las obras de Florentino Ameghino, es citado once veces en sus “Obras Completas”, quién es considerado uno de los más grandes paleontólogos de todos los tiempos.
En definitiva debe considerarse a Juan Martín Leguizamón una de las figuras más paradigmáticas y desconocidas de nuestra Salta; un pionero de los estudios arqueológicos y paleontológicos de la provincia, constituyendo de hecho y de derecho la figura de un gran pensador, con relieve propio dentro de los sabios del siglo XIX. Salta debe mucho a quién arrojara una luz intensa sobre la historia y la ciencia de nuestra provincia.