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Carrera Militar de Martín Miguel de Güemes |
Por Guillermo Solá
El 17 de junio se cumple el 185º aniversario de la muerte del General Martín Miguel de Güemes. Y ya que lo mencionamos por su grado de General, he creído oportuno, como homenaje, realizar un somero repaso de lo que fue su carrera como soldado, no con el propósito de militarizar su figura, sino con el objeto de esclarecer, o simplemente recordar que Güemes, además, fue militar de carrera, iniciada en el Regimiento Fijo de Buenos Aires - 3er Batallón - 7ª Compañía, con asiento en Salta, en donde es dado de alta como cadete el 13 de febrero de 1799, justo cinco días después de cumplir 14 años. Continuó luego en Buenos Aires, adonde el Virrey Sobremonte... dispone su traslación para que reciba la instrucción correspondiente a su clase... llegando allí a fines de 1805.
Cadete del FijoComo cadete, tiene su bautismo de fuego frente a los ingleses durante la reconquista y defensa de Buenos Aires en 1806, atribuyéndosele la famosa toma de la fragata Justina varada en el Río de la Plata hasta la que llegó montado junto a cincuenta jinetes de Pueyrredón, con el agua hasta el cuello de los caballos, rindiendo a su tripulación y arrebatándoles la bandera del buque, que es la que hoy se conserva en el templo de Santo Domingo.
Luego, en abril de 1807, José Ignacio de Merlos comandante de la Infantería Veterana de Buenos Aires, o sea del Fijo, designa al cadete don Martín Güemes, sujeto de honor, actividad y de irreprensible conducta a cargo de la vigilancia en el Río para impedir el comercio con los ingleses, contrabando que se llevaba a cabo desde Montevideo.
SubtenienteGüemes interviene también en los combates de Puente de Gálvez y Corrales de Miserere, como así en el ataque a la Residencia y en las calles y azoteas, entre otras acciones llevadas a cabo durante la segunda invasión, tal cual informa Santiago de Liniers al rey de España, el 31 de julio de 1807, figurando entre los oficiales y cadetes que se destacaron y a quienes el monarca deseaba premiar. Entre los premios y los ascensos dispuestos en enero de 1809, por la ya entonces Suprema Junta Gubernativa de España e Indias, desde Sevilla, en nombre de Fernando VII llegó por Real Cédula para Güemes, oficialmente, el despacho de subteniente. Pero cuando Güemes regresa a Salta, a mediados de 1809, también ostenta el de teniente del Cuerpo de Granaderos de Liniers.
Capitán del EjércitoMás adelante, en fecha 30 setiembre de 1810, le expiden el de capitán otorgado por la Junta a solicitud del gobernador Chiclana, cuando Güemes ya se encuentra al servicio de la Revolución de Mayo, en la Quebrada de Humahuaca al comando de una partida de 60 hombres con la misión de interceptar y cortar las comunicaciones entre los realistas del Alto Perú y los de Córdoba (literalmente, la primera y geográficamente más avanzada partida patriota).
Interviene en el ataque a Cotagaita y luego, de manera decididamente protagónica, en la victoria de Suipacha. Tres días después de esta paradigmática batalla Castelli informaba a la Junta: Ayer he mandado destacar una partida de ciento cincuenta hombres montados, armados y municionados, con sus correspondientes oficiales, al mando del capitán don Martín Güemes, con destino a ocupar la cabeza del partido de Cinti, provincia de Charcas... No dudo del éxito de esta disposición cuando está a cargo del capitán Güemes (uno de los oficiales de las provincias incorporadas al ejército) y manda tropas tarijeñas que son superiores... misión que tenía el objeto de someter aquel baluarte y consolidar la victoria de Suipacha. Sin embargo, a pesar del buen concepto sobre el joven capitán expresado por el secretario de la Junta en esta misiva, no lo incluyó -váyase a saber por qué motivo- en el parte enviado al gobierno central de los individuos que se destacaron en aquel histórico combate. En enero de 1811, en Potosí Güemes es separado del Ejército Auxiliar y enviado de vuelta a Salta, sin menciones, sin premios, sin ascensos y sin explicaciones. Es posible que la medida se deba a la queja que, por la omisión, supuestamente haya presentado Güemes a la jefatura del ejército. Es posible, también, que su queja haya sido por la demora criminalísima que comenzaba a producirse por el estacionamiento e inactividad del ejército en Potosí que permitía al enemigo rearmarse al otro lado del río Desaguadero, lo que llevó luego a la derrota en Huaqui.
