Pedro Choque
La presente edición se enmarca en la Colección Ex Libris de la Secretaría de Cultura de la provincia de Salta, cuya finalidad es realizar un aporte a la memoria cultural de nuestra tierra a través de dos líneas fundamentales: por un lado, la publicación de la obra de los autores ya desaparecidos y que constituyen hitos importantes en la construcción del corpus, de nuestra literatura; y por otro lado, la recopilación de textos que recogen el acervo cultural de nuestra región.
De donde el cóndor levanta el vuelo se incluye también en el Plan Provincial de Cultura de esta Secretaría; el que persigue el objetivo de recoger, poner en valor y hacer oír, a nuestro territorio y al país, aquellas voces que dicen de costumbres, creencias y valores de las diferentes regiones del mapa provincial.
Los versos de Pedro Cruz traen a nuestra mente imágenes y ritmos de La Puna recreando el paisaje desolado y arisco, y también, la picardía y la gracia, o el sentimiento profundo de pertenencia a una tierra, a un pueblo, a una memoria cultural.
Pedro Cruz se incorpora en esta Colección por mérito propio y lo hace a través de coplas y versos que hablan fundamentalmente del hombre, de su trascendencia, de sus vivencias y cosmovisión. A partir de esta publicación el lector podrá adentrarse en el alma y la geografía del autor.
Eleonora Rabinowicz de Ferrer
Secretaría de Cultura
Sergio M. Bravo
Director General de acción Cultural
Pedro Choque y Macaria Choque
PRESENTACION
Tierra árida, de paisajes agrestes, condiciones de vida difíciles, clima riguroso, gente callada, escasos estímulos, destino de pobreza…, son algunas de las frases con las que se pretende caracterizar a La Puna, esa Puna que es para algunos lugar de castigo, de marginación.
No es la puna que conozco. La que late por mis venas, la que añoran mis ojos, la que mi corazón anhela, es la que amé cada día durante los tres años que la habité.
Es la tierra fecunda en minerales, de incomparables colores, de vida sencilla y armoniosa, de clima de altura, de gente cálida cuya cosmovisión es infinitamente superior a la mía. Es la simiente pródiga en hijos de manos rasgadas pero cálidamente insuperables. De manos que hilan, tejen, pintan, pulen la piedra y a la vez empuñan la pluma para cincelar en verso y en prosa emociones de vida en el papel.
Uno de esos hijos pródigos es don Pedrito. El Pedrito que todo San Antoni de los Cobres conoce y personalmente o a través de la radio desparrama su sapiencia y amor a los cuatro vientos. El Pedrito que desenfunda versos pícaros al son de su guitarra sobre el escenario. El Pedrito que le canta enamorado a su gente, a su tierra, el que calla su dolor y entre muros de soledad se encierra.
Nunca falta una sonrisa en su boca, transparentando su espíritu bonachón y al dulce rasguido de su guitarra y su charango entrega el corazón. Así de íntegro es.
Don Pedrito, el conductor de programas culturales, el poeta, el cantor, el compositor, es un precioso hijo de la puna salteña. Desde allí nos abraza en verso y en prosa. Para el deleite de almas como la suya transcribo sus poesías, temas para zambas y chacareras, coplas y un cuento, en el anhelo de contribuir al conocimiento del verdadero rostro de la Puna.
María Cristina Fernández
Buenos Aires, noviembre de 2.004.
DE DONDE EL CONDOR LEVANTA EL VUELO
Por los senderos de Pachamama
Vaga mi pena su soledad
Se va vestida de cielo y tierra
Y lleva puesto un poncho de sal.
Un abanico de altas montañas
Ha cautivado mi corazón
Con mi cajita canto mis coplas
Y al viento largo toda mi voz.
De donde el cóndor levanta vuelo
Todos los días buscando el sol
Me voy cantando por esos cerros
Siempre dejando atrás el dolor.
Ya hay alegría en todo el pago
Porque ya es tiempo del carnaval
Cantando coplas, bailando cuecas
Todas las penas se morirán.
En mi comarca la paisanada
Ya tiene coplas como maíz
Para sembrarla con toda el alma
Y que las cante todo el país.
De donde el cóndor levanta vuelo
Todos los días buscando el sol
Me voy cantando por esos cerros
Siempre dejando atrás el dolor
PASTORITA DE LA PUNA
Pastorita de la puna
Mujercita noble y fuerte
Al contemplar tu figura
Siento en el alma quererte
Cuando vas por las mañanas
Acompañada de un perro
A rezar en la apacheta
Que está en la punta del cerro
Con esa sonrisa pura
que brota desde el alma
parece que conversaras
con un enjambre de ramas
Y si el viento te castiga
Con esas fuertes cabriolas
Parece que está bailando
Acompañando las tolas.
Por los cerros y los campos
Pastorean tus ovejas
Amagrinaos para siempre
Con esa costumbres viejas.
Canta y silba el pajonal
Para alivio de tus penas
Del cerro se oye un bullicio
De caja, charango y quenas.
Y con amor en el bronce
Ha de quedar tu figura
Mujer curtida y valiente
Pastorita de la puna.
ESCUADRON 22
Un cóndor levanta el vuelo
Anunciando la llegada
Y en esa aldea cumbreña
Retumba una clarinada.
Era el 20 de diciembre
Montando un rayo de sol
Viene a asentarse en mi pueblo
El Escuadrón 22.
Con valentía y coraje
Llegan a la cordillera
Los generales de mi Patria
A custodiar la frontera
Segunda Parte
Con la furia de un león
La patrulla va a partir
Va a defender los laureles
Que supimos conseguir.
Allá van los infernales
Del Escuadrón 22
Tienen el alma de fuego
Y de acero el corazón.
Trepando por la montaña
De vista se perderán
Y con la misión cumplida
¡gloriosos regresarán!
