“el pasado unido al presente, por los hilos
del recuerdo, jamás desaparecerá”…
Por : Dora Nella Castro.
Rudecindo Alvarado, un hijo de Salta, a quien la
historia le debe aun el reconocimiento que se merece por sus afanes
y entregas en pos de la libertad americana, continua esperando este
acto de justicia junto al Gral. Güemes quienes dieron sus mejores
afanes, ofrendando los mejores años de sus vidas en una lucha
para legarnos un suelo emancipado, sin embargo, pareciera que en nombre
de la patria, los sucesivos gobiernos de turno se niegan a reconocer
a estos dos inigualables paladines norteños.
Nació en Salta un 1º de marzo, allá por el año
1792, en el seno de una familia de muy buen pasar, siendo sus padres
Francisco de Alvarado un rico y prospero comerciante y de doña
Luisa Pastora Toledo y Pimentel de Alba matrona respetada por sus
blasones nobiliarios hispánicos. Fue el cuarto y último
de los hijos de dicho matrimonio siendo el mayor Felipe Antonio, luego
Juan Antonio seguido por Severo y por último Rudecindo. Estos
cerros que son nuestro orgullo por su belleza lo acunaron, sus ríos,
cercanos a la que era la residencia de los pobladores de la naciente
ciudad, le susurraron dulces canciones de cuna.
Amaba las pocas calles que marcaban el ejido salteño, las recorría
casi a diario, con sus progenitores en las salidas hacia los templos
o reuniones familiares y mas tarde obligado por sus tareas escolares
y paseos juveniles muy propios de la época... Quizás
algunas veces se habrán encontrado con el joven Güemes,
compartiendo reuniones, ya que pertenecían al mismo sector
social, pero los separaban unos años de diferencia en las edades
lo que no les debe haber permitido estrechar lazos de amistad Pasó
luego a Córdoba a fin de cursar estudios de humanidades que
debió abandonar demasiado pronto por la muerte de su padre
que lo puso al frente del hogar debiendo convertirse en comerciante
en defensa de la integridad familiar .
Con ese motivo viajaba continuamente a Buenos Aires procurando afianzar
el comercio heredado, razón por la que se encontró allí
en la semana de mayo de 1810.
Tenia por entonces solo 18 años, no es sorprendente que se
entusiasmara con los acontecimientos y que a su regreso a la provincia
se alistara en la compañía de Patricios de Salta no
sin antes contagiar sus esperanzas y entusiasmos a otros jóvenes
amigos que también participaron de su ingreso desde donde pasaron
a engrosar las filas del Ejercito Auxiliar del Norte que comandaba
Belgrano y por tal causa se encontró en le revés del
Desaguadero junto a Pueyrredon, participando en la
triste jornada de Huaqui el 20 de junio de 1811 donde las fuerzas
patriotas comandadas por Gonzáles Balcarce fueron derrotados
por los realistas comandados por Goyeneche. En forma posterior paso
a Oran para proteger a Pueyrredon en su retiraba de Charcas a Tucumán,
portador de los caudales de Potosí. En esta acción fue
acompañado por el Gral. Güemes siendo la primera vez que
luchaban juntos (1).
Después de esto permaneció en Tucumán dedicado
al comercio hasta que la invasión de Tristan amenazo aquella
ciudad por esta razón Alvarado tomo parte como Teniente del
Batallón de” Decididos” organizado allí
con el cual intervino en la Batalla del 24 de septiembre de1812 como
Ayudante de Campo del Gral. Díaz Vélez puesto que conservo
hasta la Batalla de Salta el 20 de febrero del año siguiente.
Casi sin transición paso al Ejército del Norte bajo
las órdenes de Belgrano siendo catalogado por los historiadores
como:”hombre de orden en el campamento y de energía en
el combate“(2) En 1812 en la batalla de Tucumán era Teniente
de Escuadrón.
Sobre su actuación en esta contienda según los partes
remitidos a Buenos Aires “fue disciplinado, eficiente, llenó
de fuego patriótico el alma y sirvió de aliento a la
tropa…”.(3).
