David Michel Torino |
Por Diego Cornejo Castellanos
n la persona de Don David Michel Torino se conjugaron múltiples facetas y en cada una de ellas dejó su impronta. Poseedor de un temperamento inflexible para consigo mismo y en no pocas ocasiones para con los demás, supo aceptar plenamente cada uno de los desafíos que las circunstancias de su existencia le fueron marcando. A través de su testimonio de vida llegó a constituirse en un referente obligado para la toma de decisiones o emprendimientos de cualquier índole; y a su encuentro acudían hombres pertenecientes a los diversos círculos que frecuentó en busca de consejo u orientación, con la convicción de que su criterio no por reposado en muchas instancias, atenuaba su indómita naturaleza de hombre apasionado.
Cafayate su cuna por excelencia, lo vio nacer un 7 de enero de 1888, en las tierras pertenecientes a sus padres don David Michel y doña Gabriela Torino, ubicadas en finca Tolombón, y tuvo por hermanos a María Luisa, Abel, Julio y Martín.
Pero antes de partir de la tierra de sus afectos, que tantas satisfacciones como desvelos marcarían su existencia, ya en él -quizá sin proponérselo-, aparecían los perfiles más nítidos de su auténtica vocación: el periodismo.
En Salta, Capital, obtuvo su título de bachiller y luego emprendió sus estudios de medicina en Buenos Aires. Encontrándose próximo a culminar su carrera y ante el repentino fallecimiento de su padre, su madre doña Gabriela Torino de Michel lo insta a retornar a Cafayate con el propósito de continuar con las actividades agrícolas iniciadas por su padre; tal actitud era un hecho muy habitual entre las familias de la época para con sus hijos mayores.
Cómo definir a David Michel Torino? A través de la lectura de sus textos, artículos y primordialmente del testimonio de personas que aún viven y acompañaron de manera muy cercana su polifacética trayectoria, es dable inferir que fue un hombre dotado de una clara inteligencia, inquieta a cuantas expresiones humanas encontró al paso en su polémica y dilatada existencia. Supo cabalmente que la vida debía regirse dentro de escalas de valores y jerarquías. Al respecto son coincidentes los juicios recabados respecto a su sólida formación intelectual, su innata predisposición al diálogo; de igual modo que su temperamento fue vehemente y en múltiples instancias inflexible. Un aspecto de la figura de don David, tal vez haya pasado desapercibido para muchos, opacado por su trayectoria y fuerte personalidad.
Fotografía tomada en su celda en Villa las Rosas (gentileza Nestor Salvador Quintana)
Desempeñó funciones tales como la de legislador provincial durante los años 1918/1922 y 1932/1936, respectivamente, presidente de la Bolsa de Comercio de Salta por espacio de quince años y del Club Gimnasia y Tiro de Salta durante veintiocho años consecutivos, escribió durante su presidio el libro: "Desde mi celda, historia de una infamia".
Su acción empresaria le posibilitó consolidar una apreciable fortuna, al constituir junto con sus hermanos la firma vitivinícola Michel Torino Hnos. Pero su pasión innata fue sin duda alguna el periodismo, a la par de su temprana y firme militancia política en las filas del Partido Radical. En 1920, gobernaba la Argentina el caudillo radical don Hipólito Irigoyen, mientras que en Salta había sido electo gobernador el doctor Joaquín Castellanos. Luego de haber sido uno de los redactores del diario "El Cívico", Michel Torino junto con seis amigos se asociaron para fundar el 17 de abril de 1920, el diario"Cívico Intransigente". Lo acompañaron en esa patriada don Pablo Saravia, Luis Diez, David M. Saravia, Francisco F. Sosa y Carlos Outes. Desde sus inicios por expresa decisión de sus propietarios se determinó que esta flamante expresión de pensamiento no aceptase avisos subvencionados por gobierno alguno, y de esa manera poder contar con la más absoluta libertad de pensamiento; así lo evocaba uno de sus colaboradores el periodista Néstor Salvador Quintana.