05 de diciembre de 1.980
LOS PEREGRINOS
Salen de noche, van caminando
Es para el tiempo de los Milagros,
Los peregrinos de San Antonio
Vienen bajando por el Muñano.
El Acay firme cual centinela
Con rostro tosco, cabellos blancos
Siente que pasan los peregrinos
Hacia la fiesta de los Milagros.
El viento corre, fría mañana
Los peregrinos van avanzando
Pasito a paso, tranquito a tranco
Almas piadosas fieles cristianos.
Adentro el pecho llevan a Cristo
Junto a la Virgen de los Milagros
Por el camino rezan y rezan
Y Dios del Cielo los está escuchando.
Buscan refugio para el descanso
Ni un lugarcito les quieren dar
Y a la intemperie se duermen todos
Bajo los cielos del Alisal.
Cuentan tres días de la proeza
Los peregrinos ya van despacho
Miradas tristes, rostros quemados
Labios resecos por el cansancio.
Y cuando llegan, la Madre Santa
Junto a su Hijo sale a encontrarlos
Muy dulcemente mira a todos
Abre sus brazos para estrecharlos.
Adentro el templo están de rodillas,
Dando las gracias porque han llegado,
¡Vivan la Virgen y Jesucristo
Por concedernos este Milagro!
MI PRIMAVERA
Por Esos cerros se van escarchas
Mudos testigos del crudo invierno
La primavera con su presencia
A todo aquello lo irá perdiendo.
Como avecillas con su gorjeo
Hay partorcitos por su sendero
Tiernas coplitas van entonando
Por esos cerros de terciopelo.
Todos los niños saltan y ríen
Con sus vestidos de mil colores
Fiesta en los campos, fiesta en los pueblos
Todos festejan de mil amores
Y aquel celeste del infinito
Parece un poncho si lo descubres;
Tiene de noche gotas de plata
Mientras de día, traviesas nubes.
Silban los huaychos, bailan los quevos,
Grises palomas pasan volando,
Eco de trinos por las quebradas
La primavera viene llegando.
A LA MADRE DE LA ALTURA
Debajo un poncho de nieve
Vengo a decirte mi flor
Que cantemos a la madre
Con todito el corazón
Le traigo un ramo de flores
De clavel, rosa y jazmín
Una corona de estrellas
Con brillantes de rubí
Estribillo
Con letras de oro macizo
En manto de terciopelo
Estará siempre tu nombre
Mi Madre, porque te quiero.
A la madre cumbreña
Que forja hijos del sol
En medio del viento blanco
Yo le canto esta canción
Sabiendo que soy tu sangre
Y que me diste tu amor
A ti Madre querida
Te entrego mi corazón.
MAL SUEÑO
Ancohe estuve durmiendo
En un sueño desmedidio
Soñé que se perdía el mundo
Pucha que sueño jodido.
En un bar del Pueblo Nuevo
Estaba de cacharpaya
De pronto patas pa’arriba
Toda la gente quedaba
Un perro me atropellaba
es esa noche tan negra
yo soñé que la besaba
en la rodilla a mi suegra
En la cabeza un chichón
Parecía mamadera
La pucha como i`soñao
Bailando la chacarera
Soñaba que iba con mi novia.
Y fíjense que misterio
Parecíamos esqueletos
Disparaos del cementerio.
Mi novia era muy fiera
Negra, petiza y panzona
Ñata, bocacha y mechuda
Y brava pa’la carroña.
Pucha qué mal sueño tuve
No les cuento mejor nada
Cuando despierto estoy solo
Y estoy besando la almohada.
ALMA COYA
Atención, pido silencio
Lo que les voy a contar
No ha de ser chiste pa’nadie
Algunos han de llorar.
Mi vida no fue todo
Lo que muchos han de ver
Desde chiquito salí
Y comencé a padecer
Dejé aquel hogar paterno
Por sabeme solitario
Buscando nuevos pagos
Y el apoyo necesario
Encontré mucho consuelo
Como así los desengaños
Sufriendo y gozando a veces
voy pasando muchos años.
He visto cruzar el pan
Sin detener en mis manos
Y así poniendo fe de hombre
Supe aguantar el descargo.
Llevé sobre mi pecho
La fe que me da la vida
Y así como escudo
Voy venciendo en la partida.
Aguanté a pie firme
Los golpes del sacrificio
Y aprendí que no era bueno
Seguir la senda del vicio.
Yo también supe de glorias
En unos días gloriosos
Codiándome con los grandes
En lugares muy famosos.
Dice así un refrán:
‘Cuando a la cumbre más alta
Parecía haber llegado
Lleno de amigos y gloria
De repente me han dejado.
Esos amigos un día
Que tanto los aprecié
Me dejaron en la estacada
Burlando mi buena fe.
Volví de nuevo a lo de antes
Y a deambular amargado
Pensando sólo en Dios
Porque su nombre es sagrado.
Y otra vez la desgracia
Vino a ensañarse conmigo
Dejándome si hogar
Sin padres y sin amigos.
Hoy hundido en las tinieblas,
Solo, me acuerdo de Dios
Espero llegar un día
A cobijarme en su amor.
Esta es mi triste historia
Llena de ásperos momentos
Que reviven en mi mente
Y agrandan mi sufrimiento
Si no creen en mi cuento
Todo cuanto les digo
Puedo decir de seguro
Que sólo Dios es testigo.
Dice así un refrán:
“Cuando hay plata hay de todo”
En esto yo le apruebo
Pues me pasó de igual modo.
Cuando a la cumbre más alta
Parecía haber llegado
Lleno de amigos y gloria
De repente me han dejado.
Esos amigos un día
Que tanto los aprecié
Me dejaron en la estacada
Burlando mi buena fe.
