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                  SU HISTORIA  Por Gustavo Flores Montalbetti  Al igual que la escarapela, la bandera, el escudo y el  mapa, el himno pertenece a la categoría de “Símbolos  Nacionales”. Debido a su contenido, como valor ideal,  lo perfila como un  enunciado viril y triunfal de la libertad  que supera el ámbito geográfico y se posiciona  a nivel de significación americana. Marcha  Patriótica que varios  historiadores han señalado  como “fuente de los principios  de la igualdad ante la ley y el odio a la tiranía”. En tiempos de la revolución  hubo gestación de varias canciones patrióticas que enaltecían el ideal de  libertad, igualdad, confraternidad y solidaridad. En la Gazeta  de Buenos Aires del 25 de octubre  de 1810, figura  que el militar y poeta “Eusebio Valdenegro y Leal, se dirige a la Junta  para remitir como pequeño obsequio en honor a la causa justa”. En el mismo  tiempo, se llevaba adelante la primera campaña del Ejercito Auxiliar del Alto  Perú al mando de J.J. Castelli que se encontraba en la ciudad de Salta,  manifestó que “Todas las clases, todas las edades se confundieron para  acreditar su gozo, Gazeta del 15 de noviembre.” La Marcha Patriótica de Vicente  López surgió en 1813, a pedido de la Soberana  Asamblea que apeló al talento  y patriotismo del Fray Cayetano Rodríguez y del Dr. Vicente López  a componer un canto popular que alentase a nuestros soldados en la lucha y  mantuviese en el pecho de los ciudadanos el entusiasmo de la libertad. Una  comunicación del 11 de mayo de 1813 expresa: “Aprobada por esta Asamblea la  canción que por encargo  de este soberano cuerpo en 6 de marzo último  ha trabajado el diputado Vicente López y Planes, téngase  por la única marcha nacional, debiendo ser la que se cante en todos los actos públicos y acompañase en copia  certificada al Superior Poder Ejecutivo al efecto de lo prevenido en el  presente decreto. Lo tendrá así entendido el S.P.E. para la debida constancia y  cumplimiento. Juan Larrea,  presidente; Hipólito Vieytes,  secretario”. Por su parte, el Triunvirato  integrado por Álvarez Jonte, Rodríguez Peña y José Pérez, hizo circular a los  gobiernos de Intendencia con fecha 12 de mayo de 1813 la siguiente  comunicación: “Por decreto soberano del 11 del corriente se ha ordenado que la  siguiente canción sea en las Provincias Unidas, la única Marcha Patriótica”. Dirigimos a V. S. copia de la expresada canción para que transmitida a quienes corresponda en el territorio a  su mando, sirva a los fines que dispone la Soberana Asamblea, a inspirar el inestimable  carácter nacional y aquel heroísmo  y ambición de gloria que ha inmortalizado a los hombres libres.  Con el tiempo y por distintas disposiciones fue llamada “Marcha Patriótica”,  “Canción Patriótica Nacional” y “Canción Patriótica”, hasta ser declarada  “Himno Nacional Argentino.” Fue cantado el 25 de  mayo de 1813 por  los alumnos de la Escuela Rufino Sánchez en la Plaza de la  Victoria.                     Oportunamente se habían planteado otras versiones opuestas, surgidas de  ciertas investigaciones efectuadas por historiadores, asegurando que algunas  estrofas que formaron parte de nuestro himno, habían sido escritas por Ambrosio  Morante; que fuera actor, autor y archivero del teatro de Buenos Aires que, la  noche del 24 de mayo de mayo de 1812, llevó a escena su obra teatral denominada  “El 25 de Mayo”; melodrama que rememoraba escenas de mayo de 1810, pueblo,  oradores, el fuerte, el cabildo abierto, la plaza y los gritos de “¡abajo el  virrey!” y “¡Viva la Patria!.”                     RECORDANDO A DON CÉSAR – LOS DOCUMENTOS SIEMPRE  GANAN LA PULSEADA                     Allá por 1957, don César Fermín Perdiguero publicó en medios  gráficos de la provincia, el artículo  titulado “Por la reivindicación de otro legítimo  orgullo. Las estrofas  del Himno Nacional habrían sido escritas en Salta”, basando  su exposición en una carta del año 1886 que da a conocer un bello relato  histórico que pudo contener mucho de cierto y para los salteños guardaría un  significado muy importante, aunque, no puede ser considerado de tal modo porque  no reviste seguridad; por lo tanto, no posee valor documental. Recogió entonces don César, el texto de la carta que el periodista y editor Pedro  Bourel le escribiera a don Adolfo Carranza; fundador y director del Museo  Histórico Nacional; en la que narra la historia de “La Tipa de la  Independencia”; que según expresa, le fue repetida y confirmada como auténtica.  Bourel comentó que, encontrándose en proximidades del Río de Las Piedras,  escenario donde las armas  de la patria alcanzaron la victoria el 3 de setiembre de 1812, el señor  Martindale, vecino de la zona y ocasional guía, lo llevó  a conocer la Tipa de la Independencia; y añade que “la gente del lugar y toda  Salta tenía por seguro que allí, debajo de ese árbol, el Dr. Vicente López escribió el Himno Patrio. Y esta versión difundida  y tenida por cierta provenía porque el mismo Vicente López le dijo al gobernador Tomás Arias que volvía a Salta luego de haber asistido al Acuerdo de San  Nicolás, que al pasar por el Río de Las Piedras se fijara si todavía estaba en tal paraje el árbol  tal …, que no era más que la tipa. Como el gobernador le preguntara porqué  razón habría de fijarse en ese  detalle, don Vicente le respondió que allí había escrito el Himno Nacional. Añade Bourel que, cuando Arias en su  viaje de regreso pasó por Río de Las Piedras, encontró el árbol en el sitio  indicado y desde entonces quedó consagrado como la Tipa de la Independencia.”  Como acostumbraba a decir don César, ¿churo no? 
                    
