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Sitial Nº 20 - María Loreto Sanchez Peón de Frias

Por: Prof. Ercilia Navamuel

Doña Loreto, fue una de las damas salteñas que desempeñaron una importante función en la guerra por la emancipación, haciendo de correo para los patriotas. Era de fina belleza, cabellos oscuros y ojos claros. Su esmerada educación le permitió desenvolverse en las más altas esferas sociales a la que pertenecía, entrando en amistad con la oficialidad del Ejército realista sin que estos se percataran de su doble vida.

Nació el 3 de enero de 1777 en Salta y murió ya viuda y centenaria el 10 de agosto de l870. Era hija de Don Ramón Sánchez Peón, hábil comerciante natural de Asturias y de Doña María Antonia Avila. Se casó con el patriota Pedro José Frías. Su descendencia, también se destacó desde temprana edad en la lucha por la independencia, Eustaquio y Pedro Frías, con quienes formó un sólido equipo.

Durante la guerra casi todos los hombres se ausentaron de Salta, muchas familias migraron, quedando en la ciudad solo valientes mujeres, niños y mayores con impedimentos físicos. Sin embargo, Salta era famosa por la actividad social, por sus fiestas y cultura, este ritmo no se interrumpió, ya que los realistas disfrutaban y admiraban este ambiente, organizaban bailes a los que asistían las jóvenes salteñas. Según testimonio del General Tomas Iriarte, quién describe a la sociedad salteña como muy culta, amable y dada a las fiestas, habitaban bellas mujeres, casándose muchas con oficiales realistas.

María Loreto, dirigió a un grupo de distinguidas damas, sus amigas de mayor confianza, entre las que se hallaban Doña Juana Moro de López, Petrona Arias y Juana Torino, entre otras valientes “Bomberas”, que ayudadas por sus hijos pequeños y sus criados espiaban al enemigo realista e informaban a los patriotas, aprovechando de su sociabilidad y afición a las fiestas.

Así, Doña María Loreto, secretamente pasó a ser la Jefa de Inteligencia de la Vanguardia del Ejército del Norte y como tal autora de un plan continental de “Bomberas” que fue aprobado y autorizado por el General Güemes. Para cumplir con ello se contactó con otros patriotas del Norte, como Antonio Álvarez de Arenales y Juana Azurduy de Padilla.

En estas actividades estuvo Doña Loreto desde 1812, en tiempos del General Belgrano, hasta 1822, en todo el periodo de la Guerra Gaucha con el General Güemes.

Para conseguir su objetivo, vendía pan y pastelillos al ejército realista, a la hora de pasar lista, se sentaba en un rincón, en cuclillas, como lo hacían las criollas, silenciosamente tomaba conociendo de la cantidad de soldados que había, llevando cuenta en dos bolsitas de maíz, una para los presentes y otra para los ausentes.

En el hueco de un árbol, a orillas del río Arias, depositaba los mensajes para el Coronel Luis Burela y retiraba los que le estaban dirigidos a ella.

Como muestra de su valor, se cuenta que en 1817, el General La Serna, había planeado una entrada al Valle Calchaquí y para distraer a los salteños organizó un baile, pero Doña Loreto allí se entera por boca de un oficial encandilado con su belleza, de la mentada expedición. Sin demora y aun siendo de noche, monta un caballo y da aviso a los patriotas, que pudieron organizar la defensa y derrotar al enemigo.
En otras oportunidades, vestida de gaucho, de noche salía a cabalgar internándose en el monte, por senderos solo por ella conocidos, para encontrarse con sus compañeros de causa.

Disfrazada de india, se sentaba en los portales a vender pasteles y espiar. Sus criados llevaban a las “Bomberas” sus mensajes.

Los realistas entraron en sospechas de las actividades de las damas salteñas y comenzaron a vigilarlas. Así es como pasó Doña Loreto la experiencia de estar presa en el Cabildo, mientras su Esposo estaba en Guachipas y partía hacía allí la expedición realista. Las “Bomberas” inmediatamente se organizaron para dar aviso.

Su firme convicción por la causa patria, no le permitió flaquezas, efectuando actos increíbles para la época y para una delicada Dama.

Así pasaron los años, terminó la guerra por la independencia y comenzaron las civiles entre unitarios y federales. Doña Loreto, siempre activa, fue testigo de la organización constitucional y modernización del país en la segunda mitad del siglo XIX. Seguramente, su longevidad fue fruto de su agitada vida y sabia discreción.

BIBLIOGRAFÍA
Frías, Bernardo: 1973, Historia del General Güemes. Ed. Depalma. Buenos Aires.
Frías, Bernardo: 1929, Tradiciones Históricas. Buenos Aires.
Güemes, Luis: 1990, Güemes Documentado. Plus Ultra. Buenos Aires.
Vitry, Roberto: 2000, Mujeres Salteñas. Ed. Hanne. Salta.
Villafañe, Benjamín: 1953, Las Mujeres de Antaño en el Noroeste Argentino. B.A.
Drucaroff, Elsa: 1999, La Patria de las Mujeres. Ed. Sudamericana. B.A.

 

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