Adiós al pionero de la  historieta en Salta
                    
n estos últimos años la  historieta ha comenzado a ser reconsiderada desde el ámbito intelectual y  volvió a ser noticia a propósito del reconocimiento de Oesterheld como uno de  los desaparecidos durante la última dictadura y la importancia de su obra en  tanto textos de una gran vigencia por su significación cultural.
                      Sucede que Salta no  estuvo ajena al desarrollo de la historieta y tuvo su precursor en un creador  que comprendió cabalmente la importancia del género para dar a conocer aspectos  de la historia que el discurso escolar no focalizaba. Ese precursor que hizo de  la historia la fuente de sus aventuras dibujadas fue Jorge Klix Cornejo, cuya  reciente desaparición nos ha dejado un vacío físico pero un camino trazado para  las nuevas generaciones de dibujantes de aventuras.
                    En el Portal de Internet  de la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta se puede acceder a un  panorama amplísimo sobre la Provincia y la región, allí hay una sección dedicada  a su cultura y entre los creadores de la plástica se encuentra Jorge Klix  Cornejo, con un listado de las muestras más importantes que realizó y los  premios que recibió. Sin embargo hay un sector importantísimo de la cultura que  lo valora por su aporte pionero al desarrollo de la historieta en Salta
                    
                    "Güemes Cadete" Tinta de   Jorge Klix Cornejo 
                    Jorge Klix Cornejo puede  ser considerado como parte de los profesionales de Salta que se caracterizan  por su afición a las letras. Sus dos apellidos remiten a una ascendencia  tradicional en Salta. Nació en el interior de la provincia en 1940 y estudió  primero en el Colegio de Rosario de la Frontera y luego en el Colegio Nacional  de Salta; realizó su carrera universitaria en la ciudad de Córdoba hasta  recibirse de Escribano. Hasta ahí su biografía es similar a la de muchos otros  salteños reconocidos en el ámbito de las letras, la diferencia está en que no  escribió poesías o cuentos sino que canalizó su veta creativa en la historieta.
                     Según  confesó, su afición por este género narrativo comenzó en la niñez con la  lectura de las revistas nacionales cuyas tiradas lideraban el mercado durante  la década del cincuenta. Fue tal su gusto que desde entonces deseó hacerlas y  para ello tomó los cursos por correspondencia que se ofrecían en las mismas  revistas. Estudió regularmente desde los quince años con uno de los maestros  del género, el norteamericano Alex Raymond, creador del famoso y siempre  reeditado Flash Gordon. Sus estudios a distancia fueron continuos y  regulares hasta que el creador norteamericano de ciencia ficción murió en un  trágico accidente. Klix atesoró los capítulos del curso hasta que partió a  encontrarse con su maestro y, cuando había oportunidad de conversar del tema, recordaba  como enviaba por correspondencia los ejercicios y luego de una espera de hasta  dos y tres semanas recibía las correcciones a vuelta de correo y la nueva parte  del curso.
                    
                    "Güemes y sus milicias   gauchas" carbonilla realizada por Jorge Klix Cornejo
                                          La afición por la  historieta nunca abandonó a Klix y, simultáneamente, ejerció sus dos  profesiones. En la década del setenta presentó su carpeta de trabajo ante el  Directorio de diario El Tribuno y lo contrataron para que publicara una  historieta por entregas.
                                          La tira diaria comenzó a  publicarse en la sección “Avisos clasificados”, separada de las viñetas  humorísticas que aparecían en la sección de entretenimientos como los  crucigramas y el horóscopo.
                      En esa época el diario  salteño tenía un gran alcance pues no sólo llegaba a la vecina provincia de  Jujuy sino también a importantes ciudades de Bolivia, como Tarija y Sucre que  estuvieron ligadas a la historia de la formación de nuestro país.
                                          Las tiras de Jorge Klix  Cornejo eran leídas y esperadas por un público que se sentía atraído por la  historia narrada como aventura pues él desde temprano comprendió que no había  necesidad de inventar aventuras sino que la historia podía proveerlas, su  maestría estuvo en el modo de narrarlas en episodios para atrapar a los  lectores. El tratamiento de hechos históricos que involucraban a la región  ocasionó que la historieta tuviera muchos lectores en todos los lugares donde  llegaba, pues nuestra historia trasciende los actuales límites del Estado  Nacional con personajes como Juan Antonio Álvarez de Arenales o el Mariscal  Sucre cuya actuación involucró territorios hoy separados políticamente.
                    
