AUTOBIOGRAFÍA DEL DR. ATILIO CORNEJO
Nací el 11 de Marzo de 1899 en la calle Alvarado Nº 567 entre Buenos Aires y Córdoba (casa de mi tío Jorge F. Cornejo, siendo este soltero y donde vivían mis padres). No recuerdo nada de esa época de mi niñez. Luego se mudaron mis padres a la casa calle Deán Funes Nº66 entre Caseros y España (casa que fue de la familia de Baltazar Usandivaras) en donde recuerdo vagamente, nació y murió mi hermano Rafael, de un mes de edad más o menos. Luego, nos mudamos a la casa, calle Córdoba Nº46 (de los Rauch o Zorreguieta) entre Alvarado y Caseros, en donde nació mi hermana Delia (3 de junio de 1903) y después a la calle Alvarado esquina Córdoba (antes Convento de las Sacramentarias), (después casa de los Figueroa Echazú, incluyendo la del Escribano Carlos Figueroa), en donde nació mi hermana Clara Estela (la 1º) el 18 de junio de 1905. Tengo allí gratos recuerdos. Ingresé entonces a la escuela primaria Sarmiento (calle Alvarado entre Córdoba y Lerma) siendo mi maestra de 1er. Grado Rosa Singulany Salas. Luego, de 1er. Superior, Amelia Cornejo (después Schereiber) y por renuncia de ésta, Corina Martínez. La Directora y Vice Directora de dicha escuela fueron Da. Carmen Niño y Da. Inés Niño, respectivamente.
El 2do. Grado lo hice, dos meses, más o menos, en el Colegio Belgrano (calle Mitre entre Caseros y España) y luego en la Escuela Normal (calle Alberdi entre Alvarado y Urquiza). Mi maestro en el Colegio Belgrano fue el P. José del Campo y el Rector el P. Gelasio Gonuerga. Mi maestra en la Escuela Normal, Azucena Oliva, después casada con Villegas.
El 3er. Grado lo seguí en la Escuela Normal de Varones (calle Zuviría entre Belgrano y Güemes, hoy Escuela Urquiza), siendo mi maestra Carmen Aramayo (excelente). Seguí allí el 4to. Y 5to. Grado (maestro Liborio Matos) y el 6to. ( maestro Juan Francisco Guzmán). Fueron estos eximios maestros. Entre los “practicantes” que recuerdo, por su competencia, están Hemelinda Casale, Laura Alvarado, Flor Alderete.
Después, ingresé al colegio Nacional (calle 20 de febrero entre Caseros y España, hoy Escuela Benjamín Zorrilla), siendo Rector don Moisés J. Oliva, Vice el Dr. Virgilio Figueroa y Secretario Policarpio Romero; Jefe de Celadores, don José M. Arias (hermano del Dr. Darío Arias). Estuve allí desde 1º a 5º año en que me recibí de Bachiller (1916). (…)
(…) Entre sus profesores se destacan: Dr. Bernardo Frías (Historia y Cívica), D. Juan Carlos Dávalos (Zoología), Conrado M. Serrey (Castellano)(…)
(…) En 1917 ingresé a la Facultad de Derecho de Buenos Aires, previo examen de Historia y Francés. Algunos de sus profesores fueron: Carlos Octavio Bunge – Octavio Levene (Introducción al Derecho / Historia del Derecho Argentino), Carlos Ibarguren (Derecho Romano), H. Lafaillé (Derecho Civil); En el Doctorado, Carlos F. Melo, Historia de las Instituciones Jurídicas. (…)
(…) Siendo estudiante en Buenos Aires viví en Libertad 1230, entre Arenales y Juncal (frente a la casa del Dr. Victorino de la Plaza), en 1917 (casa de Da. Zenovia V. de Planes). Y pensionista (con mi hermano Abel), Alsina 730, 1918.
Calle Maure (Belgrano) casa de la Sra. De Urdapilleta.
Billinghurst 87.
Calle Mitre (casa de la Sra. De Planes), 1921.
