Ing. Carlos Pereyra Rozas
Agradezco a ésta Institución el honor
de aceptarme, donde trataré de aportar con mi colaboración
en la intención de ser uno más que transite como lo
hicieron aquellos gauchos a la Senda Gloriosa de la Patria, senda
de la que hemos apartado nuestros pasos pues no hay otra explicación
para comprender la realidad de este cuesta arriba tanto de la Patria
Chica como la Patria Grande, y que con su sacrificio nos advirtieron
nuestros héroes, siendo el General Guemes aquél en el
que podemos ver reflejada en su propia familia el renunciamiento,
el valor y el honor de cada gaucho y que en realidad aceptemos, que
como Guemes soportaron la guerra de la Independencia sus propios hogares,
pues esposas e hijos tenían un puesto en la epopeya, no fue
de otra manera por ello Guemes los amaba a sus gauchos. Me sorprende
cuando hablando con salteños no se hayan interesado en la honrosa
responsabilidad que les legaran sus mayores, a quienes me estoy refiriendo
concretamente, ello no cuesta mucho dado lo reciente de la Guerra
Gaucha averiguar y como sea, donde sea, por donde sea.... aunque sea
un poco sobre sus heroicos antepasados, pues la guerra que soportó
el norte de la Patria fue total, el escenario de lucha no solo fue
el campo de batalla, Guemes y sus gauchos repelieron seis o siete
invasiones del ejército realista, con gauchos que eran nuestros
antepasados, un poco de imaginación nos lleva a concluir a
que con la Guerra de Guerrillas era la única táctica
disponible para enfrentar a un ejército invasor, aún
hoy solo se llega a la victoria sumando los esfuerzos extremos de
hasta los niños.
Estoy convencido que como dije anteriormente, si cada salteño
tratase de buscar a ese gaucho, gaucha, gauchito o gauchita, encumbrado
o no, habrá dado el primer paso certero y firme pues tendrá
una razón para obligarse y obligar a la dirigencia de hoy que
comprenda, que los pueblos repiten la historia de la Libertad cuando
sus mayores se la legaron, creo que para lograrlo sería práctico
difundir cuanto nombre figure en las páginas de la Guerra Gaucha,
pues tal vez nos sorprendamos en saber que somos todos un eslabón
en la Independencia de la Patria que comenzaran nuestros mayores,
como pues, en respeto a ellos mínimamente aunque sea por curiosidad
en principio, tratemos de ubicarlos, no con la intención que
tomemos hoy posturas que puedan faltar a la verdad que les tocó
vivir en los acontecimientos de la Guerra Gaucha, pues comprendamos
que ellos como nosotros tuvieron que sumarse al pensamiento político
de Guemes y de San Martín como única alternativa para
vivir en libertad.
El espíritu de materializar una lista con los nombres de cuanto
gaucho figure en los anales de la Guerra Gaucha encumbrado o nó,
eso no importa, pues el valor de aquellos como dije no distinguió
ni sexo ni edad, concretamente esto es lo que propongo pues siempre
lo creí necesario.
A modo de explicarme sobre esta intención la que posiblemente
ya haya sido llevada a cabo, y sea yo mismo el ejemplo de aquellos
que desconocemos la historia, de ser así, de existir un trabajo
de recopilación de nombres de gauchos patriotas, sería
mi intención su difusión en el marco de la Senda Gloriosa
de la Patria, caso contrario iniciarlo.