También es posible que se haya quejado por el cruel y sangriento ajusticiamiento en la plaza de Potosí de los jefes realistas Nieto, Córdoba y Sanz, ordenado por Castelli, actos éstos con los que Martín Güemes nunca estuvo de acuerdo. Seguramente que tampoco había aprobado lo que un tiempo atrás habían ejecutado los mismos jefes en Córdoba, en donde también había caído cruel, injusta e innecesariamente nada menos que Santiago de Liniers, de la estima y admiración de Güemes.
O quizás, todos los motivos juntos. En realidad no hay documentación que dé más luz sobre la causa de la separación de Güemes del Ejercito Auxiliar del Perú y, como consecuencia, su inasistencia en Huaqui.
Teniente Coronel GraduadoA mediados de 1811, la Junta Grande nacional, enterada ya de la derrota de Huaqui, ordena a Güemes su reincorporación al Ejército del Perú, orden ésta que llega cuando él ya está en operaciones en la Quebrada de Humahuaca -por orden del gobierno provincial- atajando desertores y colaborando con el ejército en retirada. En octubre de ese año de 1811, Pueyrredón recibe de la Junta la designación de comandante en jefe del Ejército Auxiliar, cargo que ejercía interinamente Viamonte en reemplazo del frustrado Balcarce. En seguida nomás, Pueyrredón obtiene para Güemes el grado de teniente coronel (graduado) y lo nombra 2º Jefe de la Vanguardia, cuyo mando estaba en las manos de Díaz Vélez quien ordena al salteño, a fines de ese año, dirigirse a Tarija a apoyar a los tarijeños que resistían a los españoles que ocupaban la villa.
Güemes recuperó la Villa el 18 de enero y restableció el gobierno de la Junta Subalterna. Una vez cumplida su misión recogió las armas y municiones que los españoles habían reunido para Goyeneche y regresó con ellas a la Vanguardia del Ejército Auxiliar. Ésta había retrocedido hasta Humahuaca a causa de que con un refuerzo de mil hombres al mando del general Pío Tristán el enemigo había avanzado nuevamente hasta Tupiza.
En marzo de 1812, Pueyrredón, enfermo, había renunciado al mando del Ejército Auxiliar, y en Yatasto hace entrega del cargo a su reemplazante, Manuel Belgrano.
Entre agosto y setiembre de 1812, cuando Belgrano está conduciendo el Éxodo en Jujuy y Güemes está en Santiago del Estero cumpliendo sus órdenes de reclutar tropas, caballos y ganado para la retirada hasta Córdoba que había ordenado la Junta, Belgrano, con el pretexto de una comisión, envía a Güemes a Buenos Aires con una nota reservada para el gobierno central. Allí se entera Güemes que la tal comisión era un confinamiento en castigo por... la escandalosa conducta del teniente coronel graduado, don Martín Güemes con doña Juana Inguanzo, esposa de don Sebastián Mella, teniente de dragones en el ejército de mi mando, por vivir ambos en aquella ciudad aposentados en una sola mansión... La acusación había llegado a Belgrano, tal como comienza en su nota, por noticia de... el alcalde de Santiago, don Germán Lugones...
Por estar en Buenos Aires Güemes no estuvo en las victorias de Tucumán y Salta ni en las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.
Teniente Coronel EfectivoEn 1814, cuando llega San Martín a Tucumán para hacerse cargo del ejército en reemplazo de Belgrano, llega también en compañía de Güemes a quien había conocido en Buenos Aires. En febrero, el Libertador nombra al salteño Comandante de la Avanzada sobre el Río Pasaje, al norte de Tucumán. El 1º de abril San Martín informa al Director Supremo desde Tucumán sobre. ..el plausible resultado del ataque a la brusca que emprendió el valeroso teniente coronel don Martín Güemes el 29 del próximo pasado a distancia de una legua de la ciudad de Salta con los paisanos... agregando un conceptuoso informe y recomendando al mismo tiempo un ascenso. El gobierno central contesta que ha recibido con satisfacción el parte con el informe de ...el benemérito teniente coronel don Martín Güemes... y a principios de mayo El Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, atendiendo a los méritos y servicios del teniente coronel graduado, don Martín Miguel de Güemes, ha venido a conferirle el empleo de teniente coronel efectivo del ejército, concediéndole las gracias, excepciones y prerrogativas que por este título le corresponden...Gervasio Antonio de Posadas"
CoronelTerminará el año 1814 con la invasión de Pezuela derrotada y los realistas acantonados en Tupiza. El Ejército del Norte, ahora al mando de Rondeau podrá llegar a Jujuy y seguir después hasta Humahuaca sin ningún problema y sin haber disparado ni un tiro, completamente expulsados los invasores por mérito de las milicias gauchas salto jujeñas. Rondeau solicitó un nuevo ascenso para Güemes. El Directorio lo ascendió a coronel.
