La Posta de Yatasto |
Entre las poblaciones salteñas de Metán y Rosario de Ia Frontera. bañada por el río Yatasto, se encontraba la hacienda del mismo nombro, establecida desde e1 siglo xvn. La casa principal, sobre el camino real que conducía al Alto Perú, se destacaba por el alto balcón, la extensa galería cubierta, sus talladas puertas de madera y las rojas tejas de media caña del techo salidizo.
Después de la revolución, durante las luchas en el Norte, su valor de posta ineludible se acrecentó al adquirir, también, valor estratégico.
En Yatasto se encontró Belgrano con Pueyrredón para hacerse cargo del ejército del Norte, en 1812. También en Yatasto, se encontraron por primera vez Belgrano y San Martín. Éste, había sido enviado con una columna de auxilio, desde Buenos Aires; su abrazo con el jefe en desgracia, selló una amistad sin sombras.
Belgrano, desde mediados de diciembre, había solicitado su relevo del mando; sabía bien que la derrota exige siempre su tributo. Aceptó, entonces, sin vacilaciones, entregar el mando a San Martín, y permanecer con el grado de coronel; al frente de su querido regimiento Nº l. San Martín, conocedor de hombres, que admira y estima a su reciente amigo, dilata, para no herirlo, el momento de la decisión. El gobierno, por intermedio de Rodríguez Peña, le insiste en que debe hacerse cargo del mando y separar a Belgrano. El 29 de enero Belgrano comunicó al ejército la designación del nuevo jefe. Disciplinado y obediente, permaneció bajo las órdenes de San Martín hasta el 1° de marzo. cuando, exigido éste desde Buenos Aires, lo relevó de toda actividad. Belgrano abandonó a Tucumán. Había solicitado su baja definitiva del ejército pero no se la concedieron, para someterlo a proceso, el cual nunca se substanció.
Atacado nuevamente de paludismo, dolorido por la actitud intransigente del gobierno que hasta dificulta, con absurdos temores, su viaje a Buenos Aires, se refugia en la quinta de un pariente, en San Isidro.
Cree que su actuación pública ha terminado; la soledad trae los recuerdos. Nace así, su Autobiografía: "Yo emprendo escribir mi vida pública - puede ser que mi amor propio acaso me alucine- con el objeto que sea útil a mis paisanos, y también con el de ponerme a cubierto de la maledicencia". No escribe, pues, Belgrano, para herir ni ofender, sólo para explicar. Tan dignas memorias podrían llevar de epígrafe, los versos del salmista: "Señor: Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has apurado y nada inicuo hallaste; heme propuesta que mi boca no ha de propasarse" .
La
Posta de Yatasto fue declarada Monumento Histórico por Decreto Nº
95.687 del 14-7-1941. La placa de homenaje colocada en el edificio por la Sexta
División del Ejército dice:" San Martín y Belgrano
se encontraron por primera vez en esta casa, en enero de 1814, concordando el
genio militar y la abnegación - el verbo de la emancipación americana"