Perú 142 (con Víctor y Francisco Arias y A. Vidal), 1919/1920.
Bolívar 121 entre Alsina y Belgrano (casa de la Sra. Solá Z. de Capellini), 1922/1923.
Me recibí en la Facultad de Derecho….Aprobando el último examen de Derecho Internacional Privado, el 6 de Agosto de 1923(…)
(…) Los veranos los pasé en:
La Caldera (con mi familia) de lo que casi nada me acuerdo.
Colón (Cerrillos) con mi familia.
Cerrillos (pueblo) casa de mis tíos: Delfín Leguizamón y Mercedes Cornejo de Leguizamón.
El Potrero de Uriburu (casa de don Belisario Sosa).
Río Blanco (casa de mis tíos Jorge F. Cornejo y María Solá de Cornejo).
La Banda Grande (Molinos) casa de Ricardo E. Dávalos.
La Merced de Arriba (Dpto. Rosario de Lerma).
- Con Nolasco F. Cornejo y Flía., 1928.
- Con mi familia desde 1931(…)
Texto Extraído de: Cornejo, Atilio: “Curriculum Vitae”. Boletín del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta. Salta, 1984.
Más allá del reconocimiento profesional del Dr. Atilio Cornejo en la “Carta de Doña Delia Mollinedo de Cornejo” (madre) y en sus reflexiones al cumplir 50 años de edad, se puede observar la calidad humana del doctor:
CARTA DE DOÑA DELIA MOLLINEDO DE CORNEJO
Escritura Número: Ciento setenta y uno (…). Que a los fines se conserven las declaraciones que formula en el escrito que presenta, dándose la fecha cierta, y para que queden ratificadas por instrumento público a los efectos que hubiere lugar, presenta dos fojas rubricadas por la exponente a sus manifestaciones que copiadas literalmente dicen así:
Delia Mollinedo de Cornejo. Mi hijo Atilio Cornejo terminados sus estudios en Buenos Aires y llamado por el doctor Luis López a hacerse cargo de su Escritorio de Abogado por haber sido nombrado Ministro de Gobierno del Dr. Adolfo Güemes, vino a Salta en Setiembre de 1923. En esa época su padre ya estaba anciano y con muchísima familia, con escasos recursos para hacer frente a los gastos de la vida. De modo que mi hijo Atilio a la vez se hizo cargo del Escritorio del Doctor López como socio, tuvo que hacerse cargo de la gran familia suya que era pobre y sin más entrada que la jubilación de su padre. Empezó a pagarle las deudas de su padre; reparar la casa que habitamos, entonces en ruinas, pues desde la puerta de calle, techos, de cañas, pisos de ladrillo tuvo que hacer de nuevo y, paulatinamente, puso la casa presentable con su propio esfuerzo y gran voluntad; siendo de creer, como lo creo, que este mi buen hijo, en vista del peso enorme que se venía en sus hombros, se dedicó exclusivamente a ayudar a sus padres. Puedo enumerar algo de los gastos enormes que hizo desinteresadamente: Después de lo expresado anteriormente, reparación íntegra de nuestra casa habitación desde la puerta de calle, puerta cancel, pisos de mosaicos, de madera, corredores nuevos, que antes no existían en la casa en su parte interior; baño de lujo para mí, otro baño bueno para sus hermanos, otro bueno para la servidumbre, lavadero, cocina económica instalada con azulejo y mosaico y techo, instalaciones de luz eléctrica en toda la casa con sus correspondientes arañas y artefactos en todas las piezas, campanilla, etc. Después y siempre, cada primavera, reparaciones en los