                      CUANDO Y DONDE
                         Resulta  interesante saber el momento en que don Vicente López y Planes concibió y  sintió la inspiración para escribir  el himno, como también importa  saber el lugar en que se tornó propicia  su producción poética. Su nieto Lucio López, ha narrado en un artículo  publicado el 5 de mayo de 1884 que su abuelo “al salir del teatro se sintió  inspirado para producir su canción, basada en los pasajes patrióticos del drama  eran de oportunidad y se aplaudían aplicados a las cosas y sucesos. Salió del  teatro con el cerebro ardiendo, el corazón palpitante y el pecho henchido de  inspiración. Puede decirse  que el himno había nacido  en aquel momento.” Lo cierto es que, don Vicente estuvo presente en algunas  acciones armadas en el ejército al mando del general Belgrano, siendo la voz auténtica de las emociones verdaderas, un digno modelo del más  noble y leal patriotismo. Posteriormente, el maestro Juan Pedro Esnaola,  basándose en antiguos manuscritos de Parera y recuerdos que tenía de la música  del Himno oída en su juventud, hizo arreglos de armonía e introdujo algunos  adornos musicales que le asignaron una solemnidad adecuada. En 1944 un decreto del Poder Ejecutivo estableció: “(...) Adóptase  como único oficial el texto de la versión musical del  Himno Nacional Argentino hecha por el maestro Juan P. Esnaola, y editado en 1860 (...)”.  Esta versión de la partitura  se encuentra guardada  en el Museo Histórico Nacional, en la ciudad de Buenos Aires.En las Memorias del Dr. Vicente López se puede leer: “El día 3 de Setiembre  se hallaba el cuartel  general al sur del Rio de Las Piedras, cuando el enemigo con una rápida  acometida de sus primeras mitades, dio contra nuestra retaguardia y la arrolló  de tal manera que envueltos los unos con los otros vienen a dar con el grueso del ejército patriota; pero el general había tenido  tiempo de prepararlo y de ponerlo en marcha contra  el enemigo. Renovado  el combate con una  notoria ventaja de parte de los  patriotas, la vanguardia realista  fue sableada por largo trecho, y perfectamente escarmentada: de ahí la estrofa  del Himno Argentino que uniendo en un  mismo concepto este feliz encuentro de Las Piedras de Salta, con el no menos  feliz de Las Piedras a inmediaciones de Montevideo, los cantó diciendo: “Ambas  Piedras, Salta y Tucumán.”
 Letra original  del Himno Nacional  Argentino  Sean eternos  los laureles, que supimos  conseguir. Coronados de gloria vivamos…,
 ¡o juremos  con gloria morir!
 Oíd, mortales, el grito sagrado: Libertad, Libertad, Libertad. Oíd  el ruido de rotas cadenas, ved en trono a la noble  igualdad. Se levanta a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación,  coronada su sien de laureles,
 y a sus plantas  rendido un león.
 
