Fecha de nac. 24 de septiembre de 1955
Adroguense, nacido en Buenos Aires es, desde hace 10 años, salteño por adopción.
Médico Psiquiatra, terapeuta transaccional y gestáltico.
Profesor Universitario
Titular de Psicoterapia de grupo en la Carrera de Psicología (5º año) de la Universidad Católica de Salta y Adjunto de Neuropsicología (1º año) en la misma carrera.
Veterano de la guerra de Malvinas
Poeta
Premios:
Mención de Honor del Jurado en los Concursos Literarios Provinciales 2005 - Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta- Argentina por "Poemas del Sobreviviente"
Primer Premio - categoría Poesía para autores inéditos en los Concursos Literarios Provinciales 2006 - Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta- Argentina por "Civilización de Náufragos"
Primer Premio - categoría Poesía para autores éditos en los Concursos Literarios Provinciales 2009 - Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta- Argentina por "Al borde del Silencio"
Publicaciones:
"Civilización de Náufragos" - Secret. de Cultura de la Prov. de Salta - Salta, Argentina 2007
"Al borde del Silencio" - Secret. de Cultura de la Prov. de Salta - Salta, Argentina 2009
Incluido en "Cuatro siglos de literatura salteña - vol II 1982-2007" - Ed. del Robledal y Secret. de Cultura de la prov. de Salta - Salta 2007
Incluido en “Italiani d’altrove – Antologia di poeti che srivono in altre lingue ma continuano a sentire in italiano” – antología bilingüe italiano-española – Rayuela Edizioni – Milano, maggio 2010
Incluido en Analecta Literaria y otros blogs y páginas de poesía nacionales e internacionales. Poemas traducidos al inglés e italiano.
Malvinas
Gira
la memoria
como un antiguo mundo
que persigue su órbita
espasmódica
como una mano errada
contando los grados equivocados
de la noche.
Viene de lejos
la memoria
de arenas que se escurren en la historia
de retratos de arena
de historias como columnas
que soportan el silencio
la angustia
de las islas lejanas
allá donde las piedras dejaron de brillar
allá donde los dedos eran gatillos fríos
las muertes se contaban para atrás
el cielo era un estallido
de pájaros inmóviles
la arena era de agua
en el pozo de zorro
la patria se jugaba a los dados
en la mesa de los generales
el futuro era como una esfera
metálica
sin salida
a los diez
y
ocho
años.
Y ahora
la memoria
ese antiguo mundo espasmódico
gira en su órbita como una cabeza mutilada
con la inutilidad
de un libro condenado a no leerse:
la arena
el agua
las islas en el frío
los pactos de silencio involuntario
como trincheras
extendidas
frente al ataque del dolor.
Y otra vez
la memoria
con el silencio de los cañonazos
con su mano de arena mutilada
deslizándose en su órbita
de cabeza metálica
de miembros arrancados
de parálisis
de miedo
congelada en el retrato con historia
la foto en el estante
la medalla
con el paso solemne de la angustia
de una vida que nos costó
la muerte.
a Cafayate
Yo hablo de tus cerros
ajenos
a la pulcra simetría del cantero
al ruidoso damero
y las esquinas.
Ellos me hablan
en bizcochos y huacos
en el paisaje
de sus hijos callados
sus búsquedas azules
sus brotes de la piedra.
Su camino ritual
de los morteros
(chicha y aloja)
resiste
la hispanidad del vino de los valles.
Yo siento que mis pies se hacen de peña
se me algarroban los brazos y la boca
soy pintado en las cuevas
con suris y guanacos
(útero fresco de la Pachamama).
Después de haber roto todos los espejos
yo me veo en tus cerros.
a Manuel J. Castilla
En Tastil
me siento en tu silencio
lo toco
lo desgrano
se me queda pegado entre los dedos
me tizna
me azucara el cabello.
Yo lo sueño semilla
pido que me germine
lo acaricio en el bosque rumoroso
encuadernado
quieto
en donde me regalo tus poemas.
Me lleva entre los cerros
las picadas
las celdas del Cabildo
me despapela
me avienta
me emborracha
como un huracán desmoronado.
Porque no hay otra Salta entre los pájaros
más Salta que la que callaste
esa que te preñó silencio
esa que me fecunda y acaricia
por el viril cedazo de tus versos.
A manera de epílogo
Hay una forma en que el silencio mira
de frente a la palabra
a sus ojos de tinta y de saliva
a su hambre
(eterno)
de cosa desterrada.
Hay una forma en que el silencio acecha
la falta de palabras
esa mistificación
esa falsía
y las caza
las sitia
las desgarra.
Hay una forma en que el silencio hace
el amor a la palabra
la roza
la penetra
la desboca
la insemina
la nace
la desgrana.
Hay una forma en que el poeta mira
escruta la palabra
la besa
la acaricia
la enamora
y elige
solamente
la preñada.