techos o paredes; y en los accidentes imprevistos como temblores y lluvias extraordinarias, serias reparaciones en las paredes que amenazaban con venirse abajo. Además levantó la hipoteca de la casa, costeó viajes a Buenos Aires a sus hermanos cuando por su salud fuese preciso bajar allí. Levantó cuanto documento había a los bancos y hasta el presente dado el valor de las cosas para vivir y que no es creíble podamos nosotros vivir como vivimos, desahogadamente con toda comodidad y sin privaciones de ninguna clase, sólo con la gran ayuda de este hijo nos sostenemos de modo que declaro categóricamente que yo soy deudora de mi hijo, y que el día que yo fallezca, espero de todos mis hijos un acto de decencia generosa en no molestar a este hijo con pretensiones de que el esfuerzo desinteresado y sacrificado de este hijo contemplase la bajeza de exigir una herencia que no tengo para dejar. También haré recuerdo que costeó la educación en el Colegio Belgrano a su hermano Lucio y la carrera de su hermano Pedrito; y por último para convencer de lo que digo, existen los cuadernos de apuntes prolijos que dejo desde la fecha citada hasta hoy que nos sostiene la casa y que pienso la casa y que pienso dar a Pedrito para que él oportunamente los haga leer con cada uno y convencer. Yo juro como cristiana no exagerar las dádivas de mi hijo Atilio, muchísimas veces olvidadas a lo mejor pero juro también que nunca hice carecer a mis otros hijos que me han acompañado de lo que han necesitado siempre tuve cuenta de gastos comunes en las tiendas que con lo mío he pagado no desconociendo que los sueldos de mis hijas y la parte de pensión por Pedro, fue siempre ocupado en los gastos de tienda y otras pequeñeces, pálidas al lado de las enormes sumas que aportó Atilio sin ningún interés. (I) El entierro de mis hermanos, a mi madre, a su hermana Delita, a su padre con buenos entierros y afrontó todo con serenidad, sin hablar, sin sacar en cara, sirviendo a todos sus hermanos grandes y chicos en apuros, que ellos espero no olvidarán. Creo cumplir con un deber de buena cristiana y de madre recta con las anteriores manifestaciones: y si no quedan conformes, les pido por la memoria de Pedro y mía, no ser desunidos y no protestar después de mis días por mis disposiciones. Delia Mollinedo de Cornejo (…).
Apéndice. Adjuntado a Escritura Nº 171. Figueroa, Carlos y Figueroa Solá, Stella. Testimonio: Fecha cierta de documento privado 13/08/1954. Texto mecanografiado basado en carta manuscrita de la Sra. Delia Mollinedo de Cornejo. Caja Nº 101. Archivo Biblioteca Dr. Atilio Cornejo.
REFLEXIÓN DEL DR. ATILIO CORNEJO AL CUMPLIR 50 AÑOS DE VIDA
1899 – 11 de marzo – 1949
I
He llegado a la cima de la montaña de la vida con medio siglo de existencia y no he podido con mi blando corazón. Pero entiéndase bien, no con “blandura de carácter”, sino con la “bondad” con que se lo amasó en mi hogar y con que vino al mundo empujado por la sangre de mis antecesores. No se confunda, pues, nobleza, superioridad, sublimidad, altura, con debilidad, inferioridad, complejo. Tampoco, el intenso Mundo Interior, con el reflejo exterior con que es visto por ojos materialistas y que sólo ven hacia adelante.