En abril del año siguiente, 1815, Güemes obtiene en Puesto del Marqués un triunfo rotundo sobre una avanzada española, tras lo cual y, como consecuencia de los malestares que ya venían sucediéndose entre Güemes y Martín Rodríguez, el primero fue nuevamente y por tercera vez separado del Ejército del Norte y reemplazado en la Vanguardia por el segundo, motivo por el cual tampoco asistió Güemes a las derrotas definitivas de Venta y Media y Sipe Sipe.
Con la apertura del Congreso en Tucumán y la designación de Pueyrredón como Director Supremo, quedó establecido el retiro a Tucumán de los restos del derrotado ejército, y la responsabilidad de su protección como también la defensa de las provincias a cargo del ahora gobernador de Salta, coronel Martín Miguel de Güemes. La trascendental misión, propuesta por Pueyrredón y patrióticamente asumida por el Héroe Gaucho, fue decidida en reunión privada solicitada por el flamante Director y llevada a cabo desde la tarde del viernes 14 hasta la madrugada del domingo 16 de junio de 1816, en la Posta de Cobos, Salta.
Coronel Mayor de los Ejércitos de la PatriaCuando en 1817, luego de resistir y rechazar la mayor de todas las invasiones que los españoles intentaron desde el Alto Perú durante la Guerra de la Independencia, al mando del Mariscal La Serna compuesta por un ejército de más de 6.500 hombres, de los cuales más de 3.500 eran veteranos victoriosos contra Napoleón en España y contra Bolívar en América, cuerpos de mucho prestigio como el Gerona y el Extremadura, los Húsares de Fernando VII y los Dragones de la Unión, conducidos por los jefes más famosos, como Espartero, Sardina, Ricafort, etc. invasión que llegó hasta tomar la Ciudad de Salta e intentar también avanzar hacia el sur, como había prometido La Serna al Virrey Pezuela (llegar a Buenos Aires en mayo de ese año), el ejército salto - jujeño de milicias gauchas, lugar por lugar, pueblo por pueblo, fue recuperando, fue desalojando realistas, persiguiéndolos y destrozándolos, hasta convertir la invasión prácticamente en una estampida de retirada, con muchísimas pérdidas y bajas, en más de cuarenta duros combates que se dieron desde Salta hasta Yavi y desde Atacama hasta Orán.
El mensaje del más calificado observador de ese momento, Juan Martín de Pueyrredón: A los muy beneméritos habitantes de la de Salta: Bravos y generosos salteños. Cuando la excelencia de vuestros ilustres hechos ha obrado el prodigio de excitar sin celos la admiración y el reconocimiento de los pueblos hermanos, creo rendir un justo tributo a tan nobles sentimientos, y a la gloria de la patria, recomendando a la posteridad más remota la memoria de vuestras virtudes <...> Pero los que vengan después de nosotros a gozar del fruto de tantos esfuerzos reputarán acaso la relación de vuestras proezas como encarecimientos del entusiasmo y de la parcialidad <...> Sepa la posteridad que cuando el enemigo engreído con sus triunfos imaginaba atravesar el territorio de Salta, como por un país desierto, ha encontrado una barrera impenetrable a todo el poder de sus fuerzas, y en cada ciudadano de la provincia a un guerrero intrépido que bajo la dirección de bravos y generosos jefes humilla sus orgullosas jactancias, y destruye las esperanzas que su vanidad le había inspirado en nuestra ruina <...> creo deber dar a las generaciones futuras un testimonio inequívoco de que sois muy superiores a las alabanzas que se os tributan. Yo os felicito porque las habéis merecido, y os doy por ello las más expresivas gracias a nombre de la patria...
Buenos Aires, octubre 18 de 1816
Y a Güemes: ATENDIENDO a los méritos y servicios del coronel don MARTÍN GÜEMES- he venido en conferirle el Empleo de Coronel Mayor de los Ejércitos de la Patria concediéndole las gracias, exenciones y prerrogativas que por este título le corresponden. Por lo tanto mando y ordeno se le haya presente y reconozca por tal coronel mayor para lo que le hice expedir el presente despacho, firmado por mí, sellado con el sello de las Armas del Estado, y refrendado por mi Secretario de Guerra; del cual se tomará razón en el Tribunal de Cuentas, y en las Cajas Generales.Dado en la Fortaleza de Buenos Aires a diecisiete de mayo de mil ochocientos diecisiete.
