Nacido el 1 de Mayo de 1934, "el Negro" López tuvo una gran amistad, ya desde pequeño, con Luis Miranda y los hermanos Barbarán: Carlos y Gonzalo.
A los seis años se inició como monaguillo, actividad que desarrolló durante cuatro años. Su pasión infantil fue el fútbol y su ídolo Loustau. Cursó estudios de perito mercantil. Una vez terminados sus estudios y sorprendido por la facilidad con la que su amigo Carlitos Barbarán había aprendido a tocar la guitarra, se puso él también a aprender. Eduardo Ledesma, un maestro invidente le dio las primeras clases de guitarra.
A los venticuatro años contrajo matrimonio con Isabel Alvarado, obrando como testigo Horacio Guarany.
López fundó Los Fronterizos en 1953 junto a Carlos Barbarán y Emilio Solá, a quien luego reemplazaron Eduardo Madeo y Juan Carlos Moreno. Actuó por primera vez en público, con ocasión del Festival Argentino-Chileno que se celebró en el Teatro Alberdi de Salta. En 1956, con el ingreso de César Isella, el grupo dio un vuelco importante.
En lo de Pajarito Velarde
El debut del grupo en Buenos Aires antecedió a lo que se conoció como el boom del folklore de los ’60, con una estructura armónica novedosa y una forma estética vanguardista en muchos aspectos. El músico y antropólogo Ariel Gravano, integrante del Quinteto Tiempo, recuerda en su libro El silencio y la porfía: “La carrera de Los Fronterizos es, al principio, algo dura. Cuesta al ambiente ‘entendido’ de ese entonces aceptar esos timbres que asemejaban a la quena, esos solos de bajo, esas combinaciones de onomatopeyas, esos coros a tres voces. Se oye decir que ‘eso no es folklore...”.
Y cuatro años después ya iniciaban su primera gira europea. Pero el primer gran golpe musical lo darían en 1963: junto a Ariel Ramírez y Eduardo Falú grabaron un disco cumbre del folclore argentino: "Coronación del folclore".
Tan rica fue la experiencia, que al año siguiente, convocados por Ramírez, grabaron la primera versión de la mítica "Misa Criolla". El propio Ramírez una vez confesó que la había escrito "pensando en las voces de Los Fronterizos", y en particular en la de López, quien también fue autor de recordados temas, entre ellos "Burrito cordobés"
En 1977 llegaría la separación y el litigio entre López y Moreno por la tenencia del nombre del conjunto, que finalmente obtuvo Moreno. López formó entonces su propio grupo, Las voces de Gerardo López, junto a Yayo Quesada, Omar Jara y Rodolfo Escandel, con el que siguió actuando en festivales de todo el país.
Pero el fuego encendido por los fronterizos nunca terminó de apagarse. Así fue que 12 años después se animaron a un recital de reencuentro en el Chateau Carreras de Córdoba, y la respuesta del público fue conmovedora: más de 30 mil personas festejaron el regreso. Como consecuencia de este multitudinario acto, volvió a formar conjunto estable con Eduardo Madeo y Yayo Quesada, con quienes grabó el CD "Nuevamente Juntos".