Se han aprovechado de mi, sin duda, por aquello, de quien “nadie sabe para quien trabaja”, o del “vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo”, pero sin creerme, si ser zonzo, pues si otros lo creyeron que así era, se equivocaron. Se cobijaron en mí, como la hiedra a la pared; como la planta parásita al árbol robusto, como la flor del aire al tronco; y los he recibido con cariño, con amor, sin pensar en compensaciones materiales, sin otra finalidad que la del hacer el bien, sin mirar a quien. Con mi trabajo, con el producto de mi cerebro, otros compartieron. Con lo poco que me quedaba a mí de participación, todo fue para mis familiares. Nunca exigí compensación, no obstante que otros me la exigieron por causas nimias. Puedo contar el caso de que no se apreció el valor de mi trabajo intelectual, y en cambio, se me exigió el valor de gastos sufragados con mi propio capital reservado en manos ajenas, no obstante de que el fruto de mi trabajo intelectual se le asignaba enorme valor para terceros a fin de compartirlos. Por ello, no tuve agravios. Miré los hechos con humana filosofía, pues nunca debemos esperar la gratitud mientras vivamos. Sólo la Historia o la inmortalidad nos harán Justicia, ya que tampoco la Justicia es de este mundo, en el que solamente es Ficción. Me lo dicen los 25 años de intenso ejercicio profesional que llevo actuando con libertad, sin ataduras, sin cargos públicos rentados y solo “ad honorem” con los que serví a mi Patria y a mi Provincia desinteresadamente; a lo que consagré mis actividades en su propio suelo y el propio o poco producto de mi intelecto. He vivido, en suma, para el Futuro, para después de mis días. No pretendo ser un “incomprendido”. Líbreme Dios de los incomprendidos, que se hacen, o se titulan así, por conveniencia. Antes, debemos “comprender” el ambiente, que esperar que el ambiente nos comprenda. Creo que he comprendido mi ambiente, sin esperar, y sin interés de que él me comprenda. Nos debemos al “medio”, al “ambiente”, o a la tierra, a la “Patria”, a la “sociedad”, antes que ellos a nosotros. No soy, pues, tan egoísta. Mi egoísmo esta en darlo todo para los otros. Hasta he comprado, puede decirse, la herencia de mi propia sucesión en vida. He preferido el silencio, al escándalo, pero sin que ello implicare reconocer que el que calla otorga. Pero, no se crea que hay amargura en mis palabras. Lejos de ello: Desde la cima, observo el panorama con placidez y dulzura, y en mi interior sólo siento latir mi corazón con mayor bondad, sin enemigos (y si los hay, siento que no los veo).
II
Hay seres predestinados. Aparecen como egoístas, aislados, misántropos y, en realidad, han sacrificado su felicidad para la felicidad del prójimo. Amaron más a su prójimo que a sí mismo. Como flor de mieles inagotables, atrajeron abejas y zánganos, y no pudieron desprenderse más. Su nobleza interna los hizo callar, avivado por la generosidad de su corazón y su espíritu superior. Siguieron así viviendo espiritualmente para el futuro y quizás para la inmortalidad y la historia, que a lo mejor, no les hará justicia, por que la humanidad es niña eterna y, por ende, desmemoriada. Su vida, se tejió y diluyó así, insensiblemente, en un interminable “nadie sabe para quien trabaja” y en una aplicación inoperante de aquello de que “el vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo”, pero hablando materialmente, quien contempla las cosas, espiritualmente las considerará de otra manera, porque, así mismo y hablando de realidades, al buen callar llaman Sancho y por que el buen silencio es virtud, aunque para otros sea “opería”. Modos de ver, que así como cada casa es un mundo, cada pecho encierra otro mundo íntimo de sentimientos y cada cabeza encierra otro pensamiento. De ahí también, que haya quienes se aprovechan de esos seres – me refiero a los que no tienen vínculos afectivos con los mismos, por que quienes lo tienen son atraídos por aquellos, por ese ligamento afectivo carnal, en tanto los otros solo han visto la veta de la explotación del hombre por el hombre, aunque aparezcan después ante la historia con falsos gestos de Mecenas.
La ligazón se hace cada vez más íntima y firme, se encarna como lanza profunda, y así sigue y seguirá como cadena eterna, o como encarcelado para toda la vida, como preso sin condena y , por rara paradoja, como encadenado por su propia bondad, aunque para otros, para el mundo externo y trivial que no se asoma a esa ventana, aparezca como ser frío, sin alma, sin espíritu, sin amor, egoísta, cuando en realidad en ese exterior está esa frialdad o ese egoísmo, por que solo se mira al amor de sí mismo, la felicidad de sí mismo y el yo personificado. Pero, cuando ese ser se agota y sus jugos nutricios se van extinguiendo, las abejas también huyen, como huyen también las golondrinas en pos de otras primaveras, o como otros cuervos en pos de nuevas osamentas. Es la tragedia misma de la naturaleza hecha cuerpo en la humanidad. Es la flor parásita y bella que se nutre de la savia del árbol, con la diferencia que esa flor cae con el árbol, y que el hombre cae solo….
