CAPÍTULO 11
Partidos políticos minoritarios

a) Un recuerdo para los anarquistas salteños

Es muy particular, en nuestra provincia, la historia de los primeros anarquistas nominados, en lenguaje oficial, libertarios, ákratas y / o maximalistas, términos empleados para descalificar a todo el que cuestionara el orden establecido. El editorial del  diario local decía al respecto:

"La inmigración amplia y sin restricciones [...] nos ha traído, en buen número, los representantes y propagandistas de todas las sectas ákratas de la tierra. Es muy natural que los trabajos de zapa de estas sectas libertarias se dirijan con preferencia al Ejército para minar la fuerza llamada a repeler sus desmanes".1

Clásica reunión familiar de inmigrantes italianos. Arriba, "Solcito" Corbella (2° a la izquierda), anarquista y Secretario del Club Libertad en 1921. Sentado a la derecha José Azplanato, vicepresidente del Club Libertad en 1922. Material del Club de Pesca Salta.

Los anarquistas salteños se esforzaron por educar y organizar a los trabajadores sin emplear la violencia como método de lucha. Para evitar las medidas represivas consiguieron un espacio de acción ideológica a través de la fundación, en 1901, del Club Libertad.

Sobre las actividades de los anarquistas nos informa Miguel Ángel Durán, veterano dirigente del Club Libertad:

Pregunta: ¿Cómo nació el Club Libertad?

Miguel Ángel: El Club se levantó en la zona del actual Paseo Güemes que por aquellos años eran los confines de la ciudad donde sólo existía una que otra casa antigua y ranchos con animales de corral. Era una zona llena de lagunas y totoras por el agua que manaba del cerro. Ahí se cortaba la ciudad porque estaba la "Zanja blanca", hoy avenida Virrey Toledo. Por eso el Club tuvo su primera cancha de fútbol en lo que es hoy La Palúdica, que es el edificio mas viejo de la zona construido entre 1923 y 1930.

Pregunta: ¿Quiénes lo fundaron y cuáles fueron sus objetivos?

Miguel Ángel: Por esos años había un grupo de jóvenes que jugaban fútbol y decidieron fundar un club para reunirse y organizarse, no sólo por el deporte, sino con un objetivo político, ideológico y de reivindicación social. En fin una asociación de lucha para alcanzar mejoras reales en una sociedad dominada por los "orejudos". Estaba constituido por gente humilde, trabajadores de distintas ramas: artesanos y obreros. El Club nació en el aserradero de los hermanos Duran, allí se hicieron las primeras reuniones. Los fundadores tenían una orientación política libertaria, eran anarquistas. Se los reconocía como vecinos tranquilos solidarios y respetuosos que jamás bajaron la bandera de las reivindicaciones sociales. Este grupo de gente encabezada por el comerciante Bernardo Alanís, decidió fundar un club de fútbol -toda una novedad para Salta.

Los activos anarquistas vieron peligrar su iniciativa pues la aparición del Club provocó revuelo y sospecha en toda Salta. La reacción de miembros del grupo dominante no se hizo esperar. Vecinos caracterizados como Manuel Anzoátegui y Victorino de la Vega se presentaron en las primeras reuniones con la manifiesta intención de copar la iniciativa y convertirse en los dirigentes del naciente nucleamiento. Los socios fundadores lograron parar el golpe con decisión y rapidez. Convocaron a reunión, nueve días antes de la fecha prevista para la elección de la comisión directiva y eligieron presidente a Bernardo Alanís. Anzoátegui quería que se dijera: "Bueno, aquí está el doctor, que sea el presidente". Los anarquistas no querían que vinieran los señores a despolitizar y a llevarlos de la nariz. De este modo los que pretendieron copar la institución no pudieron modificar los resultados de la elección. Se retiraron elegantemente y decidieron fundar otro club, Gimnasia y Tiro que surgió el 29 de noviembre de 1902. Se instaló en la zona de influencia del "Libertad" y Manuel Anzoátegui fue su presidente vitalicio.

Los del club Gimnasia y Tiro tenían dinero y contaban con el apoyo del gobierno, que los benefició donándoles los terrenos del viejo Polígono de Tiro. Acapararon casi toda la actividad deportiva y lograron supremacía sobre clubes populares, aparecidos más tarde como Federación y Juventud.

Pregunta: ¿Cómo se manifestó en el Club Libertad la actividad política y social de los anarquistas?

Miguel Ángel: Libertad es el club más antiguo del Noroeste. El séptimo en Argentina y el noveno en América del Sur. En él no sólo se jugaba. Coherentes con su ideología, los socios se reunían para hablar de la situación político-social, planificar futuras actividades, concientizar al obrero e inculcarles principios solidarios. Los obreros se integraban en brigadas por oficio. Estaban casi sindicalizados en el Club. La Brigada de pintores era la más importante por ser mano de obra altamente calificada. No cualquiera podía ser pintor. En esas reuniones se comentaban problemas de trabajo, los precios que debían cobrarse y también intercambiaban secretos del oficio. Sin sede propia, alquilaba donde podía, continuó siendo un club pobre pero jamás abandonó sus ideales. Incluso en las actas, sus miembros se denominan "camaradas". Ahí aflora la esencia política de sus fundadores.2

Don Felipe Eduardo, cuyo testimonio conocemos, recuerda con admiración y respeto a los anarquistas del Club Libertad.

Pregunta: Don Felipe, recuerda usted las andanzas de los anarquistas en Salta?

Felipe Eduardo: Sí... ¡cómo no!.. Yo recuerdo a Riera, Cardozo, el gallego Lara y los hermanos Duran que eran pintores. El Club Libertad tiene su origen en esa gente así. Esos eran hombres de pensamiento, señores tipos. Vaya usted a discutir de política con uno de ésos. Para lograr fundar un Club así ellos ponían de pantalla el fútbol. Pero ellos eran comunistas.

Pregunta: Para usted comunistas y anarquistas ¿son lo mismo?