Transcurrían los años y el diario iba proyectándose más allá de las fronteras provinciales. Sus artículos, editoriales, la cobertura de sucesos de carácter internacional, sus secciones culturales y deportivas, se transformaron en una trinchera de oposición frente a otros diarios de gran envergadura de nuestra provincia, que rivalizaron durante la década del 30 y 40 con los de tendencia conservadora, los cuales también contaban no sólo con mayor antigüedad en Salta, sino con equipos de directores y periodistas dotados de gran solvencia profesional. "Don David como periodista era infatigable -rememora Andrés Mendieta (h)-, poseía una memoria encomiable que le permitía dictar notas sobre distintos asuntos a cuatro o cinco personas a la vez, sin por ello perder la hilación de los temas: política, sucesos internacionales, asuntos económicos, deportes".
Junto a los miembros de la SIP y su sobrino David Michel Torino ante la tumba de George Washington - 1956
Producidos los sucesos que desembocaron en la Revolución del 4 de junio de 1943, la Argentina inició una nueva etapa, en la cual, tanto el diario, el director y su familia sufrirían duros embates por parte del gobierno encabezado por el General Juan Domingo Perón. Esta etapa que se inició en diciembre de 1949 con el cierre de "El Intransigente", la confiscación de los bienes de la familia Michel Torino y el encarcelamiento de don David durante tres años. A partir de allí nace clandestinamente el "Boletín de El Intransigente" impreso en mimeógrafo. Esta fue la herramienta más férrea e inclaudicable a través de la cual se le asestó si miramientos el pensamiento de la oposición por entonces acallada.
De aquel ciclo histórico complejo vivido en nuestro país, resulta digno destacar el espíritu de lucha puesto de manifiesto por el Director del diario, y su grupo de estrechos colaboradores, que causó una inusitada repercusión en ámbitos tanto del quehacer nacional como internacional por los incidentes acontecidos en nuestro país, que le valieron a David Michel Torino, cuando se encontraba aún detenido, el reconocimiento de la Sociedad Interamericana de Prensa, la cual en su Asamblea Anual reunida en México en 1953 lo distinguió con el premio "María Moors Cabot" de los Estados Unidos de América, siendo acreedor a su vez del galardón "Severo Vaccaro" correspondiente a su actividad como Director de "El Intransigente".
"Su concepción liberal de la política lo alejó de sus prácticas religiosas..." recuerda el padre Escobar Saravia. "... no podría definirlo como un agnóstico, pero si un indiferente ante las cuestiones ligadas a la fe, este modo de concebir la vida y a los miembros de la Iglesia, es lo que en más de una oportunidad produjo enfrentamientos con la figura de Monseñor Tavella". Continuando su relato , Escobar Saravia narra que desde niño conocía a don David por la amistad que lo unió con su padre. Ordenado sacerdote lo siguió frecuentando porque su figura lo atraía particularmente.
Su afecto y sensibilidad entregado a propios y extraños, le valió la admiración de Monseñor José Tavella, quien días previos a su muerte cuando lo visitó en su lecho de enfermo dijo: "Pese a nuestras diferencias debo reconocer que ante todo don David fue un hombre de bien", según el testimonio del padre Carlos Escobar Saravia, quien fue el gestor de aquel último encuentro.
Conociendo el estado de gravedad de su viejo amigo y luego de haber generado el encuentro entre aquellos antiguos adversarios el arzobispo Tavella y Michel Torino, dos o tres días antes de su fallecimiento, el sacerdote le planteó sin titubeos: "Bueno don David ...¿Usted estaría dispuesto a recibir los sacramentos y la Santa Comunión?. Para sorpresa del prelado el enfermó contestó afirmativamente y habiendo recibido los santos óleos falleció en paz el 17 de junio de 1960.