Historia de Salta |
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La epidemia del cólera en Salta - 1886 |
Por Andrés Mendieta
En noviembre de 1886 estalló la epidemia del cólera en diferentes estados argentinos. La provincia de Salta no estuvo ajena a soportar este flagelo, enfermedad infecciosa grave endémica que apareció en la legendaria India, cuyos primeros síntomas son la diarrea y la pérdida de líquidos y sales minerales en la excreción, vómitos, sed intensa, calambres musculares, y en otras ocasiones, fallo circulatorio. La única forma de contagio de este mal es a través del agua y los alimentos contaminados por deposición (en las que se encuentra la bacteria) de enfermos de cólera.Quienes fueron los portadores de esta enfermedad en el norte argentino fueron los efectivos del Regimiento de Caballería de Línea 5 – hoy Regimiento de Caballería Ligera "General Güemes"- quienes se trasladaban en tren procedente de Rosario con destino al chaco salteño. Al llegar el convoy a Córdoba el flagelo también hizo padecer de su tragedia a la población mediterránea. Es entonces que el gobernador tucumano Juan Posse acordó con sus colegas de Santiago del Estero, Absalón Rojas, y el de Catamarca, Silvano Daza, establecer un cordón sanitario en El Recreo para que atajara el ferrocarril para ponerlos a los pasajeros en cuarentena y fumigar la correspondencia. Desgraciadamente esta inquietud no se llevó a cabo por una fuerte presión del gobierno nacional. En el tren ya venían coléricos y a comienzos de noviembre de 1886 se registran los primeros infectados en Tucumán azote que provocó la muerte de 3.500 víctimas, sobre una población de 172.500 habitantes.
No puedo dejar a un lado de una breve historia del Regimiento 5 de Caballería de Línea 5 que había nacido en 1806 bajo el nombre de los "Húsares del Rey" y después de 1810 se lo conoció como "Húsares de la Patria" o "Patricios". Después de numerosas campañas y combates se ordenó su desplazamiento a la frontera chaco-salteña que en ese entonces era San José de Metán. Es allí donde aparece la primera víctima. Se trataba de una vendedora ambulante que había ingresado al lugar donde acampaban los soldados del Regimiento de Caballería de Línea 5 para vender empanadas.
La provincia de Salta era gobernada por doctor Martín Gabriel Güemes - nieto del general Güemes -, quien se graduó como abogado en solo tres años y, posteriormente, presentó su tesis para optar el grado de doctor en jurisprudencia en la Universidad Nacional de Buenos Aires, cuando contaba con 22 años de edad. Siendo senador nacional por su capacidad su nombre se insinuaba para integrar la fórmula presidencial con el doctor Ramón J. Cárcano, para suceder a Juárez Celman.
El primer caso de contagio ajeno a los efectivos del regimiento que venían ya coléricos conmovió a toda la población no tan solo de la capital sino también de punta a punta de la provincia. Se ordenaron cordones sanitarios con el objeto de evitar la propagación del flagelo y facultando al gobierno para asumir todas las prevenciones y poner a la ciudad en las mejores condiciones de higiene, tarea que fue ardua en razón de los barriales que mostraban sus calles y aguas servidas que se desplazaban en diversos sectores, elementos contaminantes para la enfermedad.
Para cumplir con las tareas de limpieza se afectó a la Guardia Nacional de la Capital; se estableció un severo control en la venta de agua y de leche y, como así, en la creación en la Oficina Química Provincial bajo la dirección del doctor Joaquín Guasch, doctorado en Química y Ciencias Naturales en Barcelona y París. Por otra parte, el Estado dispuso organizar una Junta de Sanidad que estaba integrada por los doctores José Hilario Tedín, Pedro José Frías y Sydney Tamayo quienes tenían la responsabilidad de la esterilización anticolérica. A Río Piedras se le asignó el lugar para la cuarentena siendo responsables de esta guarda al coronel Marcelino Sierra y los doctores Carlos Costas y Juan Pablo Arias.
Tanto en Metán como en Campo Santo se ocupó en trabajar el Dr. Manuel Mauricio W. Serrey enviado por el gobernador Güemes, mientras que el presidente del Consejo Nacional de Higiene se fugó a los Valles Calchaquíes.
No se descuidó para el contralor de las diferentes obras de higiene y salubridad la designación de médicos inspectores; ingenieros para las tareas nivelación y desagües; inspectores por manzanas y administradores en los partidos de Lagunilla, La Isla, La Quesera, Cobos, La Cruz, Las Higuerillas, El Chamical y Noques. En Rosario de la Frontera se nombró un médico al igual que en Rosario de Lerma y en el Departamento de Rivadavia.
Entre el centenar de nombres que figuran participando en resguardar la salud de la población encontramos un nombre que no deja de llamar la atención. Se trata de don Romualdo Alejandro Mora –padre de la destacada escultora Dolores (Lola) Mora de Hernández- quien por decreto debió ejercer las funciones de Sargento Mayor Jefe del Cordón Sanitario en El Tala.
Durante el desarrollo del azote del cólera en Salta sobre una población de 121.900 habitantes esparcidos en distintos departamentos de la provincia el mal atacó a 3.566 personas, de las cuales fallecieron 1.341. Entre las primeras víctimas figuran las religiosas del Colegio de Jesús Madre Dolores de la Concepción Torena y la Hermana Eloisa Diez Gómez, fallecieron en un intervalo de sólo veinticuatro horas.
Entre el 29 de enero y el 2 de febrero de 1887 se reconocieron cincuenta enfermos diarios y el 30 de enero de ese mismo año murieron como consecuencia del cólera treinta vecinos. El interior no estuvo ausente de la tragedia. Por ejemplo, en Cafayate dejaron de existir 72 habitantes; en Guachipas 117; en San Carlos más de 100; en Cachi 63 y en Metán 125.
Los tiempos han evolucionado y en algún caso se ha retrocedido por la falta de trabajo, la desocupación y el crecimiento de la pobreza a raíz de este último son muchas las familias que recogen sus alimentos en los basurales y beben aguas infectadas. En una palabra no están ajenas de contraer cualquier enfermedad infecciosa.