III
Las grandes satisfacciones de mi vida han sido:
- No pedir nada a nadie, y haber recibido grandes recompensas morales sin requerirlas. Mis amigos y correligionarios llegan hasta ofrecerme la candidatura a Gobernador de mi Provincia, que decliné también por razones morales y por consideraciones y consecuencias a un amigo.
- Haber hecho servicios sin esperar, ni obtener recompensas, ni siquiera gratitud.
- Tener mi padre vivo hasta los 81 años de edad y verlo morir tranquilo sin deber nada a nadie; y haber contribuido a esto último.
- Velar por la tranquilidad de mi madre con mi trabajo y sacrificios (actualmente 75 años de edad).
- Seguir el ejemplo de mis padres que me enseñaron a tener fortaleza contra las adversidades.
- Considerar los éxitos como uno de tantos aspectos de la vida y no engreírme de ellos; al contrario, como anticipo de borrascas que debería afrontar.
- Que la vida es como la montaña, a la que se sube y se desciende; y que en ella están las cuatro estaciones, desde la primavera al invierno. ¡Felices de aquellos que sólo creen que es verano!
- Vivir de mi trabajo; no haber tenido ningún empleo (sólo el de celador en el Colegio Nacional $40 mensuales, otorgado a los buenos alumnos); ni haber percibido del presupuesto solamente $300 mensuales de dieta de Senador Provincial (abril 1942/junio 1943), la última de las cuales endosé a la Escuela de Ciegos y la primera, empleé para ropas de los pobres del departamento de La Caldera que me eligió como tal, sirviendo en lo demás gratuitamente a mi Provincia (diputado, senador concejal, Consejo de Educación, Banco Provincial, etc.).
- Que lo único eterno es la producción del espíritu.
- Haber recibido como herencia de mi padre, el buen nombre, el honor y el ejemplo; y haber sido educado por mi madre en los conceptos cristianos sin alardes.
Texto Extraído de Cornejo, Atilio “Curriculum Vitae”, Publicación del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta, 1984.
BREVE HISTORIA DE LOS APELLIDOS CORNEJO Y MOLLINEDO, GENEALOGÍA Y BIOGRAFÍA FORMAL DEL DR. ATILIO CORNEJO
CORNEJO
Linaje castellano. Tuvo su primitivo solar en el lugar de Cornejo, cuyo nombre tomó de la merindad de Sotocuevas y partido judicial de Villarcayo, Provincia de Burgos. Pasó a Santander y creó nuevas casa en el Valle de Ruesga, del partido judicial de Roncales. (…)
LOS CORNEJO EN EL PERÚ
Este apellido aparece entre los principales y destacados personajes de la historia de la conquista del Perú. Es así como el historiador D. Manuel de Mendiburu recuerda que, Miguel Cornejo, fue uno de los primeros soldados de la conquista, que perteneció a la fuerza que D. Francisco Pizarro condujo a Cajamarca, que se halló en la prisión de Atahualpa, que fue uno de los primeros pobladores de Arequipa, concurriendo a su fundación, avecinándose en dicha Ciudad, y que poseyó regular fortuna e indios de repartimiento.
En su casa de Arequipa, hospedó por algún tiempo a Francisco de Carvajal.
En 1535, cuando el levantamiento general encabezado por el Inca Manco, acompañó a los hermanos del Gobernador Pizarro en el Cuzco.
En 1553 fue Maestre de Campo de Arequipa, y actuó en las batallas de Guarina en 1546, y de Villacuri en 1553, en donde falleció.
JUAN NEPOMUCENO FERNANDEZ CORNEJO Y USANDIVARAS (Abuelo)
Nació el día 16 de mayo de 1817 en Tucumán, hijo de Da. María Josefa de Usandivaras y Figueroa y de D. José Antonino Fernández Cornejo y de la Corte. Falleció el 11 de agosto de 1880 en Salta.