Fue tal su fervor durante la lucha que su accionar le mereció
el ascenso a Capitán,
contando entonces con solamente 21 años. Continuando en el
Ejército puso énfasis en Vilcapugio y Ayohuma donde
no desmereció sus aptitudes, que aunque algunos autores como
Mitre y San Martín en sus memorias le retacean meritos al decir
que era demasiado cauto, le reafirman su valor, entrega y la firmeza
con que lanzaba a sus soldados al frente acompañándolos
como uno mas en el fragor de la contienda. Terminando así en
1813, no dejo las armas, por el contrario se alisto para pelear en
la 3º Campaña del Alto Perú donde actuó
nuevamente junto al comprovinciano que admiraba ya que no dejo dudas
de sus sentimientos hacia Güemes en sus expresiones frente a
San Martín quien así lo manifiesta en sus memorias …”Rudecindo
trae en su mente la idea de ser otro jefe de guerrillas, no le falta
para ello ni audacia ni voluntad, mucho menos valor…”(4).
Permaneciendo en la 3º campaña al Alto Perú que
lo llevo a estar presente en luchas combativas de Puesto del Marques
donde para su mayor templanza y alegría actuó junto
a Martín Miguel de Güemes, en 1815, continuando en otro
acto de combate el de Venta y Media el 20 de octubre del mismo año
que concluyo el 29 de noviembre con el enfrentamiento de Sipe Sipe,
donde el Gral. Rondeau fue completamente batido por Pezuela, donde
según, manifiesta el coronel de Arenales, la mas notable oposición
encontrada por los realistas fue el fuego de la línea de Cazadores
del Ejercito mandado por el Sargento Mayor Alvarado. Los restos del
Ejército derrotado se replegaron sobre Jujuy. Alli estallaron
estrepitosas disensiones entre el Gral. en Jefe y el Gobernador de
Salta Martín Güemes, que agravaron la situación:
en esta crisis se complicaron algunos oficiales salteños, entre
los cuales se encontró el Mayor Alvarado razón por la
cual este se vio precisado de trasladarse a Tucumán, que otra
vez iba a servir de apoyo a la creación de y cuarto ejercito
auxiliar.
En estos días, se instalo en aquella ciudad el Congreso General
Constituyente que sancionó el “Acta de la Independencia”
en medio de los mas críticos y apurados conflictos eligiendo
Director Supremo del Estado al Gral. Pueyrredon quien antes de regresar
a Buenos Aires se trasladó a Salta con el fin de armonizar
las relaciones entre el Gobernador y el Gral. en Jefe (5).
Haciendo un paréntesis, a esta altura, quiero referirme a un
acontecimiento ocurrido el mismo año que adquiere singular
importancia y es “El Pacto de los Cerrillos “, el que
fue originado por la intemperancia de Rondeau quien quizás
por razones estratégicas, o por los celos que le inspiraba
el gaucho salteño pasó de Tucumán hacia el norte
estableciendo su cuartel general en Huacalera sin tener en cuenta
la expresiones atribuidas a San Martín “…la patria
no hará otro camino por este lado norte que no sea una guerra
permanente defensiva y nada más, para eso bastan los valientes
gauchos de Salta con dos escuadrones, buenos veteranos, pensar en
otra cosa es echar en el pozo de airón hombres y dinero”.
Rondeau derrotado en Sipe Sipe en el año 1815 acepto voces
ajenas que contribuyeron para que exista una discordia culpando a
Güemes de un abandono, enfurecido lo declaro reo, pese a que
Domingo French pecando de desconfiado no llevó el auxilio ni
en tiempo ni en forma y la derrota fue fatal (6).
Esta derrota y esta pelea puso en peligro la causa de la independencia,
el desenlace de estos enojos se concretó en la Hacienda San
Miguel de los Cerrillos con la capitulación del 22 de marzo
de1816, en virtud de la cual dice su articulo primero: QUEDA JURADA
UNA PAZ SÓLIDA, LA AMISTAD MAS ENTERA, ENTRE EL EJERCITO AUXILIAR
Y LA BENEMERITA PROVINCIA DE SALTA, HECHANDOSE UN VELO SOBRE EL PASADO,
EN VIRTUD DE UNA AMNISTIA GENERAL…. En esta acta quedan indelebles
las firmas de Güemes y de Alvarado entre otros (7).
Esta acción entre Güemes y Alvarado sirvió a su
vez para que juntos se dirigieran a Rondeau protestando por la designación
de Carlos María de Alvear. Leyendo a Rondeau en sus memorias,
bajo cuyo mando actuaba, como también de Díaz Vélez,
encontramos que fue recordado por su empuje, valor y disciplina. Repitiendo
palabras que constan en partes comunicados a las autoridades de Bs.
As “Rudecindo Alvarado al frente del Regimiento de Cazadores,
asombró por su audacia y empuje, ganando por ella gran parte
de la gloria “ (8).