Juan Martín de Pueyrredón
General en JefeV.S. es el general en jefe del Ejército de Observación por sus conocimientos distinguidos, sus servicios notorios, la localidad de su provincia y voluntaria aclamación de los jefes y tropas del Ejército Auxiliar del Perú. A V.S. pues corresponde desempeñar con la dignidad que sabe las delicadas funciones de esta superior calificación militar. Me obligo solemnemente a pagar cuantos auxilios se presten a V.S. a favor del ejército desde luego que nos posesionemos del Perú, y a tener en la mayor consideración a los voluntarios prestamistas. Junio 8 de 1820.
José de San Martín
Ante la ausencia de Estado Nacional durante la anarquía de 1820 y como consecuencia de ello, algunos autores cuestionan las facultades que tenía San Martín para otorgar a Güemes el cargo de general. Sin embargo, esos mismos autores concuerdan en la legitimación del cargo del propio San Martín, ratificada en Rancagua el 2 de abril de 1820: por más que hubiese dejado de existir el gobierno y el estado que lo había designado, no había cesado por ello su mando porque "su origen, que es la salud del pueblo, es inmutable". Así quedó asentado en el Acta de Rancagua. Y así se interpretó y se continúa haciéndolo: cuando un mandato conceptúa una suprema lex ese mandato no termina, aún cuando ya no exista el mandante. Ergo, San Martín por las prerrogativas que le confería el cargo, podía hacer los nombramientos que juzgase necesarios y convenientes, con total validez y legitimación. Pero además Güemes tuvo la precaución -que no debieran ignorar los historiadores- de solicitar de todas las provincias el reconocimiento oficial al grado y al cargo promovido por San Martín desde Chile. Todas, a excepción de la autoproclamada "República del Tucumán" de Bernabé Aráoz, manifestaron su aprobación, de manera que casi podría afirmarse que nunca hubo un ascenso militar durante la Guerra de la Independencia con más avales directos que los que tuvo el General Martín Miguel de Güemes.En la misma fecha en que San Martín designaba a Güemes a cargo del Ejército de Observación, haciéndose además responsable pagador de los créditos que tomara Güemes con tal objeto, también el Director Supremo de Chile, don Bernardo de O'Higgins en oficio separado, entre otros temas, redoblaba la garantía: Sólo me falta agregar que el gobierno de Chile sale garante a V.S. del modo más solemne de que serán religiosamente cumplidas cuantas promesas hubiera hecho o hiciere a V.S. el excelentísimo señor general don José de San Martín. Este aval, como así también la posterior correspondencia mantenida entre el Director de Chile y Güemes, son más que irrefutables pruebas del plan combinado del general salteño con el Libertador, hasta con el auspicio del propio Gobierno de Chile.
Ing. Guillermo Solá
Junio de 2006
Nota: todos los datos y transcripciones que se consignan están tomados de "Güemes documentado" y de la propia base documental a la que refiere la mencionada obra, por lo cual omito detallar cada uno para no extender demasiado este artículo. Sin embargo, si cualquiera o todos fueren requeridos con precisión, con gusto elaboraré un completo listado de referencias.
Apéndice: Los Premios de 1817
El 28 de mayo de 1817 el Director Supremo dispuso:Teniendo este Gobierno, especial consideración a los distinguidos servicios del Gobernador Intendente y Comandante General de la Provincia, Coronel Mayor don Martín Güemes, a su constancia en las penosas fatigas de la guerra y a las acertadas disposiciones militares a que son debidas las ventajas últimamente adquiridas por las armas de su mando en el interior sobre el enemigo, he venido, por acuerdo de este día y en honor del relevante mérito de dicho jefe, en conceder, como concedo; a favor de su primogénito sin distinción de sexo; la pensión vitalicia de 400 pesos anuales, sobre las cajas de esta Capital, desde la fecha del presente decreto.
El 28 de noviembre de 1817 decretó:Sin embargo de las demás gracias y condecoraciones con que esta Superioridad piensa perpetuar la memoria de los valientes defensores de la libertad en la Provincia de Salta, cuyos distinguidos servicios merecen la gratitud de sus conciudadanos; ha tenido a bien, a prueba del aprecio y consideraciones debidas a tan heroicos esfuerzos; conceder, como concedo, al jefe principal, comandante, oficialidad de tropa de la citada provincia, una medalla de premio en la forma siguiente:
El primero la usará de oro, figurando una estrella de seis brazos con esta inscripción en la circunferencia, de donde nacen aquellos: AL MERITO EN SALTA; en su centro Año 1817; los segundos la llevarán con los brazos de oro y el centro de plata pendiente de una cinta celeste en el pecho; y los últimos un escudo de paño blanco sobre el brazo izquierdo, con la misma inscripción en letras celestes, exceptuando los sargentos y cabos, que la deberán traer de hilo de oro los primeros y de plata los segundos.
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