Facundo de Zuviría
(1793-1861)

Nació en Salta y murió en Paraná, Entre Ríos. Jurisconsulto y presidente de la Convención Constituyente de Santa Fe. Se graduó en derecho civil y canónico en Córdoba; en 1820 tomó parte activa en la organización política de su provincia natal; fue el primer presidente de la legislatura provincial de Salta; intentó brindar a Salta mejores colegios y el sufragio masculino universal, y organizar un ejército provincial.

Como resultado de diversos ataques a su persona y del triunfo de las montoneras, se exilió en Bolivia en donde permaneció durante el gobierno de Rosas, vivió en Sucre ejerciendo el derecho, escribiendo y enseñando.

Fue inspector general de las universidades allí; regresó a Salta luego de la caída de Rosas, y fue elegido representante de esta provincia al Congreso Constituyente de Santa Fe del cual fue elegido presidente. A fines de 1852, al regresar de una comisión poco exitosa a Buenos Aires como miembro de la misión de Urquiza para tratar de persuadir a Buenos Aires a unirse a las demás provincias, Zuviría propuso que se postergaran los trámites de sanción de la Constitución hasta que Buenos Aires pudiera anticipar; este proyecto no fue aprobado.

Fue miembro de la Corte Suprema. En el nuevo gobierno, con Urquiza como presidente, Zuviría fue ministro de Relaciones Exteriores, posteriormente fue ministro de Justicia e Instrucción Pública en Salta, senador nacional por Corrientes y presidente de la Corte Suprema de Paraná (1860).

Publicó varias monografías: Discursos y escritos políticos, La prensa periódica, La Educación Pública: Tiranía y demagogia, y su obra más profunda: El principio religioso

Monumento al Dr. Facundo de Zuviría - obra de Lola Mora - Parque San Martín

 

DR. FACUNDO DE ZUVIRÍA

JURISCONSULTO DE LA ORGANIZACIÓN NACIONAL

Por Ricardo Federico Mena


Autor de escritos y discursos, es uno de los intelectuales argentinos de más larga trayectoria. Hubo de escribirlos lamentablemente fuera del país, ya que tuvo que emigrar trece veces, siendo la última la más larga y que durara nada menos que diecinueve años.

El Dr. Zuviría nació en Salta el 26 de noviembre de 1796, siendo sus padres el Coronel español, don Agustín de Zuviría y doña Feliciana Castellanos-salteña-.Murió lejos de su suelo natal en la ciudad de Paraná, el día 19 de agosto de 1861. Fue casado con doña Carlota Lezama y Quiñones. Fueron sus hijos: Carolina, Julio, Fenelón (abogado), José María, abogado y literato, que fuera también secretario del Congreso Constituyente de 1853.

Su dilatada vida pública de casi cincuenta años, se vio enmarcada en sus comienzos por la Declaración de la Independencia, mientras que los últimos, por la Organización Nacional.

Cuenta la tradición histórica y familiar, que debido a una promesa materna, vistió el hábito de San Francisco hasta los siete años. El niño hasta esa edad parecía ser mudo, pero a la postre resultó uno de los más brillantes oradores del período de la Organización Nacional. Quedó huérfano a los diez años y fue enviado al Colegio de Monserrat para que estudiara. Allí lució su fino talento, su afición a las letras, como así también su probada espiritualidad, que le valieron el respeto de profesores y condiscípulos.

Sus estudios universitarios también fueron notables y distinguidos, destacándose por sus frecuentes actos literarios y por sus austeros principios morales. Los conservó durante toda su vida. Estudió jurisprudencia en el Colegio de San Carlos en Buenos Aires, en el que se doctoró de abogado, para luego en 1813, hacerlo en Derecho Romano y Derecho Canónico.

Doctor a los diecisiete años, volvió a su ciudad natal luego de la victoria de Belgrano sobre las armas realistas. Su extrema juventud no fue obstáculo para figurar entre los personajes destacados del momento, de mayor edad y experiencia. Fue uno de los vecinos que juró obediencia el 15 de mayo de 1816, al Soberano Congreso de Tucumán. Fue además quién firmara con el General Olañeta el armisticio por el cual éste se retirara al Alto Perú.
 
Una vez que regresara a la ciudad de Salta, en sus incursiones políticas, se opuso al gobierno del General Guemes, incorporándose al partido” Patria Nueva” en franca confrontación con el partido liderado por el jefe gaucho al que se llamo de “la patria vieja”.

A la muerte de don Martín Miguel de Güemes , en el año 1821, Salta sancionaba su primera Constitución, y fue Facundo de Zuviría, quién la redactara a pesar de la nombradía de algunos de sus jurisconsultos, como por ejemplo Gorriti, que colaboraron en la organización constitucional de la provincia, en la fundación del sistema representativo, en la institución del sufragio universal, en la creación del crédito público, en el establecimiento del régimen municipal, en la libertad de imprenta y en el Método Lancaster de enseñanza primaria. Mediante esta constitución se disolvió el Cabildo, siendo reemplazado por la Sala de Representantes, que fuera el antecedente de la actual Legislatura. Este Estatuto Provincial estuvo en vigencia en la Provincia hasta que se sancionó la Constitución Nacional. De esta manera se preservaba a la provincia de los exabruptos de los mandones de turno.