Felipe: Sí, son lo mismo. Sólo que se llamaban anarquistas hasta la tragedia de Sacco y Vanzetti ¿no? Y después ya era más profundo, más rebelde con la oligarquía. Ya han venío los comunistas y después ya han venío los más livianos los socialistas.

Pregunta: ¿Usted los conoció personalmente a esos dirigentes?

Felipe: Sí... a los anarquistas del Libertad los he conocío y he hablao con ellos.

Pregunta: ¿Difundían sus ideas en forma clandestina o a cara descubierta?

Felipe: En forma clandestina. Ellos por ejemplo hacían obras. Han empezao a reclutar algunos albañiles, han empezao a pagarles algunos pesitos más, les enseñaban a manejar la cuchara, a pintar, a losear y con eso iban mejorando y ascendían en el oficio. Todos los albañiles y pintores de Salta eran del Libertad. En esa casa en que hoy funciona el Museo de la Ciudad solía ser el centro de las reuniones porque ahí vivía el presidente del Libertad que era el zapatero Don José Azplanato. Claro... ellos decían que el Club era de fútbol y tenían que tener su presidente, secretario, tesorero y vocales y entre ellos se trataban de camaradas. Solían reunirse en el patio de esa casa. Todo el patio estaba lleno de pencas, tachos de cal, de pintura, argamasa -en fin todo lo que usan los albañiles. Todos los pintores y albañiles hablaban ahí sus cosas y allí los buscaba la gente para contratarlos para trabajar. Porque eran buenos pintores y empapeladores, le diré, eran excelentes profesionales.3

El profesor don Vicente, de 75 años, dirigente del Partido Socialista de Salta que murió a los pocos meses de dialogar con nosotras, refiriéndose a los anarquistas decía:

Vicente: Los anarquistas eran demasiado idealistas, eran flores de tipos, flores de amigos, pero eran contrarios  a todo y a la religión también. A los hijos les ponían nombres como Libertad, Justicia, Armonía.4

El panadero Riera, anarquista y bohemio

Romance de don Juan Riera
doblado en sus manos blancas
divide la flor del trigo
como quien reparte el alma
                         Manuel Castilla5

Riera, el más recordado de los viejos anarquistas; nació en España y llegó a nuestra ciudad huyendo de la gran masacre colectiva de 1914. Recaló en San Miguel de Tucumán donde se ganaba la vida como vendedor callejero de masas y confites. En esos quehaceres lo sorprendió la propaganda de "Huaytiquina, paga". Dejó Tucumán y se vino a trabajar de carpintero en la extensión ferroviaria a Socompa.

En esos andares no abandonó el oficio de panadero, hacía pan, masas y confites para vender entre la gente del lugar. Fiel a su militancia anarquista luchó por sindicalizar a los obreros. Tal empeño le costó su trabajo en el ferrocarril. Su profesión independiente le permitió radicarse en Salta, donde se casó con doña Augusta Cavalleroni y nacieron sus nueve hijos.

Con la ayuda de su mujer retomó el oficio de panadero y confitero. En su local se relacionó con obreros, artesanos, empleadas domésticas, vendedores ambulantes, pequeños comerciantes, empleados estatales, todos y cada uno de ellos le comentaban sus problemas de trabajo: malos tratos, abusos, falta de pago y falta de trabajo. Sensible a las dificultades de sus clientes y fiel a sus principios anarquistas decidió unirlos en un gremio. Fruto de sus desvelos fue la fundación, en 1923 del Sindicato de Oficios Varios. Su militancia sindical y su "peligrosa ideología ákrata" lo marcaron como una amenaza para la paz social.

Al producirse, en 1930, el cuartelazo de Uriburu, se fugó a Bolivia para salvar su vida. Pasado el peligro regresó a Salta donde continuó con su actividad gremial y su labor de panadero. Sus hijos mayores se convirtieron en sus ayudantes y son conocidos en las barriadas por su especialidad, el pan cacho, pan preferido por los inmigrantes.

El escritor Juan Ahuerma, relata una anécdota que lo "pinta" de cuerpo entero:

"Don Juan, incansable trabajador, aprovecha que llega setiembre y las fiestas del Milagro y decide instalar en la plaza 9 de Julio una mesa para vender biscochuelo, al igual que tantos otros. Pero, ¡oh coincidencia!, las autoridades municipales sacan en el mismo momento una ordenanza prohibiendo toda venta callejera, a no ser las inocentes e infaltables cédulas6. Nada es derrota para don Riera. La necesidad, que agudiza el ingenio, le hace improvisar una salida excepcional: sin perder tiempo hace un cartel con la siguiente leyenda: "IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA LIBERTAD", se coloca en un brazo la banda papal y en el otro los colores anarquistas y vende cédulas como cualquier creyente. Los premios: una porción de biscochuelo"7

Con tiempo y trabajo Riera prosperó y su panadería se convirtió en centro de reunión de la bohemia salteña. Por allí pasaron músicos y poetas de la talla de Castilla, Leguizamón, Jaime Dávalos, Espinosa, Saluzzi, Vilariño, y hasta el gran poeta español León Felipe.

Don Ermes, clase 1931, hijo del dirigente anarquista, recuerda a su padre:

Pregunta: ¿Usted se acuerda de las actividades políticas y sindicales de su padre?

Ermes: Me acuerdo que yo era chico, como de cinco años y en una representación en el Teatro Alberdi mi papá se puso a cantar la canción "Hijos del pueblo", la letra no la olvidaré nunca. Decía: "Hijo del pueblo / te oprimen cadenas / pero esa injusticia / no puede seguir. Los proletarios luchan / contra la burguesía / y antes que esclavos / prefieren morir. Levántate, pueblo leal / al grito de revolución social- reivindicación hay que exigir / sólo la unión lo podrá / chancho burgués, ¡atrás, atrás!" Logra cantar esas estrofas y de inmediato hicieron parar la función, pero él siguió cantando. Al otro día la policía lo fue a buscar a mi casa. Vivíamos frente a los cuarteles y toda esa zona estaba llena de villas. Lo tuvieron cuatro días preso.

