Nació
en Orán, allá por el año de 1790, según
Roberto Vitry Mujeres Salteñas Pág. 244 “...fue
bautizado en Salta el 23 de septiembre de 1797; hijo de don Francisco
Ríos y de doña Toribia Liendro y Chávez...”
; ingresando a la carrera de las armas en 1814, cuando el Ejercito
Auxiliar del Norte, comenzaba a ser el principal protagonista en defensa
de la Libertad e Independencia de lo que hoy es nuestra República
Argentina. El Gral. Manuel Belgrano consideró oportuno enviarlo
a Tucumán a que ingresara en la Academia de Cadetes y, según
cuenta el Historiador Fernando Rufino Figueroa en su libro: Diccionario
Biográfico de Salteños:1980, pág.98 “...
Mateo Ríos luego de Tucumán pasó destinado al
Regimiento de Granaderos a Caballo, pasando finalmente a formar parte
de los escuadrones de gauchos comandado por el General Martín
Miguel de Güemes.
Sus servicios a la Patria fueron reconocidos por el Gral. Güemes
quien le confirmó el ascenso a Capitán en 1820 y a Sargento
Mayor al año siguiente.
Desde 1995 luego de leer a mi amigo y vecino, el Profesor José
Fadel, aquellas memorables palabras pronunciadas con motivo de los
homenajes al prócer el 7 de junio de 1994 en los actos que
anualmente realiza El Instituto Güemesiano de Salta, precisamente
cuando expresa tan magistralmente: “ ... Siempre he tenido la
obsesión de imaginar los momentos vividos por el Héroe
Gaucho, desde el instante en que fuera herido por la bala enemiga...”
y curiosamente se quedó en mí la misma inquietud y,
comenzamos a escudriñar el tema de quienes acompañaron
a nuestro General hacia la Historia y específicamente en sus
últimos estertores de muerte. Fue por ese entonces que también
el relevante Historiador don Luis Arturo Torino personalmente llevó
a mi casa su hipótesis de trabajo sobre el último camino
recorrido por el Prócer y allí aparecía el nombre
de otro leal escolta que acompañó a Güemes hasta
el fin de sus días y este era Don Mateo Ríos. La lectura
posterior de la obra del Dr. Bernardo Frías, Historia del General
Martín Miguel de Güemes y de la Provincia de Salta, o
sea de la Independencia Argentina, tomo V, página 101, Ed.
Depalma Bs. As. 1973, en el pie de página 10; se puede leer:
“Relación tomada al coronel don MATEO RÍOS, que
se hallaba formando en la partida sobre el río de Arias”.
Posteriormente cuando el Dr. Luis Oscar Antonio Colmenares publica
su obra cumbre Güemes El Héroe Mártir por el Instituto
Güemesiano de Salta en 1998, en la página 65, de la separata
A, del indiscutible boletín Nº 23 tercera parte, hace
exacta referencia al trabajo de Luis Arturo Torino, con posterioridad
se edita el mismo libro por la editorial Ciudad Argentina y, póstumamente
en nuestros días apareció la segunda edición
y primera reimpresión y en tales textos aparece confirmada
la valiosa ayuda de Don Mateo Ríos.
Siguiendo a don Fernando Figueroa en la misma obra citada anteriormente,
relata: “... en oportunidad de realizarse el traslado de los
restos del general Güemes, desde la capilla de Chamical al recinto
de la Catedral de Salta, a su pedido, fue llevado Mateo Ríos
desde su residencia hasta el lugar de las ceremonias a fin de estar
presente y rendir su homenaje al querido Jefe, como él mismo
se expresara embargado de profunda emoción...” Pero al
lado de este Gran Hombre estuvo su esposa Doña Ursula Álvarez,
con quién se casó en 1816, pasó sus últimos
años en el recogimiento del seno familiar, en las mismas tierras
que vieran nacer posteriormente y en otro siglo a Don Paulino Arroyo,
el historiador y, al poeta, Don Manuel J. Castilla; me refiero a Cerrillos,
fue en ese lugar donde continuó con su conducta altamente generosa
y caritativa hasta que le sobrevino la muerte, en esa misma localidad,
el 23 de julio de 1878.
Para un simple lector como quien escribe estas líneas, queda
el ejemplo de Don Mateo Ríos escrito en el alma, circulando
en la vena, latiendo en compromiso múltiple, porque su paradigma
de valores en la historia, que construyó nuestra Argentina
debe seguir su rumbo de Grandeza, su glorioso paradigma nos recuerda
al de Simón el Cirineo del texto bíblico, por su ayuda
fiel, desinteresada, patriótica, humanitaria, afectiva, solidaria,
amiga, familiar, idónea, digna y respetuosa, sobre todo buena
y oportunamente prestada a la álgida caravana herida de muerte,
como bien la definiera Fadel en aquel discurso... sin duda memorable.
Tan solo por esta piadosa actitud, de improvisar una camilla allá
por la madrugada del 7 de junio de 1821, para el general Güemes
el prócer que junto a Bolivar y San Martín formaran
por la magnitud de la obra realizada, la trípode gloriosa sobre
la que descansa por los siglos el augusto edificio de la Independencia
Americana. Y esto lo sé por Fray Honorato Pistoia que a su
vez toma la cita de la obra del Dr. Bernardo Frías.
Según cuenta F.R. Figueroa luego de producida la muerte del
General Güemes, don Mateo Ríos fue designado por dos veces
Teniente Gobernador de Orán, fue Teniente Coronel por despachos
del gobernador Gorriti, fue Ayudante Mayor e instructor del Cuerpo
de Cívicos y encomendado a la comandancia de las fuerzas militares
destacadas en el Chaco por despachos del general Juan a. Alvarez de
Arenales gobernador de la provincia de salta; fue prisionero de los
realistas y fue ayudado a fugarse de ellos, por Doña Toribia,
apodada “la Linda” ... murió en Cerrillos el 23
de julio de 1878, ciego, a los 81 años... Señoras y
señores, vale la pena inaugurar un Sitial en agradecimiento
a un impagable servicio prestado a la Patria Toda.