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César Antonio Alurralde

ace en Salta 1930, Casado con Matilde Juri, matrimonio del que nacieron tres hijos: Liliana Matilde, Silvia Rosanna y César Antonio.

Fue fundador del Coro Polifónico de Salta, coordinador de la Comisión de Cultura de FERINOA y dirigente de Juventud Antoniana.

Es autor de los siguientes libros: "Nubes al garete" 1978- poesia, "La casa de los sueños" y " Pajaros del Alba" 1981-poesia, "Cuentos breves" 1984-cuentos brevisimos-, " Los Nadies" 1986 -cuentos-, "Historia del Instituto Provincial de Seguros" 1986 -historia-.

Fue ganador por cuatro veces del primer premio del Concurso Anual de la Direccion General de cultura de la provincia de Salta, tambien ganador, por cuatro veces, del Premio Latinoamericano de la Fundacion Givre, dos en 1983 y dos en 1984 en el genero cuento y ensayo.

Ademas de otra treintena de premios convocados en Salta y otras provincias Argentinas.

Flores

Con la primavera habían llegado las primeras flores. La explosión de pétalos  iluminó la casa sombría. Resultaba fácil observar la ausencia de mariposas libando su néctar, como también el zumbido alegre de las abejas y el trinar bullicioso de los pájaros.

Cuando trajeron  la última corona de la Florería ya había partido el cortejo  rumbo a su largo viaje sin regreso.

Por César Antonio Alurralde – autor salteño. Recopilado de su libro “Cuentos breves”

Mariposas

El sol bañaba la tarde dorando de luces la campiña. El follaje se derramaba en un torrente de esmeralda, mientras las flores esperaban pacientes sus mariposas  que con las alas desplegadas posaban atravesadas por un alfiler, mostrando su  mortal quietud tras el vidrio del cuadro.

Texto escrito por César Antonio Alurralde – autor salteño- de su libro “Cuentos breves”

Mis Zapatos

Las media suelas lloran
por sus agujeros
pisoteados,
arrastrando trenzas
atierradas
de caminos.
Humillados de soportarme,
descansan su noche
a mi lado,
desandando sueños
que juntos
recorrimos.

El ocio de Dios

Su ocio, anterior al Cielo y la Tierra,
se aferra a la pereza antes de ser melancolía.
Pecado capital de un Dios tímido
extenuado de eternidad,
quien, por terror a la soledad
y para alivianarse de su cargo de conciencia,
(e insatisfecho por no haber hecho
nunca nada
antes de la creación),
cayó en la tentación de consentirnos
la vida,
e inventarnos un planeta infame
para que lo fuésemos destruyendo de
a poco.

El óxido de Dios

La expansión indefinida del Caos
a la deriva
continúa abriéndose paso
por un vacío descomunal,
perdiéndose en la noche
de los tiempos,
donde todavía resuellan

los estertores del Big Bang
que expira.
Algún día, el óxido de Dios
(roedor del Universo),
con su bocaza de agujero negro
y su barahúnda gástrica
devorarán el orbe
y sus propios vestigios,
humillando a la Providencia
y el Destino.

Cuando el viento

Extienden sus alas los ángeles,
y son bandadas de libros abiertos
por el cielo con mis poemas.
Fue cuando el viento,
mojando su índice en las nubes
pasaba las hojas de a una,
para que Dios pudiese
ir leyendo mi alma.

 

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