De 1930 al 32 fueron los peores años de mi padre por el golpe militar. Uriburu lo hacía correr a mi tata por todos lados. Se fugó. Como él había trabajado en el Huaytiquina, se escondió en el boliche de otro español que era afín al anarquismo, don Juan González, en Puerta de Tastil Entonces se enfermó su hijo Ermes, -que se llamaba como yo- y mi mamá lo hizo llamar. El vino escondido pero mi hermanito murió. Esa fue una las mayores penas de mi padre hasta el fin de sus días. Después se escapó de nuevo a los montes de Bolivia, entonces empezó la Guerra del Chaco, entre Bolivia y Paraguay y tuvo que volverse de ahí porque andaba sin documentos, fugado. Si lo encontraban los bolivianos lo fusilaban, si lo encontraban los paraguayos también y aquí si lo agarraban los uriburistas lo liquidaban. Al fin se vino hasta Ledesma en una zorra, disfrazado de ferroviario, con un uniforme y gorra que le dieron los empleados del ferrocarril que lo conocían desde el tiempo del Huaytiquina. Se vino con otros dos anarquistas que también se habían fugado.

Pregunta: ¿Recuerda los nombres de otros militantes y amigos de su padre?

Ermes: Yo me acuerdo de Nicolás Moskalenko que era panadero y comunista de Ledesma. Manuel Aliaga, simpatizante anarquista de Tartagal. Andrés Castillo un simpatizante anarquista de Salta. No eran militantes, eran afines a las ideas, nada más. También me acuerdo de gentes que se arrimaron al Sindicato de Oficios Varios como el español Juan Arocena, dueño de un café frente al mercado; el mimbrero Colque; el panadero Linares; el señor Iramaín dueño de un almacén; un afilador que le decían el "Andaluz"; don Baños puestero del Mercado San Miguel que tenía un pariente preso en Martín García por sus ideas; Ariel Martínez, mecánico; Enrique Freyres, carpintero; Francisco Reyes, pintor de "brocha gorda" cantante tenor y José Marcens, español anarquista, era un productor hortícola muy conocido en el Mercado San Miguel y que después se fue a pelear en la Guerra Civil Española.

En el Sindicato de Oficios Varios el asunto era inorgánico, se reunían en cualquier lado, como Dios los ayudaba. Por el año 1928, aproximadamente, surgió el Sindicato de Obreros Panaderos como un desmembramiento del de oficios varios. Pero era de la línea del papá, afiliado a nivel nacional a la FORA de orientación anarquista. Fue el golpe de Uriburu el que le dio el golpe final al Sindicato.8

b) El Partido Comunista en Salta

En 1936 el dirigente comunista de Buenos Aires, Rufino Gómez, fue enviado a Salta con el objeto de organizar a los obreros y al Partido Comunista. La prensa local hace constante referencia a los militantes de esta ideología considerada enemiga de la patria. La reglamentación anticomunista que imperó en toda la década del '30, era comentada por el diario "La Provincia" bajo el título "Represión al Comunismo":

"La reglamentación significa evitar los avances sobre lo nuestro y la licencia, la agresión y la intolerancia que provocan las ideologías exaltadas y exóticas de los enemigos de nuestra nacionalidad. El patriotismo de sus hijos honra a nuestra provincia. Todo este enorme y precioso patrimonio material y espiritual amasado bajo la tríada ‘Dios, Patria y Hogar, cimiento de nuestra tradición’, está en peligro de malograrse por las agresiones solapadas de los insatisfechos de la justicia social que desean el desorden y la anarquía".9

El comunismo en Salta se organiza tardíamente como partido pero su ideología se había extendido entre los obreros de la construcción. Uno de los primeros dirigentes comunistas fue Juan Benachio, quien recuerda aquellos primeros años de militancia en la Salta visceralmente católica, conservadora y anticomunista.

El dirigente del Partido Comunista local y miembro fundador de la Asamblea por los Derechos Humanos en Salta, don Juan, de 74 años, nos relata la historia de su partido:

Pregunta: ¿Desde cuándo podemos hablar de comunismo en Salta?

Juan: Durante la presidencia de Justo, Luis Patrón Costas gobernaba en Salta (1936-1940). En 1936, con motivo de una huelga nacional, vinieron a nuestra ciudad dos destacados dirigentes comunistas. Uno de ellos pertenecía a la dirección nacional del movimiento obrero y del Partido Comunista. Su misión era organizar la huelga nacional en el norte. Este dirigente fue al ingenio El Tabacal y ayudó a los obreros zafreros a elaborar un petitorio. Como el mismo fue rechazado, los obreros hicieron una protesta activa que fue violentamente reprimida por la policía y hubo muertos y heridos. El padre de César Isella (conocido artista salteño) fue uno de los policías presentes y me lo contó. La huelga nacional fue muy grande y estuvieron a la cabeza los comunistas, anarquistas y un sector de los socialistas. El otro sector del socialismo traicionó al movimiento obrero y pasó a colaborar con Justo9b. El gobernador de Salta, Luis Patrón Costas, respondió a los hechos presentando un proyecto a la Cámara de Diputados de la provincia, para prohibir toda actividad comunista en Salta, con largas consideraciones.

Yo tenía guardado el cuaderno donde estaba el acta de fundación del partido. Ahí figuraban veintidós personas como fundadoras del partido en Salta. Pero, en uno de los tantos allanamientos me lo quitaron. De esas veintidós personas el único que queda con vida es el albañil Nicolás Ríos.

El partido recién se funda oficialmente en 1944. Pero habían comunistas ya desde la década del '30. En esos años, al comenzar la Década Infame, se desencadenan en el país grandes luchas obreras y por la democracia. Los gremios más importantes a nivel nacional eran los de frigoríficos y petroleros y ahí tenemos dos nombres de dirigentes de los frigoríficos: Gerónimo Álvarez, que se convirtió en el secretario del Partido Comunista Argentino y el de José Peter. Después de las grandes huelgas, ellos fueron detenidos, torturados y mandados a Ushuaia. La FONC (Federación Obrera de la Construcción) la dirigían comunistas como Chiarante, Rubén Iscaro, Ángel Ortelli, Burgos y otros. En la FONC estaban: carpinteros, mosaiqueros, ladrilleros, albañiles, pintores, electricistas, madereros. Era el más poderoso de los gremios.