Volví de nuevo a lo de antes
Y a deambular amargado
Pensando sólo en Dios
Porque su nombre es sagrado.
Y otra vez la desgracia
Vino a ensañarse conmigo
Dejándome sin hogar
Sin padres y sin amigos.
Hoy hundido en las tinieblas,
Solo me acuerdo de Dios
Espero llegar un día
A cobijarme en su amor.
Esta es mi triste historia
Llena de ásperos momentos
Que reviven en mi mente
Y agrandan mi sufrimiento.
Si no creen en mi cuento
Todo cuanto les digo
Puedo decir de seguro
Que sólo Dios es testigo.
Por tu querer
Con tu pollerita al viento vas
Con tu rebozo me has de tapar
En esas noches crudas de invierno
Medio tu seno me has de guardar.
Toda la vida te he de llevar
Dentro mi pecho te guardaré
Y si algún día me encuentro solo
Pa’ compañarme te sacaré.
Estribillo
Tú eres mi vida y nada más
Sólo he venido por tu querer
Por esas trenzas de tus cabellos
Que amor más bello no puede haber.
Si el destino trunca el camino
Y abre la senda que nadie ve
Si tú te dejas y no regresas
Muy solo y triste me he de quedar.
Si ese camino nos traza Dios
De qué nos vale que seamos dos
Qué mala suerte la de nosotros
Que hoy estemos juntos y mañana no.
Adónde me iré a cantar
Por no aburrir a mi gente
Porque a donde quiera que voy
Me corren los agentes.
Sin razón
De la cordillera vengo
Y aquí canto mi canción
Para el pobre no hay justicia
Ni tampoco hay razón.
Al entonar estos versos
Me dan ganas de llorar,
Ahí los pobres trabajan
Y siempre mal han de pagar.
Al ver sufrir un obrero
Se me parte el corazón
Será porque yo he pasado
Las burlas de un ricachón.
Si para quitar el hambre
Muchos trabajan de balde
Si al agua no la venden
Será porque es abundante.
Cuando van con su razón
A cobrar lo que han ganao
El patrón cierra la puerta
Y los deja ahí plantaos.
Echan sus penas al viento
Y a su cuerpo aquel dolor
Así termina la historia
De los pobres sin razón.
Como quisiera ser rayo
Para ventajarlo al trueno;
Cómo quisiera ser tuyo
Para dormir en tu seno.
El Velorio
Salieron todos corriendo
A ver lo que pasaba
Porque había muerto un vecino
La gente se alborotaba.
Era un ranchito tan pobre
Donde se armó aquel velorio
La viuda lloraba a gritos
Por la muerte de Gregorio.
Toda la gente sentada
Como la historia de un cuento
Unos llorando de pena
Y otros muertos de contentos.
Eso de la media noche
Cae un viejito curao
Que pa’ rezar un bendito
Le da la espalda al finao.
Después que termina el viejo
De estar arrodillao
La viuda medio contenta
De llorar se había olvidao.
Ahí nomás dijo el buen hombre:
“Era muy bueno el finao”,
La viuda más alegre
Lo miraba de un costao.
Como en aquellos asuntos
El viejo era muy churo
Se puso a hacer una soga
Con unos tremendos nudos.
En ese momento
Entra de afuera una negra
Llevando bandeja llena
De vasitos con ginebra.
Mientras ésa da la vuelta
Otra negra está a la vista
Repartiendo caramelos,
Cigarrillos, coca y yista.
Y así sigue con los chistes
Pero les debo contar
Que por seguir con los cuentos
Se olvidaron de rezar.
Eso del amanecer
Les trajeron el cajón
Y otra vez la tristeza
Reinaba en el corazón.
Y más tarde al Camposanto
Rumbiaron sin querer
Pobre el paisano Gregorio
Se fue para no volver.
De la falta de aquel cerro
Viene bajando una hormiga
Se cayó de un tropezón
Y se zafó la rodilla.
A veces me siento solo
Me dan ganas de llorar
Y con mi triste guitarra
Solo, me pongo a cantar.
Baja de Honor
Cuando uno va a la milicia
Se va derecho a sufrir
De vez en cuando me acuerdo
Cosas que me hacen reir.
Un día salí de franco
Yo no sé con qué destino
Me encontré con unos changos
Y comencé con el vino.
Eran dos muchachos buenos
Y colegas por demás
Empezaron con el trago
Y al fin me hicieron machar.
A las doce de la noche
Me tenía que presentar
Ya sólo faltaba una hora
Yo no me podía parar.
Ahijuna, dije, muchachos
Aquí se me arma la crema
Uno me dice en la oreja
P’al soldao no hay problemas.
Y como un sueño me acuerdo
Que no podía ni hablar
Tenía que irme pa’l cuartel
Sin más nada que esperar.
Al fin me paré nomás
Pero del todo mariao
Las piernas se me doblaban
Igual que suri boliao.
Faltando ya poco tiempo
Enderecé pa’l cuartel
Qué más les puedo contar
Si ahí comenzó el carretel.
A la entradita nomás
Me encontré con un sargento
Me hizo hacer tumba al hoyo
Que casi no cuento el cuento.
Y con un cuchillo largo
Como cola de mandinga
Hizo refusilar en el aire
Y me fajó por las costillas.
Me tiró un baldazo de agua
Me mandó a la enfermería
Medio atontao por el golpe
Me desperté al otro día.
Cuando estuve mejorcito
Viene el Teniente Campana
Yo te he de enseñar –me dijo-
Andar haciendo macanas.
En qué baruyo han andao,
Me dijo más enseguida,
Si no decís la verdad
Me pagarás con tu vida.
