Fue uno de los pintores radicados en Salta que tuvo gran predicamento entre las familias, comunidades religiosas y civiles de la Provincia. Nació en Beitchebagb, República de El Líbano en 1898, desde donde parte a la edad de doce años para radicarse en la Argentina junto a su padre. Su primer destino fue Buenos Aires, donde se desempeña como dibujante de la Facultad de Medicina, trabajo que ejerce durante diez años. Allí también se especializa en artes plásticas. Luego de una breve estancia en Córdoba, ciudad a la que se traslada por razones de salud en compañía de su esposa, doña Lidia Cornejo, dama salteña que conoce en la Escuela de Bellas Artes en sus épocas de estudiante en Buenos Aires, pasa a radicarse en Salta.
A partir de entonces, son innumerables los catálogos que comienzan a mostrar la obra de este pintor, cuyas características lo ubican con prevalencia en el ámbito de la pintura religiosa.
En el año 1940 funda la Asociación de Amigos del Arte, que funcionaba en el Cabildo Histórico a la que asistían en calidad de alumnos alrededor de cien jóvenes salteños. Durante ese período se desempeño como profesor de Dibujo en la escuela Normal de Maestras, mientras en su producción plástica ejecutaba obras en el género del retrato.
Realiza varios viajes a Europa y Medio Oriente, de donde toma elementos que servirán luego para caracterizar su obra: trabaja con resina procedente de la India y láminas de oro de Italia. En su labor técnica, maneja el óleo, acuarelas y tintas, con una temática que refleja nuestros paisajes, el hombre norteño e imágenes religiosas.
Conforme con los datos proporcionados por él mismo, en una entrevista realizada a mediados del año 1980, sus obras se encuentran diseminadas por diversos países del mundo: Francia, Rusia, Italia, India, Estados Unidos y varios países de América del Sur, con una producción de aproximadamente cinco mil cuadros, los que en su mayoría .
Además de la pintura de caballete, Alejandro Ache ha dedicado parte de su obra a la ilustración de cuentos y poesías, algunos de los cuales son de su propia autoría. Entre ellos mencionamos los siguientes: "Fray Quebracho", de Fray Pellicelli; "Miel de tierra" y "La madre del viento" de Emma Solá de Solá; y "Cruz" y "Sol" de Elsa Castellanos de Solá.
Entre sus obras pictóricas recordamos las siguientes: "Día del Santo", "Saliendo de Misa", "Virgen de la flor", "Sagrada Familia", "Quepiendo la guagua", "Quebrada de Escoipe", "Mateando", "Virgen del Milagro" y tantísimas otras de carácter popular y religioso, que se exhiben en las casas y MUSEOS de Salta y del mundo. Alejandro Ache muere en esta ciudad en 1983.
Alejandro Ache también fue un fantástico escritor.
Información extraida de llibro "Vida Plástica Salteña" de Carmen Martorell y Margarita Lotufo Valdés.