En 1944 se funda, con la presencia de los dirigentes nacionales de la FONC, el Partido Comunista de Salta. Entre los fundadores salteños estaban: Nicolás Ríos, Justiniano Sotomayor, obrero de vialidad, ¡flor de compañero!, Daniel Pantoja de la construcción, Masa, que tenía un negocio de ferretería, Juan Lucio Oviedo, zapatero de extracción anarquista, un grupo grande de ladrilleros eran evangelistas-comunistas, porque sostenían que "Cristo había sido el primer comunista" y que los principios del partido coincidían con su fe y el Evangelio. A ellos la ciencia y la filosofía, les importaba "un corno". A ellos sólo les interesaba ese aspecto del comunismo. A este grupo de comunistas evangelistas pertenecían entre otros, los hermanos Vera, Hilario Sánchez y Pedro Ayma. Dentro de la rudeza de su oficio, estos evangelistas comunistas eran muy educaditos, eran abstemios y eso era una ventaja porque la mayoría de los obreros de la construcción eran muy borrachos.

Pregunta: -¿Cómo fue posible el nacimiento del Partido Comunista en un medio tan hostil?

Juan: Acá los conservadores prohibían y reprimían nuestras actividades pero, ya en 1944, con Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión, impulsó las organizaciones sindicales, con vistas a liderarlas. Aprovechando esta coyuntura, ese corto período anterior a su presidencia, en el que dio amplia libertad a los gremios, los comunistas le metieron a fondo. Pero después del 17 de octubre, él se sintió dueño del movimiento obrero y, una vez electo presidente consolida el sindicalismo peronista asociado al Estado, a través de su liderazgo, por supuesto.

Pregunta: ¿Cuándo triunfa el peronismo, qué ocurrió con los dirigentes comunistas del gremio de la construcción?

Juan: Perón creó la Unión Obrera de la Construcción y los comunistas tuvieron que disolver la FONC y con hondo sentimiento debieron incorporarse a los sindicatos peronistas. Estos tenían que ser peronistas para que el ministerio les diera la personería jurídica. Por eso los comunistas tuvimos que disolver los sindicatos, porque era perjudicial para los obreros. No había ninguna solución. Todas nuestras peticiones no eran atendidas porque eran sindicatos no reconocidos por el gobierno. Perón quería por todos los medios impedir la lucha de clases y lo consiguió de dos maneras: l) llegando a un acuerdo con la burguesía y los grandes capitalistas de hacer concesiones sociales y económicas a los trabajadores, planteándoles que de este modo, él podía eliminar la influencia del comunismo en el movimiento obrero y 2) estatizando a las organizaciones sindicales a través del otorgamiento de la personería jurídica, siempre y cuando esos sindicatos aceptaran a Perón como líder de los trabajadores. Ambas cosas chocaban con los programas, el proyecto y la ideología que sostenía el Partido Comunista. En el transcurso del gobierno peronista, ellos lograron todos sus objetivos obligando al Partido Comunista a disolver los gremios que había creado el partido en tantos años de lucha.

Pregunta:¿Los militantes de su Partido sufrieron en Salta persecuciones durante el régimen peronista?

Juan: Durante el peronismo se formó lo que Codovilla llamó la ‘santísima trinidad anticomunista’, representada por tres elementos: jerarcas sindicales, patrones y aparato represivo contra los comunistas. Te echaban del sindicato y del trabajo. Para no indemnizarte, la policía te detenía, los patrones te echaban por no presentarte al trabajo y por tener antecedentes policiales. Así te borraban del trabajo y del gremio.

Yo y otros militantes comunistas de Salta, sufrimos muchas persecuciones y cárceles en esos años.10

c) Avatares del Partido Socialista en Salta

Según el veterano dirigente socialista don Amalio Vargas, el Partido Socialista en Salta había sido fundado en 1925, por un grupo de idealistas que soñaban con una sociedad más justa. A pesar de la fecha oficial de fundación, encontramos en los diarios noticias sobre las andanzas de los socialistas en las primeras décadas del siglo XX. Al parecer sus primeras apariciones públicas, no despertaron alarma sino más bien curiosidad y algunas tímidas adhesiones. En 1919 sus dirigentes Juan José Sequeira y Gregorio Pintos anunciaron la reorganización del Centro Socialista de Salta en su local de calle Libertad 406. Hablar de reorganización y local propio implica que ya estaban organizados con anterioridad. Para esta ocasión convocaron a la primera conferencia pública en la Plaza 9 de julio con el fin de explicar los principios y medios de lucha de su partido. El periodista acotaba que:

"Dada las simpatías que goza entre el elemento obrero, no dudamos que tendrá un éxito halagador. Por nuestra parte encontramos muy saludable la propagación de las ideas culturales que son las que conforman el partido que nos ocupa, las que han de resultar buenas para los trabajadores en especial modo".11

Consideramos que los socialistas pudieron manifestarse públicamente por  estar al frente del P.E. salteño el Dr. Castellanos, quien simpatizaba con sus ideales. Con motivo del centenario de la muerte del general Güemes, el gobernador envió a los partidos políticos y centros de opinión socialistas invitación para:

"[...] asociarse al homenaje que se tributa al primer argentino que se especializó en el esfuerzo por la dignificación de las clases populares".12

Ante el rumor de la división del socialismo a nivel nacional dado a conocer por los diarios locales,. Pinto envió una carta aclaratoria para desmentir tal rumor y vaticinar que:

"[...] todo se reduce a mi juicio, a manifestaciones exteriorizadas estos días, por algunos ex socialistas argentinos [...] Y ante el triunfo incontrarrestable de nuestro partido, se irán sumando los hijos pródigos que silenciosamente retornan a la casa materna".13

Entre los partidos políticos que actuaron en la década de los años '30 figuran los partidos Demócrata Nacional, el Radical (que como siempre, en las elecciones se presentaba dividido en facciones) y el Socialista que contaba con pocos adherentes. Fue un triunfo digno de destacarse cuando, este pequeño partido logró un puesto en el Consejo Deliberante en las elecciones municipales de 1935, gracias a la abstención de los radicales en los comicios. Toda una hazaña si tenemos en cuenta el contexto político nacional y las particularidades de la historia local.