En cartas de los realistas encontradas también en el Archivo
de la Nación, figura en un relato de esta jornada, la mención
de “Jefe del Regimiento, un joven cuyo coraje y valor no solo
asombro a nuestros soldados bien formados y preparados sino que supo
sacar ventaja de este asombro…” (9).
Cuando el Gral. Pueyrredon es elegido Director Supremo de las Provincias
Unidas se llevo a Alvarado como Edecán, pero la tranquilidad
no lo llamaba con tanta fuerza como las armas, donde su espíritu
ansioso de la libertad del suelo patrio lo impulsaba a dirigir las
tropas y ofrecer batallas.
Alistándose en el Ejercito de los Andes que preparaba San Martín,
en 1816 ya con el grado de Teniente Coronel Jefe de Regimiento de
Granaderos.
Secundo a Soler en el encuentro del Morro de Chingue, arrollando las
fuerzas opositoras asegurando la gran victoria de Chacabuco.
Un párrafo aparte merece la actuación que le cupo en
la desagradable sorpresa de Cancha Rayada el 19 de Marzo de1818 donde
fue destacada su capacidad para que las tropas se pudieran retirar
casi sin perdidas, ni de vidas ni de vituallas.
Fue el único escuadrón que pudo replegarse salvando
el honor de no haber perdido ni un solo fusil a pesar de la ofensiva
y resistencia del invasor. Esta acción le valió las
congratulaciones de San Martín que con palabras justas reconoció
en Alvarado…” posee pasta de guerrero valiente, sereno
y aguerrido”(10)..
En Maipú el 5 de Abril de 1818 tuvo la audacia de enfrentar
al Regimiento de Burgos, que nunca había sido derrotado hasta
entonces, pero esta afrenta se la infligió el escuadrón
comandado por Rudecndo Alvarado lo que hizo que mereciera el ser ascendido
a Coronel, pasando a prestar servicios al sur de Chile, venciendo
al realista Juan Francisco Sánchez otro invicto hasta ese día
(Batalla de Bio Bio el 19 de enero de 1819).
“El celo militar y la habilidad táctica fueron desde
entonces otras tantas prendas incontestablemente reconocidas por todo
el Ejercito a favor de Alvarado. A ella se une
una figura bien educada a su habito, un tono y aire propiamente marciales,
una conducta escrupulosa y unas maneras constantemente suaves, modestas
y complacientes fuera de los casos de disciplina: por tales medios
se atrajo insensiblemente una estimación general sin excitar
los celos de la envidia”(11).
Con idéntica suerte en el combate de Nacimiento el 31 de enero
de 1819, haciendo una acotación, que tal vez corte esta historia,
quiero remarcar algo que me llama poderosamente la atención,
y es que en cuanta referencia hace el Gral. San Martín de sus
acompañantes en la campaña del Alto Perú y debiendo
mencionar a Alvarado siempre dice “Rudecindo” como si
quisiera dejar sentado su deferencia al no designarlo nunca por el
apellido como lo hace con los demás, o deja entrever un mayor
grado de amistad (12).
En Chacabuco actuó como Jefe de Cuerpo bajo las ordenes de
Soler, los restantes los mandaban Las Heras y Martínez , según
palabras escritas por Soler “en este momento mi principal cuidado
fue evitar que la caballería del enemigo pudiera rehacerse
sobre la dispersión nuestra por lo que envié los cuerpos
a Las Heras Alvarado y Martínez para que siguiesen formados
hasta la casa de Chacabuco…” (13). Y en un manifiesto
firmado por oficiales del Regimiento de Granaderos se puede leer:”podemos
lisonjearnos de la opinión que han merecido los Granaderos
a Caballo en todos los puntos que ha llegado la noticia de su valor
y disciplina, ellos han sabido siempre distinguirse y nadie ignora
que en la feliz jornada del 12 de febrero tuvo gran parte su sable
para decidir la suerte de Chile” (14).
Después de Chacabuco, al llegar a Chile, los jefes y oficiales
de graduación fueron alojados en casas elegidas de entre lo
mas cómodas de la ciudad tocándole al Comandante Alvarado
la de Don Joaquín Aguirre ubicada en la calle de la Moneda
Vieja, vecina a la de doña Mercedes Aldonate donde se alojaba
el Comandante Ambrosio Cramer.
