¿Quién no ha conocido Rodolfo Amadeo Sirolli?. Fue un auténtico salteño "importado" de Buenos Aires. Resulta difícil describir su personalidad de artista, periodista, político su vocación científica, y su infatigable bregar por el progreso de Salta en todos sus aspectos. Enamorado de la cultura, todo lo indagaba. Buscaba explicación en cada señal o costumbre de los aborígenes, entrando en el campo de la investigación histórica.
Fue un político de nota, que llegó a ocupar importantes cargos, y hasta una banca en la legislatura provincial. Su acceso a Salta comenzó por los Valles Calchaquies allí el paisaje lo atrapó, le lleno de asombro, y desde ese instante trató de penetrar en el espíritu de la gente nativa, llegando a escribir mas de una obra, y trabajos interesantes sobre el tema. "Pachamama" que fue llevada al cine - era tal vez lo que más quería de sus trabajos.
En la ciudad de Salta su nombre comenzó a pronunciarse a diario allá por los años previos a la elección de 1945. Era secretario general de la intervención Federal del doctor Caseaux Alsina(a quién apodaron Cara de piedra por sus duros rasgos y carácter). La amabilidad de Sirolli y su natural predisposición a los gestos caballerescos, atemperó la impresión que causaba el muy severo interventor. Su elegancia para vestir, destacabase entre el grupo político al que pertenecía - el naciente peronismo - pero sus ideas eran perfectamente claras -.
Bregaba por la imposición de normas que defendieran lo que sea argentino, como también por leyes que mejoraran las condiciones de vida de los más humildes. Fue totalmente sincero en ello, y por ese sendero caminó sin desmayos durante toda su vida política. Conquistó muchos amigos por su comportamiento de auténtico caballero en el verdadero sentido de la palabra, y sus amistades no se limitaban a sus correligionarios. Por el contrario, tal vez mas amigos había en los bandos opuestos al suyo. Muchas veces, ignorando hirientes pullas, luchó incansablemente en procura de una universidad para Salta.
Logró revivir el Museo que allá por los años 20 había abierto don Chistian Nelson, un empecinado alemán, que comenzó con las colecciones que sirvieron de base al actual museo de Historia Natural
En el periodismo estuvo siempre activo, llegando a ocupar la dirección del que fuera diario partidario del grupo político que estaba en el poder. Desde allí, como siempre, enfatizó en la necesidad de elevar el nivel cultural de la provincia, mediante la habilitación de centros de estudios superiores. Si no llegó a concretarse en esos días esta aspiración, sirvió de simiente para que, años mas tarde, se erigieran las dos casas de estudios superiores que hoy funcionan en Salta, para beneficio de la comunidad, y sobre todo de los jóvenes, que así pueden obtener una mejor herramienta intelectual para ganarse la vida, sin tener que alejarse del hogar de sus progenitores.
En las horas de adversidad que enfrentó, luego de la revolución de 1955, comportóse con auténtica valentía cívica. Las pasiones desatadas por el triunfo revolucionario entre los parciales del movimiento, siempre lo respetaron, por la simple razón de que era un hombre recto. Un hombre de bien. También puso en evidencia mas de una vez su valor cívico, lo cual pudo apreciarse en los términos que usara par despedir los restos de su amigo, don Carlos Xamena, fallecido por aquel entonces en Salta.
Siempre visitaba las redacciones de los diarios, llevando sus colaboraciones y sus ideas. Discutía, en rueda de café, sobre los problemas de la provincia, y la manera de solucionarlos. Prácticamente nunca estuvo inactivo. Los años parecían no pasar por su vida, mostrando su nerviosa vitalidad en todo lo que hacía.
Don Rodolfo Amadeo Sirolli prestó su muy importante concurso a la ciudadanía de Salta, por todo lo que hizo con sinceridad, y pureza de hombre sano de espíritu. Una cruel dolencia - anciano ya - lo postró en el lecho. Su estoicismo se sobrepuso a todo y falleció, podríamos decir heroicamente, en esta Salta a la que dedicó lo mejor de su vida, desde el día que puso sus pies en nuestra tierra inolvidable.
FUENTE : Crónica del Noa. Salta, 14-10-1981