Ya en esos años los dirigentes socialistas, sindicados como peligrosos enemigos del orden social eran Quintín Conde y Ramón Cardozo, conocido propietario de una imprenta y librería que dedicaba sus horas libres y su dinero a editar obras de poetas salteños. Otros "subversivos" fueron Salomón Yazlle, antiguo y conocido comerciante del medio y Tomás Ortiz a quien el diario local calificara en sus notas "como genuino representante de la clase obrera de Salta.

El local del partido estaba ubicado en la calle Martín Miguel de Güemes 840 y sus integrantes dedicaban tiempo y esfuerzo a realizar docencia entre los grupos de artesanos y trabajadores. En la comunidad era respetados por sus conocimientos y capacidad para analizar las realidades políticas y sociales. Es preciso recordar que en el contexto del país el golpe del '30 inició una etapa de violencia institucional. El corto gobierno de Uriburu constituyó una virulenta persecución contra los maximalistas, comunistas y socialistas cuyas teorías, extrañas al ser nacional fueron, según el oficialismo, introducidas por inmigrantes europeos, sí, pero poco seleccionados.

En los años de la Década Infame se intensificó la represión contra el comunismo y el socialismo. El historiador Zanatta dice:

"El enemigo común bajo la forma de socialista, que en la Argentina de entonces constituía un adversario más concreto que el fantasma comunista, ya había sido identificado".14

Se agitó la cuestión comunista En ese marco comenzó a actuar, en forma desembozada y con no disimulada simpatía y complicidad de las autoridades, la llamada Liga Patriótica Argentina.

La brigada local de esta legión se había organizado en Salta el 22 de junio de 1921 con un acto en el Teatro Güemes al que solo se accedía por invitación expresa de su secretario, el mayor Carlos Villanueva.

El diario local cursaba la siguiente nota:

"Para hoy a horas 14 anuncia un acto público la Liga Patriótica Argentina en el Teatro Güemes con el objeto de constituir el Comité Nacionalista de la Juventud. Harán uso de la palabra varios miembros de la Brigada local. Los delegados señores Atilio García y Mellia y Luis Miles (h). También hablará el Mayor Carlos E. Villanueva, Secretario de la Brigada de Salta. La entrada es con invitación".15

Esta Liga se formó como organización con carácter paramilitar para luchar contra ákratas, maximalistas y comunistas. En las celebraciones del Centenario (1910) Manuel Carlés, en su carácter de diputado nacional, pronunció en la Cámara un discurso cargado de "chauvinismo" contra los inmigrantes portadores de ideas extrañas al ser nacional, ideas que presagiaban lo que vendría más adelante. El diputado Carlés desde su banca vociferaba:

"[...] Si hay extranjeros que abusando de la condescendencia social ultrajan el hogar de la patria, hay caballeros patriotas capaces de presentar su vida en holocausto contra la barbarie para salvar la civilización".16

El personaje citado, que en 1918 fuera designado interventor en Salta, figura entre los fundadores de la llamada Liga Patriótica Argentina. Esta fuerza de choque, nacida durante el primer gobierno radical, acrecentó su actividad represiva para sustentar los ideales del nacionalismo conservador y católico surgido con el cuartelazo de Uriburu.

Se propagó la idea de que los ciudadanos debían armarse para defender la Nación de la amenaza bolchevique.

El 1° de mayo, fecha cara para los socialistas, el Partido Socialista, sección Salta, preparó una función teatral en el cine Florida y, como todos los años organizó, con actitud desafiante, un mitin en la plaza situada frente al Departamento Central de Policía. En su discurso el dirigente y orador, Tomás Ortiz:

"Se refirió a la cuestión social, combatió el catolicismo y se expresó en términos completamente violentos contra la Legión Cívica que anoche dio una conferencia en el Alberdi. También criticó al Gobierno por las finanzas y la falta de ayuda al obrero".17

Como siempre también en el mitin, de pronto, nadie supo como, se produjo un gran desorden y la Policía montada, previo toque de corneta, procedió a disolverlos con premura y la represalia no se hizo esperar. El 11 de mayo de 1935 los diarios locales publican, con grandes titulares el asalto al Centro Socialista de Salta "Carlos Marx", que funcionaba en la cuadra siguiente de la Central de Policía en el tranquilo barrio de la calle Güemes. En horas de la noche, mientras el dirigente Ramón Cardozo, dictaba una conferencia de carácter doctrinario se produjo un atentado. Integrantes de la Legión Cívica Argentina -filial Salta- irrumpieron violentamente en el local de los socialistas y se dieron a la tarea de arrojar libros y muebles a la calle y sembraron el pánico disparando con armas de fuego y castigando con cachiporras a los pacíficos asistentes. Como líder del grupo agresor fue reconocido un popular profesor V. Z. del Colegio Nacional.

Como siempre los periódicos locales, hacían referencia a la opinión pública que "se ríe y señala a la muchachada".18

Toda Salta conocía a los "ocurrentes" agresores que mientras eran buscados por la policía:

"[...] jugaban tranquilamente al dominó en un café del centro. Entretanto preocupadísimos "caballeros y damas de nuestra sociedad se interesan por la suerte que pueden correr nuestros legionarios".19

Los sacrificados y ocurrentes muchachos del Colegio Nacional.