En una carta que Pueyrredon le escribe a San Martín le dice…”celebro
que Alvarado haya correspondido al concepto que Ud me hizo formar
de el…” (15). En las memorias de San Martín que
relata Vicuña Mackenna.:”al medio día hacia su
almuerzo, que era en rigor su única comida, pero para esto
no escogía ni el boato ni el deleite de su corte militar, sino
que se refugiaba invariablemente en la cocina y allí sobre
una tosca mesa se hacia servir como en un campamento lo que apetecía
su débil estomago. Eran estos los momentos de expansión
y de confianza que elegía San Martín para los suyos,
ese era el cuarto de hora para los favoritos y frecuentemente le hacían
compañía uno o dos de sus íntimos: Necochea,
Lavalle especialmente Alvarado…” (16) Retomando a la vida
y obra de nuestro recordado y dilecto hijo de Salta, provincia que
tuvo el privilegio de dar a la patria un grupo de valientes como Güemes,
Alvarado, los Moldes y muchos más que junto a mujeres con alma
de patriotas todo lo dieron por la emancipación americana.:
Cuando el Director Supremo Pueyrredon ordena a San Martín el
regreso a Buenos Aires, este delega en Alvarado parte de su tropa
para remontar los Andes, así lo sorprende enero de1820 en la
tristemente recordada sublevación de Mendizabal, pese a lo
cual logro conservar las tropas bajo su mando, sino mas aun pudo acrecentar
el numero de soldados llegando a 1.500 efectivos, regresando a Chile
por otro pasaje que el conocía llamado El Portillo, pudiendo
reencontrarse con San Martín en las cercanías de Rancagua.
En ese mismo año, el 15 de abril de 1820 fue designado por
San Martín Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo, como
una forma de que el padre de la patria reconociera sus meritos y consagración
a la causa. Este famoso cuerpo se componía de un coronel, dos
teniente coronel, un sargento mayor, tres ayudantes, dos abanderados,
seis capitanes, once tenientes 1º, cuatro sub. Tenientes, veinte
sargentos, doce trompetas, veintinueve cabos, trescientos treinta
soldados. Alvarado fue recibido con mucha aceptación en el
Regimiento y debiendo aplicarse al estudio de su nueva arma. Conservando
el mando de los granaderos hasta recibir las palmas de Gral. en Lima,
el 12 de julio de 1821.(17)
Casi de inmediato tomo parte en la expedición Libertadora al
Perú, siendo el 13 de septiembre de 1820, encontrándose
en Paico, Alvarado se hizo cargo de la vanguardia del Ejército.
Luego fue encargado, por el libertador, de las tratativas del armisticio
de Punchaca.
Una vez en Lima fue designado Jefe de Estado Mayor, cargo que le llego
junto al ascenso a General, justo reconocimiento al valor, desinterés
y capacidad, otra muestra de alta estima que sentía el Gral.
San Martín hacia su persona.
Iniciado el regreso del Libertador, después de la entrevista
de Guayaquil, el Ejercito Único quedo bajo el mando de Alvarado,
que en octubre de 1822 inicio la campaña a los Puertos, que
fracasa por la falta total de pertrechos a lo que se suma la demora
en enviarle los refuerzos prometidos para ese fin. De esos momentos
la historia destaca el valor de los argentinos en Torata y Moquehua
donde Rudecindo Alvarado y Lavalle defendieron sus tropas derrotadas
en forma extraordinaria.
De regreso a Chile solicita un Concejo de Guerra por tal derrota,
pero Bolívar no solo ignora tal solicitud sino que lo nombra
Gobernador de la Fortaleza del Callao. El 5 de febrero dos sargentos
Oliva y Moyano, se sublevaron levantando las tropas inconformes por
la disciplina y el orden establecidos por Alvarado y lo tomaron prisionero
entregándolo a los realistas donde lo mantuvieron como rehén
hasta la gloriosa victoria de Ayacucho.
Estando prisionero en Puno donde fue oprimido y humillado. Cuando
recibieron la noticia de la victoria de Ayacucho los prisioneros patriotas
encabezados por el propio Alvarado apoyado por los habitantes de la
zona, salieron de la prisión y levantaron el estandarte de
la rebelión en todo el lugar. Alvarado se apresuro a organizar
aquellas fuerzas marchando de inmediato a atacar al Gral. Español
Olañeta que dominaba el Alto Perú, o a negociar su rendición
bajo el pabellón argentino. Llego a Laja. Sucre destaco de
su ejercito victorioso una división para que se pusiera a las
ordenes de Alvarado, quien debía marchar hasta Potosí
persiguiendo a Olañeta, pero luego, para impedir la rendición
bajo el pabellón argentino, separa de su cargo a Alvarado con
el pretexto de que viaje a Arequipa a reparar su salud.
