Construido con una pulsera de tela, en la cual están cosidos una serie de pezuñas de cabra, llama o alpaca. Se colocas en las muñecas o en tobillos, principalmente durante la danza, produciendo un sonido muy parecido al de la lluvia. Son empleadas en numerosos bailes y ceremonias como acompañamiento rítmico de las bandas andinas y su existencia se remonta a culturas preincaicas.
Es conocido por los aborígenes chaqueños. También es muy usado en Brasil y Paraguay. Obviamente está construido por uñas de animales pero muchas veces se le agregan pequeños huesos. El sonido permite hacer un acompañamiento al ritmo que está sonando.