l chuquisaqueño Juan Alonso de Vera y Zárate, es de significativa importancia para la historia política de Salta en razón que fue designado Adelantado del Río de la Plata y Gobernador y Capitán de las Provincias del Tucumán.
Dicha distinción a sido otorgada el 6 de setiembre de 1615 por Felipe IV de Habsburgo, llamado el Grande o el Rey Planeta, quien se transformó en soberano de España, desde el 31 de marzo de 1621 hasta su muerte.
Con Isabel de Borbón, hija del rey francés Enrique IV y de María de Medici, contrajo matrimonio en 1615 y como hijo y sucesor del monarca español Felipe III, convertiéndose en el rey Felipe IV seis años más tarde.
Vera y Zárate su adelantado lo recibió por herencia de su padre, Don Juan de Torres de Vera y Aragón, quien actuó como tal después de Pedro de Mendoza (1535-1537); Alvar Núñez Cabeza de Vaca (1541-1544); Juan Ortiz de Zárate (1574-1575) y Juan Torres de Vera y Aragón (1578-1590), su padre.
La duración de los adelantamientos en aquella época tenía una de las características específicas: su nombramiento era vitalicio y aún se ampliaba por una vida más, o sea, que el oficio lo heredaba el sucesor.
Juan Alonso nacido en Chuquisaca, en 1602, de la unión de Juan Torres de Vera y Aragón con Juana Ortiz de Zárate, contrajo enlace con Leonor de Zuñiga.
Para presentar su probanza viajó a España acompañado por su abuela la Princesa Inka Palla Leonor Yupanqui, perteneciente a la realteza incaica. En su retorno a Buenos Aires el navío que lo trasladaba tenazmente estuvo cercado por filibusteros ingleses, holandeses y franceses que saqueaban los dominios españoles en el Nuevo Mundo.
Corría el año 1619 se posesionó en el cargo de la Gobernación del Tucumán incorporándose así a los gobiernos del Plata. El Tucumán de aquellas épocas, tenía por límite: al norte con Los Chichas, al oeste con Atacama y sudoeste con la de Cuyo; al sur y sudeste con la jurisdicción de Santa Fé y siguiendo en línea con el norte, con los campos del Gran Chaco Gualamba. El arroyo de Quiaca, lo separaba de Chile hasta Melincué hacia Buenos Aires.
La gestión de Juan Alonso de Vera y Zárate está fundamentada en la Nueva Representación puesta en conocimiento del rey Felipe IV "allanando así el pedido de límites y dar lugar a la fundación en Córdoba al Colegio de la Compañía de Jesús, de una Universidad en el año 1622 que por bula del Papa Gregorio XV de fecha 8 de agosto de 1622 debía fundarse".
El gobierno de Vera y Zárate esta considerado por los estudiosos como de embarazoso y peliagudo puesto que se enfrentó con el obispo Julián de Cortazar los asedios por parte de los aborígenes, los que estuvieron resistidos por Felipe de Albornoz.
El prelado lo acusaba al gobernador de haber dispuesto instalar un sitial especial dentro de la Iglesia Matriz muy al contrario de la costumbre de sus antecesores que ponían un cojín o almohadón. Obispo de Cortazar para darle más fuerza sus lamentaciones decía: "Siento en el alma el tener pleito ninguno con ningún Gobernador... pero debo, en conciencia, defender la libertad de mi Iglesia", según lo expresa el Presbítero Antonio Larrouy, en su obra "Documentos del Archivo de Indias para la Historia del Tucumán. (1591-1700)".
Al mismo gobernador se lo acusó de no haber participado durante su mandato para pacificar a los calchaquíes por tantos excesos que cometían hasta "llegar el Valle a ser perdido y rematado, y entre ellos mismos hay grandes disensiones y guerras, y se matan unos a otros con la mayor crueldad del Mundo", de acuerdo a la misma fuente, la del Pbro. Larrouy.
Al concluir su gobierno de Adelantado, en 1627, se retiró a Chuquisaca donde se encontró con la muerte a los 55 años de edad en 1657.