                      
                        (Estribillo) Sean eternos  los laureles, que supimos  conseguir.
 Coronados de gloria vivamos…
 ¡o juremos  con gloria morir!
 De los nuevos campeones  los rostros Marte mismo parece  animar la grandeza  se anida en sus pechos: a su marcha todo hacen temblar. Se conmueven del Inca las tumbas, y en sus  huesos revive el ardor,
 lo que ve renovando a sus hijos de la Patria el antiguo esplendor. (Estribillo)
 Pero sierras y muros se sienten retumbar con horrible  fragor: todo el país se conturba  por gritos de venganza, de  guerra y furor.
 En los fieros tiranos  la envidia escupió su  pestífera hiel;
 su estandarte sangriento levantan  provocando a la lid más cruel. (Estribillo)
 ¿No los veis sobre México y Quito  arrojarse con saña tenaz
 y cuál lloran, bañados  en sangre, Potosí, Cochabamba  y La Paz?
 ¿No los veis sobre el triste Caracas  luto y llantos y muerte esparcir?
 ¿No los veis devorando  cual fieras todo pueblo que  logran rendir? (Estribillo)
 A vosotros se atreve, ¡Argentinos!, el orgullo del vil invasor.
 Vuestros campos ya pisa contando  tantas glorias hollar vencedor.
 Mas los bravos,  que unidos juraron su feliz libertad sostener,
 a esos tigres sedientos  de sangre fuertes pechos  sabrán oponer. (Estribillo)
 El valiente argentino a las armas corre ardiendo con brío  y valor, el clarín de la guerra, cual trueno,  en los campos del Sud resonó.
 Buenos Aires se pone a la frente de los pueblos de la ínclita  unión, y con brazos robustos desgarran al ibérico altivo León.
 (Estribillo)
 
                  
                    
                       San  José, San Lorenzo,  Suipacha, ambas Piedras, Salta y Tucumán, La Colonia y las mismas murallas del tirano en la Banda Oriental.  Son letreros eternos que dicen: aquí el brazo argentino triunfó, aquí  el fiero opresor  de la Patria su cerviz orgullosa dobló. (Estribillo)
 La victoria  al guerrero argentino con sus alas brillantes cubrió, y azorado a su vista el tirano con infamia  a la fuga se dio.
 Sus banderas, sus armas se rinden  por trofeos a la libertad,
 y sobre alas de gloria alza el pueblo trono digno a su gran majestad. (Estribillo)
 Desde un polo hasta el otro resuena  de la fama el sonoro clarín,
 y de América el nombre enseñando les repite: “¡Mortales, oíd!:
 ya su trono dignísimo  abrieron las Provincias Unidas del Sud”
 Y los libres del mundo responden:
 “Al gran pueblo argentino, ¡salud!”
 Pocos documentos históricos podrán encontrarse más palpitantes de verdad y de pasión sobre los sucesos de 1812 y 13, que  el Himno Argentino. No hay en él una estrofa que no los trasunte, con el  espíritu mismo que los hechos de ese tiempo inspiraba la vida pública en  aquellos momentos. Una obra que refleja ideales altísimos y una pasión  contagiosa reveladora de su clara tendencia democrática. En 1893 el Himno  Nacional fue reformado y se eliminaron varias  estrofas. Hay cartas  de agradecimiento de Rafael Calzada,  de residentes españoles y de la Sociedad Española de Socorros  Mutuos, fechadas el 12 de julio y dirigidas a Lucio Vicente  López. Y del mes siguiente, la respuesta de éste al diputado entrerriano  Osvaldo Magnasco referida a su interpelación.  No conocemos el contenido de la carta,  pero es de suponer que Calzada como abogado, periodista, político y  escritor español que contribuyó al mejoramiento de las relaciones  hispanoamericanas, le agradecía en ella la eliminación  de aquellos duros conceptos, aunque verdaderos, que su abuelo Vicente había  reflejado en los versos de su magnánima obra.                              
                       
                      Gustavo Flores Montalbetti Investigador en Arqueología e Historia, Revisionista ISBN N°807101
 LETRA ACTUAL  Oíd mortales el grito sagrado libertad, libertad, libertad. Oíd el ruido de rotas cadenas, ved en trono a la noble Igualdad. ................................................. Ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud y los libres del mundo responden: Al gran pueblo argentino ¡Salud! (rep) y los libres del mundo responden: Al gran pueblo argentino ¡Salud! Coro Sean eternos los laureles Que supimos conseguir (rep) Coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir (rep dos veces)     
                      
                      
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