Por Carlos María Romero Sosa 
            
            
ació en San Carlos de  Calchaquí (Salta) en 1843, hijo del guerrero de la Independencia y político  unitario coronel José Manuel de Sosa y Aramburú y de la educadora Benita  Carrillo y Fernández de Córdoba. 
                          Luego de cursar los primeros  estudios se incorporó a las fuerzas del coronel Anselmo Rojo del que llegó a  ser secretario cuando aquél encabezó la revolución contra el gobernador de  Salta don José María Todd. 
                          Refiere su biógrafo Fernando  R. Figueroa, en el Diccionario Biográfico de Salteños, que mientras Rojo  desempeñaba en 1862 la gobernación provisional de Salta y el coronel Sosa y  Aramburú –su padre- ejercía el cargo de ministro de gobierno,  Sosa Carrillo en su calidad de asistente y  secretario del primer magistrado, tuvo oportunidad de tratar a Sarmiento, a  Mitre, a Alberdi y a otros prohombres de la Organización Nacional.   
                          Salustiano Sosa Carrillo apoyó  la causa mitrista en el NOA y fue una de sus principales figuras. Su nieto, el  historiador Carlos Gregorio Romero Sosa, conservó en Buenos Aires una  fotografía autografiada que el general Bartolomé Mitre remitió a su antepasado acompañada  de una conceptuosa carta donde le llamó “benemérito de la Patria”. 
                          Luego de realizar numerosos  viajes comerciales a Chile, algunos en compañía de su cuñado José Arturo León  Dávalos Isasmendi,  se radicó durante  algún tiempo  en Buenos Aires donde continuó  con las actividades mercantiles. Es tradición que al tomar conocimiento de la  inminente invasión a Salta de Felipe Varela, regresó prontamente a su provincia  para participar junto a su padre y hermanos en la defensa de la ciudad. Organizó  entonces el Batallón “General Güemes” que luchó con heroísmo en los días  previos y en la propia jornada del  10 de  octubre de 1867. Por todo ello el Gobierno Nacional le extendió en 1875 los  despachos de Teniente Coronel de la Guardia Nacional. 
                          Fue uno de los fundadores  del Partido Liberal de Salta y de nuevo en Buenos Aires participó de la  revolución mitrista de 1874 cuando fue tomado prisionero. 
                          Recuperada su  libertad, con Francisco Javier y con Miguel  Ortiz reorganizó el mitrismo salteño y en 1880 ocupó una banca en la  Legislatura. Después    presidió el Consejo Deliberante  de la ciudad de Salta, ocupó eventualmente y en sustitución de su titular el cargo de intendente municipal.
            Fue nuevamente diputado y senador provincial de 1882 a  1898, presidió el Senado tres veces y fue gobernador interino en 1886 y 1888, en  reemplazo de su amigo el gobernador Martín Gabriel de Güemes.   Vicente Osvaldo Cutolo en el tomo VII del  Nuevo Diccionario Biográfico Argentino detalla los años 1886 y 1898 como  aquellos en los que le tocó ejercer el gobierno en forma provisional. 
                          Intervino en la creación del  Banco Provincial de Salta que presidió desde la   la fundación en 1889.
            
                          Previamente, al crearse en  1877 bajo la gestión del gobernador Juan Solá el Consejo Deliberante de la  ciudad de Salta, Don Salustiano Sosa figuró entre los primeros concejales  electos.  
                          Fue convencional para la  reforma de la Constitución Provincial y en 1898 de la Nacional. Ocupó la  presidencia del Consejo de Higiene de la Provincia, cuerpo que tenía como  secretario a Daniel Policarpo Romero. Era firme candidato para ocupar una banca  en el senado de la Nación en los albores del siglo XX cuando discrepancias con  viejos correligionarios lo alejaron de la política. 
                          Empobrecido por la actividad  pública en la que dejó su fortuna, ya que entre otras obras de bien costeó de  su peculio la creación del primer dispensario antivenéreo, ocupó finalmente el  cargo de Vicedirector del Archivo de la Provincia. 
                          Viejo y enfermo se recluyó  en su casa de la calle España 649 y falleció en Córdoba el 22 de noviembre de  1926. 
                          Estaba casado con Celina  Dávalos Isasmendi, hija del doctor José Benjamín Dávalos de Molina, gobernador  constitucional de  Salta desde 1866 y  nieta del coronel Nicolás Severo de Isasmendi, último gobernador español.      
                          Don Salustiano Sosa dejó  inéditas unas memorias de su activad política. Desde joven se interesó por los  estudios históricos y por las tradiciones históricas habiendo trabado vínculo y  brindado valiosos testimonios a Francisco Centeno que lo recuerda en sus  Virutas Históricas y al historiador Ángel Justiniano Carranza. 
                          Su nieto, el profesor Carlos  Gregorio Romero Sosa, redactó una extensa biografía suya cuyos originales se  hallan actualmente en poder de Carlos María Romero Sosa.- 
         
            
             
            Para ampliar información: www.edisalta.ar/2025/SALUSTIANO SOSA (pdf).pdf