Permítaseme intentar conmover el espíritu de todos aquellos
que tengan la buena voluntad de honrar a todos aquellos antepasados
gauchos que como el General Guemes brindaron su vida y el sacrificio
de su familia por la Libertad de América, recordando la memoria
de su esposa e hijos, transcribiendo algunos hechos de la corta vida
que pudieron compartir en sus seis años de matrimonio con Carmen
Puch con quien tuvo tres hijos, Martín, Luis e Ignacio. Como
se comprenderá la guerra los obligó a estar separados
casi permanentemente, su esposa era hija de un español acaudalado
pero que abrazó la causa revolucionaria colaborando con su
yerno, él dijo: “mi Patria es la Patria de mis hijos”
comento esto para ubicarnos mejor en la realidad social de la familia
formada por Guemes, pero si nos dejamos llevar por otros transes de
su destino veremos en ellos como en las familias de nuestros antepasados
gauchos, las angustias que sentirían a las que insisto hay
que honrar. Por ejemplo, enterado Guemes del siniestro plan de secuestro
de la esposa y de los hijos, nos relata el Ingeniero Rafael P. Sosa
en su libro “Algunos trabajos sobre temas históricos”,
dispuso su alejamiento hasta “el Chamical” o “la
Cruz” y como el ejército invasor avanzaba sobre esos
lugares, Carmencita siguió a escape, a caballo, durante muchas
leguas siempre ocultándose, por malos caminos, con empinadas
cuestas, no obstante su avanzado embarazo, y llevando en sus brazos
a Luis, el menor de los hijos. La escolta que la protegía iba
al mando del comandante Francisco Velarde, su tío materno,
así llegó hasta “los Sauces” estancia de
su padre, donde ella había de terminar su vida, en Rosario
de la Frontera.
En la antes citada historia del Dr. Frías, su autor relatando
los últimos momentos del General Guemes, en la Cañada
de la Horqueta, dice: “Dejaba Guemes al morir una viuda de 25
años y tres hijos de muy tierna edad, a ninguno de los cuales
tuvo el consuelo de ver al cerrar por postrera vez, sus ojos”.
Doña Juana Manuela Gorriti, en su libro “Recuerdos de
la Infancia”, describe así la caida fulminante que le
produjo a Carmencita la noticia de la pérdida de Guemes en
aquellos tristes momentos en que “Horcones” también
Rosario de la Frontera supo Carmen Puch la muerte de su esposo: “Dios
mio – exclamó -, ¿Tu lo has llamado a él
a tu seno? Pues a mi también me llamas.... y sin escuchar a
su padre, ni a sus hermanos, que la rodean llorando, cortó
su espléndida cabellera, cubriose con un largo velo negro ,
postrose en tierra en el sitio mas oscuro de la habitación
y en esa actitud permaneció, puede decirse hasta su muerte,
inmóvil, muda, insensible al llanto inconsolable de su anciano
padre, a las caricias de sus hermanas que la idolatraban , a los ruegos
de sus amigos y a los homenajes del mundo, alzando solo de vez en
cuando su luctuoso velo para besar a sus hijos, cual sombra que apartando
las nieblas de la eternidad volviera un momento a la tierra, atraída
por el amor maternal. Un día mas tarde, llamó a su padre
y hechándose en sus brazos lo besó para cumplir su sueño
de ir a reunirse con su esposo”.
Digamos que su hijo primogénito que obtuvo una pensión
del gobierno nacional y que había de ser gobernador de Salta
en 1858 y 1859, los dos años que entonces duraba legalmente
la primera magistratura; y Luis que dejó una numerosa descendencia,
en la cual se encuentran verdaderas personalidades. Mencionaré
asimismo a Ignacio, fallecido en la primera infancia, antes que la
madre, el que llevaba en el vientre en aquella dramática escapada...”
Por tradición oral de mi familia siempre se dijo que a los
hijos de Guemes , luego de su muerte los cuidaron los gauchos de Rosario
de la Frontera pues ellos a pesar de su corta edad eran perseguidos....,
en fin como decía ésta es la historia de cualquier gaucho
y su familia en la Guerra de la Independencia, pensemos que ellos
lo dieron todo por nosotros como no tomarnos el trabajo de por lo
menos alguna vez pronunciar sus nombres y que importante sería
agregar los nuestros hoy junto a todos nuestros hermanos Americanos.
Ing. Carlos Pereyra Rozas
SALTA, Junio 2004