Coincidiendo con la llegada de Bolívar a las provincias del
Alto Perú quien a su regreso, llevo al Gral. Alvarado a Lima
donde el 22 de enero de1826, le confirió el grado de Gran Mariscal
del Perú, la mas alta jerarquía militar de aquella época
(18).
Ese año regreso al país, siendo presidente Rivadavia,
que lo designo Inspector de Armas, pero como estaba enfermo renuncio
al poco tiempo. Había dejado en chile parte de su vida motivo
que lo hizo acudir a esos lares en busca de reposo y paz, permaneciendo
dos años . En 1829 regreso a Mendoza, viéndose obligado
por las circunstancias a asumir la Gobernación en reemplazo
de Roja Corvalan, pero lo hizo solo interinamente, durando esta actuación
solo dos meses, que bastaron para dejar huellas de su paso en adelantos
imborrables. Abandono este cargo para regresar a Salta donde había
sido electo Gobernador en 1831, pese a sus múltiples beneficios
en la ciudad, renuncio por circunstancias especiales, había
triunfado Facundo Quiroga y las ideas liberales de Alvarado no coincidían
con el caudillismo obligándose a emigrar, no sin antes dejar
creada la Institución que se preocuparía de la educación
provincial, trazado de calles, el primer mercado, y muchos adelantos
mas muy necesarios en aquel momento y que perduran. Volviendo a Salta
en 1846 después de Caseros y recién en 1854 Urquiza
lo nombro Ministro de Guerra y Marina de la Confederación,
cargo que luego dejo para tomar posesión de la Gobernación
de Salta el 15 de abril de 1855, siendo el acto mas trascendental
de su gobierno la promulgación de la Constitución Provincial
, dictada por la Convención Constituyente reunida en julio
de 1855, renunciando al cargo porque , ya que según sus palabras
“la había jurado y no se sentía electo bajo estas
normas “(19)... Había recibido el cargo de Brigadier
General el15 de noviembre de 1854 y como en Chile lo habían
designado Mariscal. Para gloria de Salta uno de los pocos ciudadanos
en el mundo que ostento los cargos mas altos de tres naciones: GRAN
MARISCAL DEL PERU, MARISCAL DE CAMPO EN CHILE Y BRIGADIER GENERAL
DE LA CONFEDERACION ARGENTINA RECIBIENDO ADEMAS TODAS LAS CONDECORACIONES
DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. MERECIENDO LA MEDALLA DE LA LEGION
AL MERITO DE CHILE Y LA DE LA ORDEN DEL SOL DE PERU Y LA MEDALLA CIVICA
DEL CONGRESO DE LIMA.
Se dedico en los últimos años a la vida privada, de
la que salio solo para acompañar las armas argentinas como
Inspector General de Armas en Salta y Jujuy.
Falleció un 22 de junio de 1872 a los ochenta años,
en su tierra natal a la que tanto amo. Sus restos se conservan en
el Panteón de la Glorias del Norte, al lado de sus comprovincianos
amigos y compañeros en las luchas por la patria.Quizas su descanso
junto a Güemes sea algo que siempre quiso, así lo demostraba
en su admiración y afecto.
Mitre en su Historia de Belgrano dice refiriéndose “Don
Rudecindo Alvarado poseía un carácter lleno de gravedad
y modestia, valeroso en la lucha y en La obediencia del mandato superior…”(20).
Cuando San Martín acantono sus tropas en Cuyo debido a su resentida
salud, tomo licencia y según sus propias palabras en su carta
a Guido:” aquí me tiene separado de todo mando pues la
División de Tropas que existe en esta se la he entregado a
Rudecindo, ya que pienso marchar en breves días y por un mes
y medio al campo…”(21).
En otra misiva del mimo Jefe enviada a Pueyrredon sus palabras son:
“con justicia deben resentirse los que se les ha prometido con
la sanción de Ud ;para Buenos Aires o Chile estoy seguro que
macharan gustosos, mucho mas sabiendo que es para una expedición
al Perú. Bajo estos principios soy de la opinión el
que esta división al mando de Rudecindo se aumente hasta el
numero de2000 en estas provincias y que abierta la cordillera para
expediciones a Puertos intermedios y demás puntos del Pacifico,
fuerza que hemos dejado en Chile las que deberán aumentarse…”
(22).