“Sí, mi Teniente”, le dije,
“andandando por ahí de vago
Me encontré con unos changos
Que habían llegao de mi pago
Pa´no hacer tanto baruyo
Y acortar más el cuento
Les pagué un cajón de vino
Pa ‘festejar el encuentro”.
“Muy bien soldado”, me dijo,
“le felicito su gesto
Y por decir la verdad
Hoy te perdono su arresto”.
Así termina el chorizo
No podía ser mejor
Que por decir la verdad
Salí con Baja de Honor.
Camino del Inca
Camino del Inca
Camino del viento
Ya no queda nada
Tan sólo recuerdos.
Los que hacen la historia
Nos traen todo esto
Que a través del tiempo
Te aplastó el progreso.
Serpiente del Ande
Que cruzaste cerros
Llevando mensajes
Pa’todos los pueblos.
Por tu lomo tosco
Cruzaron arrieros
Y muchos quedaron
Con su cruz al viento.
Del sur al norte
Por campos desiertos
El pluma y el trueno
Velarán tu sueño.
Mortaja de nieve
Te puso el invierno
Camino del Inca
Sólo eres recuerdo.
La muerte del tigre
En un ranchito de la Quebrada
Ha muerto un criollo, ¡ay qué dolor!
Gimen las piedras de las praderas
Como diciendo también me voy
Una coyita llora su pena
Porque es el tata el que cayó
Entre sollozos le va pidiendo
Al Padre eterno su salvación.
Hizo su vida toda de arriero
De salinero y de pastor,
Hoy la montaña está de duelo
Por este tigre que se murió.
Lanza la quena su honda nostalgia,
Los cerros mudos testigos son
Hoy hasta el cielo está de luto
Por el paisano que nos dejó.
Detrás las nubes el sol se esconde
Porque parece que se enteró
O está llorando junto a la luna
Con las estrellas su gran dolor.
Mensaje de libertad
Desde las altas cumbres nevadas
Traigo mis coplas para cantar
Soy mensajero del viento blanco
Y de misterios del más allá.
Mi voz retumba por estos cerros
Como un mensaje de amor y paz
Amargamente llora mi raza
Porque ha perdido su dignidad.
El cóndor vuela por estos cielos
Haciendo gala su libertad
La madre tierra tiene su encanto
En sus entrañas de mineral.
Zumba la arena, chillán los iros
Silban los vientos del pajonal
La Pachamama y el ventisquero
Le hablan al Coya de eternidad.
Con mi cajita cuero reseco
Esta copla quise cantar
Vengan hermanos americanos
Con su bandera de libertad.
Pintor de mi pueblo
Dicen que te han visto
Por tras los cerros
Buscando pinceles
Pa’pintar el cielo.
Pintarás rosetas
O algún crisantemo
Angelitos blancos
O angelitios negros.
Pintor de mis pagos
Pintor de los cerros
Con campanas de oro
Píntale a mi pueblo.
Tus cerros nevados
Frescura de tu alma
Mágicos pinceles
Que buscan la calma.
Penas de amor
Lluvia de blancas estrellas
Inunda mi corazón
Cual torrente caudaloso
Es en mi vida tu amor.
Camino sin rumbo fijo
Llevando mi padecer
Siento que tu amor se muere
Y yo me muero con él.
Esta dura pesadilla
Me causa mucho terror
Se me va yendo la vida
Poco a poco por tu amor.
Negras las horas que voy pasando
Marchita el alma por el sufrir
Sólo tus besos y tus caricias
Me dará fuerzas para seguir.
Alejandrita, luz de mi vida
Dentro mi pecho te llevaré
Y abro mis labios para decirte
Sólo muriendo te olvidaré.
Soy el cautivo de tus amores
Tú eres la bella preciosa flor
Si en este mundo nadie se opone
A ti te entrego mi corazón.
Me han dicho que tú te casas
Dicen que el hombre nace
Con el destino marcado
Yo nací con esa suerte
De ser doblemente desdichado.
Yo nací para quererte
Con las más lindas caricias
Hoy me destruye la vida
Al saber estas noticias.
Me han dicho que tú te casas
Vieras qué pena la mía
Al ver en brazos de otro
la prenda que yo quería.
A veces siento en la vida
Ser infame soñador
Siento que tú no me quieres
Olvídame por favor.
Olvídame te lo pido
Si ya no sientes amor
Más llantos son gotas negras
De amargura y dolor.
Yo soy culpable de todo
Por cruzarme en tu camino
Hoy con mi triste guitarra
Lloro mi propio destino.
Hoy que me toca partir
Te lo pido por favor
Que de mí nunca te acuerdes
Andate con tu traición.
Es todo lo que te digo
Con profundo sentimiento
Que seas feliz en la vida
Después de tu casamiento.
Locuras de amor
La pucha cómo he pensao
Cosas que nadie imagina
Todo por culpa ‘e una negra
¡vieran qué cosa divina!
Yo estaba enamorado
Y la quería por siempre
Ella se hacia la fruncida
Y me mostraba los dientes.
Se largó para otro pago
Buscando nueva querencia
Yo pensaba día y noche
Mientras duraba su ausencia.
Un día tuve noticia
Supe que se había enfermao
Yo pensé pa’mis adentros
Qué cosa le habrá pasao.
Yo no sé cómo es la cosa
Según supe por un cuento
Dicen que andando solita
Se había asustao con el viento
Salía de noche corriendo
Mirando p’allá, pa’l cerro
Pidiendo a todos a gritos
Que no le larguen los perros.
Pegaba cada alarido
y se daba contra el suelo
diciendo que el novio estaba
en el Cerro Terciopelo.
La mama pensó enseguida
‘esta china está asustada
Hay que darle agua bendita
Y pegarle una sahumada’.
Llamaron un curandero
Y pa’ peor de los peores
Dijo: ‘Esta china está enferma
Pero con el mal de amores’.