Los dirigentes socialistas declararon:

"Este brutal atentado representa una bofetada a la civilización... se han destruido obras de alto valor científico como "La biblioteca de obras famosas" que en 1914 el Dr. Robustiano Patrón Costas tuvo el gesto noble de donar al socialismo de Salta y que de tanto provecho fueran en la ilustración de la clase trabajadora de nuestro pueblo".20

Los pacíficos socialistas salteños respondieron con discursos y la convocatoria a un mitin popular de repudio. Sabemos por la historia local que los partidos de izquierda pudieron tener simpatizantes callados, no comprometidos y que, a la hora de mostrar su adhesión públicamente, desaparecían.

Lo importante del quehacer partidario y de la existencia y multiplicidad de partidos en nuestro país tuvo como nota positiva la formación de una buena cantidad de hombres y mujeres con habilidad para la administración y el enfrentamiento político.

Durante la etapa de institucionalización del fraude electoral, 1930-1943, los socialistas constituían un grupo pequeño, combativo y consecuente con sus ideales.

La actitud del socialismo de presentarse y confrontar, a pesar de la situación política reinante, era todo un reto, si tenemos en cuenta la época.

Ser socialista en Salta en los años ‘40 y ‘50 era inadmisible por dos cuestiones: en primer lugar en la "Capital de la Fe" no podían tolerarse las andanzas de socialistas ateos y, en segundo lugar, el peronismo en el poder no toleraba obreros fuera de las filas de sus descamisados.

Don Amalio, quien nos brindó su testimonio por escrito, fue Secretario General del Partido Socialista entre los años 50 y 60.

Pregunta: ¿Cuándo se fundó el Partido Socialista en Salta?

Amalio: Creo que el Partido Socialista en Salta tiene presencia aproximadamente desde principios de la década de 1920 en adelante. Cabeza visible del Centro Socialista fue don Quintín Conde, allegado deportivamente al Club Atlético Mitre. Después de la revolución del 6 de setiembre de 1930 que derrocó en Salta al gobernador radical Julio Cornejo, en 1932 se llamó nuevamente a elecciones y a nivel nacional el Partido Socialista se alió con el Partido Demócrata Progresista de Santa Fe, alianza que apoyó la fórmula Lisandro de la Torre-Nicolás Repetto para oponerse a la fórmula conservadora Justo-Roca.

Como resultado de esos comicios en Salta resultaron elegidos concejales por el Partido Socialista los afiliados Yazlle y Ramón Cardozo. Durante la Década Infame el partido se presentaba a elecciones pero los resultados que se obtenían en realidad nunca se conocían porque se fabricaban como producto del fraude.

Pregunta: ¿Como reaccionó el partido ante el golpe del ‘43?

Amalio: En 1943 el golpe de Estado depuso al presidente Castillo y lanzó a la arena política al entonces coronel Perón, quien organizó su propio partido con el nombre de Partido Laborista, al que se unió una rama de la U.C.R. que se decían Yrigoyenistas. Esa estructura dio nacimiento al peronismo. Los partidos tradicionales le opusieron una alianza que se llamó Unión Democrática de la que participaban la U.C.R., un sector del Partido Demócrata Nacional, el Partido Comunista y el Partido Socialista.

Pregunta: ¿Cuál fue la posición de ustedes frente al peronismo?

Amalio: Cuando el peronismo se impuso en el ‘46, el socialismo adoptó una posición dura, porque veía en Perón una raíz y perfil fascista muy caro a las simpatías militares de aquella época y porque luchaba para evitar el implante de un sistema de organización política que se había extendido en Europa antes de la Segunda Guerra Mundial, es decir, una política de derecha disfrazada de populista aprovechándose de una situación existente de postergación de la calidad de vida de la clase trabajadora argentina. El régimen montado por el gobierno peronista denominaba a esto "una revolución en marcha", sus métodos no eran democráticos, por cierto, sino por el contrario, más bien de tipo totalitario, conforme a su sustento ideológico. El pueblo trabajador que lo apoyaba debido a la mejora de su nivel de vida, irracionalmente colaboraba con delaciones de toda expresión de oposición por lo que la relación con el gobierno fue siempre tirante y mucha gente fue a parar a las cárceles del país. En ese contexto, el Partido Socialista, sección Salta, al igual que en muchas provincias se manejaba en una situación muy limitada por falta de cuadros directivos y número de afiliados necesarios para una actividad opositora sostenida y frontal como lo hacía el socialismo de Capital Federal y Bs. As.

En Salta, los socialistas canalizaban más bien su actividad política apoyando a la U.C.R. que llevaba la voz cantante de la oposición.21

El profesor don Vicente, activo dirigente socialista, recuerda:

Pregunta: Ud. comenzó en Salta su militancia socialista?

Vicente: No, yo soy de Santa Fe y mi padre era un inmigrante italiano, ferroviario y socialista. Yo militaba en política en la Juventud Socialista de Santa Fe. A los 20 años ya había estado preso y estaba en Santa Fe cuando llegó el peronismo y "me hizo la cruz", pues nosotros siempre fuimos antiperonistas.

Yo llegué a Salta en pleno peronismo y me llamó la atención que acá estaban todos los Cornejo, los Figueroa y otros metidos en el peronismo.

Pregunta. ¿Por qué abandonó su provincia para venir a vivir a Salta?

Vicente: Yo vine en 1947 a trabajar en una Escuela de Capacitación Obrera. Esas escuelas fueron creadas por Perón, que obligaba a los sindicalistas a ir a esas escuelas. Mis alumnos eran todos gente mayor. Muchos no sabían ni escribir y no aguantaban porque trabajaban todo el día y tenían que ir de noche a estudiar. Algunos dirigentes importantes del peronismo fueron alumnos míos, como Olivio Ríos. Claro, yo trabajaba ahí porque en esos años ya no militaba en el socialismo, dejé de ser antiperonista, tanto es así que formé parte del "Ateneo Eva Perón", yo que había gritado tanto contra ellos. El peronismo se apropió del movimiento obrero y creó la CGT adicta. Los peronistas nos obligaban a afiliarnos a todos, tenían una estructura de alcahuetes que si lo denunciaban a uno lo echaban del trabajo a patadas y uno "cuidaba el puchero". Bueno, éramos absorbidos por el régimen, pero no era tanta la represión como dicen algunos. Yo con el tiempo comprendí muchas cosas y más si se compara con lo que se vive hoy. Para darle un ejemplo, yo trabajaba dieciséis horas cátedra semanales en la Escuela Técnica de la calle Bs. As. y ganaba $ 40.000. ¿Sabe cuánto pagaba por una pensión en el centro? $ 1.100, o sea que era sólo el 10% de mi sueldo. ¿Cuánto cuesta hoy una pensión? Y ¿Cuánto gana ahora un profesor, aún agobiado de horas? Y eso si es que tiene trabajo.