En cuanta correspondencia se lea en el Archivo Histórico de
la Nación, correspondiente a la época, se encuentra
el nombre de Rudecindo Alvarado, con palabras que lo distinguen como
un ser único por su valor y entrega. “El Gral. Alvarado
era en caballero amable, sumamente cortés y de modales que
disponían ampliamente en su favor, pero aunque animado del
mas puro patriotismo y de las mejores intenciones, este hombre benemérito
fue singularmente desgraciado como soldado”(23). Tuve la suerte
de ser incida en esta búsqueda de la verdad sobre Alvarado
por el Dr. Atilio Cornejo quien con total deferencia me ayudo muchos
días en su casa y no solo me permitió sacar apuntes
, también me dictaba de su memoria datos precisos y elocuentes
que mucho me sirvieron.
Otro privilegio fue permitirme este respetado y talentoso historiador
el de entrevistarme con una bisnieta de Alvarado, de apellido Toro
que me facilito la foto con que ilustro la tapa y otras que atesoro
en mi biblioteca. Lamentablemente esta señora ya estaba muy
enferma y no pudo cumplir lo que me prometió como retribución
a mi esfuerzo en levantar la bandera de Alvarado para que Salta le
de el sitio que se merece. Pero si cumplí mi parte poniéndole,
por intermedio de mi marido, ese glorioso nombre Rudecindo Alvarado
al Fortín de Gauchos de El Galpón.
Repitiendo palabras de Víctor Mackenna diré de Alvarado:
HOMBRES ASI NACEN DOS VECES, UNA, PARA LA VIDA NATURAL, Y OTRA, PARA
LA GLORIA, QUE NO ES SINO, LO SOBRENATURAL.
Testamento
En el nombre de Dios Todopoderoso, Trino i uno, en quien creo. De
quien espero, i a quien amo con la fe i creencia de católico
apostólico romano con que he nacido, he vivido i deseo morir.
Yo el brigadier general d Rudecindo Alvarado, natural de esta ciudad
de Salta, e hijo legitimo de D. Juan Francisco de Alvarado español
de origen, i de Da Maria Pastora Toledo Pimentel finados ya, fui el
cuarto y ultimo de los hijos de dicho matrimonio que me precedieron
D. Felipe Antonio, D. Juan Antonio, i D. Severo, finados también
Felipe el mayor falleció en Lima, Severo el tercero en Mendoza
permaneciendo ambos solteros sin que de sus bienes haya yo percibido
ni un solo céntimo, ni haberlo procurado, satisfecho si, de
que me haya cabido una fortuna de haberles sido util con mis pequeños
i propios recursos. Hago esta aclaración porque lo creo conveniente
i de oportunidad, sin que ella autorice a mis herederos a promover
gestión alguna que yo he omitido con entera voluntad. Mi hermano
don Juan Antonio dos veces casado murió en esta ciudad dejando
una numerosa familia que subsiste aun. Emigrado yo en Bolivia, fue
allí que tuve conocimiento de su fallecimiento sin haber testado,
circunstancia que motivo el nombramiento de albacea dativo y tutor
de los hijos menores en don Isidro Poveda tío de ellos, a quien
me dirigí pidiendo conocimiento de los bienes existentes para
deducir los cargos que obraran a mi favor, ya que por los bienes que
me habían correspondido en hijuela paterna i que muchos años
mi hermano administro, ya por lo que me hubieran adjudicado por hijuela
materna, i ya por una cantidad de pesos que había girado a
favor de mi referido hermano para la reparación de la casa
paterna .
Organice en fin una cuenta de cargos a la testamentaria de mi referido
hermano que ascendía a mas de diez i ocho mil pesos, cuenta
que sometí al albacea dativo Sr. poveda. Ese señor me
contesto que nada podía observar a mi cuenta cuyos cargos eran
legítimos i justos, sino que, deducido el patrimonio de las
dos esposas no alcanzaría quizás toda la masa de bienes
a llenar el cargo que o demandaba.
Conteste a este aviso con una donación legal a favor __________de
los hijos de mi hermano de todos los bienes paternos _________i maternos
i aun del dinero que le tenia anticipado_______para que los distribuyera
en iguales proporciones entre los hijos. Se que asi se practico, i
me complazco en el pequeño concurso que me había cabido
e disminuir las necesidades de mis sobrinos como una expresión
de mi justo cariño.
Mi carrera militar en la guerra de la independencia, me ha privado
de contraer vinculos de familia i me considero soltero; mas, padre
de una hija que tuve en Valparaíso (chile) en una señora
soltera como yo, casada después, i muerta al, poco tiempo de
su matrimonio. Mi referida hija natural nació en Quillota el
primero de septiembre del año diez i ocho i fue bautizada con
el nombre de Antonina del Carmen que hoy lleva. Criada i educada bajo
los auspicios de una tía, hermanan de la madre, hasta que en
la edad de quince años se desposo con Don Pedro Ignacio Toro,
natural de comercio de Valparaíso, falleció este pocos
años después en uno de los puertos del Perú,
regresando de Guayaquil a donde le habían conducido sus negocios.
