Fanor Ortega Dávalos se autoexilió en Salta. Es de Tarija, Bolivia, y a los 25 años dejó su tierra. Fue durante los primeros años de la década de los '70, años de efervescencia revolucionaria.
En Bolivia ocurría el golpe militar que derrocó al gobierno de Paz Estenssoro, para el que militaba cuando joven Fanor, en el Movimiento Nacionalista Revolucionario. Fanor dice que haberse inclinado a una militancia de izquierda le valió una persecución política, la que lo obligó al autoexilio, al destierro y que bien supo expresar con sus sentidas coplas.
“La copla, lejos del pago / con su dolida presencia,/ se me ha vuelto la medida/ del tamaño de mi ausencia”, dice Ortega en versos de ocho sílabas. “La copla, lejos del pago” es el nombre de un libro que reúne varias coplas de ese sentir de lejanía que Fanor lo convirtió en la musa de su escritura.
“Esta tierra de Tarija/ siempre me hace regresar,/ para ausentarme de nuevo/ solo por verme llorar”. El vuelve a Tarija en cada palabra. Y, cada vez que regresa físicamente, le cuesta volverse, pero cada vez menos, porque a Salta hoy lo traen sus nietos (tiene tres), a quienes extraña mucho cuando están lejos.
Desde el principio, la historia de este señor salteño-tarijeño es la siguiente: Fanor vino a Salta solo. En Tarija quedó su novia Inés, con quien se casó luego. El aún no podía regresar a Bolivia, por lo que se encontraron en la frontera y allí se casaron, en La Quiaca, en los días del carnaval.
Fanor e Inés estaban solos. Cuenta que un borracho que pasaba por la calle fue uno de los testigos, una secretaria del registro civil, la otra. El resto de su vida ocurrió aquí, en Salta. “La Argentina supo darme lo que mi propio país no me dio. Este es un país muy generoso”, dice Fanor. Más tarde volvió un tiempo a Tarija y estudió para contador, pero decidió regresar a nuestro país, a Salta, de donde ya no piensa irse.
Luego de 46 años en Salta, Fanor es un salteño nacido en Tarija e integra una serie de organizaciones de la cultura nacional de gran importancia. Es miembro académico de la Academia del Folklore de Salta y de Tarija. Miembro fundador y comisión directiva del COFFAR (Consejo Federal del Folklore de Argentina) como así también del COFAM (Consejo del Foklore de América. Se puede decir además que es uno de los más importantes investigadores de la COPLA en américa.
Hoy tiene 68 años y aún trabaja como contador, en un estudio que tiene en el microcentro de la ciudad de Salta. Se dedica a eso y a escribir. Está por editar su cuarto libro de coplas.
Para resumir: “Es cierto que yo me fui/ aunque no era mi intención./ Acaso por eso mismo/ aquí dejé el corazón”, recita Fanor.
Su corazón lo dejó en Tarija. De a poco ha podido ir recuperándolo. Hoy está dividido entre los dos lugares.