Pregunta: ¿Recuerda a los más importantes dirigentes y militantes del socialismo en esos años?

Vicente: Aquí en Salta había en el partido bastante gente obrera, sobre todo obreros de la construcción y los viejos militantes en las reuniones en general no fumaban, no tomaban, consideraban que esos vicios hacían mucho daño a la sociedad. Así eran los viejos socialistas.

Hay una anécdota de Alfredo Palacios que me contaron los viejos dirigentes del partido y quiero recordar. Cuando él era diputado nacional, en los años ‘30, presentó un Proyecto de Ley de Indemnización y Despido para los trabajadores. Se la frenaron en el Senado. Entonces fue que lo mandaron como miembro de una comisión a inspeccionar la condición de los obreros del azúcar. Había denuncias de que en los ingenios se esclavizaba a los obreros. Vino a Salta y redactó un informe favorable a Patrón Costas, el dueño del Tabacal. Entonces Ramón Cardozo y Quintín Conde lo increparon diciéndole como podía haber hecho eso. Palacios contestó: Patrón Costas me hizo llegar una propuesta de que si hacía un informe favorable me destapaban la Ley de Indemnizaciones. Bueno, la ley salió y benefició a miles de trabajadores. Pensé que era más conveniente que me aprobaran la ley, era más conveniente favorecer a millones de personas que denunciar la situación de cien familias. Claro, de no haber hecho eso no se hubiera aprobado la ley y la denuncia quedaba en la nada, porque, ¿quién los tocaba a "los barones del azúcar", como gustaban llamarse? Nadie.22

Don Alberto, secretario general del Partido Socialista entre los años 1990-1994, relata la historia de su madre, la primera mujer socialista de Salta, María Teresa Moya Zenteno.

Alberto: Mi militancia socialista la heredé de mi mamá. Ella nació en 1905 y era muy independiente y transgresora, ella nunca iba con la corriente. Era muy linda de jovencita, tenía una figura escultural. Mi mamá siempre luchó sola, todo lo que hizo lo hizo sola. A los 17 años se fue de su casa y trabajó de maestra en Inca Huasi, más allá de San Antonio de los Cobres. Más tarde llegó a ser directora de una escuela que estaba en Campo Quijano, en medio de los cerros. Ella hacía siempre lo que quería. En esa época la mujer no podía usar pantalones, pero ella los usaba. Por eso le mandaban inspecciones y le hicieron varios sumarios. La escuela era un ranchito y ella salía a buscar leña todas las tardes. Un día, en una de esas salidas, encontró "un tapao". Halló un esqueleto de indio, seco, duro, lo sacó y había una ollita de barro con oro. A las pepitas de oro las vendió en Bs. As. y con eso pagó parte de esta casa en que vivimos, (España al 1100) y donde funcionó el Partido Socialista durante muchos años. La compró en 1940.

La persona que la llevó al partido fue el Ing. Gumersindo Charlone. Había que ser valiente para ser socialista en esa época, pero mi madre era de armas llevar, no andaba con vueltas.

Ella estaba muy orgullosa del apellido Zenteno porque decía que era descendiente de un cacique de los Quilmes, de Colalao del Valle. También era pariente de Sarmiento por el padre de ella. Los Aráoz-Moya de Tucumán eran propietarios de mucha tierra, no eran gente pobre y sus hermanas no usaban el apellido Zenteno, usaban el Aráoz-Moya. Ellos se sacaron el Zenteno.

Mi mamá fue candidata del partido en las elecciones del ‘58, pero la metieron presa. La del ‘58 fue nuestra mejor elección. Sacamos dos concejales: Domingo Azán y Ramón Cardozo. Yo me acuerdo que en ese tiempo, cuando estaba Frondizi y en Salta gobernaba Biella, se hacía tribuna libre en la plaza frente al Cabildo y ella subía a la tribuna y hablaba. También me acuerdo de viejos militantes como Néstor Faustino Homes, que con su señora hacían funciones de teatro en el partido.

Después perdimos la personería jurídica porque la división del partido en el ‘58 provocó un gran desbande. Eso duró hasta el ‘80 que se empezó otra vez a juntar gente, a ver quien era socialista y nos costó más de 10 años de trabajo volver a obtener la personería. Recién lo logramos en el ‘91. Por eso en el año ‘83 presentamos solamente candidato a diputado nacional porque teníamos nada más que la personería nacional y yo era el candidato. Después también fui candidato a gobernador, a concejal, a diputado. ¡Lo que no hemos hecho en esos años!. Hacer las campañas a pulmón, con el patio lleno de engrudo, aquí hacíamos los carteles y letreros para pegar en toda la ciudad.

En los años ‘70, durante la dictadura, nosotros teníamos aquí los libros del partido, pero un día vino la policía y me llevaron preso con libros y todo. Mi mamá se trajo el partido a casa desde 1982. Ella militó hasta el último momento. Yo la llevaba en silla de ruedas a votar en las internas y murió a los 92 años preocupada por el partido.23

Don Dardo, de 65 años, herrero de oficio y veterano dirigente socialista, nos relata los avatares de su vida desde su ingreso a las filas del partido:

Pregunta: ¿Cúando ingresó usted al Partido Socialista de Salta?