Destacado industrial y hacendado, propietario del Ingenio Azucarero “San Isidro”, ubicado en Campo Santo, Salta; introdujo al país las primeras maquinarias para la industria azucarera. Cofundador del Ingenio San Pedro de Jujuy.
Actuó con distinción como representante de Salta en la Exposición Nacional de Córdoba en 1870. Ocupó una banca en el Senado Provincial en 1875.
Contrajo matrimonio en primeras nupcias con su prima hermana Da. Azucena Aráoz y Usandivaras, fallecida el día 8 de septiembre de 1851. Viudo contrajo matrimonio en segundas nupcias con Da. Hortensia Valdés Gorostiaga, el día 9 de mayo de 1853, nacida en Chuquisaca, Bolivia el 21 de junio de 1832, hija de D. Pedro Valdés y Hoyos y de Da. Nicolasa Josefa de Gorostiaga y Rioja Isasmendi, nacida en Salta en 1803.
Fueron 10 los hijos que concibieron Da. Hortensia Valdés y Gorostiaga y D. Juan Nepomuceno Fernández Cornejo (abuelos). Ellos Fueron:
- Da. María Ignacia Cornejo Valdés
- D. Juan Pedro Adrián F. Cornejo Valdés
- D. Pedro José F. Cornejo Valdés casado con Da. Delia Mollinedo Gurruchaga
- Da. Clara Benigna Cornejo Valdés
- D. Joaquín F. Cornejo Valdés
- Da. Anastasia María Hortensia Cornejo Valdés
- Da. Candelaria Cornejo Valdés
- D. Jorge F. Cornejo Valdés
- D. Nolasco F. Cornejo Valdés
- Da. María del Carmen Cornejo Valdés
D. PEDRO JOSÉ F. CORNEJO VALDÉS (Padre)
Nació en Salta el día 18 de febrero de 1857. Recibió el Santo Bautismo de manos del Obispo D. José Colombres, en la Iglesia de Campo Santo, el día 28 de Septiembre del mismo año, actuando de padrinos, D. Alejandro Figueroa y Da. Benita López Frías.
Falleció el 5 de diciembre de 1937. Se graduó de ingeniero en la Universidad de Buenos Aires en 1880. Integró la Comisión del Ferrocarril Trasandino a Chile. Fue Jefe de Sección Puentes y Caminos de la Dirección Nacional de Vialidad y miembro de la Sociedad Argentina de Ingenieros Civiles de la República Argentina.
Contrajo matrimonio en salta, el día 7 de enero de 1892, con Da. Delia Mollinedo Gurruchaga (madre), nacida el 19 de Febrero de 1875, fallecida el día 3 de marzo de 1963, hija de D. Felipe Mollinedo y Ormaechea y de Da. Delia Gurruchaga Güemes.
Los hijos de D. Pedro José F. Cornejo Valdés y de Da. Delia Mollinedo y Gurruchaga fueron:
- D. Abel F. Cornejo Mollinedo
- D. Arturo José Cornejo Mollinedo
- D. Andrés Cornejo Mollinedo
- Da. Hortensia Eufrasia Cornejo Mollinedo
- D. Pedro José Atilio Cornejo Mollinedo
- D. José Américo Augusto F. Cornejo Mollinedo
- D. José Rafael Cornejo Mollinedo
- Da. Delia Rosa Virginia Cornejo Mollinedo
- Da. Clara Estela Cornejo Mollinedo
- Da. María Candelaria Cornejo Mollinedo
- Da. María del Carmen Cornejo Mollinedo
- Da. Mary Cornejo Mollinedo
- D. Lucio Argentino Cornejo Mollinedo
LOS MOLLINEDO
Da. Delia Mollinedo Gurruchaga fue hija de D. Felipe Mollinedo y Ormaechea y de Da. Delia Gurruchaga Güemes.
