La ciudad de Esteco se ha perdido porque ha sido castigada, en su lugar se ha hecho un lago. Toda le gente de esa ciudad era mala o indecente. Cuenta que esta ciudad era muy hermosa, que tenía torre de oro y que las calles estaban afirmadas con oro. La gente era muy orgullosa y lo que se le caía, aunque fuera de valor, no lo levantaba del suelo.
Se dice que San Francisco Solano fue a esta ciudad, toda la gente de ella era atea y se burlaba de los sacerdotes. San Francisco les avisó que iba a venir un terremoto, un temblor, y que toda su ciudad estaría perdida, todos se reían y hasta los niños pedían cinta color temblor en las tiendas para burlarse del sacerdote.
San Francisco ha pedido un lugar donde dormir y nadie lo ha querido socorrer. Dicen que solo un matrimonio muy pobre, que tenían un niñito, le han alojado y le han dado de su propia comida. San Francisco les volvió a avisar que la ciudad de Esteco desaparecería y que sólo ellos se podían salvar. También les dijo que a la madrugada tenían que salir con él porque eran los únicos caritativos y gracias a eso se podían salvar. Al amanecer San Francisco salió con el matrimonio y les advirtió que no se den vuelta oigan lo que oigan porque ese pueblo se iba a perder. Ya cuando se encontraban en las afueras del pueblo oyeron que este se hundía entre ruidos y truenos de un gran terremoto y escucharon como la gente clamaba y lloraba. El hombre siguió mirando al frente, pero la señora curiosa se dio vuelta llevando a su hijo en brazos y se convirtió en piedra.
Dicen que se la ve con el niñito en los brazos y que dan un paso cada año hacia la ciudad de Salta y que cuando llegue a su destino esta ciudad se perderá...