on José Ignacio Sierra era hijo de don Juan Manuel Sierra quien fue el primero de la familia Sierra que se radicó en la zona del sur de Salta en el año de 1802 y de Dña. Isabel Ruiz Gallo, y tuvo como hermana a Tránsito Sierra quien luego contrajo nupcias con el Gral. Pablo Latorre.
De activa participación militar en la causa patriótica, nos cuenta la historia que en 1813 fue teniente de las milicias regladas del Tucumán 12ª Compañía.
En febrero de 1814, cuando San Martín recibe en Yatasto al Coronel don Martin Miguel de Güemes le explica que tiene planeado levantar una fortaleza en Tucumán y cuya primera línea defensiva sería el Rio Juramento, ambos elaboran entonces la estrategia de la guerra de recursos. Güemes recibe entonces el cargo de comandante de las avanzadas del Rio juramento e instala su campamento en Conchas, entre los jefes y oficiales de los escuadrones gauchos se encontraba José Ignacio Sierra.
En 1819, el Director Supremo de las Provincias Unidas de Sud-América, Gral. José Rondeau confiere a don José Ignacio Sierra el cargo de Capitán según documentación del Archivo General de la Nación cuyo texto dice así: “atendiendo a los méritos y servicios de Don José I. Sierra he venido a conferirle el Empleo de Capitán del 2º escuadrón de Gauchos de la Frontera del Rosario Jurisdicción de Salta concediéndole las gracias, exenciones y prerrogativas que por este Título le corresponden”
Gauchos de Güemes
El 20 de Agosto de 1820, Martin Miguel de Güemes, Gral. en Jefe del ejercito en observación del Perú confiere el titulo de “Sargento mayor graduado” a favor del Capitán de Gauchos del Rosario de la Frontera Don José I. Sierra.
En otro documento del 5 de Agosto de 1827, “Juan Antonio Alvarez de Arenales” reconoce los méritos y aptitudes del Sargento Mayor D. José I. Sierra, y lo confirma en el cargo de Teniente Coronel Comandante del 1º escuadrón de la Frontera.
Es expresiva una carta del Dr. José I. Gorriti a Romero González que dice: “Ven a mi finca en los primeros días de julio, entonces podremos hablar de los planes de Toledo, de don Antonio Cornejo, de Sierra, de Saravia…”
En 1825 un viajero Inglés, el Capitán Andrews recorre la zona y la describe en su libro “Viaje de Buenos Aires a Potosí y Arica en los años 1825 y 1826”, y una de ellas es la siguiente: “Hicimos doce leguas en carruajes de posta y después de cruzar el Rio Rosario, angosto, rápido y pedregoso, resolvimos hacer noche en la “estancia Metan”. Era propietario de esta estancia don José Ignacio Sierra, quien nos trató con todo tipo de atenciones. Como necesitábamos caballos los contratamos aquí para el resto del viaje a Salta, cincuenta leguas de distancia”…
Fueron sus hijos Guillermo y Marcelino Sierra, y podemos descubrir algo de su personalidad en un fragmento de una carta que don Anacleto Gramajo de Tucumán le envía a su hijo Guillermo, con motivo de la muerte de su padre en 1857 José Ignacio que dice así:
“Sierra, ciudadano singular en tal línea, fue llamado por la clase menesterosa, padre de los pobres; Por consiguiente, su muerte ha sido una calamidad pública, porque no solamente la Frontera del Rosario ha perdido una columna, la más importante, sino que también la carrera de Salta siente en el mismo grado su falta: Los viajeros tenían en él todos los auxilios que pudieran necesitar, pues su casa provista llenamente, estaba siempre a disposición de todos los transeúntes y en la estación lluviosa de peste del funesto chucho era ella como un establecimiento público de beneficencias donde se acogían a todos los enfermos y el mas infeliz era tratado con el mismo esmero que se dispensaba a gentes principales”