Por José de Guardia de Ponté 
                
                Pionero de los  relatores deportivos y socio fundador del Círculo de Periodistas Deportivos.
                                  Nacido en Coronel  Moldes – Salta. Su padre era el dueño del único hotel del pueblo. 
                                  Comenzó relatando fútbol para LV9 Radio Güemes casi  por casualidad  para el Campeonato  Argentino de 1963 disputado en la ciudad de Córdoba en el que el seleccionado  de la Liga Salteña dirigida por don Arturo Fernández se clasificó subcampeón.  Salta empezó a ganar y lo mandaron al gordo  plaza a relatar - el seleccionado estaba compuesto por Oscar Corvalan - Guerra  y Cuenca – Encina, Franco y Morales - Sandez, Sueldo, Moyano,  Miranda y Talló - perdió en tiempo  suplementario contra Córdoba por 2 a 1.
                
                                  El amor de su vida fue Isabel Traghetti con quién  tuvo en 1976 a Sergio Orlando, gran jugador de Gimnasia y Tiro.
                                  Compartió espacios con otros grandes como Pepe  Mangione, Siri Corvalán, Martín García, Luis Salcedo o Antenor Diez Arias, y Juanita  González, la que fuera fiel colaboradora   durante muchos años,  entusiastas  del micrófono y de la pluma, que lograron hacer del deporte de Salta algo  próximo, ameno y compatible con la sencillez humana.
                
                                  Trabajó en Canal 11, en Radio Güemes y en muchos  medios de Salta y nacionales, se puede decir que fue un periodista vanguardista  – su fama y prestigio trasciende lo provincial y lo nacional y accede a los  medios internacionales transmitiendo el Mundial de Futbol de 1974 para Canal 11  Salta, donde hace innumerables amigos por su notable simpatía.
                
                                  Su trágica muerte acaecida hace 25 años se debió a  un accidente en el estudio del cual era dueño. Se complicó con una apendicitis  y no pudo salir de la operación. De todas maneras su muerte siempre estuvo  rodeada de cierto misterio y quedó como una herida en los salteños difícil de  curar.
                