Este fatal i trascendental acontecimiento determino a mi hija a convertir
sus miradas hacia su padre i desde Chuquisaca, capital de Bolivia
donde yo residía emigrado la llame a mi lado, practicándolo
así con el único hijo que le había quedado de
edad de dos o tres años llamado Ignacio Toro. La incorporación
de mi hija se verifico en el año cuarenta, i en principio del
cuarenta i dos se desposo en segundas nupcias con el Coronel argentino
Francisco Borja Moyano muerto en esta ciudad sin haber tenido sucesión.
Es de oportunidad que yo declare como lo hago que al incorporárseme
en Sucre mi
hija Antonina trajo consigo un pequeño capital, que administrado
bajo mi dirección ha aumentado hasta poder hacer frente a la
fuerte erogación precisa para comprar por su cuenta a Don Valentín
Jáuregui la chacra que administra el hijo Ignacio y cuatro
mil pesos mas para la compra de la casa que habitamos en esa ciudad,
como se halla acreditado por las escrituras respectivas de ambas fincas.
Es cierto sin embargo que para completar ciertas erogaciones se han
aplicado donaciones que en diferentes épocas le hice espontáneamente
en justa i debida remuneración a cariñosas atenciones
con que se ha contraído a endulzar las amarguras de la vejes
i mala salud de su padre, donaciones sobre las cuales tiene derecho
a reclamar , del mismo modo que otras hechas a objetos de beneficencia
o a personas dignas de mi cariño; e dispuesto de lo que me
pertenecía i no reconozco en persona titulo alguno para alterar
estos autos consumados en vida.
Reducidos así los fondos que hacían mi pequeña
fortuna a que pueden agregarse las falencias de algunas casas de comercio
en que parte de mi capital estaba colocado a interés, no he
reservado en mi provecho mas que una consistente en créditos
activos, que están acreditados por documentos existentes, i
una mitad del valor oblado por la casa que habito.
Sin ascendientes ni descendientes que se puedan estimar con derechos
a la sucesión de los bienes que me he reservado instituyo por
heredera a mi hija Antonina del Carmen legalmente reconocida antes
de contraer su segundo matrimonio en Chuquisaca, entendiéndose
también esta institución a todas mis acciones i derechos
No reconozco crédito alguno pasivo; pero si después
de mis días se presentase alguno con carácter legal,
mi única heredera procurara satisfacerlo. Instituyo i nombro
mis albaceas fideicomisarios i ejecutores testamentarios para que
ejerzan este carguen en el orden de su nombramiento, a saber, en primer
lugar a mi hija Dña Antonina del Carmen, en segundo a mi sobrino
Dr. Miguel francisco Araos, i en tercero a mi sobrino Dn Juan Fernández
Cornejo de quienes como mis buenos sobrinos i amigos espero se dignen
concurrir con sus influyentes auspicios i dirección a ayudar
a dicha mi hija, prorrogándoles todo el termino que precisaren,
al mas del prefijado por la lei, para que cumplan i terminen definitivamente
mis presentes disposiciones i encargos. Dejo a la discreción
de mis albaceas los funerales que deban practicarse en mi fallecimiento;
pero si les recomiendo que se limite a lo más humilde i modesto
como he deseado sean todos los actos de mi vida. Recomendándoles
al mismo tiempo que por alguno de mis albaceas se dirija una nota
a la inspección general del ejercito nacional instruyendo en
esa oficina del día de mi fallecimiento para ser considerado
de baja en el escalafón del ejercito. Inmediatamente después
de mi fallecimiento i tan luego que mi hija, heredera i albacea estime
conveniente procederán mis albaceas a la facción de
inventarios y tasación de mis bienes, estrajudicialmente, procurándolo
posible que no haya motivo de intervención alguna de la autoridad,
bien entendido que la declaración que hago i mui espacialmente
respecto a mis bienes es fiel i exacta.