                    La toma de la Fragata Justina 
                    Para  los lectores que no conocieron las tiras de El  Tribuno de la década del setenta tuvieron la oportunidad de acercarse su  obra a través de libros editados por el mismo autor, pues aunque en las  contratapas figuraba el sello de una “Editorial Cronos”, sólo se trataba de una  imprenta que el Klix contrataba.
                                          Haciendo una  apreciación técnica de su trabajo podemos decir que en la parte gráfica, el  tratamiento que Klix Cornejo hace del relato es muy tradicional, organizándose  en viñetas ordenadas en secuencias con cuadros para el discurso del narrador y  globos para los personajes. Debido a la limitación que imponía el modo de  impresión del diario sus dibujos se basaban en el uso del blanco y negro sin el  empleo de medios tonos, por lo que trabaja las sombras con el uso de bordes  irregulares, lo que muchas veces le dificultaba dar volumen a los dibujos,  especialmente en los primeros planos o planos detalle.
                     En  los libros los dibujos son más amplios que en el diario por lo que las  limitaciones técnicas se hacen más evidentes pero no debe perderse de vista que  fueron hechos no para libros o revistas sobre el género sino en el limitado espacio  de la tira que le otorgaba el diario El  Tribuno de Salta.
                     Cuando  realicé mis tesis de grado  y posgrado, entre las historietas que analicé sobre el rosismo y el peronismo  abordé dos obras de Klix Cornejo: “Justo” y “Deben ser los Gorilas”.
                    La  primera es mucho más extensa que la segunda y por lo tanto el nivel de  peripecia que presenta es mayor, aunque en ambos casos se trata de relatos  construidos en base a datos históricos sobre personas que vivieron y actuaron  en los siglos XIX y XX .
                                          La versión original de  “Justo” fue presentada al diario El  Tribuno en 1976 para ser publicada por entregas y casi veinte años después  el autor reunió los recortes de diario para componer la versión que prologó y  entregó a Editorial Gofica.
                                          Este libro, Tres obras, del historietista salteño  reúne tres de sus creaciones: “Deben ser los Gorilas”, “La Promesa (José  Moldes)” y “Pachi Gorriti”. Las dos últimas aparecieron publicadas por entregas  en el diario El Tribuno de Salta bajo  el subtítulo “Los Jefes de Güemes”, mientras que la primera fue rechazada por  la Dirección porque implicaba a muchos personajes que todavía tenían actuación  política en la provincia.
                                          La publicación carece de  datos editoriales porque eran las primeras incursiones de una imprenta en el  campo editorial, su madurez la alcanzaría con el nombre de “Gofica”.
                    Viendo  las posibilidades del género Klix Cornejo propuso sus obras como textos de  apoyo escolar para la enseñanza de la historia durante la década del ochenta  pero fueron rechazadas por el Ministerio de Educación porque consideraban que  la historieta no era un género digno para el tratamiento de los héroes.
                     Pensar  que poco tiempo después Félix Luna dirigió una colección que se titulaba Matías cuenta la historia, hecha en  forma de historieta y ningún ministerio la objetó y ahora Felipe Pigna hace lo  mismo y tiene apoyo oficial. Sin irnos demasiado lejos, desde hace dos años en  Tucumán la U.N.H.I.L. consiguió el auspicio de la Secretaría de Cultura y del  Ministerio de Educación de su provincia para narrar la historia en forma de  historieta.
                    ¿Será  que siempre entramos a destiempo por un exceso de prurito hacia la  consideración de los héroes y nos perdemos de enseñarles la historia a las  nuevas generaciones que carecen de referentes y por eso siguen a cualquier  ídolo mediático?
                     
                    Lic. Rafael Gutiérrez
                      Cátedra de Literatura Argentina
                      U.N.Sa.