Por qué te enfermas tan fiero
Con ese mal de querer
Acaso yo no te he dicho
¿si querís ser mi mujer?
Andate nomás con otro
Aunque me quede sufriendo
Habiendo tantas vacantes
De tonta andás padeciendo.
Anita la bella
Llegaste a este mundo
Tan linda y tan bella
Que Dios en el cielo
Ya aumentó una estrella.
Fuiste de mi vida
La luz que brilló
Que para alumbrarme
Ya no se marchó.
Lucerito blanco
Carita de luna
Amor de mi vida
Mi bella fortuna.
Anita de mi alma
Dueña de mi amor
Que Dios te bendiga
Mi preciosa flor
Quejas
Aquí me pongo a cantar
Con todo mi sentimiento
Con mi guitarra en la mano
Largo mis quejas al viento.
Yo sé que para los grandes
Mi canto no vale nada
Pero por todos los pobres
Yo vengo a hacer la parada.
Si somos pobres, paciencia,
Si somos indios, también,
Por qué negar a mi raza
Si no lo manda el deber.
Vinieron hombres muy lindos
A pasear por esos cerros
Pero a nosotros los pobres
Nos miran como a perros.
Siempre nos pasa lo mismo
Vieran qué cosa más rara
Burlando nuestra pobreza
Se nos ríen en la cara.
A veces prometen algo
Con esta forma de hablar
Ellos creen que hacen mucho
Con venirnos a engañar.
Aquel que desprecia al pobre
Se desprecia a sí mismo
Cree que sube a la cumbre
Y se pierde en el abismo.
Debe sentirse orgulloso
Aquél que pisa este suelo
Argentino por herencia
Cobijao del mismo cielo
Vivamos todos unidos
En un solo corazón
Porque si la patria es grande
Sus hijos también lo son.
Arroyo de agua cantora
Andando en mis soledades
Me encontré en una vertiente
De agua clara, pura y fresca
Que rumbaba p’al naciente.
Y sentándome al costado
Del arroyo que ahí nacía
Ahora puedo recordarla
Que era justo al mediodía.
De repente sentí pasos
Y escuché que me llamaban
Unos hombres muy voraces
Y otros que alegres cantaban.
Deben ser cosas del diablo,
En el momento pensé,
O quizás de Pachamama
Después que ya me asusté.
Solitario cavillando
De repente me reía
Cuando descubrí que el canto
De medio ‘el agua salía.
Era un remanso escondido
Entre las champas y los iros
Y así iba descubriendo
Otro remanso atrevido.
Qué cosas de maravilla
Puso Dios sobre este suelo
Cuando uno anda solitario
Hasta el viento es compañero.
Como son esos cantares
Que se hacen de larga fama
Ahora ya les conté
Que el agua también canta.
Raquelita
Raquelita tú eres mi alma
Raquelita de mi amor
Para ti toda la vida
Te daré mi corazón.
Dos penas llevo en mi alma
De angustia y de dolor
Esperando que algún día
Me cobijes con tu amor.
Aunque todo es imposible
Pero tengo la esperanza
De entrelazar nuestro amor
Con la punta de una lanza.
Cuesta mucho comprenderse
Cuando uno se conoce
Yo grito con todo el pecho
Pero tú no me respondes.
Muchas veces ya no duermo
Porque mucho es lo que pienso
De nada vale el desvelo
Si no sé dónde comienzo.
Es triste mi pobre vida
Al verme tan solitario
Con gotas de sangre viva
Pienso llegar al calvario.
Ya sé que no hay en el mundo
Quien sepa mi sufrimiento
Ilusiones como las mías
Tendrá que llevarlas el viento.
Sólo Dios será testigo
Y esto lo tendrá presente
Porque El Será mi camino
Hasta el día de mi muerte.
Paliza
Una cholita cantando dijo:
‘como te quiero solito a vos
Vení negrito dame un besito
Porque muy pronto seremos dos’.
Y yo le dije: ‘nunca te quise
Andate lejos no vuelvas más’,
Quiso enojarse
De una patada me hizo callar.
Me pegó fuerte en la cabeza
Y me perdió fuerte por bajo la mesa
Quise pararme pero no pude
Porque me ahogaba con su cerveza.
Yo le dije: ‘Déjame pronto,
Déjame pronto porque hace frío’,
Pero no quiso la negra tonta
Y me soñaban los hueseríos.
Y quedó listo con la paliza
Como muñeco de alguna feria
Cinco costillas hechas pedazos
Y todo el chasi a la miseria.
Por eso les aconsejo
Nunca se enojen con la mujer
Por más valiente que sea el marido
Siempre es dispuesto que va a perder.
Tantas idas y venidas
Tanto pasar por aquí
Pasan montones de chinas
Ninguna me mira a mí.
Engaño
Yo cruzaba el horizonte
Buscando por todo el monte
A ti ingrato corazón;
Anduve toda mi vida
Por entradas y salidas
Para saber tu traición.
Anduve siempre sufriendo
Y mis penas reteniendo
Porque siento un gran dolor
Y con ese sucio engaño
A mis ojos los empeño
Y sangra mi corazón.
Para vivir de esta suerte
Mejor espero la muerte
Por tu ingrata maldición
Esa flecha que has tirado
En mi pecho se ha clavado
Partiendo mi corazón.
Camino al cementerio
Muchas veces siento penas
Y sé que de nada valen
Las lágrimas de mis ojos
Como vertientes me salen.
A veces creo ser todo
De pronto nada me vuelvo
Quiero correr y me caigo
Quiero gritar y no puedo.
Siento partirse mi mente
Con un rayo de recuerdo
Pensando que todos vamos
En camino al cementerio.
En mi pecho siento fuego
Que me quema poco a poco
Siento acabarse mi sangre
Y morirme como un loco.