D. Felipe Mollinedo fue hijo del coronel D. Eusebio Martínez de Mollinedo y Toledo Pimentel, quien nació en Salta en 1794 y falleció en La Paz, Bolivia, en 1841. El abuelo materno del Dr. Atilio Cornejo, fue primer ayudante del General D. Martín Miguel de Güemes y Ministro de los Gobernadores de Salta, General D. Rudecindo Alvarado y del General D. Juan Antonio Álvarez de Arenales.
LOS GURRUCHAGA Y GÜEMES
Da. Delia Gurruchaga y Güemes, abuela maternadel Dr. Atilio Cornejo, era hija de Da. Amalia Güemes, hija de D. Napoleón Güemes y Goyechea la Corte (hermano del general Martín Miguel de Güemes) y de D. Isaac Nemesio de Gurruchaga, hijo éste último del prócer de la Independencia Argentina, Dr. D. Francisco de Gurruchaga.
Textos extraídos de: Cornejo, Atilio; Saravia Toledo, Rogelio Wenceslao; Ferrary Esquiú Storni, Carlos:Los Fernández Cornejo de Perú a Salta. Artes Gráficas Candil. Bs. As. Ed. Ampliada 2003. Págs. 1, 245, 257, 258, 265, 266, 267, 268.
BIOGRAFÍA FORMAL DEL DR. ATILIO CORNEJO
DR. PEDRO JOSÉ ATILIO CORNEJO MOLLINEDO (ATILIO)
Nació en Salta el día 11 de marzo de 1899. Recibió el Santo Bautismo el 19 de marzo de 1899, actuando de padrinos, D. Rafael Usandivaras y Da. Clara Cornejo de Usandivaras.
Realizó sus estudios primarios en la Escuela Domingo F. Sarmiento y en la Escuela Normal de Varones, ambas de Salta. Egresó del Colegio Nacional de Salta en 1916 con el título de bachiller. Se graduó de abogado el 6 de agosto de 1923 en la Universidad de Buenos Aires.
El único empleo que tuvo fue el de Celador en el Colegio Nacional (en 1915 y 1916) con $40 mensuales; consagrándose al ejercicio de su profesión de Abogado, trabajando primero en sociedad con el Dr. Luis López, (Septiembre 5 de 1923 a Julio 13 de 1928), luego solo (Julio 14 de 1928 a Diciembre 8 de 1930) y después desde Diciembre 9 de 1930 con el Dr. Carlos Serrey hasta 1955. En 1930 la Intervención le ofreció un juzgado y un Ministerio en la Corte de Justicia y en 1932 el Gobernador Aráoz le ofreció el Ministerio de Hacienda, cargos que no aceptó.
Descolló como historiador y genealogista. Fue fundador del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos, miembro de la Academia Nacional de la Historia y del Instituto Güemesiano de Salta.
Autor de innumerables trabajos históricos, jurídicos, geográficos, arqueológicos y genealógicos, entre los que podemos citar, La Propiedad Inmobiliaria en Salta, en la época virreinal; Genealogías de Salta Los Fernández Cornejo, base de las presentes actualizaciones.
Ocupó bancas en las Cámaras de Diputados y Senadores de Salta, fue Vocal del Consejo General de Educación; Miembro Académico de la Academia Americana de la Historia, redactor de la Revista Jurídica y de Ciencias Sociales.
Legó al Gobierno de la Provincia de Salta su importante biblioteca y calificado archivo de documentos coloniales y de otros tipos, los que se encuentran hoy a disposición del público en general y estudiosos, en la Biblioteca que lleva su nombre.
Falleció soltero, el día 3 de abril de 1985
Textos extraídos de: Cornejo, Atilio; Saravia Toledo, Rogelio Wenceslao; Ferrary Esquiú Storni, Carlos: Los Fernández Cornejo de Perú a Salta. Artes Gráficas Candil. Bs. As. Ed. Ampliada 2003.Págs, 275,276.
Cornejo, Atilio: “Curriculum Vitae”. Publicación del Boletín del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos. Salta, 1984.