Fue designado cuando sólo contaba con 26 años, primer presidente de la Legislatura salteña, inaugurando las sesiones con uno de sus brillantes discursos, el primero de una larga serie que, como decíamos anteriormente hicieron época en su momento. Antes había sido propuesto para el cargo de gobernador de la provincia, cargo que rehusara, para dedicarse específicamente a su labor legislativa, pudiendo lograr la sanción de leyes de fundamental importancia, como: el sufragio universal, el régimen municipal, reclutamiento de la Guardia Nacional, etc.

Las vicisitudes políticas no fueron ajenas a su interés. Militó dentro de las filas del partido Unitario, y debido a esta circunstancia debió emigrar al vecino país, instalándose en la ciudad de Chuquisaca, que le ofrecía mayores posibilidades para ejercer su profesión. Allí se dedicó al periodismo y a la educación de la juventud, ocupando funciones en la Universidad altoperuana. Compuso en el exilio una de sus páginas más elocuentes, con motivo de la muerte del Canónigo Gorriti, también exiliado por semejantes motivos políticos. Era su amigo.

Luego de la caída del tirano Rosas, un irrefrenable impulso lo trae de nuevo a su solar nativo, y se refugia en su chacra. Poco duraría su descanso, ya que la situación política imperante, le llevó a figurar entre las personalidades descollantes de la política nacional. En el año 1852 ocupa una banca en la Legislatura salteña y volvió a presidirla, como lo había hecho treinta años antes. En el discurso inaugural dijo:” ¡Rara coincidencia del destino, que une mis últimos año, con los primeros!” Presidió también el Congreso General Constituyente de 1853, como representante de la provincia de Salta. Allí sostuvo con la contundencia que le era habitual, que la sanción de la misma debía postergarse, hasta que Buenos Aires se incorporara a la Confederación por medios razonables y pacíficos. No pudieron cumplirse los deseos de Zuviría, pues sobrevendrían a raíz de esta situación fuertes vaivenes de enfrentamientos y de guerra. Desde Montevideo, asesora sobre las enmiendas que Buenos aires proponía, y que se llamara a una Convención Nacional compuesta por diputados de todas las provincias, inclusive la de Buenos Aires. Se siguieron sus consejos. Cuando el General Urquiza prestó juramento a la Constitución, y se retirara a su residencia de San José, delegó el mando en manos de Zuviría, Fragueiro y del Carril. Luego fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores, y sucesivamente Ministro de Justicia e Instrucción Pública y primer Presidente de la Suprema Corte de Justicia. Siendo la capital de la Confederación la ciudad de Paraná, ocupó en ella una banca en el Senado de la Nación. Fue muy respetado y admirado en ella, por sus modales finos, su apostura y elegancia, como así también como ya lo habíamos dicho antes” por el buen decir”. Al reunirse por primera vez el Congreso Nacional tres provincias le eligieron su representante, es decir su diputado: Catamarca, Salta y Corrientes.

El Dr. Facundo de Zuviría, falleció en la ciudad de Paraná cuando se aprestaba a viajar a Salta, donde deseaba terminar sus días. Poco antes de morir Zuviría había encargado la publicación de sus obras a D. Gabriel Florentino Valens, que se editaron en dos volúmenes, en Benzasón en la Imprenta de San José.

Entre sus muchos trabajos, dedicamos nuestra atención en sólo algunos de los títulos publicados, entre los que mencionaremos a: “Discursos y Escritos Políticos”, “Discursos Morales y Filosóficos, Tiranía y Demagogia”, El “Principio Religioso”, “La Prensa Periódica” etc.
 
Don Ricardo Rojas lo define así: “ Zuviría es un católico de la organización nacional, y al aparecer en ella, preocupado del problema religioso como factor de cultura , cobra un perfil que lo individualiza en aquella generación, dentro de la cual aparecen Alberdi, Sarmiento o Fragueiro, preocupados más bien por el problema económico”.

A medida que el tiempo pasa, aumenta el valor de los hombres que dictaron la Constitución, es por eso que cada generación debe renovar su estudio, como así también el de sus hacedores que dejaron el alma en ella. Podrán modificarse sus cláusulas, pero el espíritu que las anima será siempre el mismo que animó a sus creadores.

El pueblo de Salta lo recuerda no sólo en la calle que lo nombra, sino en una estatua ubicada en el parque San Martín y que lleva la firma de la inmortal Lola Mora. Sus restos fueron repatriados, para depositarse en el Panteón de las Glorias de Salta, en solemne ceremonia llevada a cabo el 20 de febrero de 1923, en la misma fecha en que Salta asistía a la inauguración del monumento que lo recuerda en el Parque San Martín.

Fuente: Diario El Intransigente: http://www.elintransigente.com/notas/2008/12/1/salta-7963.asp


 


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