Pero a veces cambio todo
Y recobro mis desvelos
Recuerdo días de gloria
Al lado de mis abuelos.
Ellos pronto se ausentaron
Acompañados de la muerte
Hoy los tengo en mi recuerdo
Y maldigo mi mala suerte.
Ahora quiero ser piedra
Para ponerme en su tumba
No puedo olvidarme de ellos.
Aunque mi ser se derrumba.
Bendito Dios de los cielos
A mis abuelos
Quizás no esté lejos el día
En que yo pueda encontrarlos.
El puma Gastaldi
Tu nombre quedó en la piedra
El cóndor llora tu ausencia
De nada vale todo esto
Si se acabó tu existencia.
Tuviste el alma del hielo
Y de fuego el corazón
Valiente Nelsón Gastaldi
Te quedaste en el Macón.
Te atrapó en la cordillera
El fantasma de la muerte
Así entregaste tu vida
A cambio de una vertiente.
El viento escribió tu nombre
De honor entre los grandes
Tus hermanos te recuerdan
Como el Puma de los Andes.
La Moderna
Mi negra anda con la moda
Que no es nada de mi agrado
Ahora se pone anteojos
Con zapatos charolados.
Ahora lucís pulsera
Con pantalones calientes
Te has hecho cortar las simbas
Pa’lucir la permanente.
Antes vestías ojotas
Escarpines y sombrero
Ahora te ponés las botas
Con pantalón de vaquero
Estribillo
Chacarera, chacarera
De la moderna parada
Ahora quiero casarme
Con una de minifalda
Son como burros ariscos
Que no les cortan las clinas
Todos los changos mechudos
Que ahora parecen chinas.
Ahora andan hablando
La moda de mini-short
Yo creía que las chinas
Se vestían de jugador.
Un changuito gritaba
¡ahí viene la gitana!
Resulta que era una chica
Vestida de maxifalda.
Por ser piedra y nada más
Con su permiso señores
Aquí les vengo a cantar
Es pobre mi pensamiento
Por ser piedra y nada más.
Nada tengo en esta vida
Como pueden apreciar
Más que ese duro destino
De ser piedra y nada más.
La piedra tiene firmeza
Pero no tiene cantar
Sufre como yo sufro
Sin saber dónde parar.
Si de piedra yo he nacido
En qué puedo terminar
Si es triste mi sufrimiento
Y eterna mi soledad.
Si el mundo me reprocha
Por mi forma de cantar
Tendré que callar la boca
Por ser piedra y nada más.
Amor y guitarra
Canta el pájaro en su nido
Yo canto en mi soledad
Mis coplas las lleva el viento
Mis penas se agrandan más.
Soy un río de tormentos
Y de penas un collar
El amor que ando buscando
Muy tarde lo vine a hallar.
La noche con su tiniebla
Sólo me trae desvelo
Quisiera volverme luna
Para mirar desde el cielo.
Siento penas en el alma
Tristezas en el corazón
Hoy me siento prisionero
De los brazos de tu amor.
Quiero acercarme a tu cara
Para besar tu mejilla
Es todo lo que te pido
Amor de la vida mía.
Hasta mi guitarra sufre
Al verme solo penar
Con el lamento me dice
Qué triste es verte llorar.
Gracias dulce compañera
Por aliviar mi dolor
Que el justo Rey de los Cielos
Nos cobije con su amor.
Reglamento militar
Permiso pido a la rueda
Les voy a contar un cuento
Pensando no sé qué cosa
Me acordé en este momento.
En mi tiempo de recluta
Cuando a mi Patria servía
He conocido un sargento
El más malo de mi vida.
Cuando grito aquel sargento
Ahí nomás casi lloré
Las piernas me tiritaban
Del susto que me pequé.
A sentarse los milicos,
Ordenó en ese momento
En la mano tenía un libro
Dice que era el Reglamento.
Desde mañana, nos dijo,
Comienza el orden cerrado
Pensando en esas cosas
Yo estaba más asustado.
Y vino el día siguiente
A las cinco ‘e la mañana
De repente toca un pito
Y ordena al pie de la cama.
Aquí van a andar, nos dijo,
Todos al pie de la letra
Con un grito nos ordena
Carrera mar, puerta afuera.
Salimos todos corriendo
Los milicos en montón
Para comenzar la fiesta
En el campo de instrucción.
Carrera mar, cuerpo a tierra
Salto rana empezar
Y luego como los lagartos
Nos hacían arrastrar.
Nos hacían saltar pa’ arriba
O paso vivo dar
A pararse y a sentarse
Nos tenían sin descansar.
Nos hacían tumba carnero
Buscar petróleo rodillo
Qué movimientos más raros
Nos hacían aquellos pillos.
Media vuelta a la vuelta a la derecha
Media vuelta a la izquierda
Cómo lo habrían estudiado
Pa’ que el milico se pierda.
Para el día de gimnasia
Estamos hechos una pluma
Capaz de pegar un salto
Y treparnos a la luna.
Estas cosas y otras peores
Nos enseñó aquel sargento
Y se ve que él marchaba
De acuerdo al Reglamento.
Ahora que me doy cuenta
Lo que les vengo a contar
Aquel libro se llamaba
“Reglamento Militar”.
Sangre del mismo precio
Si yo he nacido en el campo
Porque así quiso el destino
Pero en mis venas hay sangre
Como en cualquier argentino.
Perdonen si en esta entrada
Le hago centro a la argolla
Quiero que todos respondan
Por qué desprecian al coya.
Acaso no hacemos Patria
En el campo de su amor
Al coya lo miran siempre
Como de poco valor.
Yo sé que se burlarán
Si les digo con aprecio
Que la sangre del coya y del gaucho
Hoy tienen el mismo precio.