Dardo. Cuando yo entré al partido en el año ‘56 el secretario general era Ramón Cardozo, que era dueño de la "Librería y Editorial El Estudiante", que estaba en la calle Caseros. Allí se editaron libros de autores salteños como Juan Carlos Dávalos, Manuel Castilla, Federico Gaufín y el jujeño Raúl Galán. Ramón Cardozo y Rogelio Cardozo militaban en el partido desde los años ‘30. Rogelio tenía un negocito en España y Deán Funes. Rogelio recordaba, en las reuniones, que en tiempos de Perón, para ahorrar energía se hacía racionamiento y se cortaban las luces de las calles. Como repudio, él puso un candelabro con una vela prendida en la vidriera de su negocio. El gobierno lo tomó como un desafío y le clausuraron el negocio poniendo en la puerta una banda -muy conocida entonces- con la leyenda "POR AGIO Y ESPECULACION".

Otros militantes eran Napoleón Homes, Ritzer, el alemán Francisco Schulz, Vicente Baffa Trasci, María Teresa Moya Zenteno, Antonio Díaz, que era un peleador muy bravo, casi anarquista, Sotelo Martínez, Amalio Felipe Vargas y un señor Romero que era un hombre muy especial, muy romántico, que siempre andaba con una flor roja en el ojal como símbolo de sus ideales socialistas. Me acuerdo también de Quintín Conde, que trabajó mucho por expandir las ideas socialistas en Salta, de Miguel Castro y de los tres hermanos Mamaní. A esos pobres los aporreaban a cada rato. En ese tiempo, ante cualquier cosa que ocurría, arreaban con los comunistas y socialistas y los metían presos. En los tiempos de Perón el partido funcionaba en la casa de Cardozo. Recién en el 57 alquilamos un local en Urquiza y Malvinas, donde hoy hay una pescadería y fundamos el "Centro Juan B. Justo". Pero al Centro le pusieron una bomba.

Pregunta: ¿Qué lo llevó a entrar en el partido en una época tan difícil?

Dardo. Yo era un chico de las orillas y cuando tenía 14 o 15 años iba a la librería El Estudiante a mirar los libros de la vidriera, no podía comprarlos y me conformaba con ver las tapas. Entonces un día sale Cardozo y me dice:

¿Qué andás buscando?

-   Ando mirando, nomás. Quiero este libro, pero no tengo plata.

-   Llevalo, después me pagás como puedas.

Ahí nomás me fió y así, de a poco, me fue dando libros diferentes hasta que me hizo conocer a Carlos Marx y me daba de a cuatro a cinco libros. Había una genética, digamos, porque mi tata era medio anarquista y yo tenía bases de literatura revolucionaria. Así me acerqué.

Pregunta: ¿Como era la relación de los socialistas salteños con el peronismo?

Dardo: Nosotros nunca nos acercamos al peronismo, lo acusábamos de ser un partido de tendencia nazi-fascista. En Bs. As. teníamos una de las bibliotecas más grandes de Latinoamérica y nos la quemaron y a la Sra. Alicia Moreau de Justo Eva Perón la hizo meter presa. Alicia, que tanto había luchado por el voto femenino, no pudo votar en la primera elección en que votaban las mujeres. Los peronistas nos perseguían. Por eso en la casa de Cardozo nos reuníamos en forma clandestina. Además, nos espiaban mucho porque cada casa tenía ojos y oídos del peronismo. Era la Unidad Básica y los que designaban para controlar cada manzana.

Me acuerdo que cuando murió la Eva si en la escuela vos no te querías poner luto te anotaban y las maestras les "tiraban la lengua" a los chicos.

A ver, niño, no se puso luto ¿qué dice el papá?

Grita contra Perón.

Y así marcaban a la gente. Tampoco podíamos acercarnos a los gremios porque estaban cerrados para nosotros. Pero muchos socialistas en el país, como por ejemplo Borlenghi que llegó a ser ministro del Interior de Perón, se pasaron al peronismo. En Salta el caso más llamativo fue el de Piccardo. Nosotros vivimos con alivio la caída de Perón.24

 

Don Dardo, en su taller de herrería - Fotografía Alejandro Ahuerma

Notas del capítulo 11

1       (1919) Diario Nueva Época. Salta.

2       Diálogo con don Miguel.

3      (1999) Historia de Felipe Eduardo. Anexo nro. 1.

4      (2000) Historia de don Vicente. Anexo nro.

5       (1951) Castilla, Manuel, "A don Juan Riera, panadero y flor de amigo". Poema publicado en Revista La Gauchita N° 23. Noviembre de 1998.

6       Cédulas: diminutos papelitos enrollados portadores de sorpresas inscriptas en su interior. Se vendían y se venden aún durante el Novenario del Señor y la Virgen del Milagro.

7       Ahuerma, Juan. Nota publicada en Revista El Pájaro Cultural. Mayo de 1999.

8       (2001) Historia de don Ermes. Anexo. N° 25.

9       (1937) Diario La Provincia. Salta

9b     En 1930 un sector del socialismo se separó del partido fundado en 1893 por Juan B. Justo y tomo el nombre de socialismo independiente. Sus dirigentes pasaron a colaborar con el gobierno conservador de Agustín P. Justo.

10    (1995) Historia de don Juan. Anexo nro. 24.

11     (1919) Diario Nueva Epoca. Salta.

12     (1921) Publicación Oficial. Memoria de Gobierno de Joaquín Castellanos. Pag. 579.

13     (1921) Diario El Cívico Intransigente. Salta.

14     (1996) Zanatta, Loris. Obra citada. Pág.110.

15     (1921) Diario Nueva Época. Salta.

16     (2002) Feiman, Jose Pablo. Contratapa del diario Página 12. Buenos Aires.

17     (1935) Diario Nueva Epoca. Salta.

18     Idem.

19     Idem.

20     Idem.

21     (2001) Historia de don Amalio. Anexo N° 26.

22     (2001) Historia de don Vicente. Anexo. N° 27.

23     Diálogo con don Alberto.

24     (2001) Historia de don Dardo. Anexo. N° 19.

CAPÍTULO 12
Hacia una nueva época