TÍTULOS
Entre otros títulos, el Dr. Atilio Cornejo fue:
Académico de Número de la Academia Nacional de la Historia (1958)
Presidente del Instituto de San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta y Director de su Boletín junto a M. A. Vergara
Miembro Titular del Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho de Buenos Aires
Académico Correspondiente de la Real Academia de Historia de Madrid (España)
Académico correspondiente de la Academia Peruana de la Historia (Lima, Perú)
Académico Correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia (Asunción)
Miembro Correspondiente del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas (Lima, Perú)
Miembro Correspondiente del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas
Socio Honorario del Instituto Salteño de Cultura Hispánica
Socio Honorario de la Sociedad Argentina de Antropología (Buenos Aires)
Comendador de la Orden del Mérito Civil de España (Madrid)
Caballero de la Orden Militar de Malta (Roma, Italia)
Presidente Honorario de las Jornadas Históricas sobre Güemes (Salta, 1971)
Miembro Correspondiente a la Asociación Sudamericana de Museos (1973)
Asesor de Guías para Investigaciones Históricas en Argentina, Facultad de Historia (Stanford University, Stanford, California, E. E. U. U., 1973)
Miembro Académico de la Academia Americana de la Historia (Buenos Aires, 1923)
Socio Honorario del Rotary Club de Salta (1974)
Miembro de la Asociación Numismática Española (Barcelona, España)
Miembro Correspondiente del Colegio Heráldico de Buenos Aires
CARGOS
Algunos de los cargos que ocupó el Dr. Atilio Cornejo fueron:
Diputado por el Departamento de Rosario de la Frontera a la Honorable Legislatura de Salta (1927-1928) “ad honorem”
Senador por el Departamento de La Poma a la Honorable Legislatura de Salta (1933-1934) “ad honorem”
Senador por el Departamento de La Caldera a la Honorable Legislatura de Salta (1942-1943)
Concejal del Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta (1936-1938), “ad honorem”
Miembro de la Comisión de límites Salta-Jujuy (1935), “ad honorem”
Miembro de la comisión encargada de la preparación de las normas legales de la organización de la Autoridad Minera Provincial y de Procedimiento Minero (1956), “ad honorem”
Redactor de la “Revista Jurídica y de Ciencias Sociales” del Centro de Estudiantes de Derecho de Buenos Aires, 1921
Director de la Revista estudiantil “Gente Menuda”, 1915
Miembro Fundador Titular del Instituto de Investigaciones Histórico Jurídicas de la Facultad de Derecho de Buenos Aires, 1922
PREMIOS
Algunos de sus premios fueron:
1er. Premio en el concurso literario del diario “Tribuna Popular”, Salta 1915
1er. Premio de la Comisión Nacional de Cultura por su libro “Historia de Güemes” (1947)
Premio de la Revista “Todo es Historia” de Buenos Aires (1974)
OBRA
El Dr. Atilio Cornejo fue autor de numerosos libros como así también de prólogos y artículos para diarios, revistas y boletines sobre política, historia y genealogía.
Algunas de sus obras más consultadas son:
“Cuestiones de Derecho de Minería”, Ed. Bs. As., 1942
“Salta” (1821-1860)y “La Cultura salteña”, en Historia de la Nación Argentina, de la Academia Nacional de la Historia. Ed. Bs. As., 1948, Tomo X.
“Salta” (1861-1930), en Historia de la Nación Argentina, Tomo IV, 2ª. Sección (Historia Contemporánea), Ed. Bs. As., 1967.
“Historia de Güemes”, 1ra. Ed. De la Academia Nacional de la Historia, Bs. As., 1945; 2ª. Ed. Salta, 1971.
“Contribución a la historia de la propiedad inmobiliaria de Salta en la época virreinal”, Ed. Salta, 1945.
“Genealogías de Salta. Los Fernández Cornejo”, 1ra. Ed. Salta 1940; 2ª. Ed. Salta, 1972
“Mercedes de tierras y solares. Documentos de Salta en el siglo XVI”(en colaboración con Monseñor Miguel Ángel Vergara), Ed. Salta, 1938.
“Influencia política de Salta en la caída del poder realista”, Ed. Academia Nacional de la Historia, 1945