A mí me dicen casate
Yo les digo más rato
No quiero vivir peleando
Como el perro y el gato.
De vuelta
Un día llegué de viaje
Ya tarde medio cansao
Trayendo todas las cosas
Que a comprar vos me has mandao
Ahora te digo mi negra
No sé si mi equivocao
No sé si dónde I’he puesto
La lista que vos mes has dao.
Yo iba derecho al pueblo
Por donde íbamos los dos
Y me encontré con el trago
Y ya mi’olvidao de vos.
Pero te’i traido una bata
Cosa que yo no me explico
Yo no sé cómo i’comprao
La pintura pa’l hocico.
Te ‘i traido un pañuelo blanco
Unos guantes de vicuña
Una cartera de suela
Y pintura para las uñas.
También te’i traido una faja
De un lindo color morao
Pa’que te amarrés el pupo
Cuando lo sientas hinchao.
También te’i comporao sombrero
Un anillo, una enagua
Te’i traido un rebozo
Para que cargues la guagua.
Te traje lindas ojotas
También he traído un can-can
Que ahí nomás te has colocao
En el medio del zaguán.
Ya otras cosas no te’i traido
Porque me ha faltado la plata
Ya sé que me vas a decir
Que soy un hijo de rata.
La pintura p’al ojo
Eso sí no te’i comprao
Porque ahí cuando yo quiera
Di una piña queda pintao.
Que te pintes los ojos
Nunca me ha gustao
Porque parecés más fiera
Que un guanaco asustao.
Adiós Doctor
Doctor Francisco Devoto
Sé que me estás escuchando
Desde la senda del cóndor
Muchos te estamos llorando.
Al saber que vos te has ido
Porque así lo quiso Dios
Siento penas en el alma
Tristeza en el corazón.
Cómo poder olvidarte
Si tu nombre está grabado
En el corazón del pobre
Y de los cerros nevados.
Siento un nudo en la garganta
Y abrirse mi corazón
Quiero gritar con el alma
¡dónde te has ido, Doctor!
Justicia
Qué triste la vida del hombre que sufre
Sin tener amores ni felicidad
No tener derecho a sentir cariño
Porque la gente piensa la maldad
Si el hombre es vicioso, borracho y perdido
Lo mismo critican con toda maldad
Y largan la lengua alzando su nombre
E inventando un cuento que nunca es verdad.
Estribillo
Hay gente envidiosa y también hechicera
Que a nuestros amores quiere destrozar
Pero Dios es justo con su providencia
Al que haga estas cosas lo sabrá juzgar.
Qué cosa más triste que la gente tenga
El tiempo de vicio para hacer el mal
Me duele hasta el alma tener que gritarlo
No hay en el mundo quien diga la verdad.
Hasta el momento le escupen la cara
al verlo tan pobre lo quieren pisar
con toda injusticia no quieren que viva
por eso se ocupan de hacerle mal.
Pata i’lana
El hombre que quiere a dos
No es tonto sino advertido
Si una mujer se le muere
Le queda la otra de auxilio.
Mi negra salió de noche
Y se asustó con un gato
Del susto que se pegó
Se le saltaron los tacos.
A mi amiguito el negro
Me lo metieron en cana
Porque andaba como duende
Haciéndose el pata ‘i lana.
Chacarera, chacarera
De todos los pata’i lanas
Que le andan dando trabajo
Todas las noches a los canas.
Otro amigo se me ha ido
A dormir con la Lorenza
Y casi me lo pillaron
Al perrito sinvergüenza.
Caramba con el muchacho
Que me anda haciendo macana
Se va a dormir a su pieza
Y amanece en otra cama.
Silbaba lindo el changuito
Que imitaba a los mirlos
Salió una vieja enojada
Me lo revolcó de un chirlo.
Chacarera, chacarera
De todos los pata’i lanas
Que le andan dando trabajo
Todas las noches a los canas.
La pata sucia
Te ponés suecos de palo
Para sentirte más grande
Te doblás por todas partes
Como esqueleto de alambre.
Caminar tan elegante
Vieras qué linda esos modos
Te movés pa’todas partes
Como negándote a todos.
Tenés el cuerpo tan fiero
La cabeza como un huevo
Tenés las piernas más chuecas
Que un abrazo de Año Nuevo.
Y contenta con la moda
Te quedás en esa astucia
Andás de pura etiqueta
Pero con las patas sucias.
Con medallas y colgantes
Con pulseritas brillando
De nada vale tu pinta
Si andás la jeta ramiando.
El pantalón ajustao
Te queda siempre muy fiero
Parecés una camioneta
Sin paragolpe trasero.
Te ponés anteojos grandes
Pa’mirarme con desdén
Parecés el parabrisas
De un cambión Mercedes Benz.
Y no bailó el comisario
Cuando comenzó el domingo
Para calmar la amargura
Nos fuimos de cacharpaya
Y terminamos en curda.
Por culpa de los muchachos
Que se peleaban a muerte
Nos cargaron a toditos
En el auto de la suerte
Nos dormimos en montón
Allá en la casa amarilla
Nos despertaron temprano
A barrer la policía.
Chacarera, chacarera
De todos los presidiarios
Se terminó la primera
Y no bailó el comisario.
Me acuerdo de aquella noche
El frió que nos hacía
Nos traqueteaban los dientes
Como tarros con bolillas.
Les preguntamos a otros
Si por qué estaban en cana
Unos dicen por borracho
Y otros por pata i’lana.
Por donde hay comisaría
Yo paso como una luz
La cabeza como haypo
Las patas como avestruz.
Chacharera, chacarera
De todos los presidiarios
Se terminó la segunda
Y no bailó el comisario.
Horas negras
Creíste que yo fui tan desdichado
Desde el día en que me abandonaste
Hoy las lágrimas las mejillas te han marcado
Yo te pregunto por qué no te quedaste.
