ació en la ciudad de Salta el 29 de mayo de 1942.y consecuente con los principios que asumió desde que consagró su vida como apóstol de Cristo llegó a monseñor y Vicario Episcopal para la Educación y la Cultura de la Curia Eclesiástica de Salta.
Este digno prelado de la Iglesia ya como seminarista, delegado parroquial, párroco, capellán en un nosocomio, secretario canciller del Arzobispado, rector del Seminario, asesor de movimientos apostólicos, y delegado arzobispal ante la Universidad Católica estuvo permanentemente comprometido con el amor a Dios , a su prójimo y sediento en encontrar el Corazón Inmaculado de María.
Mucho se dijo en estos días sobre las virtudes piadosas de quien cursó sus estudios de Teología en la Universidad Gregoriana de Roma, de quien presidió la Comisión Judicial de la Arquidiócesis y distinguido como Prelado de Honor del Papa Juan Pablo II.
Dada su trascendencia social monseñor Oscar Mario Moya era requerido permanentemente por el periodismo en la búsqueda de sus atinada opinión sobre distintos aspectos del quehacer ciudadano, de los derechos humanos o de la tan necesaria políticas de solidaridad hacia el más necesitado.
Con esta semblanza ha querido adherirse al duelo provocado ante la muerte de monseñor Oscar Mario Moya quien, con su gran personalidad, dejó plasmado durante su paso por la vida imborrables recuerdos que supo conseguir durante sus 38 años de ministerio pastoral.
A la edad de 62 años y con 38 de ministerio pastoral, dejó de existir un lunes 30 de agosto de 2004 en Pilar, provincia de Buenos Aires.