i la forma sólo es la magia que revela el fondo, la obra escultórica de la salteña Pilar Velasco nos permite entrever el mundo onírico de la artista y su personalísima interpretación de la realidad a través del hierro.
Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Tucumán, su especialidad es la escultura en todas sus variables, con una versatilidad que la llevó a participar de múltiples exposiciones, muestras colectivas y emplazamientos en Argentina, ganando honores y distinciones que debieran impulsarla a probar suerte fuera del país.
En la actual exposición, Pilar Velasco despliega al máximo su creatividad y desafía al espectador a descubrir la forma anterior de los objetos utilizados para crear otros nuevos, en una especie de juego interactivo que fascina al público.
Asidua exploradora de un mundo en desuso, la artista se yergue triunfal sobre la dureza eterna del hierro, convirtiendo a un disco de arado en un pájaro o a la humilde chatarra en un animal fantástico y lleno de vida, como si fueran nubes de noble metal a las que cada cual les adivina una forma, un nombre y hasta alguna utilidad.
Docente en la Escuela de Bellas Artes Tomás Cabrera, Pilar vence -¿o convence?- al hierro de abandonar su forma industrial y ser aquello para lo que debió nacer, cambiando la realidad morfológica por el diseño lúdico, milagro que alcanza el arte cuando es capaz de encontrar las alas de la fantasía.
Aunque la exposición refleja tanto la derrota del hierro como su vital renacimiento hacia nuevas formas, para quien quiera ver más allá tal vez exprese su mensaje profundamente optimista, el del artista que cree que incluso lo definitivo puede ser transformado hacia un nuevo modo de eternidad