La presente disposición se tendrá en juicio i fuera
de el por mi único testamento, ultima i deliberada voluntad
quedando sin fuerza ni valor alguno todo otro testamento, codicilo
u otra disposición anterior. Yo el suscripto Escribano de Numero
i de la Suprema Cámara de Justicia llamado a casa del Sr. Brigadier
General D Rudecindo Alvarado a quien encontré auque enfermo
en pie al parecer en su sano juicio i libre voluntad, pues que el
a quien doi fe conozco, i de ser natural i vecino de esta Ciudad,
leyó detenidamente el anterior testamento i además leído
que le fue del principio al fin a presencia de los testigos idóneos
en derechos i vecinos los Sres. B Benedicto Fresco , D. Casiano J
Goitia , D José Hilario Carol a quienes doi fe dijo estar conforme
i ser su contenido la expresión definitiva de su ultima i deliberada
voluntad en cuyo comprobante firma con dichos testigos por ante mi
que doi fe – En Salta a diez i seis del mes de julio de mil
ochocientos sesenta i ocho-
Rudecindo Alvarado
Tgo Jose Hilario Carol
Tgo Benedicto Fresco
Tgo Casiano Goitia
Manuel N Quijano
Escribo Pubo
Descendencia
Como el Brigadier Gral. lo reconoce en su testamento su carrera militar
lo privo de contraer vínculos de familia pese a lo cual reconoce
haber tenido una hija natural con Dña Agustina Martínez.
Dña Antonina del Carmen Alvarado: nacida en Quillota Chile
el 1º de septiembre de 1818 .Casada con Dn Pedro Ignacio Toro
de Valparaíso de quien tuvo un hijo llamado dn Ignacio Toro
Alvarado , con sucesión en Jujuy . Una hija de este fue docente
en Ledesma, muriendo en Salta. La que deferentemente me cediera las
fotos que menciono e este escrito y que ilustra la tapa En segundas
nupcias Doña Antonina del Carmen Alvardo se caso en Sucre el
3 de junio de1842 con el Coronel argentino Dn Francisco Borja Moyano,
guerrero de la independencia que murió en Chuquisaca sin sucesión.
(1): pensamiento personal surgido por lecturas de diferentes historiadores.
(2):Estudios Históricos sobre la Revolución Argentina,
Archivo de la Nación ,tomo , folio g
(3):Notas del Gral. Lamadrid refutando a Paz .Achivo de la Nación
(4):Memorias del Gral. San Martín, Archivo General de la Nación.(
cuerpo ll)
(5): Biografías Argentinas y sudamericanas, Pág. 188-
Biblioteca Histórica Dr. Atilio Cornejo
(6): Conferencia del Prof. Marcelo Farfán sobre “Pacto
de los Cerrillos” Pág. 7.
(7): Güemes y el Pacto de Los Cerrillos del Prof. Marcelo Farfán
.(8): Correspondencia de Rondeau, legajo en el Archivo Gral. de la
Nación
(9): Legajos de cartas secretas del Archivo de la Nación.
(10): Memorias de San Martín Vol. II. Ver también memorias
póstumas de San Martín. 1 Pág. 150
(11): Referencias Coronel Arenales _ Biografías argentinas
y sudamericanas, Pág. 183
(12): Reflexión propia al leer distintos autores y Memorias
de San Martín
(13): Relatos de Soler, Archivo General de la Nación Legajos
documentos de Guerras
(14): Memorias póstumas con correspondencia Archivo del Gral.
San Martín. Legajo Archivo de la Nación
(15): Relaciones históricas. Relato de Pueyrredon, Archivo
de la Nación.
(16): Relatos de Vicuña Mackenna en Memorias de San Martín,
Tomo III.
(17): Biografias argentinas y sudamericanas Pág. 136 Biblioteca
Dr. Atilio Cornejo
(18): Biografías argentinas y sudamericanas Pág. 138,139,
en la Biblioteca Dr. Atilio Cornejo
(19): Biografías argentinas y sudamericanas Pág. 139
Biblioteca Dr. Atilio Cornejo
(20): Historia de Belgrano, de Bartolomé Mitre, Tomo II Pág.
capitulo XXXVI
(21): Memorias póstumas de San Martín, correspondencia
privada Archivo de la Nación
(22):Memorias de Pueyrredon .Legajo correspondencia con San Martín
, Archivo de la Nación
(23): Memorias escritas por el Gral. Millar recopiladas Archivo de
la Nación y citadas en Biografías Argentinas y Sudamericanas
Pág. 139, Biblioteca Atilio Cornejo.
Copia fiel del Archivo Y Biblioteca históricos de Salta. Carpeta
nº 44, Protocolo nº 400 Folio nº 93/95.
Los manuscritos se representan en letras bastardillas.
Centro de investigaciones genealógicas de Salta
Nº I Pág. 281—AD 1999.