Son tan negras las horas que recuerdo
De los ratos vividos junto a ti
Anduviste con el que te ha conquistado
Hoy cien puertas se abren para mí.
No me importa que sufras amarguras
Si con cariño mi amor yo te entregué
Si te encuentras sola y triste y amargada
Implorale clemencia al Justo Juez
Seré coya hasta la muerte
A veces recurro al canto
Para alivio de mis penas
Pero me castiga el viento
Y me acarician las arenas.
Siento que la tierra se abre
Y que se quiebra mi voz
Pachamama, Pachamama
Ayudame por favor.
No permitas que me muera
Dejame seguir cantando
Tosco tambor de los guairas
Seguí tus parches golpeando.
Ya no le temo a la muerte
Aquí le estoy esperando
Cósimica madre del Inca
Déjame morir cantando.
Soy hijo de tus entrañas
Cordillera de los Andes
Quiero ver a mis hermanos
Con una patria más grande.
Desde un mojón de apacheta
Digo con toda mi suerte
Soy coya de nacimiento
Seré coya hasta la muerte.
San Antonio de los Cobres
San Antonio de los Cobres
Pueblo de puro fragor
Te rodean tus montañas,
La nieve, el viento y el sol.
Pueblo que estás en el seno
De la madre cordillera
El pago de las mocitas
De lindas caras morenas.
Pago de los pastores
Que por las praderas
van llevándose una majada
en su eterna soledad.
Suelo de los mineros
Hombres de fuerza y valor
Que viven el año entero
Adentro del socavón.
Llenen de coca mi chupa
Denme un trago de alcohol
Quiero que mueran las penas
Adentro de mi corazón.
San Antoni de los Cobres
Tu amor es la soledad
Aquél que ya te conoce
Jamás te podrá olvidar.
Hermano del sufrimiento
Serpenteando en la montaña
Por un angosto sendero
Se va rompiendo el silencio
La triste voz del arriero.
Lleva en su rostro las penas
En su mirada tristeza
En su aliento lleva coplas
Pero en su vida grandeza.
Hoy con mi vieja guitarra
A ti va mi pensamiento
Que Dios bendiga tu arreo,
Hermano del sufrimiento.
Curtido por las heladas
Y castigado por el viento
Su poncho es paloma blanca
En crudas noches de invierno.
Eres el alma de piedra
Eres Valente guerrero
Con la inclemencia del tiempo
Sólo se atreve el arriero.
El Altiplano
Pampas desiertas, cerros nevados
Ríos dormidos de los antepasados
Caricias frías de los inviernos
Es el encanto del Altiplano.
Pecho de bronce tienen sus hombres
Manos callosas, rostros quemados
Y van trepando por las estepas
Nuestros hermanos del Altiplano.
Sábana blanca de los salares,
se ve de lejos como esperando
que alguien descubra las maravillas
y los paisajes del Altiplano.
Cuántas montañas de altos picachos
Tiene el desierto cordillerano
Vengan hermanos y respiremos
El aire puro del Altiplano.
El hombre canta a los cuatro vientos
Con su cajita como mostrando
Que él es tan libre como las aves
Entre los vientos del Altiplano.
Como diamantes se ven estrellas
Luna de plata y un sol dorado,
Buscate hermano la paz del alma
Bajo los cielos del Altiplano.
El Castigo de Coquena
Había un hombre muy pobre que con su familia se alimentaba de raíces del campo. Un día, como de costumbre, salió de madrugada; fue a la montaña a ver si encontraba aves o cazaba una vicuña para llevar el sustento para todos. De pronto, mientras caminaba, sintió un tropel de ganado y se tiró en medio de las matas; entonces vio que era un montón de llamas que venían con sus arrieros, se levantó un poco y notó un bulto entre ellas. Como era de madrugada no podía ver bien, los arrieros le gritaban para saber quién era y qué hacia por allí. El respondió que era un hombre pobre que buscaba algo para dar de comer a su familia. Uno de los arrieros le dice que camine un poco para atrás hacia donde ellos venían y que encontraría una llama echada con la carga en el lomo, que se había cansado.
Le indica que debe sacarle la carga, ponerla sobre su cabeza e irse a su casa. Que debía abrir el paquete al día siguiente y no contárselo a nadie porque era un secreto.
(El personaje misterioso era Coquena).
Al otro día el hombre saca la carga y hace lo que le había indicado el arriero; la abre y se da con un tesoro de plata y oro. Con toda esa riqueza el hombre sale de la pobreza, compra tierra, ganado y progresa.
Este hombre tenía un hermano, rico pero muy envidioso, nunca antes lo había ayudado, prefería que sufra y no tenga nada. Al enterarse, trata de averiguar cómo hizo el hermano para hacerse rico, pero el otro piensa que si es un secreto no se lo podía decir. El hermano insistía en hacerlo hablar hasta que un día lo emborracha para saber la verdad. El hombre habló y el ambicioso fue a la montaña con la idea de hacerse más rico y al ver que venía el tropel de llamas, las espantó un poco y los arrieros le preguntaron quién andaba por ahí.
Se identificó y cuando le preguntaron qué buscaba respondió que era un hombre muy pobre y necesitado, que debía mantener a su familia. El arriero le dice que atrás quedó una llama cansada con una carga, le indica que debe sacársela, ponerla sobre su cabeza y llevarla consigo.
Este hombre hizo todo lo que le dijo. Mientras aclaraba el día la carga se iba poniendo más pesada, al mismo tiempo el cuerpo del hombre se iba transformando y cuando se dio cuenta se convirtió en un chivo salvaje de la montaña andina, quedándose para siempre en ese lugar.
Ese fue el castigo que le dio Coquena por haber actuado siempre de mala fe con su hermano.